Yo creía que había conocido lo que era la maldad cuando asesinaron a mi padre frente a mis ojos o cuando me dejaron para morir quemada viva en una pila de cuerpos...

Estaba equivocada.

Inocente. Ignorante. Ingenua.

Yo era todo eso antes de tomar la mano temblorosa de aquella hembra en cuyos ojos no se podía percibir nada más que el deseo de morir de una vez por todas.

-Soy la Luna Suprema - Dije con una firmeza en la voz que incluso a mí me sorprendió. - y juro sobre mi título y sangre que regresaré por ti y por todos los que se encuentran contigo.

La hembra tembló un poco pero me dejó ir lentamente.

Me incliné sobre los barrotes.

-Por todos ustedes. - Repetí.

Con eso me di la vuelta con paso firme.

La manada me había esperado e inclinaron su cabeza cuando pasé junto a ellos para volver a encabezar la búsqueda del último lugar que nos faltaba por revisar.

Nadie dijo una palabra sobre esos lobos, simplemente siguieron mi ritmo de trote ligero por los pasillos mient