Narrador Con la sangre hirviendo en el interior de su cuerpo producto de la ira al saber que su hermano se hallaba a escasos metros de él. Dante salió de la oficina de Abril, quien se quedó allí un poco nerviosa por lo alterado que se marchó su esposo, y dirigiéndose a la suya, se quedó un poco rígido al hallar a Atlas sentado como si nada en su lugar—Dante ¡Qué gusto verte! ¿Desde cuándo no hablamos?Colocándose de pie una vez que Atlas notó a su hermano en la puerta de la oficina, este fingió pensar, he intentando controlar sus instintos salvajes debido a las enormes ganas de golpearlo que lo estaban invadiendo, Dante respondió.—Una semana Atlas.La mandíbula de Dante se hallaba tensa al finalizar la frase, que salió casi como un siseo, y empuñando su mano a medida que este avanzaba hasta él, se quedó de pie muy cerca.—No pienses que esta es una visita de cortesía Dante, o algo parecido, porque no lo es; solo estoy aquí por mi dinero, el que me has robado.Enarcando una ceja una
NarradorIngresando a la pequeña sala en donde el personal de seguridad de H&G mantenían retenido a Atlas, Dante llegó un poco más calmado pero igual de molesto que antes; y tomando asiento en una silla frente a él, el mayor de los hermanos escaneo el rostro golpeado del otro.—Hablé con Nerio, llegamos a un acuerdo…Habían pasado un par de minutos desde su pelea, pero a simple vista se notaba que estos se habían golpeado con todas sus fuerzas, ya que ambos tenían algunas marcas en su rostro que tardarían días en sanar, muestra del enfrentamiento.—Serás encerrado en un centro de salud mental, te someterás a tratamiento; una vez que veamos mejoría, saldrás de allí con la condición que sigas en control para poder recuperar tus bienes, y después te marcharás bien lejos.Todo esto Dante lo dijo sin parpadear, mirándolo directo a los ojos, lo cual no sirvió de mucho por que el otro ni se inmutó, ante lo que le esperaba allí dentro.—¿Tendría que rogar para que no lo hicieran? Ya ustedes h
Narrador—La señora Granfort ya está preparada.Esperando en la magnífica estancia de la opulenta mansión Granfort-Hackett, Dante se giró sobre sus talones una vez la estilista finalizó de preparar a su esposa, y asintiendo desvió su vista en dirección a las escaleras por donde venía descendiendo Abril.—Te ves más hermosa de lo que ya eres ¿Preparada para tu fiesta?Extendiendo su brazo en dirección de su esposa, Abril lo tomó enseguida, y empezando a caminar hasta la puerta trasera de la propiedad desde donde se divisaba una modesta celebración, ambos detuvieron su andar para decir.—No tenías por qué hacer algo así Dante, todo está hermoso, pero es un poco extravagante para míObservando hacia el jardín, una enorme carpa con su techo, iluminado en el interior con delicadas luces, simulando un cielo estrellado; se extendía en el centro de la propiedad. En la cual en su interior se notaba una exquisita decoración negra con toques dorados, que incluían desde piedras de cristal en form
NarradorCaminando entre los invitados sintiéndose un poco más valiente debido al alcohol en su cuerpo, Matheson llegó hasta la mesa en donde se hallaba Ibbie, esperando por Tobías quien andaba en busca de un par de canapés para ella, inocente de la presencia de su ex en la fiesta, y aclarando su garganta tras sus espaldas, este sólo dijo—Tiempo sin verte Ibbie Johnson… Veo que el otro lado del país te trató muy bien.Frunciendo sus labios al saber que se trataba de Cristian, Ibbie tardó un poco para colocarse de pie, e intentando ocultar su pequeña barriga, ella dijo una vez que controló sus nervios—Digamos que mejor que en la gran ciudad. No sabía que estarías aquí.Lamentándose mentalmente al creerle a Dante que este no asistiría a la fiesta, la mujer con su mirada empezó a buscar su salvador, y viéndolo a distancia que charlaba con otra chica, se mordió su labio inferior clamando al cielo por ayuda.—Eso veo ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo? Creo que al fin Marshall logró su ob
NarradorIntentando abrir sus ojos tanto como la intensidad de las luces del lugar en el cual estaba siendo ingresada se lo permitían, Ibbie despertó un poco descolocada por lo sucedido. Lo último que recordaba era ver como Matheson, y Marshall se caían a golpes a puño limpio, y ahora, un par de minutos después, se hallaba siendo atendida en la sala de emergencias de un hospital cercano a la casa de su amiga.Tomando su presión, mientras que otra de las enfermeras introducía un yelco en su vena, Johnson se removió un poco por el ligero pinchazo, e intentando tomar asiento para saber que era lo que estaba sucediendo, la señora la detuvo antes de lograrlo.—Señora le recomiendo permanecer acostada, su presión no se halla del todo bien, por lo que el médico viene a valorarla.Ibbie de manera instintiva llevó su mano a la pequeña barriga, y tras masajearla un poco, se recostó sobre la fría camilla, esperando al médico, quien un par de segundos después se acercó a ella.—Paciente Ibbie Joh
NarradorSaliendo de la sala en donde se hallaba Ibbie recluida, Cristian permaneció de pie a las afueras del hospital, meditando cuál sería su siguiente movimiento para poder al fin tener derecho sobre su hijo.Si algo sabía Matheson de su exnovia, es que esta era de todo menos una ignorante en leyes. Ibbie era una abogada bastante preparada a pesar de no tener muchos años ejerciendo su profesión, y fue por esta una de las razones por las que Marshall la llevó consigo como su socia, ya que sabía que era su mejor opción para emprender en un nuevo buffet.Elevando su mirada al cielo, tras pensar unos minutos, continuó maquinando su plan, y notando desde lejos como alguien muy conocido para él, se acercaba acompañada de su hermana vistiendo una bata de hospital, apretó sus labios una vez ella estuvo frente a él.—¡Cristian! ¿Has venido a verme?Aferrando sus delicados brazos al torso del hombre que sólo elevó su mano para evitar tocarla, Maya pensó enseguida que el motivo de su visita e
NarradorCaminando un poco ansioso por las instalaciones del hospital psiquiátrico al sur de la ciudad, en donde se hallaba recluido Atlas Hackett, Erick solicitó verlo para hablar con él solo unos segundos.Sinceramente, estos eran un poco cercanos, y desde el momento que Granfort supo lo que él, le había hecho a su hija, la perfecta imagen del prometido ideal para Abril se esfumó.Aun así, Erick tenía tantas cosas por decir, que le parecía que el momento al fin había llegado.Agradeciendo a la mujer de cabello rojizo, y gafas de pasta gruesa en la puerta del lugar, el hombre tomó su identificación, y siendo guiado hasta el jardín en donde se hallaban algunos de los pacientes paseando, este se quedó algo sorprendido al ver a Atlas como si nada.Como si fuese una persona normal en ese lugar, jugando una partida de cartas con uno de los enfermeros, que solo portaba el uniforme de allí por alguna exigencia.—El señor Hackett está por allá.Señalándole su posición, Erick fue guiado hasta
Narrador Sintiendo su mundo dar vueltas, al igual que su cabeza palpitar debido al golpe recibido, Ibbie luchó con el dolor abrumador para abrir sus ojos al fin, y hallando solo la desolación en una habitación oscura, y fría, ella se dispuso a sentarse.Con dificultad, y escaneando con su vista el lugar mohoso en donde se hallaba, la abogada tomó asiento en el helado suelo, en donde a simple vista se notaba la suciedad del lugar.—Mi cabezaLlevando su mano a la zona golpeada por la desquiciada de Maya, ella sintió como la humedad de su sangre mojó sus dedos, y dirigiendo su mano al frente de su rostro, notó que se hallaba sangrando.Aun descolocada, Ibbie intentó colocarse sobre sus pie, vistiendo aún la bata de hospital que lejos de ayudarla a protegerse, solo hacía que el frío del sitio empezara a calar en su cuerpo—Tengo que salir de aquíCaminando un poco desorientada aún, ella llegó hasta la oxidada puerta que la mantenía encerrada, y escuchando un silencio escalofriante, Ibbi