Mis amores, comenten!! quiero saber qué piensan de la historia hasta ahora, qué creen que pasará con Hazel y Erik?
CAPÍTULO 64: EL LAZO LICÁNTROPOHazel—¡Sabía que aparecerías, maldit0 lobo! —ruge la mujer morena, sus ojos ardientes de odio se clavan en Erik. Sin pensarlo, se transforma. Su cuerpo se distorsiona con rapidez, adoptando la forma de una loba imponente lista para atacar.Antes de que pueda lanzarse, Rosie se interpone, extendiendo los brazos como un escudo.—¡Prometiste que no lo lastimarías! —grita con desesperación.La loba detiene su avance por un instante, pero sus labios se curvan en una sonrisa feroz.—Eso acaba de cambiar —gruñe con malicia—. Mejor los matamos a los dos y...Su amenaza queda inconclusa. Antes de que la loba pueda reaccionar, Kara aparece detrás de ella y le clava una especie de inyectadora en el cuello. El líquido amarillento en su interior brilla bajo la luz de la luna, espeso como el aceite.La loba suelta un rugido aterrador, una mezcla de furia y agonía. Sus ojos se abren desmesuradamente mientras su cuerpo comienza a fallarle. En cuestión de segundos, cae
CAPÍTULO 65: ATADO A LA IMPOSTORAErikEl dolor en mi cuerpo es insoportable, un castigo constante que no puedo ignorar. Mi lazo con Hazel arde, la necesidad de unirme a ella es como un fuego que me consume desde dentro, pero no puedo. No importa cuánto lo intente, estoy atado a Kara por el maldit0 juramento que me obligaron a hacer ante la luna.Ver a Kara con vida es un golpe que no consigo procesar. Ella debería estar muerta. Yo mismo la vi sin vida y cómo la enterraban en esa remota zona del bosque. Y aun así, aquí está, viva y arrogante, retorciendo los hilos del destino a su favor.—Tú no eres mi Luna. ¡Nunca serás mi Luna! —gruño, lleno de una furia indomable. Mis ojos brillan con un rojo intenso y las garras de mis manos listas para desgarrarla.Kara sonríe, con esa maldit4 expresión que me enerva.—Lo soy, Erik, quieras o no. Hiciste un juramento, nos enlazamos… y esa noche sellamos nuestro destino. El hilo se anudó, lo quieras recordar o no —replica con un tono que rebosa se
CAPÍTULO 66: HAZTE CARGO, ROSIERosieEsta noche ha sido un desastre de proporciones épicas. Un fantasma que debería estar pudriéndose en la tumba regresa para atormentarnos, tres Alfas caen traicionados y muertos por quien creyeron era de fiar y ahora sus manadas andan sin rumbo. Mi hermano está atrapado en una maraña de lazo forzado que le impide reclamar su legítimo vínculo con Hazel. Por si fuera poco, mi sobrino —el futuro Alfa que debería unirnos a todos— ha sido secuestrado por una bruja antigua que, por lo visto, tiene más historia con Erik de la que él está dispuesto a contar.Y como si el drama no fuera suficiente, la maldit4 de Kara sigue respirando.—Sí, sí, muy trágico todo, pero seguramente ya está muerto —dice Kara con una suficiencia que me provoca deseos inmediatos de darle un buen zarpazo en la cara.¿No se suponía que esta idi0ta estaba bajo tierra? Pero, claro, como dice el dicho, mala hierba nunca muere.—Mejor cállate, "Luna" —respondo, cargando la palabra con ta
CAPÍTULO 67: RECUERDOSErikPara saber a dónde se llevó la maldit4 bruja Winter a mi cachorro, tenemos que regresar a la casa de la manada de Axel. Es nuestra única pista. Tal vez pueda rastrearla, aunque, después de tantos días, las posibilidades sean mínimas.El bosque nos envuelve mientras corro al frente, Hazel y Kara van detrás de mí. Los árboles pasan como sombras, y el viento gélido corta mi piel, pero nada me importa más que encontrar a mi hijo. Esta situación es culpa mía. Si hubiera aceptado lo que sentí por Hazel desde el primer maldit0 instante, Kara jamás habría tenido cabida en mi vida, ni mucho menos en la de Hazel.Puedo sentir la tensión que emana de Hazel sin necesidad de mirarla. Su silencio pesa. No me mira, no dice una palabra, pero no necesito que lo haga para saber lo que piensa. Está molesta, herida… y con razón. Aunque su dolor me carcome, no puedo detenerme. El tiempo no está de nuestro lado.Finalmente, llegamos a la mansión de Axel, esa madriguera de traido
CAPÍTULO 68: EL DESAFÍORosieEsto no me puede estar pasando a mí. ¿Por qué él, precisamente ahora? Axel aparece como si tuviera todo el derecho del mundo a irrumpir en mi territorio con una maldit4 sonrisa arrogante que me saca de quicio.—Axel, será mejor que te vayas por las buenas —advierto con un gruñido bajo, mi postura firme y mis ojos rojos brillando como advertencia. Este es mi territorio. Mi manada.Él da un paso adelante, ignorando mi advertencia como si no fuera más que el zumbido de una mosca molesta.—Si quieres que me vaya, tendrás que luchar conmigo.¿Luchar con él? No pienso caer en su juego. No pienso darle ese placer. Mi rabia burbujea, y dejo que mis colmillos se asomen mientras mis garras rasgan el aire.—¡No pienso luchar contigo! —espeto con fuerza, sintiendo cómo mi voz resuena en los pasillos—. La manada tiene un Alfa, y soy yo.Axel se inclina ligeramente hacia adelante, estudiándome con ojos llenos de desdén.—Los he estado observando —dice con un tono que p
CAPÍTULO 69: EL RASTROHazelNunca en mi vida me había sentido tan incómoda, tan… perdida. Trato de no detenerme demasiado en todo lo que ha ocurrido, porque sé que si lo hago, voy a romperme. Y no puedo permitirme romperme ahora. Pero los pensamientos están ahí, acechándome, como un eco constante que no puedo apagar.Traición tras traición. Me han usado, manipulado, engañado y vuelto a usar como si no fuera más que una pieza en un tablero de juegos que nunca pedí jugar.Primero Erik. El Alfa que me arrancó de mi vida, que me marcó como suya sin darme una opción. Luego Axel, con sus palabras y promesas vacías. Y finalmente Kara. Siempre ahí, como una sombra, como una maldit4 piedra en mi zapato. Me odio a mí misma por no haber visto quién era realmente. Por haberle permitido manipularme, aprovecharse de mi amnesia y hacerme dudar incluso de mi propia existencia. Soy una idiota por no haberlo visto venir.Pero no puedo evitarlo. También siento un resentimiento profundo hacia Erik. Si n
CAPÍTULO 70: DEFENDIENDO EL PUESTO DEL ALFARosieAxel y yo seguimos moviéndonos en círculos uno frente al otro, como una danza en la que cada depredador se mira, listo para atacar. Los murmullos de la manada se escuchan lejanos, apagados por el rugido de mi propia respiración y el latido frenético de mi corazón. No puedo permitir que vea mi miedo, aunque lo sienta como una fuerte presión en el pecho.—Vamos, ¿o acaso me tienes miedo? —su voz es pura burla y desafío, intenta encontrar una grieta en mi aparente seguridad.Aprieto los dientes y sin responder, me lanzo hacia él. Mis garras se extienden, buscando su pecho, pero el impacto apenas lo mueve. Es como chocar con una pared de piedra. Axel sonríe de forma arrogante y me hace querer arrancársela de la cara. Antes de que pueda reaccionar, su mano se eleva, rápida y brutal, y me golpea con tal fuerza que me lanza al otro lado del círculo.El aire abandona mis pulmones en un jadeo, y mi espalda choca con el suelo con un impacto que
CAPÍTULO 71: DESAFIANDO EL VÍNCULOHazelErik se acerca a mí con una sonrisa que parece iluminar la habitación. Es tan extraño verlo así, como si por un momento hubiera olvidado todo lo que nos atormenta. Pero no me permito disfrutarlo. Mi corazón late con fuerza, y una parte de mí quiere dejarse llevar por esa expresión, pero la otra, más cautelosa, sabe que debo mantener la distancia.Cuando toma la hebra de cabello de mi mano, sus dedos rozan los míos, y un escalofrío recorre mi piel. Lo observa un momento antes de acercárselo a la nariz y aspirar profundamente.—Es ella… —susurra—. Puedo rastrearla. Pero… —vacila—. Le pediré ayuda a alguien que podría hacerlo incluso mejor que yo.Mi pecho se contrae al escuchar eso. Hay algo en su voz, en la forma en que evita mirarme, que hace que las alarmas se enciendan en mi interior.—Erik… —digo, intentando que mi voz no tiemble—. La conoces, ¿verdad?Sus ojos finalmente encuentran los míos, pero no hay sinceridad en su mirada. Es como si u