CAPÍTULO 72: LA CAÍDA DE UN ALFARosieMi loba aúlla, un lamento desgarrador que parece rasgar el aire, pero no dejo que esa agonía me paralice. Kelan está tirado en el suelo, inmóvil, su sangre oscurece la tierra bajo él. Verlo así me destroza, pero no puedo permitir que Axel vea mi dolor. Si lo hace, lo usará contra mí.—Vamos, Rosie —dice con su tono insolente, y la voz fría y calculadora como siempre—. No quiero matarte. Después de todo, fuiste parte de mi manada alguna vez, y además, de mucha utilidad. Sin ti, no habría podido engañar al imbécil de tu hermano.Sus palabras son como un puñal que atraviesa mi pecho. Utilidad. Eso es todo lo que fui para él, una herramienta en su juego retorcido contra Erik. No es que me importe o me duela, pero me da demasiado coraje saber que me usaron sin siquiera poder evitarlo. Aprieto los dientes y mis manos se transforman, mis garras se extienden mientras mi cuerpo vibra de pura furia.—No me interesan tus problemas con él —rujo con una inten
CAPÍTULO 73: INTERRUPCIÓNErikEl ardor que recorre mi brazo es brutal, como si una cuchilla al rojo vivo me estuviera cortando la carne, recordándome el lazo que me ata a Kara. Ese maldito vínculo, esa prisión invisible, me quema con cada segundo que paso cerca de Hazel, porque sé que ella es quien debería ser mía. Y aun así, no me importa. Podría arder en el infierno una y otra vez si eso significara tenerla entre mis brazos.Hazel está temblando, aunque no sé si es por el frío de la noche o por la tensión que fluye como una corriente eléctrica entre nosotros. Mi aliento, caliente y áspero, se mezcla con el suyo en el aire que nos rodea. No sé quién está más desesperado, si mi lobo o yo. Su aroma, tan dulce y tentador, me embriaga, envolviendo todo mi control en un caos primitivo.—Esto es una locura —susurra con voz quebrada, sus ojos brillan bajo la luz tenue.—Lo sé —murmuro con voz baja, gruesa y cargada de deseo mientras cierro la distancia entre nosotros—, pero no puedo resist
CAPÍTULO 74: PERDÓNAME HAZELErikActúo instintivamente, interponiéndome entre ambas mujeres y atrapando a Kara antes de que pueda llegar a Hazel. La empujo hacia atrás rodeándola entre mis brazos.—¡Erik! —grita Kara—. ¡Apártate!—No voy a permitir que la toques —gruño, mi lobo está al borde de tomar el control completo.Pero Hazel, en lugar de retroceder, da un paso adelante.—Déjala, Erik —dice con una calma peligrosa—. Si quiere pelear, yo no voy a correr.Mis instintos gritan en desacuerdo, pero antes de que pueda reaccionar, Kara aprovecha mi distracción y se lanza hacia Hazel nuevamente. Esta vez, Hazel no se queda atrás. Esquiva el golpe de Kara y se atreve a lanzarle uno que le da directo en el vientre.Kara jadea y levanta la mirada hacia ella con odio puro.—Fue un grave error enseñarme —le dice Hazel con una sonrisa triunfante.La pelea estalla en una mezcla de movimientos rápidos y gruñidos salvajes. Kara, en su forma semi-lupina, es más fuerte, pero Hazel es astuta, util
CAPÍTULO 75: ELLA ESTÁ EN PELIGROHazelMi loba está tan débil que apenas la puedo sentir. Ver a Erik besando a Kara fue demasiado destructivo, el dolor es tan profundo que pensé que moriría. Mis heridas físicas ya han sanado, pero el dolor en mi corazón sigue ahí, abierto y con sal en la herida.No puedo estar cerca de él si está con ella, aunque sepa en el fondo que su lobo me reclama a mí. Kara jamás renunciaría al lazo, él está atado a ella hasta el día en que muera de verdad.He corrido por tanto tiempo que no soy consciente de los kilómetros que he avanzado hasta que veo las luces de la ciudad nuevamente en la línea del horizonte.El sol ya está a punto de salir. Recién entonces me detengo con la respiración agitada y conteniendo el nudo en la garganta que apenas me deja respirar.Sin embargo, un sonido entre los árboles me pone en alerta.—¿Quién está ahí? —pregunto con un gruñido de advertencia.El ruido entre los árboles se intensifica, y mi cuerpo, agotado como está, entra e
CAPÍTULO 76: SALVANDO A ROSIEHazelEl estado de Rosie es crítico, demasiado crítico. Su piel está tan pálida que parece hecha de cera, y la sangre empapa su ropa. Su respiración es débil, entrecortada, y sus labios se mueven como si luchara por aferrarse a la consciencia.Kael la sostiene en sus brazos con una facilidad que me descoloca, como si no pesara más que una pluma. Su expresión es tensa, pero no pierde la calma, como si estuviera acostumbrado a lidiar con situaciones límite. Rosie se tambalea entre la lucidez y la inconsciencia, murmurando palabras que apenas se entienden.—Tenemos que llevarla de vuelta a la mansión —digo con urgencia.Pero entonces, un susurro débil sale de los labios de Rosie:—No… ahí no.Mis ojos se llenan de desesperación al ver que todavía intenta hablar, incluso en este estado. Miro a Kael, buscando respuestas, pero también dudando si puedo confiar en él.—No podemos curar sus heridas aquí —responde, y sus ojos grises se clavan en los míos—. Si no ha
CAPÍTULO 77: ENFRENTANDO AL TRAIDORHazelEl sol apenas cruza el horizonte cuando salgo del motel. Me muevo con sigilo mientras Kael duerme recostado en la pared, agotado después de haber compartido su fuerza vital con Rosie. Ella sigue inconsciente, pero al menos respira con mayor regularidad. No puedo arriesgarme a que me detengan. Esta es mi pelea, mi responsabilidad, y no voy a involucrarlos más de lo necesario.El aire frío de la mañana cala hasta mis huesos mientras corro hacia la mansión Luna Sangrienta. Con cada paso, mi furia crece. ¿Quién se ha atrevido a desafiar a Rosie? ¿Y por qué justo ahora, cuando todo parece el peor escenario posible?Cuando llego, me escondo entre los árboles al borde del territorio. La mansión, que una vez fue imponente con su fachada de piedra y altos muros, ahora parece más una prisión que un hogar. Lobos patrullan la zona, todos con una rigidez que solo un Alfa dominante puede imponer.Mis ojos se clavan en el centro del patio principal, donde un
CAPÍTULO 78: BAJO SU CONTROLErikEl sol comienza a asomarse tras las montañas, bañando el horizonte con una luz fría. Es una nueva mañana, pero no siento alivio, solo un creciente descontento. El rastro de Winter sigue siendo débil, un juego cruel que parece diseñado para frustrarme. Cada vez que creo estar más cerca, se desvanece como un maldit0 espejismo.Kael no ha llamado. Anoche le ordené que me alcanzara, pero el silencio desde entonces me preocupa más de lo que quiero admitir. Algo no está bien, lo sé. Pero no tengo tiempo para preocuparme por todas las piezas que no encajan. Hay una prioridad: mi cachorro.Kara me sigue, como siempre, quejándose de todo. Su presencia me recuerda el vínculo forzado que nos une. Cada vez que la miro siento la rabia ardiendo bajo mi piel. Rabia porque está aquí, porque no puedo deshacerme de ella. Rabia porque soy un Alfa atado por algo que nunca debió existir.Nos detenemos al borde del bosque, a unos metros de la ciudad. El aire huele a humeda
CAPÍTULO 79: NO QUIERO HUIRHazel—¿Ustedes se conocen? —pregunto con cautela. Mi instinto no me engaña, sabía que había algo raro en él, pero ¿puedo confiar en Kael?Rosie se acerca rápidamente y toma mi mano.—No debiste venir —susurra para que solo yo pueda escuchar—. Si me hubieras esperado, te habría dicho quién fue el Alfa que me derrotó.La miro, incrédula. ¿Cómo pudo perder contra alguien como Axel? La rabia comienza a arder en mi pecho, como una llamarada imposible de contener. Mi loba ruge dentro de mí, exigiendo salir, exigiendo venganza. Quiere que acabe con Axel ahora mismo, que lo haga pagar por cada herida que dejó en Rosie y lo que me hizo a mí.Kael da un paso al frente con una expresión imperturbable, como si la tensión no lo afectara en absoluto.—Claro que nos conocemos, pero no esperaba que nuestros caminos se cruzaran de nuevo —dice con una calma que me pone nerviosa.Axel, en cambio, no oculta su hostilidad. Sus garras están expuestas, sus colmillos brillan bajo