La búsqueda seguía por toda el área de influencia del accidente desde la medianoche; Felipe y Edmundo recorrieron los centros poblados e indagaron con su foto pero ninguno la reconocía y ya pasaba del medio día...

Mientras tanto, Lorenzo llegaba a su casa con el doctor quien revisó la herida, concluyendo que solo era de unos dos centímetros y superficial, la limpió de manera profusa y evaluó todos los otros sistemas sin encontrar alteraciones. Le recomendó reposo absoluto por las siguientes doce horas, le recetó analgésicos y le dio instrucciones sobre signos de riesgo por su embarazo. Se despidió y volvió al pueblo con la promesa devolver por la mañana.

Ella agradeció a sus anfitriones por su amabilidad y luego quiso reportarse porque sabía que la estaban buscando pero ellos no usaban teléfono; entonces Lorenzo se ofreció a ir a la estación cercana y hacer la llamada por ella pero descubrió que no tenía con quien comunicarse porque no recordaba los números; todo estaba en su teléfono