Giada escuchó impasible la verborrea de Lucía hasta que por fin se calló y, entonces, le habló...

-Esa postura de madre ofendida no te queda bien, si pensaras realmente en ella nunca te hubieras prestado para alejarla de mi hijo por dinero...¡No tengo nada que ver con lo que le sucedió a tu hija! ¡no vuelvas a llamarme! -y colgó sin esperar su réplica

Se quedó mirando el teléfono por un rato mientras esperaba noticias de Rafael, un mafioso que fue su novio de juventud y de quien estuvo locamente enamorada, pero él tomó el camino contrario a sus intereses y ella decidió casarse con Edmundo, más por su dinero que por amor. Por fin sonó el teléfono...

-¿La tienes?

-Sí, aquí está...es preciosa, ¿puedo quedarme con ella?

-¡No te atrevas a tocarla! salgo en dos horas...

-Está bien, está bien...tú mandas

Giada salió con un bolso pequeño y le pidió al conductor que la llevara a la Gran vía, allí lo dejó libre hasta nuevo aviso y ltomó un taxi al aeropuerto.

En la bodega donde la retenían, Alej