–Entonces supongo que aquí nos despedimos – le digo a Jared mientras volvemos al muelle, al fondo el sol comienza a alzarse, ya amaneció y por desgracia ya debemos volver a la realidad.
–Todavía tengo que llevarte a casa – responde sin mucho ánimo.
–Cierto, pero cuando volvamos a casa, las cosas serán diferentes, volveremos a ser Jared Walker y Morgan Bell, dos personas que jamás debieron haberse involucrado.
–Supongo que si – él suelta un suspiro pesado.
–Entonces vamos – no hay razón para alargar más esta despedida, creo que ya no queda nada más por decir, debemos poner los pies sobre la tierra nuevamente, debemos aceptar que nuestra realidad es muy diferente a esta que nos inventamos durante la madrugada.
Esta noche me dio todo lo que queria y mucho más, disfrutamos lo que teníamos que disfrutar y creo que val
Miro la hora en mi celular, son las cuatro de la tarde, la maquillista ya debe haber llegado para arreglarnos para la despedida de soltera de Kate, ¡Agh! La verdad no desearía ir, ¿Será que todavía estoy a tiempo para inventarme una excusa?–Morgan, ¡Baja! – me grita mi madre desde el primer piso. Creo que eso me da la respuesta, no puedo salirme de esto, es una lástima, porque la verdad es que la mayor parte del dia ha estado muy tranquila en realidad, sin Jared andando por ahí desestabilizando mi mundo, y con mi madre demasiado ocupada en Kate como para detenerse un segundo en mí, nadie me ha molestado la vida, he aprovechado el tiempo y por fin terminé el boceto del concurso.–¡Ya voy! – le grito, al tiempo en que redacto el correo para enviar mi participación al concurso. Quiero ganármelo, siempre he sido alguien competitiva, y además
–Morgan, ¿Para dónde vas? – escucho que Verónica me grita por encima de la música, pero no le doy atención, por el contrario, camino a través de todas las mujeres con las hormonas alborotadas y me abro paso para salir del bar –¡Morgan! – me vuelve a gritar, pero la verdad es que Verónica no es mi madre, de hecho, ahora que lo pienso, ¿Dónde demonios está mi madre?¿Sera que se la está montando con algun stripper en el baño? Me pregunto y me burlo de mis propios pensamientos, el hecho de imaginar a la señora Katrin Bell siempre tan recta y moralmente perfecta engañando a mi padre me parece la idea más loca de la vida. Supongo que se trata de todo el alcohol que hay en mi sangre lo que me hace pensar incoherencias.Salgo del club y me orillo en la carretera a la espera de un taxi, podría irme en el auto de mi madre, pero no
Verónica, que no está tan ebria como yo, vuelve a entrar en el club para decirle a mi madre que no me siento bien y que me llevará a casa, yo le agradezco el hecho de que me deje ser cobarde y no enfrentarme a Katrin Bell. Verónica no lo sabe, pero ella se acaba de convertir en mi mejor amiga.–Listo, tuve que buscar a tu madre por cielo y tierra – suspira volviendo afuera.–¿Dónde estaba? – le pregunto mientras me pongo en pie ayudada de su mano.–Por ahí – responde – tu familia es muy extraña, Morgan.–¿Y hasta ahora te das cuenta? – ruedo los ojos y una vez que puedo sostenerme, me limpio el rostro, debo estar desastrosa, seguramente dañe todo el trabajo que hizo Catlyn durante tanto tiempo, creo que la mujer no se hubiera esforzado tanto de haber sabido que su preciado trabajo resultaría en lágrimas derramadas por c
–Tengo que aceptar que pensé que tu “sorpresa” se trataba de algo peor – arrugo la nariz y hago comillas con los dedos – aunque definitivamente esto no es lo que tenia en mente.–Esto te hará bien – suspira Oscar.–Este chico me cae bien – lo alaba Verónica – y creo que tiene razón, debes hablar con alguien que de verdad pueda darte un consejo profesional – ella pone su mano en mi hombro.–Si Morgan, nosotros no somos los mejores referentes – chasquea la lengua – es decir, yo he engañado a Samuel como diez veces y aun asi no quiero dejarlo, ni que me deje…–Y yo no he tenido una relación estable en cinco años, asi que tambien pueden tacharme de la lista de consejeros.–¿Y ustedes de verdad creen que aquí voy a conseguir un consejo profesional? – señalo la fachada del edifi
Kate no me da atención, por lo menos no la que se merece una petición como la que acabo de hacerle, ella simplemente sigue arreglándose el escote del vestido mientras la encargada le pone el velo en el cabello, ¿Acaso es que estoy pintada en la pared? ¿Nadie escuchó lo que acabo de decir? Comienzo a desesperarme por la actitud de mi hermana y entonces me levanto del pequeño silloncito en el que estaba sentada y me acerco a ella.Kate está ensimismada, ella se dedica a mirarse al espejo mientras el velo le cubre el rostro y acomoda las flores en el centro de su abdomen, ¡No puedo dejar que ella haga esto! Trago saliva y me aclaro la garganta antes de volver a hablar.–Kate, escúchame, no puedes casarte con Jared Walker.–Y vuelve la burra al trigo – rueda los ojos y suelta un bufido. Ella si me escuchó, pero tal parece que no le interesa lo que le estoy dic
–Vámonos a casa – Verónica me sostiene de la cintura, me agarra como si de repente a mi se me hubiera olvidado como demonios caminar.Aunque para ser sincera si me siento un poco lenta, lo suficiente como para no saber usar mis piernas de forma correcta, estoy estupefacta, impactada por lo que acaba de suceder y por la manera en al que mi familia decidió no creerme sin ni siquiera escucharme.Ahora que lo pienso bien, ¿Qué es lo que me sorprende? ¡Ellos nunca me han querido como parte de la familia!, me grita mi subconsciente.Mi madre a duras penas me llama cuando estoy en Seattle, y sé que lo hace nada mas porque sabe que es más fácil mantener una conversación por teléfono que tenerme cerca. No sé ni porque demonios vine a este matrimonio, yo debí haberme quedado en mi ciudad, en mi departamento, trabajando y pasando el tiempo con personas que no tienen la cap
Siento que me pongo caliente enseguida y que todo mi cuerpo comienza a hormiguear, tenerlo cerca no me hace bien, es lo que menos necesito en este momento, no solo porque estoy jodidamente enamorada sino porque ahora aparte de mi amor tambien siento odio, quisiera matarlo con mis propias manos, y sé que es absurdo lo que estoy diciendo, pero es que no encuentro como mas describir lo que siento dentro del pecho.A este nuevo capitulo de mi vida vamos a llamarlo: Matando al amor. Si, creo que no hay mejor nombre para lo que quiero hacer, que ese.–¿Qué putas tienes en la cabeza, Bell? – gruñe y se acerca un par de pasos hacia mí.Pero no me malinterpreten, él no lo hace en un plan romántico, no como si quisiera besarme, sino todo lo contrario, como si justo ahora lo único que quisiera hacerme fuera tirarme por la ventana.Miro a mi espalda y trago saliva, me alejo un poco a la derecha del v
–Oscar, tu celular está sonando – le muevo la pierna para que se despierte, pero él está tirado en mi cama como una roca, bueno, sería una roca si no estuviera roncando tan fuerte – no entiendo como tu novio quiere mudarse contigo, ¿Ya se enteró de lo mucho que roncas? – le pregunto.Él suelta un gruñido y se acomoda un poco mas en la cama, yo agarro su celular y lo pongo en silencio para que no lo despierte, el hombre se merece descansar, por lo menos uno de los dos debe estar lucido el dia de mañana, porque definitivamente esa no voy a ser yo.Son casi las tres de la mañana y estoy sentada en la silla de mi escritorio, abrazándome las piernas y pensando en cómo voy y a hacer para soportar las horas que me quedan por delante. No sé cómo voy a verlo caminar al altar, pero entre mas lo pienso, mas me doy cuenta de que en realidad yo no voy a dejarlo