Esmeray Lie.
Un mes después.
Los nervios me tenían mareada, hacia no 4 semanas que no dejaba de practicar para este momento, necesitaba ganar ese puesto en la orquesta, era ahora o nunca.
— Vamos, Esmeray, es tu turno — trago saliva al escuchar a Rose, hacía unos días que no me estaba sintiendo para nada bien, tal vez, era porque ya no tomaba los anticonceptivos, encima de no ver mi periodo este mes, algo que no me preocupa por ser alguien irregular.
— Bien — tomo mi instrumento y salgo al escenario, entre los asientos se encuentra la profesora. Me siento y comienzo a tocar viendo la partitura, siguiendo las notas exactas que me he aprendido de memoria todo este mes, di alma y cuerpo en este ensayo, pero comenzaba a sentirme mareada de pronto, con nauseas como para detenerme de pronto.
Termino de tocar, abro mis ojos y miro hacia los asientos vacíos del gran teatro, aquí en donde me quiero ver en los siguientes meses, este es mi sueño. Mi mirada se detiene en Miss Garner que solo anota en su libreta, me levanto para retirarme, pero todo comienza a dar vueltas al punto de caer al suelo y perder la conciencia por completo.
(…)
Siento un olor desagradable que hace que me sienta y despierte para vomitar sobre un recipiente que me han puesto enseguida.
— Dios mío, estás viva — limpio mis labios para mirar a Rose sacar el recipiente y ponerlo a un lado — Te desmayaste en medio escenario, todos nos preocupamos, el doctor ya te tomó una muestra de sangre para ver que tienes — me explica sentándose en una silla.
— Bien, ya sabemos por qué el desmayo, las náuseas y el mareo — habla un médico acercándose a nosotras, Rose se levanta enseguida — Felicidades, estás embarazada — miro a Rose que comienza a reírse al igual que yo.
— Eso es imposible, yo no me he metido con nadie en mi vida — digo entre risa.
— Exacto, ella ni sale de su casa, ni de la academia — dice riéndose también, el doctor nos mira y suspira.
— Pues es un milagro, porque en sí, está embarazada, señorita Lie, si es que se apellida así — trago saliva y Rose comienza a rezar.
— Dios te salve María purísima… — me mira sorprendida arrodillándose ante mí.
— Debe ser un error, doctor, yo no puedo estar embarazada, eso no es posible, hágame otra prueba — exijo sin creerlo. Luego de tomar varios vasos de agua y unas 4 pruebas más, estaba más que confirmado que yo, Esmeray Lie, estaba esperando un hijo sin nunca haber estado con un hombre en mi vida.
— No puede ser, una virgen embarazada — Rose no paraba de hablar y hablar, yo solo necesitaba encontrar a la doctora en la clínica L’Alma en donde pudo haber un error o equivocación, hacia un mes que había tenido una cita aquí porque mi doctora de confianza me la recomendó encima gratis — Tal vez, una ecografía sea más cierta, ahora que no crees que estés embarazada — suspiro viendo el edificio.
— Rose, no tengo dinero para una cita en esta clínica — me mira y sonríe haciéndome entrar, una vez en el piso de ginecología y obstetra, veo a muchas mujeres embarazadas viendo así mi vida pasar.
Necesitaba una beca para seguir en la academia, y sabía que apenas terminara este semestre, estaría fuera, ahora, estando embarazada, no tenía suficiente dinero para criar a un niño, el trabajo de camarera no me daba un buen sueldo, realmente estaba viendo mi vida derrumbarse en segundos.
— Lo siento, la doctora Bakke no se encuentra, pero la atenderá la doctora Rivas — miro a Rose y esta asiente pagando, nos sentamos a esperar mi turno.
— Bueno, al menos veremos al pequeño, ¿no? — no digo nada, se queda en silencio — ¿Quieres que te acompañe? — me niego, sé que no debería de tratarla mal, pero no me encuentro en mis 5 sentidos en este momento.
— Señorita Esmeray Lie — me levanto y entro al consultorio, lo siguiente es que me acuesto en una camilla y comienzan a revisarme.
— A ver… — trago saliva y miro al techo, encontrarme en esta situación, de pronto un eco se escucha — Este es el latido del feto — miro hacia la pantalla escuchando los latidos, era una pequeña música de tambores — Está pequeño, pero para la semana que va, comienza a desarrollarse muy rápido — trago saliva mirando a la doctora con preocupación — Es bueno, nada malo, señorita — sonríe extrañada.
La puerta del consultorio se abre de golpe haciendo que ambas miremos, un hombre alto, pelirrojo y con unos claros ojos me miran intensamente, siento nervios, y al parecer la doctora se da cuenta porque se levanta y lo saca, lo que me parece aún más extraño.
— ¿Es ella? — escucho la conversación cuando me siento a limpiarme el vientre.
— Si, es ella, ya la olí, es tu bebé el que está esperando, pero es una humana — frunzo el ceño sin entender lo que hablan.
— Imposible, una humana tiene a mi cachorro, Dios, Ria tiene la culpa de todo esto — miro a los lados sin entender que hacer, si levantarme e irme, o esperar a que regrese la doctora.
— Cálmate, ahora se sabe que es la mujer que tiene a tu hijo, pero no puedes ir y asustarla, parece no saber nada, Luan — abro mis ojos y saco mi teléfono, siempre había escuchado el nombre, pero nunca había visto a tal aclamado billonario.
— Por error fue inseminada con mi esperma, ¿Cómo crees que me siento? — suspiro maldiciendo por dentro, no quería escuchar esto, pero si así fue, estoy en un gran aprieto — ¿Y si quiere deshacerse del niño? — me levanto por completo y salgo, ambos me miran, veo que él se toma del pecho.
— Disculpen, pero pude escucharlos desde la otra habitación… — la doctora me mira y luego mira a Luan, jamás había pensado que el hombre del que todos hablan era tal guapo y alto, realmente me estaba poniendo de los nervios.
— Él ya se iba, ¿Verdad? — dice ella mirándolo, este la mira y me mira, solo puede asentir y salir de ahí, la miro — Mmm, mencionaste que fuiste inseminada por error… — asiento sentándome sin dejar de pensar en él — Bueno… este, sé que mi colega cometió un gran error y pues…ahora estás embarazada y el feto está muy bien, demasiado, hasta parece un milagro que quedaras embaraza sabiendo tu historial — asiento una vez más.
Comienza a revisar los papeles y me mira de a rato, yo no podía creer lo que sucedió.
—Bien, no te voy a mentir, el esperma es de Luan Moen, el hombre que entró, supongo que ya sabes que el billonario que todos hablan, te recomendaría hablar con él, llegar a un acuerdo… — me levanto de la silla.
— Gracias por atenderme, me retiro — era claro que no iba a hablar con él, no lo conocía para nada, ni sé las intenciones que tiene con este bebé, aunque sí sé que se va a casar, lo que no entiendo es como es que su muestra, terminó en mí.
(…)
— ¿Qué el padre es el billonario Luan Moen? — vuelve a preguntar por quinientas veces, miro por la ventana de su pequeño automóvil que nos lleva al edificio que tiene la academia para vivir en lo que dura nuestro semestre, lugar que ya no podré pagar y de donde me echaran cuando se enteren que estoy embarazada.
— Si, Rose, lo vi con mis propios ojos, ambos susurran unas cosas que no logre entender del todo, Dios, ¿Qué hare? — me hago pequeña en el asiento del automóvil.
— Primero, no te podrás deshacer de él, sabiendo que el padre sabe quién eres, bueno, que ya te vio y puede reclamar lo que es suyo, o sea, el niño en tu vientre, me cuesta creerlo — la miro y chillo asuntándola — Por Dios, Esmeray, cálmate, solo deja que lleguemos al piso — en cuestión de minutos ya nos encontrábamos sentadas frente a frente con la mesita en medio de ambas.
— Mi vida se fue al infierno, todo se arruinó, me echaran del edificio, de la academia, nunca seré reconocida, moriré pobre y criando un hijo del cual no concebí por mí misma — Rose asiente comiendo de sus frituras, siempre que le da ansiedad, comienza con tragarse todo lo que encuentra.
— Tu vida no estás perdida, como dice mi tata, un niño es una bendición, excepto cuando estas en medio de tu carrera, soltera y pobre — la miro sin emoción — Pero veámosle el lado bueno, mientras tú te hacia el eco, yo atendí tu teléfono y obtuviste un puesto en la orquesta por la cual estuviste dos meses practicando, te ganaste a Miss Garner…
Aplaude haciendo que me sienta un poco mejor.
— Es un comienzo, ¿no crees? — asiento, algo esperanzada de pronto.
Luan Moen.Esto no puede estar pasando, después de un mes en el que tuve que alargar la boda hasta encontrar a la mujer que llevara a mi hijo, termina siendo una simple humana y eso no es todo, es mi pareja predestinada, al parecer la diosa Serena así lo quiso, pero me niego a acertarla como mi pareja. Justo en este momento en el que mi manada necesita fuerzas según los altos mandos, que no puedo ayudar con las grandes fortunas que tengo a lo largo de estos años.— ¿Cómo se llama? — es lo único que pido después de verla salir, es realmente hermosa, no creí encontrarla en esta vida, no creí que aquel cuento de hadas que me creí de chico, se hiciera realidad.— Luan… es una humana, no creo que a los altos mandos le guste la idea cuando sepan que ella carga a tu heredero, realmente Ria cometió un gran error, también es mi culpa por estar de viaje en ese momento — suspira sentándose tras su escritorio.— Lo sé en cuanto a los altos mandos, en cuanto a Ria, cometió un gran error, ahora no
Esmeray Lie.— ¿Qué te dijo? — pregunta apenas paso por su lado, Rose ha pasado estos dos días pegada a mí más de lo que pensé, nunca la había considero una amiga, pero de pronto, necesitaba hablar con alguien, no tenía a más nadie desde que mi madre había muerto, prácticamente estaba sola por el simple hecho de que mi familia había quebrado por completo.Y me di cuenta que solo estaban conmigo por interés y estatus.— Primero, vamos a comer — me mira fijamente y me sigue saliendo por completo de la academia, el haber hablado con Luan, fue como hablar con una persona cualquiera, pero por un momento vi brillar sus ojos, como si realmente no fuera humano, ¿Debería de preocuparme?— Esmeray, tierra llamando a Esmeray — la miro sin darme cuenta que ya nos encontrábamos en una cafetería, solo puedo suspirar y mirar el menú y luego mi reloj viendo las horas exactas en la que tengo que ir a trabajar al restaurante — Yo pediré un cachito con un capuchino — pide.— A mí dame una tarta de fresa
Luan Moen.Me había preocupado para nada sobre como decirle sobre mi especie, pero al parecer es una chica muy imaginativa para ser solo una humana, dejando de lado eso, no había pensado traerla a la manada y Robin tiene razón, no debí traerla, pero ya se encontraba aquí, no podía hacer mucho ya, me preocupa ella y el niño en su vientre al punto de tener que confesarle a Robin que Esmeray no solo era la madre de mi hijo, sino mi destinada por la Diosa Selene.— Si, soy un hombre lobo… suena raro siendo tú una humana, pero esa es mi especie y el niño en tu vientre… — se levanta alejándose de mí para mirar la ventana.— Eso significa que mi hijo será un hombre lobo… ¿No? — me mira buscando respuesta, no parecía asustada ni nada, pero si estaba procesando todo, ya había arruinado su vida sin haber hecho nada, pero aun así quería arreglar su vida con la poca información que habían encontrado de Esmeray.— Si… aunque aún no se sabe ya que eres humana — me explico, suspira y se sienta en el
Esmeray Lie.De pronto había decidido sin pensarlo mucho, en quedarme en un lugar lleno de hombres lobos y mujeres lobos, en medio de la nada, sin saber en donde, realmente, me encontraba ubicada, solo esperaba a que Rose no se volviera loca en saber dónde me encontraba después de 12 horas desaparecida. Aun así, viendo la mansión en la que me encontraba, no parecía una mala idea el dejar por un tiempo aquel pequeño piso que compartía con Rose.— Bueno, señorita Lie, tiene todo el derecho de aventurarse por la mansión, mientras, yo me llevare sus pertenencias y hare que le consigan ropa comoda… sin excepciones, la ropa no está a discusión ni será devuelta — dice el moreno de ojos azules oscuros, que al parecer es el secretario de Luan.Al verlo irse, me gire y visualice con más detalle la sala, mire hacia la puerta principal sabiendo que hace unos momentos no abrió, lo cual me hace entender, que escapar y encima embarazada, no es para nada una buena idea. Solo respiro profundo y comien
Luan Moen.La veo salir de la biblioteca, no hacía unos minutos había hablado con ella para llegar a un acuerdo y ahora tenía que llegar a otro acuerdo, pero con Deborah que llegó de imprevisto, cuando en realidad Robin me había dicho que llegaría la semana entrante, pero eso no ocurrirá ahora que la tengo frente a mí.— ¿Quién es ella? Y no te atrevas a mentirme, porque la hediondez humana puedo olerla a kilómetros de mí, Luan — me quedo callado y eso enfada un poco más a la rubia — Dime ya las cosas, Luan, está más que claro que ella lleva al niño que se suponía que debía llevar yo, tu prometida, con quien te vas a casar pronto — camino hacia el sofá y me siento aun con su mirada en mí.— Deborah, por los momentos, no habrá cierta boda — me cruzo de piernas y la miro mejor, veo que se cruza de brazos.— ¿Te casarás con ella? Es una humana — suspiro y me levanto acercándome a ella.— No te responderé nada, así que ni lo intentes — me retiro de ahí regresando a mi despacho hasta la ce
Esmeray Lie.Miro hacia a la academia y luego a Luan que me ha traído, si hubiera sabido que Robin es el chofer encima de asistente y otras cosas de Luan, no lo hubiera molestado en que me trajera, pero ya me encontraba ahí.— Llama cuando salgas de su ensayo, asegúrese de darle a Robin el horario de sus ensayos — es lo que dice al ver que Robin sale del carro para sacar mi instrumento de la maletera — Y trata de no sobre esforzarte demasiado, por favor — salgo del carro sin decir nada, solo había pasado una semana desde que comencé a vivir bajo su techo, claro, firme aquel contrato por el bien de mi bebé.Solo esperaba que no incumpla nada de lo que ya estaba escrito, porque ahí si no sabría que hacer por mi cuenta.— Este es mi horario de ensayos y este es mi número de teléfono en caso de que no me encuentre — digo entregando un papel, me mira y saco mi teléfono para dárselo, ahí comienza a poner un número de teléfono y luego me lo entrega, sin decir nada más tomo mi instrumento y c
Luan Moen.Me siento a su lado después de escuchar su respuesta y sonrío un poco.— ¿Por eso no quieres que me vaya de la habitación? — pregunto con una sonrisa de lado.— Si… por eso, necesito lo que ustedes llaman “Feromonas” para estabilizar mi estado hormonal o algo así me explicó la doctora — carraspea mirando hacia un lado que no sea mi rostro con cierta vergüenza de la cual me hace reír sin evitarlo. — Feromonas, ¿eh? — sonrío de lado soltando mis feromonas al ver que se sonroja, tomo su barbilla y logro que me mire a los ojos.— Es por el bien del niño según la doctora… y porque quiero comer bien sin interrupción — dice desviando la mirada, sigo sujetando su barbilla y me vuelve a mirar a los ojos.— Mmm — sonrío un poco acercándome a ella, puedo oler su olor a coco y vainilla como esta mañana cuando la bese, quiero volver a besarla, pero me contengo.Me mira y puedo notar en sus ojos como mis ojos brillan dándome cuenta que he soltado mis feromonas por toda la habitación, t
Luan Moen.Una semana después.Al paso de la semana el trabajo se acumuló y tener que lidiar con los asuntos de la manada más los de la empresa comenzaban a cansarme de sobremanera, ser Ceo y Alfa con una doble vida no era para bueno, ni me podría imaginar la vida del rey de Inglaterra.Suspiro un poco, cuando de repente el sonido del violonchelo me llega desde alguna habitación cercana y podía decirse que provenía desde la biblioteca, era claro, todas las noches a esta hora, Esmeray practicaba sus notas.Cierro un momento los ojos dejándome llevar por la melodía y respiro hondo al sentirme relajado por la extraña sensación que me transmite al escuchar la melodía, decidido, me levanto del escritorio cerrando el portátil, salgo y camino hacia la biblioteca en donde veo las grandes puertas abiertas, me quedo apoyado bajo el umbral observándola tocar con cierta emoción.No me cansaría de verla tocar desde la primera noche, literal que parece un ángel al tocar con gran pasión. No puedo ev