Capítulo 31: Desatar la ira del alfa.

Ante el tono meloso de su hermano, Mendel, Tabatha rodó los ojos.

―Déjame ―le gruñó Tabatha a la joven que estaba con ella

Tras una reverencia, la joven mujer adoptó su forma lobuna y se adentró al bosque para dejar que Tabatha atendiera su llamada.

― “¿Te gustó mi regalo?” ―le preguntó Mendel

―Ha sido útil, ¿dónde la encontraste? ―

― “¿Me creerías si te dijera que fue ella la que me encontró a mí?” ―

―No ―dijo Tabatha con tono aburrido ― ¿Dónde la encontraste? ―repitió la mujer haciendo un gesto de desagrado al ver como Anna se unía al joven guitarrista para cantar una canción

― “Sí que me conoces” ―dijo el hombre ― “Me la encontré en nuestro antiguo hogar” ―

― ¿A qué fuiste a ese lugar? ―

― “Últimamente había estado pensando en dejar de vigilar esas ruinas, pues nadie había puesto un pie en esa isla desde que decidimos esparcir los rumores de que estaba mal dita, claro, eso pensé hasta que mis perritos me alertaron de Diana” ―

― ¿Qué hacía ahí esa niña? ―

― “Al parecer, su padre es
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