Narrador.Caminando llevando entre sus brazos el ligero cuerpo de Ibbie, Cristian pretendía dejarla en su departamento sana y salva para regresar a la fiesta del aniversario de la revista H&G antes que Maya notara su ausencia.Viendo cómo las puertas del elevador se abrían, el hombre desvió su vista para ver el delicado rostro de la mujer castaña entre sus brazos, y sintiendo cómo ella aferraba las manos a su cuello, sonrió al escucharla suplicar.—Quédate conmigo, Cristian, no te vayas...La pobre había tomado tanto, que perdió el control de su consciencia enseguida, e intentando evitar que ella hiciera el ridículo, él la sacó del lugar para llevarla a dormir a su departamento, el cual conocía perfectamente.Con delicadeza de no golpearla, el hombre salió de la cabina de metal llevando aún a la chica, y caminando con ella por el angosto pasillo, se detuvo en la puerta antes de entrar.Habían pasado momentos tan únicos en ese lugar, que el solo hecho de regresar 14 meses después dolía
NarradorSintiendo cómo unos sedosos labios presionaban los suyos, Ibbie sintiendo su cabeza dar vueltas, abrió los ojos, y hallándose a Cristian besándola con su mano fijada a su mejilla, procedió a soltar un chillido que murió en la boca de MathesonAvergonzado por ser atrapado infraganti, él solo se apartó de ella, y caminando por la pequeña habitación mientras frotaba su rostro, alcanzó a decir.—Ibbie lo siento... Yo, solo... Te quería traer aquí... Yo... Lo lamento.Tartamudeando, sabiendo que había sido imprudente, Cristian no se atrevía a mirar a la cara a la abogada después de lo sucedido, quien, producto del alcohol, no lograba pensar con claridad.Soltando una carcajada pequeña denotando su estado de ebriedad, la castaña solo se limitó a dejarse caer completamente sobre la cama, y atreviéndose a soltar una verdad que ella no terminaba de aceptar, dejó al hombre estático sin saber qué responder. —Cierto... Que aún me amas, que solo estás con Maya por lástima. ¿Qué se siente
Narrador—Agradezco regalarnos tan maravillosa velada, espero que disfruten lo que queda de nocheDespidiéndose de ellos el último invitado, Abril y Dante pensaron que la fiesta había finalizado, hasta que, observando en dirección a una de las mesas del salón, notaron a Atlas, acompañado de la menor de las Bennett, mientras seguía tomando.Disculpándose con su esposa, dejándola con su asistente Melissa, Dante fue quien se acercó hasta él, y aclarando su garganta, desajustó la corbata de su traje, preparándose para una de las estupideces de su hermano.—Pensé que se marcharían temprano, una vez que Abril, y yo llegaríamos.Atlas, sonrió de lado una vez que reconoció la voz de su hermano sin siquiera mirarlo, y agitando el vaso de licor con líquido ambarino en su interior, procedió a decir.— ¿Por qué tendría que hacerlo? Por si lo olvidas, también tengo derecho a estar aquí.Sin siquiera verlo, Atlas llevó el vaso de licor a sus labios para vertir lo que quedaba, y estampando este sobr
NarradorEntrando a la estancia del nuevo hogar de Abril, y Dante, la abogada, tras confesar lo que hizo durante su borrachera, notó al anterior mencionado tendido en el sofá dormido, por lo que elevando su mano al no saber que se hallaba allí procedió a señalarlo—Nos mudaremos a esta casa, viviremos juntosIbbie frunció sus labios al escuchar a su amiga, quien sonriendo de manera triste, le pidió disculpas por no contarle que había regresado con Dante—Cometí un error al no decirte, y de verdad lo lamento, pero es que sé que lo odias, y te pondrías así una vez que supieras la verdad, además todo pasó tan rápido que ni lo noté IbbieY en cierta parte todo fue tan rápido, que debido a sus trabajos ya casi ni hablaban, por lo que todo esto complicó la comunicación entre las amigas—No se trata de que si lo odio o no, Abril, se trata de que te lastimó, y eres mi amiga, aun así si estás decidida a estar a su lado, contarás con mi apoyoEl corazón de Abril se agitó de alegría al ver que s
NarradorCaminando de un lado al otro en el interior de su habitación, Maya aún se preguntaba dónde se había metido Cristian. La noche anterior, por más que lo llamó, este no respondió, y no es que la mujer fuese estúpida, o algo parecido, porque en realidad no lo era, solamente que aun en su mente retorcida, le parecía poco creíble que él hubiese sido tan ingenuo como para meterse de nuevo con IbbieImpaciente, y con los latidos de su corazón desenfrenados, la mujer optó por su último recurso, y elevando su teléfono, llamo a la única persona que podía presionar a su prometido para permanecer a su lado.Su madre —¿Yenifer? Sin preámbulos, una vez que la llamada fue contestada, esta preguntó por su adorada suegra, quien sabiendo que se trataba de ella, procedió a adularla como era costumbre.—Querida Maya, ¿cómo estás? Me imagino que fenomenal, porque Cristian aún no llega a casa.Por más que la superficial mujer supiera que su hijo no amaba a Maya, mantenía las esperanzas de que en
Narrador—Buenos díasDescendiendo por las escaleras de su nuevo hogar en busca de Dante, Abril sonrió ampliamente al hallarlo en la cocina, intentando preparar un desayuno, que terminó de manera desastrosa por su nula experiencia.Sonriendo un poco avergonzado al ser descubierto, Hackett caminó para saludar a su esposa, y uniendo sus labios en un beso intenso, su día inició lleno de emociones por su nueva vida.A pesar de que todo parecía estar en su contra, Dante, y Abril estaban haciendo su mayor esfuerzo por recuperar su matrimonio, y esto se estaba viendo reflejado en su nueva convivencia, alejados de todos en su nuevo hogar.Una vez que se prepararon, la pareja prefirió desayunar afuera, y llegando a la empresa, una vez que sus estómagos estuvieron satisfechos de alimentos, se quedaron sorprendidos al hallar a Nerio Hackett en la recepción del lugar.—¿Tendrías unos segundos para hablar con este viejo?Refiriéndose a su nieto, el hombre mayor preguntó, e imaginándose el motivo d
NarradorFinalizando de empacar sus pertenencias para el viaje que se avecinaba, Ibbie observó una última vez su habitación prácticamente vacía, y divisando sobre la cómoda, un pequeño oso de peluche color rosa que le fue obsequiado por Cristian, el cual atesoraba como único recuerdo de su amor, contuvo el aire en un intento de retener sus lágrimas.Ya había llorado mucho por él, de hecho, la noche anterior se preguntó una y otra vez si estaba haciendo lo correcto, y exhortándose ella misma a continuar, espantó los pensamientos estúpidos de permanecer en esa ciudad que le traía tantos recuerdos.Con un deje de amargura, la mujer caminó despacio hasta él, y alcanzándolo con sus frágiles manos, lo tomó con cierta nostalgia.Ella tenía que continuar, dejar ese pasado doloroso, y que mejor forma de hacerlo que sepultando a Matheson con todos sus recuerdos.Avanzando por el amplio lugar, la abogada optó por caminar hasta el cesto de la basura, y arrojándolo en el interior, sonrió de manera
Narrador Sintiendo que en esta ocasión a quien le estallaría el corazón sería a ella, Abril tomó la mano de Dante, quien la estrujó enseguida antes de ser recibido por los médicos de la clínica en la que fue ingresado.Su día parecía ir tan perfecto, de hecho se hallaban reunidos con un par de colegas cuando un dolor punzante opacó el buen semblante de Hackett, a quien con cierta resistencia Abril se negaba a dejar, y siendo detenida por el personal del hospital no tuvo otra salida que permitir que lo ingresaran sin su compañía —Dante ¡Demonios! No te puede suceder nada, no ahoraSintiéndose ahogada por el temor de perderlo, Granfort caminó a la sala de espera, y tomando asiento en uno de los bancos, esta tomó su cabeza antes de apoyar sus codos sobre sus rodillas intentando calmarse.Y es que todo iba tan bien, se hallaban recuperando el tiempo de pareja, que este acontecimiento solo sería una mancha negra en los maravillosos días de su casi luna de miel.Sintiendo como alguien se