lNarradorDescendiendo del auto a las afueras de la mansión Hackett, Dante pretendía enfrentar a su hermano por lo que había hecho, molerlo a golpes por su gran falta, y luego enviarlo a la cárcel, pero llegando hasta donde se encontraba uno de los trabajadores de confianza, se encontró con la amarga noticia que este se había marchado con su equipaje a un supuesto viaje de negocio.Ingresando a la enorme estancia una vez que finalizó de hablar con él, halló está completamente vacía, y dirigiéndose al estudio de la propiedad, empezó a revisar en la caja fuerte de la familia el testamento que dejó su padre.Si Atlas pensaba que se podría salir con la suya tras lo que hizo, estaba completamente equivocado, ya que Dante hallaría la manera de acabarlo, y que mejor forma de hacerlo que quitándole el poco dinero que le quedó.Sacando algunos papeles irrelevantes, este halló un par de documentos de propiedad, y tomando de entre las cosas un sobre oscuro, Dante empezó a revisar el interior, en
Narrador Intentando adaptarse a su nueva vida lejos del lugar que llamaba hogar, ajena del mal que atribulaba a su amiga, Ibbie observaba las instalaciones del nuevo estudio jurídico, mientras algunos caballeros que se encargaban de la preparación, ingresaban con el mobiliario necesario para su decoración, cuando de pronto escuchó un par de pasos a sus espaldas. Lo cual la hizo girarse sobre sus pies.Hallando a su antiguo jefe, ahora su nuevo socio Tobías Marshall, esta se limitó a saludarlo regalándole una delicada sonrisa, y caminando hasta su lugar, él le extendió una bolsa de papel con un almuerzo en su interior.—¿Me acompañas a comer? Llevas horas aquí, ya creo que te mereces un descanso.Invitándola a salir de allí, este la guió por el extenso lugar hasta su enorme oficina recién culminada, y tomando asiento en uno de los sofás uno frente al otro, Tobías preguntó.—¿Cómo te sientes en este lugar Ibbie? Me imagino que debe ser difícil para ti estar aquí, tan lejos de la señora
NarradorCaminando por el extenso lobby de H&G, Abril fue alcanzada por Melissa, su asistente; mientras se dirigía hacia su elevador personal, y recibiendo el folder con la agenda detallada del día, esta frunció sus labios al ver el nombre de Lucrecia escrito en ella.—Suspende todos los demás pendientes, tengo muchos asuntos de que hablar con esta mujer, así que te pediré que no nos molesten hasta que yo se los pida.Comunicándole que esta ya se hallaba en su oficina, Abril ingresó en el elevador, y viendo como las puertas de este se cerraban, Granfort empuño su mano. Al fin, después de un par de días, encararía a Lucrecia, una de las cómplices de Atlas, el responsable de su sufrimiento ahora, quien huyó como un cobarde tras su fechoría.Abriendo sus puertas en el piso superior del edificio, Abril salió del artefacto, e ingresando a su oficina, encontró a la diseñadora sentada como si nada hubiese sucedido en uno de los sofás del lugar.—¡Abril, querida! Qué gusto verte.Acercándose a
Narrador Con su rostro totalmente tenso por la respuesta de Abril, Erick retrocedió un par de pasos tratando de procesar lo sucedido, y empuñando su mano unos segundos después, cuando la impotencia invadió su cuerpo entero, este preguntó.—¿Atlas se atrevió a hacer tal cosa? ¿Fue tan cobarde como para lastimarte de esa forma?Regresando sobre sus pies a la espera de una respuesta que tardó un par de segundos, Granfort acunó el rostro de su hija en sus manos quien se permitió que sus lágrimas salieran, y asintiendo ella, la imagen del Atlas Hackett perfecto, se cayó.Y es que él adulaba demasiado a Atlas, Erick verdaderamente pensaba que este chico era el hombre ideal para su hija, ya que parecía ser alguien respetuoso, trabajador, y completamente enamorado; a quien incluso le había insinuado que se la daría en matrimonio para que concibiera un hijo descendiente de ambas familias, pero al saber esta verdad, la cruda realidad lo golpeo directo en el rostro. Granfort al ver a su hija a
NarradorLlegando a la mansión que ahora llamaba hogar, Dante liberó parte de su aire al hallarlo ahogado completamente en penumbras, e ingresando a este, él no consiguió a Abril por ninguna parte de la estancia; por lo que empezando a caminar escaleras arriba se dirigió a su habitación, en donde la encontró como lo predijo.Permaneciendo en silencio unos segundos, Hackett se recargó en el umbral de la puerta mientras se cruzaba de brazos, observándola hecha un ovillo sobre la cama, y dejando sus lágrimas salir, ella escuchó como él iniciaba su caminata en su dirección para acostarse a sus espaldas, y decir.—¿Hasta cuándo estarás de esa forma? Sé que no es sencillo Abril, pero lo superaremos como mi partida, ya lo verás.Abril apretó sus labios tratando de detener las lágrimas que aún salían de sus ojos, y girándose sobre su cuerpo, ella procedió a abrazarlo escondiendo su rostro en su pecho.—Estaré bien Dante, es solo que no puedo evitar que me afecte por momentos. Solo dame un poc
Narrador Con la sangre hirviendo en el interior de su cuerpo producto de la ira al saber que su hermano se hallaba a escasos metros de él. Dante salió de la oficina de Abril, quien se quedó allí un poco nerviosa por lo alterado que se marchó su esposo, y dirigiéndose a la suya, se quedó un poco rígido al hallar a Atlas sentado como si nada en su lugar—Dante ¡Qué gusto verte! ¿Desde cuándo no hablamos?Colocándose de pie una vez que Atlas notó a su hermano en la puerta de la oficina, este fingió pensar, he intentando controlar sus instintos salvajes debido a las enormes ganas de golpearlo que lo estaban invadiendo, Dante respondió.—Una semana Atlas.La mandíbula de Dante se hallaba tensa al finalizar la frase, que salió casi como un siseo, y empuñando su mano a medida que este avanzaba hasta él, se quedó de pie muy cerca.—No pienses que esta es una visita de cortesía Dante, o algo parecido, porque no lo es; solo estoy aquí por mi dinero, el que me has robado.Enarcando una ceja una
NarradorIngresando a la pequeña sala en donde el personal de seguridad de H&G mantenían retenido a Atlas, Dante llegó un poco más calmado pero igual de molesto que antes; y tomando asiento en una silla frente a él, el mayor de los hermanos escaneo el rostro golpeado del otro.—Hablé con Nerio, llegamos a un acuerdo…Habían pasado un par de minutos desde su pelea, pero a simple vista se notaba que estos se habían golpeado con todas sus fuerzas, ya que ambos tenían algunas marcas en su rostro que tardarían días en sanar, muestra del enfrentamiento.—Serás encerrado en un centro de salud mental, te someterás a tratamiento; una vez que veamos mejoría, saldrás de allí con la condición que sigas en control para poder recuperar tus bienes, y después te marcharás bien lejos.Todo esto Dante lo dijo sin parpadear, mirándolo directo a los ojos, lo cual no sirvió de mucho por que el otro ni se inmutó, ante lo que le esperaba allí dentro.—¿Tendría que rogar para que no lo hicieran? Ya ustedes h
Narrador—La señora Granfort ya está preparada.Esperando en la magnífica estancia de la opulenta mansión Granfort-Hackett, Dante se giró sobre sus talones una vez la estilista finalizó de preparar a su esposa, y asintiendo desvió su vista en dirección a las escaleras por donde venía descendiendo Abril.—Te ves más hermosa de lo que ya eres ¿Preparada para tu fiesta?Extendiendo su brazo en dirección de su esposa, Abril lo tomó enseguida, y empezando a caminar hasta la puerta trasera de la propiedad desde donde se divisaba una modesta celebración, ambos detuvieron su andar para decir.—No tenías por qué hacer algo así Dante, todo está hermoso, pero es un poco extravagante para míObservando hacia el jardín, una enorme carpa con su techo, iluminado en el interior con delicadas luces, simulando un cielo estrellado; se extendía en el centro de la propiedad. En la cual en su interior se notaba una exquisita decoración negra con toques dorados, que incluían desde piedras de cristal en form