A las 2:30 p.m.

Harvey e Yvonne llamaron mucho la atención al instante cuando aparecieron en la puerta de Seifudo.

Seifudo era una clínica que vendía medicina china. Sin embargo, muchas personas que venian aquí para tratar sus heridas eran los gánsteres de las calles que se lastimaban en las peleas.

Efectivamente, muchos habían venido para tratar sus heridas de arma blanca y de bala. Sin embargo, entrarían en el sótano oculto en lugar de entrar abiertamente a la sala de recepción.

Cuando Harvey e Yvonne entraron, los gánsteres los miraron con ojos extraños, como si estuvieran viendo un conejo entrando en la guarida de un zorro.

"Oye linda. ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?”.

“¡Somos muy profesionales en todo lo que hacemos!”.

Un gánster calvo salió con una extraña sonrisa, como si estuviera a punto de ponerle las manos encima a Yvonne.

Pero entonces, un hombre vestido con un traje chino no muy lejos se acercó. En sus manos había dos bolas de acero. Le dio una bofetada al gán