Sumergido en la oscuridad, Itsac sintió que llevaba toda una eternidad en ella, que el tiempo se había detenido, que todo se había detenido: su respiración, su corazón el aire alrededor. Recostó la cabeza en la pared y trató de sentir el frío que desprendía, pero no lograba sentir nada, era como si tuviera la piel entumecida. De repente terminó, la luz regresó a sus ojos y fue tan fuerte que tuvo que parpadear un par de veces para que no lo cegara, miró por la estrechísima ventana circular que parecía la tapa diminuta de un frasco y si notó que aún el sol estaba en el cielo, así que no debía de haber pasado más de una hora o dos horas, o tal vez hubieran sido 15 minutos o 10, pero su percepción del tiempo iba cambiando cómo le dijo el doctor por primera vez. Itsac sintió miedo, miedo real, ¿ y si cuándo llegara a oscuridad completamente nunca volvía a sentir nada? ¿ni el tacto de una persona, ni la voz de alguien, ni siquiera el paso del tiempo? No sería más que una conciencia flotan
Keira había llegado acompañada con Valentina, Toro no entendió si la razón de la presencia de su novia era para alentarlo o para detenerlo, pero le agradeció que estuviera ahí, aunque no dijera nada, aunque solo lo apoyara en silencio. Valentina se posicionó frente a las pantallas y los ordenadores de Itsac un rato, pero luego se encogió de hombros.— La verdad es que no tengo mucha idea de cómo es que funcionan sus drones — Toro si tenía una leve idea, pero él no quería quedarse, no se quedaría por nada del mundo ,él iría por su muchacho. Tomó su arma y la guardó en el estuche que se colgó en el arnés del torso, luego un cuchillo y luego otro después de que Alexander Vadell asesinara a su hijo, Toro no descansó hasta convertirse en un excelente asesino, Y aunque nunca mató directamente a nadie, tenía las habilidades suficientes para aniquilar a quien fuera, en cualquier momento, y estaba harto de tener esas habilidades y no usarlas, ver cómo le hacían daño a las personas que amaba y
Toro observó la habitación y dio dos pasos al frente, quito el colchón de la cama, abrió la cortina y comprobó que la ventana no se podía abrir, luego entró al baño, encendió la luz, pero no había nada en ese lugar, no había nada.Salió hecho una furia de la habitación, Carlo lo seguía sin decir palabra con el arma fuertemente apretada en la mano, cuando bajó hacia donde estaba la recepcionista la confrontó, pero a la mujer seguía inconsciente, así que tomó la planilla y buscó desesperado en ella, pero como le había dicho la mujer, Isaac debería estar en esa habitación, pero no estaba.— No lo entiendo — dijo Toro — aquí dijeron que lo habían traído, aquí lo trajeron. ¿por qué no está aquí? — Carlo miró en todas direcciones. — Lo más probable es que lo hubieran movido de habitación, pero no tenemos tiempo de buscar en cada una de ellas — Toro caminó desesperado en todas direcciones sin saber qué hacer — Arnau tienes que decirme qué debemos hacer ahora — Toro tenía la respiración tan
El cambio de horario tenía Helene completamente confundida y alterada, no sabía cuántas horas les llevaba Italia a Colombia o al revés, solo sabía que allá era de noche o algo así. Franco la había prácticamente obligado a recostarse en una cama cerca de su habitación en el segundo piso, era una casa grande y hermosa, llena de habitaciones que Franco había construido para proteger a su grupo, aunque lo cierto según él, ya no corrían ningún riesgo, aunque Helene sintió que cuando le dijo esa frase no sonaba completamente honesto, tal vez era así, después de que logró vencer a su mayor enemigo, Pero ahora con Amadeus ya no estaba tan seguro. Si era verdad que entre él y Brenda lograron descubrir la fórmula de la Hematodrina, podrían no solo duplicarla sino poner en riesgo toda la especie de Franco, ya que necesitarían sangre de los hijos del bosque para poder producirla. Aquello, extrañamente alegró un poco a Helene, que involucraran a Franco de esa forma tan descarada era una ventaja, y
Carlo arrastró Toro por la calle, el nombre podía sentir como la sangre le corría por los pies, empapado los pantalones. Cuando el rubio le metió al auto un dolor terrible atravesó toda la espalda.No sabía si a bala había salido, lo único que sabía era que había creado un daño irreparable, lo sentía, su cuerpo lo sentía.— Estás perdiendo mucha sangre — le dijo Carlo mientras presiona con fuerza la herida de Toro y él se quejó. Los hombres que venían tras ellos fueron arremetidos por sus propios hombres, cuando estaban todos en la camioneta arrancó a toda velocidad por la calle — Val prepara en equipo médico, ¡ahora! — le dijo Carlo a través del auricular y valentina asintió.Toro comenzó a marease dentro de la camioneta, todo se movía como si estuviese drogado, como si alguna droga corriera por su sistema, pero él sabía que no era más que por la pérdida de sangre. y el olor a sangre comenzó a molestarte, entonces recordó la noche en la que murió su hijo, la recordó tan vivamente que
Arantza era una mujer alta y aunque se veía tonificada, Helene logró ver debajo de su blusa unos fuertes brazos y un muy marcado abdomen. Parecía de verdad una completa soldado. Cuando Franco las presentó, la mexicana le dio un fuerte apretón.— ¿Así que tú eres la esposa de mi compatriota? — le dijo y Helene sintió.— Gracias por acompañarme a Rusia — la mujer negó.— No tienes que agradecérmelo, de verdad, quería ir, no podía quedarme de brazos cruzados sin ayudar una mujer tan valiente como tú —Helene se abrazó a sí misma.— No soy para nada valiente, últimamente todo el tiempo tengo miedo — pero Arantza negó.— ¿crees que tener miedo te hace menos valiente? todo lo contrario, enfrentar esos miedos es lo que te hace la mujer tan fuerte que eres. Cuando Aurora me contó todo lo que has hecho, la verdad no lo podía creer no, solo te quiero acompañar estoy, orgullosa de poder hacerlo — Helene sintió que las mejillas se le enrojecieron.— Bueno chicas, creo que tengo que irme ya — les d
Cuando Toro despertó, lo primero que sintió fue la cantidad de cables y cosas que tenía conectadas al cuerpo, un sonido insistente a su derecha y la luz del sol que entraba por la izquierda en una amplia ventana. Trató de abrir del todo los ojos, pero tenía tanto sueño y agotamiento que se le impedía abrir los párpados. Sobre su mano reposaba una mano cálida y pequeña, cuando entre abrió los ojos para observar vieron a Keira a su lado, sosteniéndole la mano. Trató de hablar, pero la voz de salió rasposa y ahogada.— Cariño — dijo después de un par de intentos, la cabeza de la mujer se levantó de golpe y cuando lo miró sonrió con alegría, luego se acercó y le dejó un casto beso en los labios — ¿cómo resultó todo? — le preguntó a él y ella asintió. — Bien, la cirugía fue larga, pero estuvo bien, tuviste mucha suerte. La bala no tocó ningún órgano importante y tuvo un orificio de salida, los médicos dicen que estarás bien y que no tendrás ninguna consecuencia — Toro sintió un enor
Aurora, Arantza y Helene entraron al pequeño cuarto de hotel que la rubia alquiló, era pequeño pero cálido, hecho de madera de arce con una hoguerita encendida en la chimenea que lanzaba humo y aroma pino por todo el lugar. Era una ciudad muy pequeña, tan pequeña que Helene pensó que básicamente era un pequeño pueblito. El frío lo envolvía con fuerza, los copos de nieve volaban por todas partes y chocaban contra la pequeña ventana de cristal que tenía la habitación.— Nunca me gustó este lugar — dijo Arantza — se me congela el cu1o y no pienso bien — Aurora se sentó en la cama se sentó en la cama y se estiró.— Bien, la verdad no tengo muy claro donde podemos comenzar, hace 2 semanas se vio al hombre entrar aquí, a este pueblo, pero nunca se vio volver a salir, los informantes de franco trataron de preguntar por él, pero la gente aquí es recelosa, no les gustan los forasteros y mucho menos y extranjeros, así que puede ser un poco complicado, imagino que deben estar acostumbrados a