No había papeleo.Durante mi primer día como Alfa Supremo me dediqué a investigar mi nuevo territorio, lugar al que me habían traído hace un par de semanas.Veintisiete días permanecí medio muerto para el mundo y en ese tiempo pensé que se había acumulado el trabajo porque, tonto de mí, debía de haber algún tipo de orden del día o algo ¿No?Pues no. Me encontré con que el anterior Alfa Supremo y uno antes de él les había importado una mierda dejar algún tipo de registro sobre sus actividades, por lo que tuve que preguntarle a mis nuevos lobos al respecto.Se encogieron de hombros.-Normalmente nos dedicamos a holgazanear todo el día, conseguir comida y esperar a que el Alfa nos asigne algún trabajo.Increíble.También me dijeron que ellos habían sentido la muerte del ex Alfa Supremo, así que fueron al sitio al que los guió su instinto para lleverme con ellos. Esa había sido toda la proactividad que habían demostrado durante casi un mes con respecto a sus deberes.- De acuerdo. - Dije
Iris. Pasaron cinco largos días desde que el Alfa Supremo había caído inconsciente. En todo ese tiempo me rehusé a abandonar la tienda de Ef más allá de lo estrictamente necesario. Me encontré a mí misma haciendo una camilla un poco más grande para poder dormir a su lado y así vigilar su respiración constantemente. No dormía mucho debido a que el miedo me invadía. No sabía el por qué el Alfa se había vuelto importante para mí, pero lo hacía y no perdería la mente por ello. Las cosas eran como eran y de nada servía sobre analizar los por qués. -Esta última debe de funcionar. - Dijo Ef sacándome de mis pensamientos mientras miraba fijamente la mano del Alfa. - No creo que podamos mejorar la fórmula. Lo miré con ojos cansados. -Siempre podemos mejorar, es solo que aún no sabemos cómo. Tomaré otro libro y... -No. Necesitas descansar, señorita. Cualquiera en la manada puede vigilar esa mano mientras tú te tomas una siesta. No estás comiendo y esas ojeras me preocupan. Yo
-¿Y?-Y nada. Sus razones debe tener para ocultar su rostro. Razones que no me conciernen, así que todo esta bien entre nosotros si es lo que quiere saber. Me miró buscando algo en mi rostro. Después asintió.-No era mi intención engañarte, simplemente es la primera vez que alguien en la manada no tiene buen olfato y yo no era consciente de ello.Hice un gesto con la mano para quitarle importancia.-Muchas cosas tuvieron sentido en los últimos días y, por lo que me dijeron también, la manada pensaba que ya lo sabía por lo que no vieron la necesidad de decirme nada.Me sonrió lentamente y mi interior se apretó.-De hecho, creo que le debo un par de disculpas.-¿Ah si?-Si. - Dije mirando hacia abajo. - He estado hablando mal de usted frente a usted y ahora me siento un poco idiota.Él se echó a reír.-Creo que era más que evidente cuando le llamaban Azz. - Dije sintiendo cómo poco a poco el calor subía a mis mejillas. - "A" y "s". Alfa Supremo... en serio es que era tan evidente...É
-¡Ay! - Dije poniendo mi mano sobre mi frente antes de ver feo al Alfa Supremo. - ¿Es necesario que me avientes piedras mientras trato de no ahogarme? -Muy necesario. Lo dijo con seriedad, pero hasta aquí podía ver la diversión en sus ojos. Me quité el pelo mojado de la cara y comencé a nadar hacia la orilla. Cuando salí, palmeó un lado del suelo junto a él y yo solo me tiré ahí disfrutando del calor del sol.Prácticamente toda la manada insistió en que se tomara algunos días de descanso después de casi morir. El tipo solo se encogió de hombros y dijo que estábamos exagerando.Sin embargo, no había estado patrullando, entrenando o yendo a misiones. Se veía mejor, así que supuse que solo lo hacía para que dejáramos de preocuparnos por él. -Cinco minutos, después vuelve al río. -¿Por qué me torturas? - Pregunté gimiendo. - Ni siquiera querías ayudarme a esto. -Bueno, ya que insististe tanto en ahogarte, creo que es mi deber asegurarme de que cumplas tu objetivo. Giré mi cabe
Gail y el Alfa corrían por el bosque a velocidad vértigo.Yo solo me dediqué a agarrarme fuertemente a la espalda del Alfa para no morir. Carajo, creo que había subestimado la velocidad de Gail. No sabía que podría seguirle fácilmente el ritmo al Alfa Supremo.Ahora entendía por qué el Alfa incluso se tomó una hora extra para llegar a la manada.-Baja, Vomi. - Dijo cuando por fin se detuvieron. - Es momento de que comiences a mostrarme todo el amor que hay en tu corazón.Gail se echó a reír porque sabía que yo había estado enfurruñada todo el camino y que el Alfa hablaba sarcásticamente.Tomé el brazo que me ofrecía y pegué mi pecho a su codo.-Anímate, te conseguiré algo de comer. - Dijo Gail con una sonrisa en mi dirección.Yo le mostré mi dedo más bonito y eso solo lo hizo reír.Después de caminar por unos buenos cinco minutos, por fin una patrulla dió aviso a nuestra llegada.-Síganme, por favor. La manada los espera. - Dijo uno de los guardias con una pronunciada reverencia.Eso
-La insultó, Luna. - Dijeron algunas en murmullos sin despegar la vista de mí. -¿Y? Ustedes me insultan aún más al no decirme qué m****a estaba pasando en mi propia casa. - Gruñó ella. - Si no es porque el idiota se emborrachó y me confesó sus estupideces, yo no me hubiera enterado. ¿De verdad tan poco confían en mí? Ellas se vieron avergonzadas, la Luna solo gruñó. -Bien, si no confían en mí no lo tomaré personal. Yo soy la primera en decir que fui muy estúpida al no ver las señales... señales, más no tengo pruebas. Las necesito, necesito que me ayuden a que el Alfa pague por sus crímenes.- Dijo y miró a todas y cada una de las presentes. Yo solo observé con curiosidad lo que harían a continuación. - Y, como un pequeño consejo, yo no tocaría ni un solo cabello de esa hembra. El Alfa Supremo me envió aquí para decirles que cualquier insulto o violencia hacia ella sería pagado con sangre. Enseguida las lobas se alejaron un par de pasos de mí. Evité poner los ojos en blanco. -Lo ten
Las lobas habían dicho que seguido se veían Renegados a las afueras de la manada, así que el Alfa Supremo decidió que valía la pena investigar al respecto. Gracias a unas cuantas preguntas que le hizo a la Luna antes de que matara al Alfa, sabíamos que en los últimos meses se habían estado acercando al territorio. -Dijo que más allá de los negocios estúpidos de su pareja, los avistamientos de Renegados han sido frecuentes en esta zona. - Murmuró el Alfa rastreando con su nariz los alrededores. Yo me había recostado contra un árbol porque aún estaba en pañales en cuestiones de rastreo. -¿Nos quedaremos en la manada un tiempo revisando los distintos senderos? -No en ella pero si cerca. Hay demasiadas huellas aquí y podríamos encontrar uno de estos llamados "campamentos" cerca. -Se transformó en humano y se cruzó de brazos. - Este y Oeste. Tendré que dividir a la manada en dos grupos para seguir ambos rastros. Yo bostecé. No porque fuera aburrido, sino porque el entrenamiento
Yo era algo así como la pequeña hermana que a veces se convertía en macho, por lo que me dejaron participar en su cosa masculina de golpear sus brazos.-¡Tú puedes, Iris!Golpe.¡Ay!-Usa el movimiento que te enseñé.Golpe.Mierda, dolía.-Recuerda ir por sus bolas.Golpe.No más.Por supuesto, cuando catorce lobos pasaron a desearme "suerte" solo a mí me dieron ánimos o consejos sobre qué hacer en caso de ver a un Renegado. ¿No podían hacerlo sin la parte de golpear mi brazo? Brutos, eso eran.No les bastaba con que tuviera que estar presente cuando sus cuerpos se liberaban. No, ellos me querían ahí como si de verdad fuera un lobo macho.Lo apreciaba pero...-¡Ay!Ef se rio antes de sacar por encima de su cabeza una de las dos bolsas enormes que llevaba. Me la dió.-Empaqué todo lo necesario para que puedas tratar a cualquier lobo ya sea para curar o para provocar daño. El límite es tu imaginación.-Gracias. - Dije poniéndome la correa antes de cubrir mi pobre brazo. - Espero que a