Atrapado

Dos semanas aquí. Dos semanas de agonía. Me miré en el espejo del hotel y casi salto del susto. Llevaba una barba fea y desaliñada. El cabello era una maraña que gracias al frió lucía opaco y mis ojos eran unas puyas, hundidos.

Hacía ya cuatro días que Lucy había salido del hospital y siete que había despertado con claridad. La contusión había afectado su lado izquierdo y solía ser torpe con sus manos, había que ayudarla a comer y a bañarse. Me parecía que estaba encantada, yo le hacía todo. Raquel pasaba con ella solo el tiempo en que yo salía a buscar medicinas y caminar, bueno sólo sucedió esa noche. Lo cierto es que  Lucy me tenía para ella y si le dolían algunas partes de su cuerpo pero se recuperaba.

No había un día en que no pensara en ella. El mismo Madrid me traí

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