–¿No te parece muy extraño que Kate y Jared no estén juntos? – pregunto mirando por la ventana del auto que mi madre conduce.
–No tienen que estar juntos todo el tiempo – suelta ella.
–No, por supuesto que no, pero se supone que llegarían juntos a casa, ¿No es cierto? ¿Dónde estaban? ¿Haciendo qué? ¿Por qué no están juntos? – me cuestiono. Por más que intento no darle vueltas a todas las cosas extrañas en la relación de Kate y Jared no puedo dejar de hacerlo, es que ellos dos son jodidamente misteriosos, al principio yo pensé que Jared estaba jugando con Kate, pero entre más tiempo pasa, más siento que quiza son ellos dos juntos los que están jugando con el resto de la familia, pero ¿Por qué? ¿Por qué Kate insiste en casarse con un hombre que no la quiere? ¿Qué
La adrenalina me corre a través de todas las venas del cuerpo mientras siento sus manos guiándome al ritmo de la canción, Jared baila con propiedad, ni siquiera parece que necesite tomar lecciones, es diestro, hábil, tiene todo el poder y el control sobre la situación.–¿Qué significa eso? – le pregunto con miedo a su respuesta – ¿Qué me quieres decir con eso de que no puedes dejar de pensar en mí?–Justamente eso, no estoy hablando en sentido figurado, tampoco estoy escondiendo nada, es tan sencillo como que, desde que te vi, no he podido dejar de imaginarte… – yo espero que él siga hablando, pero entonces, la instructora de baile se acerca a nosotros, ¿No pudo haber elegido un peor momento? ¡Diablos! Jared Walker está a punto de confesarme cosas que he querido escuchar desde que era una chica tonta con un mal corte de cabello.&
–Morgan, ¡Espera! – me grita Jared, pero yo no quiero verlo a los ojos, no ahora, no después de que le he dado una cachetada en frente de todo el mundo, no es que me arrepienta, pero estoy segura de que esta bofetada traerá muchas preguntas a las que voy a tener que encontrar una respuesta.Corro afuera del estudio de baile y le ruego al cielo para que Jared no me alcance, debo alejarme de él y de todos, quiero dejar de sentirme tan sucia como en este momento. Bajo los escalones y me agarro de la baranda porque por un momento pierdo el equilibrio, y lo que menos deseo es terminar de bruces en la acera de enfrente, eso si seria lo peor que podría pasarme justo ahora.Me cubro los brazos desnudos, afuera hace frio y el cielo se ve rojo sobre las nubes y las estrellas, está triste, igual que yo.–¡Por Dios, Morgan, no sabes cuan feliz me siento de verte! – me grita Kate, cruzando l
Afuera se pone a llover a cantaros, yo dejo que la lluvia me empape de los pies a la cabeza mientras camino a la casa de mi mejor amigo, me siento tonta, estúpida y muy dolida, no puedo creer que mi madre me haya echado de la casa, ¡Se supone que soy su hija! Debería estar feliz de que yo esté aquí estos días, no debería estarme echando como si fuera un perro. Es que ni siquiera eso, creo que hay perros a los que tratan mejor que a mí en este momento.El cabello se me pega a ambos lados de la cara y me toca quitármelo con las manos, estoy tiritando, mi pecho sube y baja con rapidez, pero no por el frio, si no por las lagrimas que salen de mis ojos.Oscar debe estar cansado de mis dramas, harto de que cada vez que llego con él sea para usarlo como pañuelo de lágrimas. Pero es que no tengo a nadie más, literalmente, creo que nunca habia estado tan sola como en este preciso momento d
–Buenos días solecito – me saluda Oscar desde la barra mientras yo abro los ojos y me adapto a la luz del sol que entra por las ventanas.–¿Por qué estás despierto? – refunfuño.–Porque tengo que trabajar – explica.–¡Ah si! Se me olvidaba – vuelvo a tirarme en el sofá y me cubro los ojos con la cobija que me prestó anoche.–Yo tengo que trabajar, tú por otra parte, puedes quedarte durmiendo todo el dia, hoy te voy a consentir como te lo mereces – Oscar me trae café, pan, huevos revueltos y tocino a la mesita de centro de la sala, para que asi yo no tenga que ponerme en pie.–No estoy invalida – le recuerdo.–Lo sé, pero no quiero que te esfuerces.No sé que es peor, si la forma en que mi madre me trata como si mis sentimientos no fueran importantes, o ver a Oscar tratá
Regreso a casa sintiéndome como una completa desgraciada, no solo traicioné a mi hermana al haberme metido con su prometido, si no que ahora además de todo acabo de clavarle el puñal en la espalda, lo hice porque no me importa que tan metida este en todo este problema, el asunto aquí es que Kate tiene que saber la verdad respecto a Jared y yo, no puedo dejar que ella se case con un mentiroso, con alguien que no la quiere y que esta jugando con sus sentimientos.Aunque el problema de toda esta situación es que yo no estoy muy segura de que Kate no sepa la verdad. Quiza si la sabe, solo que no le importa demasiado.Regreso al edificio de Oscar rápidamente y mirando sobre mi hombro cada dos segundos, no quiero que Kate me siga y sepa dónde estoy, porque estoy segura de que todos en casa saben que me estoy quedando a vivir con Oscar, pero nadie conoce específicamente su dirección.Me meto en el de
–Contesta, maldita cucaracha – le pido al teléfono mientras suena el tono.Se escucha un vitoreo de las personas a mi alrededor, asi que tratando de escuchar mejor lo que pasa a través de mi teléfono, voy a una de las esquinas más apartada y me tapo un oído con un dedo, mientras que en el otro oído mantengo mi teléfono pegado.–¿Quieres hablar conmigo? ¡Pues bien! Yo voy a darte la oportunidad de hacerlo – digo con la voz lenta y pastosa. Estoy ebria, demasiado ebria para ser sincera.Los gritos se hacen más fuertes, creo que el show acaba de empezar, Oscar me va a matar cuando se entere que me lo estoy perdiendo, pero es que realmente en este momento tengo que hablar con Jared Walker, eso o hacerme un exorcismo para olvidarlo, y justo ahora me queda más fácil la llamada. A menos de que haya un cura en medio de todas las personas en este bar… ¡
Me quedo pasmada al escuchar su voz, pero enseguida sigo caminando hacia la salida del bar, debo salir, debo cruzar una esquina y esconderme a donde él ya no pueda verme, ¡Dios! No sé lo que estoy haciendo, soy una ebria tonta que está atrapada en un laberinto, me siento como un ratón en medio de tantas personas, estoy sudando, mis piernas están pegachentas, tengo el estomago vacío y rugiendo de hambre, y mi cabello debe estar asqueroso por todo el sudor y los productos que hay en el ambiente.No escucho más a Jared, asi que me tranquilizo un poco, quiza pensó que no era yo, quiza me salvé de estas, pienso, antes de que él se me ponga en frente.–¿Jugando a las escondidas? – me pregunta, tiene el ceño fruncido, está cabreado, es obvio y su expresión corporal me lo confirma.Trago saliva y busco a Oscar, ¡joder! ¿Dónde está
–¡Carajo Morgan! ¿Estás bien? – Jared intenta agarrarme del brazo para ayudarme a poner en pie, pero la verdad no tengo ganas de levantarme, así que simplemente me quedo tirada sobre el asfalto como si fuera una pordiosera.Doy lastima, de eso no tengo ninguna duda, creo que si cualquier persona que no me conociera me viera en este momento, de seguro me tirarían moneditas. Ahora que lo pienso bien, podría ser una buena idea para recaudar dinero, contarle al mundo mis desgracias.–Morgan, ponte en pie – Jared me hala, pero es inútil porque yo no hago ni el más mínimo esfuerzo de moverme.–Déjame aquí y lárgate – me incorporo ligeramente, estiro mis piernas y me recuesto contra una de las llantas del auto, voy a destrozar el vestido, pero no es como si me importara demasiado.Después de que le acabo de rogar amor a un hombre que me d