Había sido una extraña revelación para Helene, una que la mantuvo despierta toda la noche, y ninguno de sus cuarzos le fue suficiente para enfrentar el hecho de que, contra todo pronóstico, estaba sintiendo algo por Itsac. Era algo leve, sutil, pero se descubrió siendo una ingenua al no notar que era algo desde el principio. Ver su cuerpo, pensar en lo cálida que era su mano todo el tiempo, pensar en su aire ausente y en la historia de vida que lo llevó a ser tan distante y frío. Todo aquello no eran más que señales de que le gustaba, le atraía y su miedo había impedido verlo con claridad, pero ahora lograba verlo. Cuando la llamaron a cenar, en la noche, fingió tener dolor de estómago, pero cuando llegó la mañana le fue imposible no tener que enfrentar sus ojos claros. — ¿Seguiste mejor del dolor? — le preguntó Itsac y Helene bebió del jugo. — Sí, es solo la regla, estaré bien — el piloto continuó cenando, pero no le apartó la mirada. Después de un rato, comentó: — No te ve
Helene observó superficialmente las preguntas que habían hecho los auditores y claro, comprobó que la mayoría eran muy avanzadas para ella.Había sobre mecánica, protocolos de emergencia avanzados y hasta de evasión de ataques. ¡Helene ni siquiera sabía que a los pilotos de aviones comerciales les enseñaban a evadir ataques aéreos! ¿Lo hacían? — Estás preguntas están por encima de mis conocimientos, aún no vemos la mitad de los temas que hay aquí — pero ninguno de los hombres contestó, apenas se limitaron a mirarla fijamente — ¿Itsac? — Creeme, lo intenté, solo… rellena lo que puedas, ya no importa — Helene miró la hoja y apretó el lapicero en las manos. ¿A caso cada día tendrían que enfrentar el inminente fin de Itsac como CEO de Aeromaya? Cuando levantó de nuevo la cabeza, se topó con los ojos de salamandra de Amadeus que sonreía de lado. Todo era su culpa, el plan para desprestigiar a Itsac estaba llegando a límites insostenibles. Pero Helene era un hueso duro de roer, tal v
Helene incluso había desinstalado la red social, pero el minuto que le tomó descargarla nuevamente se quedó pensando frente a Itsac que no parecía muy convencido en la idea de la pelinegra. Helene había renunciado a las redes, no eran más que un montón de personas superficiales que querían saber hasta de qué color salía su caca. Cuando accedió con su contraseña casi se va de espaldas. Cuando entró por última vez a la app, tenía dieciocho millones de seguidores, pero según le contó una amiga, había perdido dos cuando dejó el modelaje, pero en ese momento tenía más de diecinueve millones. — Es una locura que tengas tanta gente ahí — le comentó Itsac — ¿crees que funcionará? — Helene asintió. — Me siguieron casi cuatro millones de ayer a hoy, y siguen llegando… es por la boda, por el chisme, la gente ama el chisme — luego sonrió — pues démosles chisme. Se ajustó el cabello, se mordió los labios y se sintió incómoda al recordar los viejos tiempos en lo que solo era carne para ser vis
Itsac se veía mucho más estresado de lo normal, y ambas mujeres se quedaron de pie ahí, observándolo hasta que Helene dio un paso al frente y se sentó a su lado. No sabía si Ana Leticia era de confianza, así que habló con cuidado. — Tranquilízate — le dijo — recuerda que esa cuestión está solucionada — Itsac negó. — Con el 117, pero no con este. — ¿Crees que después de que tus abogados lo saquen a la luz existirá credibilidad de esos técnicos que revisan los aviones? — ¿Saquen qué a la luz? — preguntó Ana Leticia — olvídenlo, si es importante lo sabré, ahora estoy sin trabajo hasta que el avión esté operable otra vez. — Te puedo asignar si quieres a otro avión — Ana negó. — No quiero quitarle el puesto a otra compañera — caminó hacia el mueble y se sentó al lado de Helene, se quitó los tacones y descansó los pies relajadamente sobre la mesita de enfrente — me tomaré unas vacaciones no remuneradas, no he descansado en seis meses, me lo merezco. Además, la pendeja de Val quier
Tal como Helene planeó, todo fue un caos de ahí en adelante. Noticias.Reportajes. Miles de llamadas. Influencers hablado del tema hasta más no poder. Cuando Helene subió el video con Itsac, claramente los medios se enfocaron en su relación y en el chismecito del matrimonio, pero en cuanto eliminó los videos las personas más detallistas notaron que algo andaba mal, tan mal que la palabra “Amenaza” centelleó en las redes horas después. Por eso cuando, al final del día, los organismos de control de aviación nacional e internacional publicaron que Itsac Guerrero sí había manipulado el examen de Helene para ser la mejor del curso, ya que ella reprobó el supuesto mismo examen, fue tachado de irresponsable y manipulador, pero la publicación se llenó de seguidores de Helene que evidenciaron la corrupción que hubo de por medio en el examen de la ex modelo y el resultado fue eliminado. Mecanismos reguladores tomaron cartas en el asunto y al final del día, dos de los tres auditores fueron
Helene estaba en el alféizar de la ventana, con un cuaderno en la mano tratando de resolver unos ejercicios donde se incluía la fuerza de la gravedad y le estaban costando, cuando sintió que el auto de Itsac se detuvo afuera corrió por el pasillo y hasta chochó con uno de los hombres de seguridad que evitó se cayera por las escaleras rodando como un barril. — Tenga cuidado señorita — le dijo y Helene le agradeció. El hombre era muy alto, de piel muy oscura. — Gracias — cuando llegó al primer piso sonrió al ver a Itsac y él le sonrió. Lo saludó de beso en la mejilla — ¿Cómo fue? — Tenso — dijo el piloto — pero parece que todo está bien, Henrry asegura que vamos por buen camino, aunque mi tío asegura lo contrario — Helene bufó. — Ahora irá, pero camino a la cárcel — bromeó. Toro pasó por sus lados y después de saludar a Helene. Itsac suspiró. — Llama a tú cuñada Lia, creo que tendremos que adelantar la boda. — ¿Para cuándo? — Para después del comercial — Helene comenzó a ca
Helene sintió ese extraño calor dentro de su abdomen cuando las manos de Itsac la agarraron por las caderas para que se subiera a horcajadas sobre él. Cuando sus pelvis se juntaron ella movió las caderas en círculos para maximizar la fricción entre ambos y la erección del hombre comenzó a hacerse firme bajo sus pantalones. La lengua del rubio le exploró el cuello, lamió y succionó la suave piel de Helene y la apretó con fuerza contra su cuerpo y cuando sus mejillas estaban irresistiblemente rojas, la tomó de las caderas con fuerza y al mismo tiempo con una delicadeza y el gesto le erizó los vellos de la espalda a la muchacha y él la dejó caer de espaldas sobre la cama. Itsac la miró desde arriba, con una mezcla de lujuria y duda, pero Helene ya no permitiría que la duda los consumiera, así que se quitó la blusa corta y el brasier dejando sus firmes y redondeados senos al aire. Itsac se relamió los labios, deseoso por probar la aureola rosada que lo invitaba, pero aún algo lo deten
Helene no sabía qué tanto necesitaba descansar hasta que se recostó en el fuerte pecho de Itsac y se quedó dormida. Fue una siesta agradable, corta pero reparadora, y cuando abrió los ojos una hora después, los ojos de Itsac estaban clavados en ella. — ¿Me ves mientras duermo? Eso es escalofriante — murmuró, mientras se estiraba. El cuerpo desnudo del piloto a su lado se sentía tan cálido y apetecible que lo abrazó y subió su pierna a las caderas del hombre. — Me desperté hace un par de minutos, verte dormir es agradable — Helene le acarició la espalda y el hombre le dio un beso húmedo en el cuello.— ¿Qué? ¿Ya quieres el tercero? — Itsac ser rio. — De querer, claro que sí, de poder, claro que puedo… pero debo levantarme — hizo ademán de ponerse de pie, pero Helene se le colgó del cuello y lo mantuvo aferrado a la cama, quería quedarse ahí por siempre.El cuarzo se le clavó en uno de los senos cuando Itsac la abrazó y Helene se apartó para mirarlo. — No te lo quitaste — le dijo y