–Buenos días solecito – me saluda Oscar desde la barra mientras yo abro los ojos y me adapto a la luz del sol que entra por las ventanas.
–¿Por qué estás despierto? – refunfuño.
–Porque tengo que trabajar – explica.
–¡Ah si! Se me olvidaba – vuelvo a tirarme en el sofá y me cubro los ojos con la cobija que me prestó anoche.
–Yo tengo que trabajar, tú por otra parte, puedes quedarte durmiendo todo el dia, hoy te voy a consentir como te lo mereces – Oscar me trae café, pan, huevos revueltos y tocino a la mesita de centro de la sala, para que asi yo no tenga que ponerme en pie.
–No estoy invalida – le recuerdo.
–Lo sé, pero no quiero que te esfuerces.
No sé que es peor, si la forma en que mi madre me trata como si mis sentimientos no fueran importantes, o ver a Oscar tratá
Regreso a casa sintiéndome como una completa desgraciada, no solo traicioné a mi hermana al haberme metido con su prometido, si no que ahora además de todo acabo de clavarle el puñal en la espalda, lo hice porque no me importa que tan metida este en todo este problema, el asunto aquí es que Kate tiene que saber la verdad respecto a Jared y yo, no puedo dejar que ella se case con un mentiroso, con alguien que no la quiere y que esta jugando con sus sentimientos.Aunque el problema de toda esta situación es que yo no estoy muy segura de que Kate no sepa la verdad. Quiza si la sabe, solo que no le importa demasiado.Regreso al edificio de Oscar rápidamente y mirando sobre mi hombro cada dos segundos, no quiero que Kate me siga y sepa dónde estoy, porque estoy segura de que todos en casa saben que me estoy quedando a vivir con Oscar, pero nadie conoce específicamente su dirección.Me meto en el de
–Contesta, maldita cucaracha – le pido al teléfono mientras suena el tono.Se escucha un vitoreo de las personas a mi alrededor, asi que tratando de escuchar mejor lo que pasa a través de mi teléfono, voy a una de las esquinas más apartada y me tapo un oído con un dedo, mientras que en el otro oído mantengo mi teléfono pegado.–¿Quieres hablar conmigo? ¡Pues bien! Yo voy a darte la oportunidad de hacerlo – digo con la voz lenta y pastosa. Estoy ebria, demasiado ebria para ser sincera.Los gritos se hacen más fuertes, creo que el show acaba de empezar, Oscar me va a matar cuando se entere que me lo estoy perdiendo, pero es que realmente en este momento tengo que hablar con Jared Walker, eso o hacerme un exorcismo para olvidarlo, y justo ahora me queda más fácil la llamada. A menos de que haya un cura en medio de todas las personas en este bar… ¡
Me quedo pasmada al escuchar su voz, pero enseguida sigo caminando hacia la salida del bar, debo salir, debo cruzar una esquina y esconderme a donde él ya no pueda verme, ¡Dios! No sé lo que estoy haciendo, soy una ebria tonta que está atrapada en un laberinto, me siento como un ratón en medio de tantas personas, estoy sudando, mis piernas están pegachentas, tengo el estomago vacío y rugiendo de hambre, y mi cabello debe estar asqueroso por todo el sudor y los productos que hay en el ambiente.No escucho más a Jared, asi que me tranquilizo un poco, quiza pensó que no era yo, quiza me salvé de estas, pienso, antes de que él se me ponga en frente.–¿Jugando a las escondidas? – me pregunta, tiene el ceño fruncido, está cabreado, es obvio y su expresión corporal me lo confirma.Trago saliva y busco a Oscar, ¡joder! ¿Dónde está
–¡Carajo Morgan! ¿Estás bien? – Jared intenta agarrarme del brazo para ayudarme a poner en pie, pero la verdad no tengo ganas de levantarme, así que simplemente me quedo tirada sobre el asfalto como si fuera una pordiosera.Doy lastima, de eso no tengo ninguna duda, creo que si cualquier persona que no me conociera me viera en este momento, de seguro me tirarían moneditas. Ahora que lo pienso bien, podría ser una buena idea para recaudar dinero, contarle al mundo mis desgracias.–Morgan, ponte en pie – Jared me hala, pero es inútil porque yo no hago ni el más mínimo esfuerzo de moverme.–Déjame aquí y lárgate – me incorporo ligeramente, estiro mis piernas y me recuesto contra una de las llantas del auto, voy a destrozar el vestido, pero no es como si me importara demasiado.Después de que le acabo de rogar amor a un hombre que me d
Siento que algo magrea mi pecho izquierdo, el contacto es suave, casi involuntario, el masaje en mis pezones hace que mis bragas se humedecen enseguida, ¡joder! Llevo demasiado tiempo sin sexo, tal vez esa sea la razón por la que últimamente ando tan cansada y amargada, me hacen falta endorfinas para poder continuar con mi vida.Me relajo y dejo que me sigan manoseando, sé que es Jared el que lo esta haciendo y no me interesa, además que hace frio y no quiero moverme de la cama todavía, ni siquiera pretendo abrir los ojos en un buen tiempo. Voy a seguir fingiendo que esto se siente bien, por lo menos hasta que tenga que volver a poner los pies sobre la realidad.Muevo el culo ligeramente hacia atrás y mis nalgas se chocan con algo duro, es un bulto, grande y erguido, ¡¿Esto es lo que creo que es?! Me cuestiono mientras me presiono un poco más, no me importa que Jared piense que soy una zorra, total, es
–¿Qué estás haciendo aquí? – me pregunta.Yo frunzo el ceño y abro la boca formando una gran O, no puedo creer que ella me esté preguntando esto, ¡Es mi madre! Debería estar feliz de la posibilidad de que yo hubiera vuelto a casa. Pero no, Katrin Belll parece que hubiera preferido ver a un fantasma que a mí.–¿Vine a dormir…?Ella chasquea la lengua y mira a nuestro alrededor, ve las sábanas de la cama completamente desordenadas y mi sexto sentido me dice que está buscando la otra cama, en la que yo debería haber dormido ayer.–¿Qué es lo que está sucediendo aquí? – se cruza de brazos.Miro a Jared y le abro los ojos haciéndole una seña para que se calle la boca y no vaya a decir nada que pueda comprometernos.–No sé de que estas hablando – levanto unca cej
Sigo buscando alguna cosa que pueda ponerme para cubrirme, no me atrevo a bajar a la mesa de comedor usando todavía solamente la camiseta vieja de Jared, no con el genio de mi padre y con las ganas que tiene mi madre de quitarme el apellido Bell, pero parece que todos mis pantalones se esfumaron, ¡Debió haber sido Kate! Siempre quiso que yo le regalara mi ropa, pero yo siempre me negué.Busco en una caja de ropa vieja y encuentro una sudadera de tela afelpada que tiene la palabra Bitch en el culo escrita con diamantes minúsculos plateados, ¡Genial! Seguramente mi madre adorará este pantalón. Ahora que lo pienso bien, no recuero haber comprado este pantalón, yo nunca fui el tipo de chica que usaba cosas rosas ni mucho menos con diamantes falsos.Me pongo el pantalón y agradezco que la camiseta me cubra el culo, asi no tengo que soportar otra discusión por mi forma de vestir.Agarro tambien
–Estoy orgulloso de ti, Morgan – me dice Oscar.Yo lo miro de reojo, sus palabras están cargadas de sarcasmo – ¿Tu? ¿Orgulloso de mi? Pero si hasta hace un par de días querías que me lo follara – le recuerdo.–Todavía quiero que lo hagas, tu sabes, nada mas por la experiencia.–¡Aja! ¿Entonces porque me mientes? Admítelo, dime que estás decepcionado y que esperabas más de mi – lo molesto dándole un codazo amistoso por el costado.–Porque después de anoche me prometí a mi mismo volverme una persona diferente.–Anoche nos cambió a ambos, ¿Eh?–Si, creo que Samuel va a terminar conmigo.–¿Te refieres a tu novio que todavía no conozco? ¿El mismo al que le has puesto los cachos como mil veces?–¡No lo digas de esa forma!