CAPÍTULO 69: EL RASTROHazelNunca en mi vida me había sentido tan incómoda, tan… perdida. Trato de no detenerme demasiado en todo lo que ha ocurrido, porque sé que si lo hago, voy a romperme. Y no puedo permitirme romperme ahora. Pero los pensamientos están ahí, acechándome, como un eco constante que no puedo apagar.Traición tras traición. Me han usado, manipulado, engañado y vuelto a usar como si no fuera más que una pieza en un tablero de juegos que nunca pedí jugar.Primero Erik. El Alfa que me arrancó de mi vida, que me marcó como suya sin darme una opción. Luego Axel, con sus palabras y promesas vacías. Y finalmente Kara. Siempre ahí, como una sombra, como una maldit4 piedra en mi zapato. Me odio a mí misma por no haber visto quién era realmente. Por haberle permitido manipularme, aprovecharse de mi amnesia y hacerme dudar incluso de mi propia existencia. Soy una idiota por no haberlo visto venir.Pero no puedo evitarlo. También siento un resentimiento profundo hacia Erik. Si n
CAPÍTULO 70: DEFENDIENDO EL PUESTO DEL ALFARosieAxel y yo seguimos moviéndonos en círculos uno frente al otro, como una danza en la que cada depredador se mira, listo para atacar. Los murmullos de la manada se escuchan lejanos, apagados por el rugido de mi propia respiración y el latido frenético de mi corazón. No puedo permitir que vea mi miedo, aunque lo sienta como una fuerte presión en el pecho.—Vamos, ¿o acaso me tienes miedo? —su voz es pura burla y desafío, intenta encontrar una grieta en mi aparente seguridad.Aprieto los dientes y sin responder, me lanzo hacia él. Mis garras se extienden, buscando su pecho, pero el impacto apenas lo mueve. Es como chocar con una pared de piedra. Axel sonríe de forma arrogante y me hace querer arrancársela de la cara. Antes de que pueda reaccionar, su mano se eleva, rápida y brutal, y me golpea con tal fuerza que me lanza al otro lado del círculo.El aire abandona mis pulmones en un jadeo, y mi espalda choca con el suelo con un impacto que
CAPÍTULO 71: DESAFIANDO EL VÍNCULOHazelErik se acerca a mí con una sonrisa que parece iluminar la habitación. Es tan extraño verlo así, como si por un momento hubiera olvidado todo lo que nos atormenta. Pero no me permito disfrutarlo. Mi corazón late con fuerza, y una parte de mí quiere dejarse llevar por esa expresión, pero la otra, más cautelosa, sabe que debo mantener la distancia.Cuando toma la hebra de cabello de mi mano, sus dedos rozan los míos, y un escalofrío recorre mi piel. Lo observa un momento antes de acercárselo a la nariz y aspirar profundamente.—Es ella… —susurra—. Puedo rastrearla. Pero… —vacila—. Le pediré ayuda a alguien que podría hacerlo incluso mejor que yo.Mi pecho se contrae al escuchar eso. Hay algo en su voz, en la forma en que evita mirarme, que hace que las alarmas se enciendan en mi interior.—Erik… —digo, intentando que mi voz no tiemble—. La conoces, ¿verdad?Sus ojos finalmente encuentran los míos, pero no hay sinceridad en su mirada. Es como si u
CAPÍTULO 72: LA CAÍDA DE UN ALFARosieMi loba aúlla, un lamento desgarrador que parece rasgar el aire, pero no dejo que esa agonía me paralice. Kelan está tirado en el suelo, inmóvil, su sangre oscurece la tierra bajo él. Verlo así me destroza, pero no puedo permitir que Axel vea mi dolor. Si lo hace, lo usará contra mí.—Vamos, Rosie —dice con su tono insolente, y la voz fría y calculadora como siempre—. No quiero matarte. Después de todo, fuiste parte de mi manada alguna vez, y además, de mucha utilidad. Sin ti, no habría podido engañar al imbécil de tu hermano.Sus palabras son como un puñal que atraviesa mi pecho. Utilidad. Eso es todo lo que fui para él, una herramienta en su juego retorcido contra Erik. No es que me importe o me duela, pero me da demasiado coraje saber que me usaron sin siquiera poder evitarlo. Aprieto los dientes y mis manos se transforman, mis garras se extienden mientras mi cuerpo vibra de pura furia.—No me interesan tus problemas con él —rujo con una inten
CAPÍTULO 73: INTERRUPCIÓNErikEl ardor que recorre mi brazo es brutal, como si una cuchilla al rojo vivo me estuviera cortando la carne, recordándome el lazo que me ata a Kara. Ese maldito vínculo, esa prisión invisible, me quema con cada segundo que paso cerca de Hazel, porque sé que ella es quien debería ser mía. Y aun así, no me importa. Podría arder en el infierno una y otra vez si eso significara tenerla entre mis brazos.Hazel está temblando, aunque no sé si es por el frío de la noche o por la tensión que fluye como una corriente eléctrica entre nosotros. Mi aliento, caliente y áspero, se mezcla con el suyo en el aire que nos rodea. No sé quién está más desesperado, si mi lobo o yo. Su aroma, tan dulce y tentador, me embriaga, envolviendo todo mi control en un caos primitivo.—Esto es una locura —susurra con voz quebrada, sus ojos brillan bajo la luz tenue.—Lo sé —murmuro con voz baja, gruesa y cargada de deseo mientras cierro la distancia entre nosotros—, pero no puedo resist
CAPÍTULO 74: PERDÓNAME HAZELErikActúo instintivamente, interponiéndome entre ambas mujeres y atrapando a Kara antes de que pueda llegar a Hazel. La empujo hacia atrás rodeándola entre mis brazos.—¡Erik! —grita Kara—. ¡Apártate!—No voy a permitir que la toques —gruño, mi lobo está al borde de tomar el control completo.Pero Hazel, en lugar de retroceder, da un paso adelante.—Déjala, Erik —dice con una calma peligrosa—. Si quiere pelear, yo no voy a correr.Mis instintos gritan en desacuerdo, pero antes de que pueda reaccionar, Kara aprovecha mi distracción y se lanza hacia Hazel nuevamente. Esta vez, Hazel no se queda atrás. Esquiva el golpe de Kara y se atreve a lanzarle uno que le da directo en el vientre.Kara jadea y levanta la mirada hacia ella con odio puro.—Fue un grave error enseñarme —le dice Hazel con una sonrisa triunfante.La pelea estalla en una mezcla de movimientos rápidos y gruñidos salvajes. Kara, en su forma semi-lupina, es más fuerte, pero Hazel es astuta, util
CAPÍTULO 75: ELLA ESTÁ EN PELIGROHazelMi loba está tan débil que apenas la puedo sentir. Ver a Erik besando a Kara fue demasiado destructivo, el dolor es tan profundo que pensé que moriría. Mis heridas físicas ya han sanado, pero el dolor en mi corazón sigue ahí, abierto y con sal en la herida.No puedo estar cerca de él si está con ella, aunque sepa en el fondo que su lobo me reclama a mí. Kara jamás renunciaría al lazo, él está atado a ella hasta el día en que muera de verdad.He corrido por tanto tiempo que no soy consciente de los kilómetros que he avanzado hasta que veo las luces de la ciudad nuevamente en la línea del horizonte.El sol ya está a punto de salir. Recién entonces me detengo con la respiración agitada y conteniendo el nudo en la garganta que apenas me deja respirar.Sin embargo, un sonido entre los árboles me pone en alerta.—¿Quién está ahí? —pregunto con un gruñido de advertencia.El ruido entre los árboles se intensifica, y mi cuerpo, agotado como está, entra e
CAPÍTULO 76: SALVANDO A ROSIEHazelEl estado de Rosie es crítico, demasiado crítico. Su piel está tan pálida que parece hecha de cera, y la sangre empapa su ropa. Su respiración es débil, entrecortada, y sus labios se mueven como si luchara por aferrarse a la consciencia.Kael la sostiene en sus brazos con una facilidad que me descoloca, como si no pesara más que una pluma. Su expresión es tensa, pero no pierde la calma, como si estuviera acostumbrado a lidiar con situaciones límite. Rosie se tambalea entre la lucidez y la inconsciencia, murmurando palabras que apenas se entienden.—Tenemos que llevarla de vuelta a la mansión —digo con urgencia.Pero entonces, un susurro débil sale de los labios de Rosie:—No… ahí no.Mis ojos se llenan de desesperación al ver que todavía intenta hablar, incluso en este estado. Miro a Kael, buscando respuestas, pero también dudando si puedo confiar en él.—No podemos curar sus heridas aquí —responde, y sus ojos grises se clavan en los míos—. Si no ha