holis mis preciosos fanseses n.n/ no sé por qué la plataforma no me ha estado dejando poner comentarios al final del cap xD les comento que los días que no publiqué fué porque tuve junta en la escuela de mi cachorra y al siguiente día me tocaban estudios, ultrasonido y mi consulta para mi otra cachorra. Todo bien, ambas crecen fuertes, sanas (y espero que felices). Muchas gracias por sus bonitos comentarios, son el mejor fandom del mundo <3
Las lobas habían dicho que seguido se veían Renegados a las afueras de la manada, así que el Alfa Supremo decidió que valía la pena investigar al respecto. Gracias a unas cuantas preguntas que le hizo a la Luna antes de que matara al Alfa, sabíamos que en los últimos meses se habían estado acercando al territorio. -Dijo que más allá de los negocios estúpidos de su pareja, los avistamientos de Renegados han sido frecuentes en esta zona. - Murmuró el Alfa rastreando con su nariz los alrededores. Yo me había recostado contra un árbol porque aún estaba en pañales en cuestiones de rastreo. -¿Nos quedaremos en la manada un tiempo revisando los distintos senderos? -No en ella pero si cerca. Hay demasiadas huellas aquí y podríamos encontrar uno de estos llamados "campamentos" cerca. -Se transformó en humano y se cruzó de brazos. - Este y Oeste. Tendré que dividir a la manada en dos grupos para seguir ambos rastros. Yo bostecé. No porque fuera aburrido, sino porque el entrenamiento
Yo era algo así como la pequeña hermana que a veces se convertía en macho, por lo que me dejaron participar en su cosa masculina de golpear sus brazos.-¡Tú puedes, Iris!Golpe.¡Ay!-Usa el movimiento que te enseñé.Golpe.Mierda, dolía.-Recuerda ir por sus bolas.Golpe.No más.Por supuesto, cuando catorce lobos pasaron a desearme "suerte" solo a mí me dieron ánimos o consejos sobre qué hacer en caso de ver a un Renegado. ¿No podían hacerlo sin la parte de golpear mi brazo? Brutos, eso eran.No les bastaba con que tuviera que estar presente cuando sus cuerpos se liberaban. No, ellos me querían ahí como si de verdad fuera un lobo macho.Lo apreciaba pero...-¡Ay!Ef se rio antes de sacar por encima de su cabeza una de las dos bolsas enormes que llevaba. Me la dió.-Empaqué todo lo necesario para que puedas tratar a cualquier lobo ya sea para curar o para provocar daño. El límite es tu imaginación.-Gracias. - Dije poniéndome la correa antes de cubrir mi pobre brazo. - Espero que a
Vi la espalda de mi mejor amiga mientras intentaba disimular que su pequeña vejiga no iba a estallar en el próximo minuto. No pude evitar sonreír. Siempre había sido así desde que la conocí. Sacrificándose, no queriendo dar molestias a los demás, tímida en ocasiones, una boca que no guardaba sus pensamientos... pero un enorme corazón. -Siempre he tenido curiosidad. ¿Son familia? - Preguntó uno de nuestros compañeros y yo aparté la vista de Iris. -Si. Era la respuesta corta a nuestra relación. Ella era la unica familia que me quedaba. Perdí a mis padres siendo un cachorro a manos de los Renegados. De hecho recuerdo muy poco sobre ellos. Mamá olía a leña quemada y carne de venado, mientras que papá olía a bosque... y eso es todo. Sé, por lo que me dijeron años después, que la manada tuvo un ataque de Renegados en el que varias familias completas fueron exterminadas antes de que el Alfa y los guardias pudieran expulsarlos. Para cuando eso sucedió, ya habíamos cuatro c
Iris. Sabía una cosa: Que no nos habían estado siguiendo esos dos y esperado la oportunidad para atacar. ¿Cómo lo sabía? Porque entonces ellos habrían notado mi presencia y buscado en el bosque. No me buscaban. Ahora tenía algunas opciones. Seguirlos para averiguar de dónde m****a habían salido o regresar por donde vinimos y encontrar al Alfa Supremo y su grupo. Ya me imaginaba mi reporte. "Drogaron a mis compañeros mientras yo atendía algunos remilgos de chica. Estaban vivos la última vez que los vi, ¿Habrá duraznos en la cena?" Comencé a moverme aledañamente al grupo de Renegados y por fin pude respirar bien. Fue un alivio después de algunos metros saber que mis pensamientos extraños sobre el reporte que le daría al Alfa fueron pequeñas alucinaciones causadas por la falta de oxígeno. Ahora, con la mente clara, podía decir que lo mejor que podía hacer era seguirlos y analizar la situación antes de que el grupo del Alfa (mis refuerzos) nos encontraran. Pero antes... Abrí
-Grr y chillidos para ustedes también. No es como si ésta hubiera sido mi primera opción, ¿Saben? - Gruñí saltando la siguiente raíz y tratando de equilibrar el peso de los dos oseznos en mis brazos con mi carrera endemoniada para no ser la cena de mamás osas. - Ustedes no son precisamente livianos. ¿Creen que cargarlos mientras escapo es fácil? Al menos ustedes no se congelan el trasero mientras huyen... Los rugidos furiosos a mi espalda cerraron mi boca y me concentré en correr por mi vida. ------ Minutos antes. ------- No estaba funcionando. Después de dos minutos de agitar los brazos como loca, los osos simplemente... me ignoraron. Incluso cuando puse en mi mano la mezcla de plantas que, en teoría, tendrían que hacer que fuera atractiva a sus narices. No, los osos estaban más ocupados siendo ridículamente pacíficos ante el peligro. Bueno, ciertamente, yo no era un peligro pero... ¡Demonios! ¿Por qué tengo que provocar a los osos para que vengan por mi cuello? Inclu
La cueva en la que me había metido era solo un largo pasillo que revelaba un enorme campamento al otro lado. Un montón de Renegados en diferentes estados de desnudez, podredumbre y barbarie se encontraron viéndome salir de la cueva para detenerme en seco.No sabría decir quién estaba más sorprendido.Ellos al ver mi lamentable estado y al osito en mis brazos o yo al ver todo tipo de construcciones de madera que contenían cadáveres para ilustrar para qué mierda servían.Mala idea. Definitivamente una mala idea que el Alfa Supremo no me perdonaría... si es que se enteraba.Creo que salimos de nuestro punto muerto cuando dos lobos pasaron por mi lado y se transformaron con expresiones de pánico en sus ojos.-¡Nos atacan! Mierda, ¡Un montón de osos nos atacan!Giré mi cara como si estuviera en un trance y me pregunté de qué demonios hablaban. Solo eran dos mamás osas enojadas porque había tenido la suerte de tomar a dos pequeños que no eran hermanos y...Un momento. ¿Dónde estaba el lobo
Miré extrañada a Co. -Ya está muerto, ¿Es necesario pegarle en las bolas? - Pregunté poniendo el frasco debajo de la nariz de Vi. -Muy... necesario. - Gruñó. Yo no dije más. Quizá ese lobo los había hecho enojar desde antes de que llegara. Uno a uno mis compañeros se levantaron y me ayudaron a desamarrar a los restantes. Cuando llegué a Gail, se levantó como un resorte y fue tras las tripas del cadáver. Con todos satisfechos por haber obtenido un pedazo del tipo (nunca mejor dicho), Ti nos llamó a reunirnos al rededor de la mesa en donde ya había hecho un mapa improvisado con la sangre de nuestro Renegado favorito. -Estamos aquí. - Dijo señalando un dibujo de casas detrás de una montaña. - El Alfa Supremo y el resto de nuestros compañeros se encuentra aproximadamente por aquí. -Señaló otro lugar lejano en la mesa. - Debemos salir y encontrarnos con él para reagruparnos y atacar este sitio... ¿Si, Iris? Yo había levantado mi mano. -Aunque estemos presentes todos los de
-¡No se separen!- Gritó Ti por encima de su hombro. En uno de nuestros raros momentos de corazón a corazón mientras me enseñaba a coser, me confesó que había sido un Beta hacía muchos años. -Dejé el puesto cuando perdí a mi pareja. - Susurró. - La vida no tenía sentido, mucho menos el querer arriesgar mi vida si no había nadie a quien quisiera proteger. Si no me he quitado la vida es porque sé que eso no habría hecho feliz a mi Susan. -Entiendo. - Murmuré. - Me alegro de que Susan no quiera su pronta muerte. Así que tenía sentido que fuera el segundo al mando del Alfa Supremo. Por lo que sabía, el resto de la manada habían sido civiles o guardias retirados. Ti era el único con experiencia para llevar una manada cuando un Alfa estaba fuera. Toda esa experiencia nos estaba ayudando a salir de aquí. Finalmente llegamos a donde los osos y los Renegados aún luchaban con ferocidad. Me di cuenta de que mis estimaciones sobre el número de osos no eran acertadas porque ya h