Esmeray Lie.
— ¿Qué te dijo? — pregunta apenas paso por su lado, Rose ha pasado estos dos días pegada a mí más de lo que pensé, nunca la había considero una amiga, pero de pronto, necesitaba hablar con alguien, no tenía a más nadie desde que mi madre había muerto, prácticamente estaba sola por el simple hecho de que mi familia había quebrado por completo.
Y me di cuenta que solo estaban conmigo por interés y estatus.
— Primero, vamos a comer — me mira fijamente y me sigue saliendo por completo de la academia, el haber hablado con Luan, fue como hablar con una persona cualquiera, pero por un momento vi brillar sus ojos, como si realmente no fuera humano, ¿Debería de preocuparme?
— Esmeray, tierra llamando a Esmeray — la miro sin darme cuenta que ya nos encontrábamos en una cafetería, solo puedo suspirar y mirar el menú y luego mi reloj viendo las horas exactas en la que tengo que ir a trabajar al restaurante — Yo pediré un cachito con un capuchino — pide.
— A mí dame una tarta de fresas, un emparedado con todo y un jugo de mango — digo y Rose me mira sorprendida, la camarera se va y le sonrío a la castaña — De pronto me dio mucha hambre — se ríe y luego mira hacia la ventana.
— ¿Me dirás? — suspiro.
— Quiere que viva con él para estar más cerca del niño, pero está comprometido con quien sabe y yo no quiero parecer una intrusa en su relación, encima de que lo he pensado y aunque me arruinó la vida por completo, quiero tenerlo, ya está en mi vientre y en algún momento me vi como madre — explico y me mira con atención — Pero lo veía muy lejos al saber que, al ser irregular, sería difícil tener hijos — asiente comprendiendo algo que nunca me había atrevido a decir antes.
— Pero no quieres mudarte con él y seguro ya sabrá toda tu vida porque es un billonario con muchos ceros en la cuenta por lo cual tiene más ventaja y derecho sobre el niño, ¿No te asusta esa idea? — resoplo y hace lo mismo — Lo siento por decirlo, pero hay que ver la realidad de esto — se cruza de brazos mirando por el ventanal y un poco más allá de algunos edificios, la torre.
— Lo sé, lo sé — la camarera aparece y nos deja lo pedido — Intentare encontrar un mejor trabajo que el que tengo, y terminar el ultimo año de la academia, nunca llegue tan lejos — se ríe asintiendo.
— Si, pero, Esmeray… quiero decirte algo… — la miro curiosa — ¿Crees en los hombres lobos, vampiros y brujos? — pregunta de pronto.
— Que pregunta tan descabellada has hecho, Rose, los brujos han vividos añales, sé que existen, pero son más modernos, en cambio lo otro, solo son cuentos de hadas — asiente y la miro confundida, lo preguntó tan serio.
— Lo siento, pero debes saberlo, hay una posibilidad que este hombre sea un hombre lobo — parpadeo un poco — Mi abuela es católica pero la parte de mi familia materna, son brujos y conocemos estas especies que ahora viven entre nosotros — frunzo el ceño.
— Rose… me asustas — río con nervios y sonríe comiendo.
(…)
Pero no sabía que esta misma noche lo iba a volver a ver, ahí estaba a 5 mesas de distancia, las chicas me miraban sin entender por qué no quería atender aquella mesa, si supieran que se trataba del padre de mi criatura, si, ya lo estaba aceptando de alguna manera, no podía seguir negándolo cuando ya se estaba por meter de poco a mi vida desastrosa.
Lo que sí, eran las palabras de Rose en el almuerzo que no dejaban de procesar en mi mente, y si debía o no creer.
— Esmeray, será mejor que atiendas esa mesa, personalmente quiere que lo atiendas tú, ve y hazlo — me empuja y suspiro soltando todo el aire de mis pulmones mientras me acerco a esa mesa en donde claramente se encuentra solo.
— No deberías de estar trabajando de camarera en tu embarazo, Esmeray — trago saliva al escuchar mi nombre salir de su boca, de alguna manera alguien se lo dijo, pero, aun así, sonaba bien viniendo de él.
— Y usted, no debería de estar siguiéndome a todos lados, señor Moen — sonríe mostrando sus dientes que me han llamado la atención por un momento.
— No la sigo, señorita, simplemente la investigue y me pareció interesante comer aquí — sonrío para otro lado sin creer que sea tan directo sin una pizca de vergüenza.
—Claro, señor, ¿Qué cenará hoy? — pregunto para irme de una vez.
— Claro… dame un filete encebollado y agua… y le vuelvo a recordar, no le recomiendo estar aquí — sonrío anotando y me alejo tomando el menú.
— Si, como no — me quejo acercándome a la cocina y de pronto un olor desagradable me da un poco de nauseas, miro a los lados y termino por entrar, pedir la orden e ir al baño de empleados en donde vomito por completo lo comido esta tarde.
Al parecer, Luan Moen, sabe muchas cosas, pero necesito este trabajo a como dé lugar, no puedo simplemente dejarme llevar, hay un futuro incierto del cual no sé aun y debo estar preparada para lo que sea posible, sobre todo, ahorrar lo suficiente como para no dejarme vencer por ese hombre.
— ¿Estás bien? — miro a una compañera y asiento sonriendo para luego desmayarme por completo.
(…)
Un olor agradable hace que me despierte, observo las sábanas y siento el olor de la almohada, me voy sentando mirando donde me encuentro, al parecer no es un cuarto de hospital, parece una habitación común y grande.
— ¿Estás loco? Trajiste a una humana a la manada, Luan, encima no has querido hablar con Deborah que, por cierto, llega la otra semana — frunzo el ceño sin saber de dónde proviene la voz.
— Cálmate, sentí que algo le pasaba y no podía quedarme de brazos cruzados, Robin, encima de que ya no puedo alejarme de ella — reconozco la voz de Luan, pero no entiendo lo que dice — Mi lobo interior me dice que debo estar con ella, es mi destinada — parpadeo un poco levantándome de la cama, me acerco poco a poco a la gran ventana y noto puro árboles de pinos, como si hubiera dejado atrás Paris.
La puerta se abre y Luan me mira al igual que yo a él.
— ¿A dónde me has traído? — pregunto tocando el vestido que tengo puesto — ¿Me cambiaste? — suspira y cierra la puerta.
— Primero debes de sentarte… — lo hago con calma — Hay algo que debes saber y no sé cómo vayas a reaccionar — frunzo el ceño por su seriedad.
— ¿Me secuestraste? — frunce el ceño.
— ¿Qué? No, claro que no lo hice, puedes irte cuando quieras — asiento procesando — Solo que… yo no soy simplemente un humano — lo miro otra vez, sus ojos brillan y justo recuerdo lo hablado con Rose.
— Eres un hombre lobo… ¿No? — me mira sorprendido, por lo que mis dudas son acertadas de alguna manera.
Luan Moen.Me había preocupado para nada sobre como decirle sobre mi especie, pero al parecer es una chica muy imaginativa para ser solo una humana, dejando de lado eso, no había pensado traerla a la manada y Robin tiene razón, no debí traerla, pero ya se encontraba aquí, no podía hacer mucho ya, me preocupa ella y el niño en su vientre al punto de tener que confesarle a Robin que Esmeray no solo era la madre de mi hijo, sino mi destinada por la Diosa Selene.— Si, soy un hombre lobo… suena raro siendo tú una humana, pero esa es mi especie y el niño en tu vientre… — se levanta alejándose de mí para mirar la ventana.— Eso significa que mi hijo será un hombre lobo… ¿No? — me mira buscando respuesta, no parecía asustada ni nada, pero si estaba procesando todo, ya había arruinado su vida sin haber hecho nada, pero aun así quería arreglar su vida con la poca información que habían encontrado de Esmeray.— Si… aunque aún no se sabe ya que eres humana — me explico, suspira y se sienta en el
Esmeray Lie.De pronto había decidido sin pensarlo mucho, en quedarme en un lugar lleno de hombres lobos y mujeres lobos, en medio de la nada, sin saber en donde, realmente, me encontraba ubicada, solo esperaba a que Rose no se volviera loca en saber dónde me encontraba después de 12 horas desaparecida. Aun así, viendo la mansión en la que me encontraba, no parecía una mala idea el dejar por un tiempo aquel pequeño piso que compartía con Rose.— Bueno, señorita Lie, tiene todo el derecho de aventurarse por la mansión, mientras, yo me llevare sus pertenencias y hare que le consigan ropa comoda… sin excepciones, la ropa no está a discusión ni será devuelta — dice el moreno de ojos azules oscuros, que al parecer es el secretario de Luan.Al verlo irse, me gire y visualice con más detalle la sala, mire hacia la puerta principal sabiendo que hace unos momentos no abrió, lo cual me hace entender, que escapar y encima embarazada, no es para nada una buena idea. Solo respiro profundo y comien
Luan Moen.La veo salir de la biblioteca, no hacía unos minutos había hablado con ella para llegar a un acuerdo y ahora tenía que llegar a otro acuerdo, pero con Deborah que llegó de imprevisto, cuando en realidad Robin me había dicho que llegaría la semana entrante, pero eso no ocurrirá ahora que la tengo frente a mí.— ¿Quién es ella? Y no te atrevas a mentirme, porque la hediondez humana puedo olerla a kilómetros de mí, Luan — me quedo callado y eso enfada un poco más a la rubia — Dime ya las cosas, Luan, está más que claro que ella lleva al niño que se suponía que debía llevar yo, tu prometida, con quien te vas a casar pronto — camino hacia el sofá y me siento aun con su mirada en mí.— Deborah, por los momentos, no habrá cierta boda — me cruzo de piernas y la miro mejor, veo que se cruza de brazos.— ¿Te casarás con ella? Es una humana — suspiro y me levanto acercándome a ella.— No te responderé nada, así que ni lo intentes — me retiro de ahí regresando a mi despacho hasta la ce
Esmeray Lie.Miro hacia a la academia y luego a Luan que me ha traído, si hubiera sabido que Robin es el chofer encima de asistente y otras cosas de Luan, no lo hubiera molestado en que me trajera, pero ya me encontraba ahí.— Llama cuando salgas de su ensayo, asegúrese de darle a Robin el horario de sus ensayos — es lo que dice al ver que Robin sale del carro para sacar mi instrumento de la maletera — Y trata de no sobre esforzarte demasiado, por favor — salgo del carro sin decir nada, solo había pasado una semana desde que comencé a vivir bajo su techo, claro, firme aquel contrato por el bien de mi bebé.Solo esperaba que no incumpla nada de lo que ya estaba escrito, porque ahí si no sabría que hacer por mi cuenta.— Este es mi horario de ensayos y este es mi número de teléfono en caso de que no me encuentre — digo entregando un papel, me mira y saco mi teléfono para dárselo, ahí comienza a poner un número de teléfono y luego me lo entrega, sin decir nada más tomo mi instrumento y c
Luan Moen.Me siento a su lado después de escuchar su respuesta y sonrío un poco.— ¿Por eso no quieres que me vaya de la habitación? — pregunto con una sonrisa de lado.— Si… por eso, necesito lo que ustedes llaman “Feromonas” para estabilizar mi estado hormonal o algo así me explicó la doctora — carraspea mirando hacia un lado que no sea mi rostro con cierta vergüenza de la cual me hace reír sin evitarlo. — Feromonas, ¿eh? — sonrío de lado soltando mis feromonas al ver que se sonroja, tomo su barbilla y logro que me mire a los ojos.— Es por el bien del niño según la doctora… y porque quiero comer bien sin interrupción — dice desviando la mirada, sigo sujetando su barbilla y me vuelve a mirar a los ojos.— Mmm — sonrío un poco acercándome a ella, puedo oler su olor a coco y vainilla como esta mañana cuando la bese, quiero volver a besarla, pero me contengo.Me mira y puedo notar en sus ojos como mis ojos brillan dándome cuenta que he soltado mis feromonas por toda la habitación, t
Luan Moen.Una semana después.Al paso de la semana el trabajo se acumuló y tener que lidiar con los asuntos de la manada más los de la empresa comenzaban a cansarme de sobremanera, ser Ceo y Alfa con una doble vida no era para bueno, ni me podría imaginar la vida del rey de Inglaterra.Suspiro un poco, cuando de repente el sonido del violonchelo me llega desde alguna habitación cercana y podía decirse que provenía desde la biblioteca, era claro, todas las noches a esta hora, Esmeray practicaba sus notas.Cierro un momento los ojos dejándome llevar por la melodía y respiro hondo al sentirme relajado por la extraña sensación que me transmite al escuchar la melodía, decidido, me levanto del escritorio cerrando el portátil, salgo y camino hacia la biblioteca en donde veo las grandes puertas abiertas, me quedo apoyado bajo el umbral observándola tocar con cierta emoción.No me cansaría de verla tocar desde la primera noche, literal que parece un ángel al tocar con gran pasión. No puedo ev
Luan Moen.Deborah me mira furiosa sin decir nada a lo que ordene. Una vez que Esmeray comiera, nos fuimos a la clínica de Xia. Y ahí nos encontrábamos delante de una pantalla donde Xia revisaba mientras pasaba el monitor por el vientre abultado de Esmeray, Xia frunce el ceño llamando nuestra atención.— ¿Es normal que crezca mucho? — pregunta Esmeray preocupada mirando a la pantalla buscando algo, Xia nada más sonríe un poco y nos mira a los dos.— Es normal… ya que son 3 bebés — dice sonriente mostrándonos la pantalla, mis ojos se abren de sorpresa, me quedo en silencio un momento procesando la noticia.— Tres bebés… trillizos — repito en voz baja procesando la noticia que acaba de compartir con nosotros, miro hacia el vientre de Esmeray analizando la situación, por eso se había desarrollado más el crecimiento de su vientre, no era por uno sino por tres.— Pero… — intenta explicarse Esmeray procesando lo que acaba de escuchar.— La inseminación artificial a la que fuiste sometida po
Esmeray Lie.Dos semanas después.La noche del concierto había llegado, me encontraba con los nervios al mil, tanto que no podía comer sin practicar más de 5 horas, pero teniendo a Luan como un perro faldero, pendiente de los trillizos y que coma las 4 comidas del día, no ha provocado que me desmaye de hambre ni duerma mal, gracias a él y por las dos semanas intensa que he tenido.Observo mi vestido negro con escote en V en la espalda y una cadena que lo decora de mangas largas y largo hasta la rodilla, me miro un poco más en el espejo de la habitación, a la cual aún no me acostumbro por ser la habitación de Luan.Miro mi vientre abultado que no deja de crecer cada semana y suspiro, relajada de que el vestido disimula mucho mi figura embarazada, miro a través del espejo a Luan sentado en el sillón sin dejar de mirarme hasta que se levanta y se acerca hasta quedar unos pasos de mí, me mira un momento por encima de mi hombro haciéndome sentir nerviosa por su mirada a través del espejo.