Harvey lo abofeteó más de diez veces.

El último golpe envió al guardia por los aires, y cayó al suelo. No pudo levantarse durante mucho tiempo.

Mientras tanto, Hazel finalmente llegó a Harvey.

Al ver al guardia golpeado, las esquinas de sus ojos se contrajeron. Ella exclamó: "Harvey, ¿no escuchaste lo que acabo de decirte?".

"¿No te lo acabo de advertir?".

“¡Es pariente del Jefe Leonard Bray! Si lo lastimas, ¡sufrirás un infierno!”.

En ese momento, ya había mucha gente que se acercó para ver la diversión. Estaban complacidos de ver a Harvey dar una buena lección a todos esos arrogantes guardias de seguridad.

Mucha gente venía a menudo a visitar el Templo Bray. Como tal, a menudo no había suficientes espacios de estacionamiento.

Sin embargo, estos guardias de seguridad redujeron deliberadamente el número de espacios de estacionamiento solo para multar a otros e incluso aprovechaban la oportunidad para insultar a las peregrinas. También habían estafado a muchos peregrinos.

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