Estimadas lectoras y lectores ¿Será cierto lo que piensa Ana? ¿Será que Alexis solo será una aventura de fin de semana? ¿Que sucederá con Dominik? ¿Que futuro les deparará a Ana, Diego, Alexis y Dominik?
--- Alexis Betancourt ---Estaba en la cocina preparando café, llevábamos buen tiempo, de pronto me percaté de que Ana no había llegado a la cocina, camino hacia la habitación y la veo recargada en el marco de la puerta.- ¿Qué sucede? – Le susurro al oído, llegando por detrás y la tomo de la cintura.Hoy lleva puesta una de las tantas prendas que había guardado en mi alcoba, su aroma me enloquece, si no fuera porque debemos ir a trabajar y debo revisar algunos contratos, me encerraría con ella todo el día.- Nada… Dice dando un respingo al sentir mi aliento en su oído.No puedo negar que esas reacciones me fascinan, ella no me parece una chica experta, me seduce con su inocencia. La verdad es que al principio cuando escuche que ella había vivido con el tipejo aquel del café, me molesto, soy hombre e imaginar que la mujer con la que te acuestas ya estuvo con alguien más, sinceramente me encabronaba, pero siendo objetivo, no tengo ningún derecho de molestarme por esa nimiedad.- Ven… Pr
--- Diego Sánchez ---Mi fin de semana fue un completo desastre, Cassandra estaba lo que seguía de encabronada conmigo, mi futuro matrimonio pendía de un hilo y lo peor no era eso, lo peor era que en mi cabeza solo rondaban las escenas que viví en aquel puto café. El idiota que acompañaba a Isa, ese malnacido, la llama Ana, ella no es Ana, ella es mi Isa, sí que soy un maldito pendejo, no sé qué demonios me está ocurriendo, pero no puedo sacarme de la cabeza a Isa y ese pendejo.En la oficina, por más que intento, nada me cabe, nada me entra en la cabeza, así que lo mejor que puedo hacer es tomar mi blazer y largarme de aquí. Es lo que precisamente estoy haciendo cuando mi padre irrumpe en mi oficina.- ¿Qué demonios piensas que estás haciendo? – Me dice en tono obviamente molesto.- ¿Tan pronto te llegó el chisme…? – Le respondo de manera indiferente.- ¿Eres idiota o te haces?- ¡No lo sé! Tú dímelo, porque hasta hace meses, era tu campeón, ¿No?- Si perdemos la oportunidad de unirno
--- Diego Sánchez ---Luego de varios abrazos y lágrimas por parte de mis familiares y amigos cercanos, subimos a la camioneta de mi padre y fuimos a comer.No me lo tomen a mal, pero esa reunión estaba bien, no obstante, yo necesitaba un buen baño y dormir, por fin dormir en una cama cómoda y calentita, así que me despedí de todos y fui hacer lo que traía en mente. Dormí toda la tarde y noche, por el momento no contaba con celular, mis padres me habían quitado todo.El celular solo lo quería para marcarle a ella, en el pasado desde mi ventana podía ver su ventana, así que me asome, topándome con una gran sorpresa, su sencilla casa ya no estaba, las paredes de su modesta casa y colado de teja ya no estaban. En su lugar ahora estaba una casa de dos niveles y la rodeaban unos altísimos muros, inmediatamente, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, solo había una explicación a ello, ella junto con su familia tal vez salieron huyendo de mí, tal vez vendieron su hogar y se fueron de aquí.
Diego y yo nos conocimos en el último semestre de preparatoria, éramos de colegios distintos, mientras él estudiaba en un colegio privado, yo asistía a un colegio de gobierno.Todo surgió como una extraña amistad, nos conocimos en una fiesta por conocidos en común, ese día él me pidió mi número telefónico y se lo proporcioné, al principio no tuve interés en ello, en ese momento, no estaba interesada en encontrar novio o algo por el estilo.Grande fue mi sorpresa cuando él comenzó a escribirme casi a diario, él hacía lo posible para que nos encontráramos en la parada de autobús, casi siempre a la salida, nuestras charlas eran amenas, en ocasiones me dolía la panza de tanto reír.Diego, poco a poco, se fue metiendo en mi vida, su plática, su sonrisa, sus detalles hicieron que, sin querer, me fuera atrayendo hasta que un día cualquiera, entre nuestras muchas escapadas después del colegio, me besó y ese beso fue el comienzo de mi propio fin.Fueron dos años, llenos de momentos buenos y ma
Todos en esta vida, en algún momento, necesitamos pagar para que alguien escuche nuestra historia, le dicen “Ir al psicólogo”, después de muchas conversaciones con mi familia, finalmente acepte ir. Llegue 10 minutos antes, me siento nerviosa, estoy inquieta, jamás había pisado un lugar así, seguramente mi familia me cree una desequilibrada y no es para menos, luego del último arranque que tuve. En mi defensa, solo puedo decir que es lo último, ya no pude aguantar más.Aún recuerdo ese día como si fuera ayer, ese día sufrí la más grande humillación de todas, si en el pasado había sido humillada por Diego, esta ocasión la situación rebaso todo lo que había vivido con él, además de que teníamos público. Lo peor de todo fue ver los ojos de mi madre, ella realmente estaba asustada y vi decepción en su mirada, en ese momento lo supe, había tocado fondo.Pensando en ello, me levante, cogí la mano de mi madre y decidí que, desde ese día haría todo lo que estuviera a mi alcance para olvidarme
Han pasado ya unos días desde que comencé las terapias, la doctora Enedina no ha resultado una loca, al contrario, parece ser una persona de confianza, aunque siendo sincera, en las siguientes sesiones no he vuelto a hablar de Diego. Debido a ello, hemos preferido mejor hablar un poco de mi infancia y adolescencia, hay cosas en las que trabajar, pero no son trascendentales.La doctora no me ha presionado con el tema de Diego, ella me escucha y luego me da algunas actividades a trabajar hasta la siguiente sesión.Si soy totalmente honesta, no he querido hablar sobre él, no porque no quiera, sino porque me da pena aceptar todo lo que viví a su lado. Diego fue todo un caballero para reconquistarme, pero ese caballero desapareció y se convirtió en el peor de los demonios.Un simple perdón, una larga charla, un café y unas flores bastaron para perdonarle. Su mirada realmente mostraba arrepentimiento, su nerviosismo y la sinceridad con la que hablo, fueron todo lo que necesitaba para desarm
--- Ana Teyssier ---August Dominik Müller era considerado un adonis, un hombre casi, casi hecho a mano, se decía en los pasillos, el hombre seguro no pasaba de los cuarenta y tantos años, su rostro era muy característico, contaba con unos rasgos muy bien definidos. Poseía ojos verdes claros, unos labios gruesos y llamativos, su cabello era corto, quebrado, rubio y bien peinado, a pesar de los años, el hombre poseía una figura atlética y tonificada, la cual resaltaba en sus trajes hechos por diseñadores exclusivos seguramente.Se dice que el hombre tiene un carácter difícil, incluso dicen que su carácter ahora es más complicado debido a su divorcio. Profesionalmente, he tenido oportunidad de revisar algunos temas de trabajo y a mí, personalmente, me ha dado la impresión de ser un hombre amable, estricto pero amable.Dominik como le dice mi jefe y la mayoría en la compañía, he de ser sincera, sí, efectivamente, se me hace un hombre atractivo, aunque frío como un témpano de hielo, su mi
--- Dominik Müller---Finalmente, tómo el folder que Ana me entrega, lo leo con detenimiento tal como con todas las candidatas, me sorprendo al ver que varios conceptos que manejo todos los días. Vaya, esta niña los conoce al derecho y al revés, resulta que Ana tenía más experiencia que todas las candidatas juntas, eso era excelente, aunque dudaba por su edad, tuve que tragarme los pensamientos antes expuestos en mi mente.Luego de leer el archivo, cambio mi gesto y dirijo mi mirada a la de aquella niña.— ¡Hola, Ana! ¿Cómo estás? – Digo usando un tono de voz no tan intimidante.— ¡Hola, señor Müller! Estoy bien y ¿usted? – Me responde ella con mucha seguridad y genuino interés.— Bien, visitando México… — Respondo con naturalidad.He de reconocer que he trabajado con Ana, desde que Mauro la contrato, se me ha hecho una chica jovial y amable; además de responsable, todo lo que le he pedido, siempre lo ha tenido listo, sé que es una chica con carácter y mucha determinación, lo que no c