“La hija del primero al mando de Las Vegas”.

"No es de extrañar que seas tan arrogante...".

"Incluso te atreviste a causar problemas en mi territorio".

Harrison le sonrió cálidamente, aunque sus ojos eran fríos.

"Paul tiene bastante reputación, pero no será suficiente para resolver el problema de esta noche".

"Te sugiero que llames a otra persona".

Paul era poderoso y la gente común podría temerle. Sin embargo, los Yates de América tenían poca consideración por un simple primer al mando.

Además, Harrison sabía muy bien a quién elegir entre la familia Hamilton y la familia Mendoza.

A juzgar por la actitud agresiva de la familia Yates, despreciaban a los del País H. En estas circunstancias, ¿por qué los Harrison cederían?

Harvey quería decir algo, pero una vez más, Yoana lo interrumpió. Era obvio que estaba haciendo todo lo posible por reprimir su ira hirviente.

"Eres una persona razonable, Joven Amo Yates".

“No hablemos de quién tiene razón y quién está equivocado esta noche”