Ubicación: Rusia
La esposa del CEO, Mijaíl Kosovo, acaba de morir y aún no sabe cómo hará para que Alexander, su pequeño hijo, comprenda la situación. Hace días que el pequeño de solo cuatro años quiere ir al hospital con su padre a visitarla. Sin embargo, Kosovo no se lo permite, ya que hace una semana que se encuentra inconsciente por los fármacos que pusieron en su suero para que no sufriera dolor. Pocos son los que saben qué está ocurriendo en verdad, porque el empresario es una persona con demasiados enemigos como para mostrarse débil ante la mirada pública.
Elena fue una buena esposa, criada por sus padres para ser la madre del heredero de un imperio como el que Kosovo posee, por lo que estaba al tanto cuál era su lugar en la vida de su esposo. Sin embargo, él no llega a apreciarla, ya que sus obligaciones lo tienen ocupado la mayor parte del tiempo.
—Señor Kosovo, disculpe que lo moleste —interrumpe uno de sus empleados entrando al cuarto donde el magnate se encuentra despidiéndose de su esposa. Kosovo saca el arma que lleva con él y, sin siquiera dudarlo por un instante, le apunta en la cabeza, a punto de dispararle. Sin embargo, el hombre logra hablar más rápido—. Encontramos lo que pidió. Hemos secuestrado a la mujer.
¿Acaso el disparate que les dijo semanas atrás ha sido escuchado por sus empleados?
En medio de la desesperación, Kosovo insinúa que necesita hallar a una mujer que logre reemplazar a Elena mientras Alexander aún es pequeño. Mijaíl le pide a su empleado que le entregue lo que tiene en la mano. El joven tiembla de miedo, pero hace lo que su jefe le pide y le da su móvil. En él hay una fotografía de la mujer que secuestraron para él.
—¿Es ella? —pregunta Mijaíl, mientras el hombre asiente con la cabeza sin mirarlo—. Esta mujer es rubia.
—Es lo único distinto, señor Kosovo. Si mira su rostro, es idéntico al de la señora —indica el empleado levantando la vista. Mijaíl le dispara en una pierna.
—Nadie, nunca jamás podrá ser como Elena —le recuerda en tono firme y ofendido, y el empleado, sin otra opción, le pide disculpas—. Cambien su cabello y tráiganme otra fotografía.
Las exigencias de Kosovo siempre son escuchadas, ya que no solo es un CEO sumamente reconocido por sus empresas en Rusia, sino que tiene su propia organización clandestina donde controla el bajo mundo.
—Sí, señor Kosovo. —El empleado está por irse, pero él lo detiene.
—Envía a otra persona a encargarse de eso y haz que traten tu herida, primero —pide Mijaíl, ya que parece sangrar más de lo que debe.
—Gracias, señor Kosovo, y disculpe mi atrevimiento. —Al terminar de hablar, se va.
Mijaíl toma su saco y, después de besar la frente de Elena, pide que preparen todo para el funeral. Deben ser discretos. No quiere que otros sepan nada, por lo que, al ir a casa de sus suegros a buscar a Alexander, les cuenta que el tratamiento que Elena hacía parece no estar funcionando y ellos se ponen mal al igual que él. No les dice la verdad porque aún espera poder resolverlo por su cuenta.
—¿Qué pasará con Alexander? Es muy pequeño para entender lo que la muerte significa —su suegra no para de llorar.
—Por ahora no le diremos nada —indica y su suegra lo mira molesta.
—Sin importar el poder que tengas, ¿cuánto más podrás ocultar la ausencia de mi hija? —No se enoja porque la mujer está devastada con la idea de perder a su hija. Por suerte para ella, su suegro le pide que deje todo en sus manos.
Traen a Alexander, este está durmiendo. Su niñera sube al coche con él en brazos y vuelven a casa. Mijaíl pasa la noche con él en sus celdas, y por la mañana va al refugio donde hace sus negocios para la organización y entra a uno de los cuartos donde suelen torturar a los traidores. Ahí está ella. Al parecer, es rebelde, ha mordido a uno de sus hombres y golpeado a dos más. Lo mira con desprecio y sonríe. La toma del cuello y la levanta. Es sorprendente cuán parecida a Elena se ve solo con el cambio de cabello.
—Mátame —susurra con el poco aire que le queda y la suelta.
—¿Por qué te mataría si te necesito viva? —pregunta mientras observa sus movimientos.
—No dejaré que abusen de mí. Si me metes algo en la boca lo perderás —asegura con valentía.
—Lastimaste a tres de mis hombres, no sé si debo castigarte o premiarte. Aun así, estoy aquí para ofrecerte un trato —dice y traen una silla para que pueda sentarse—. Te ofrezco un millón al año por fingir ser otra persona. ¿Qué te parece?
—No quiero. Me tasé su dinero en el culo. —Es más atrevida de lo que parece.
Sus hombres le traen la investigación que han hecho sobre ella. Hojea un poco el archivo y lo cierra. La mira fijo y vuelve a hablar.
—No voy a desperdiciar mi tiempo contigo. Así que seré más claro. Debes fingir ser mi esposa hasta que yo lo decida o asesinaré a todo aquel que te importe —asegura y ella empieza a reír.
—No hay nadie que me importe —asegura, y escupe en su dirección, pero sin éxito.
Mijaíl hace que sus hombres entren con su padre y su hermano mayor. Ambos tienen los ojos vendados, por lo que no entienden nada y solo piden misericordia.
—¿Estás segura de que nadie te importa? —le pregunta nuevamente y ella no responde. Así que se pone de pie y va hasta donde ellos se encuentran y le apunta a su padre en la cabeza—. ¿Segura?
Tras esperar tres segundos y sin oír nada, le dispara y asesina a su progenitor. Al verla entiende la razón de su apatía.
—Me hiciste un favor —indica ella, con una sonrisa en su rostro.
—¿Crees que no me di cuenta? —pregunta, mientras hace que callen a su hermano mayor—. Ahora dime, ¿consideras que, así como le disparé a tu padre, no puedo ser capaz de dejarte en un dormitorio a solas con tu hermano?
Su rostro palidece, esos malditos han abusado de esta chica y por eso no ha sentido más que alivio al ver cómo uno de ellos se va al infierno. Le toma el rostro y ella lo escupe de nuevo.
—No será nuevo para mí —espeta ella.
Él toma su arma y le dispara seis veces a su hermano en el cuerpo.
—No me gusta que me falten al respeto, te lo dejaré pasar por esta vez, pero la próxima te castigaré —dice mientras se limpia la cara con el pañuelo—. Aun así, no soporto que alguien abuse de una mujer de la forma en la que ellos lo hicieron contigo. Así que creo que no pude evitar hacerte el favor y acabar con ellos.
Mijaíl hace que quemen los cuerpos de esos dos y pide que investiguen más sobre la mujer que le han traído. Está claro que con esa actitud no puede dejarla a cargo de su hijo en su ausencia. Tiene que partir, ya que en la organización hay una nueva adquisición.
Autora: Osaku
Ubicación: La IslaMijaíl hace acto de presencia como siempre en la fiesta de la organización, aunque es bastante aburrida para él. Como siempre, todos los integrantes se presentan en la isla que les pertenece a Los elegidos.Los cinco líderes de la organización hacen acto de presencia cuando Mijaíl llega, ya que él es por herencia, el único que está más arriba que los otros cuatro. Ya que, a diferencia de los cuatro líderes pertenecientes a otras regiones, Mijaíl Kosovo es descendiente del primer miembro de esa enorme organización. Los cinco se sientan frente al resto, en sus elegantes sillas sobre un escenario, mientras el celebrado elige entre las esposas de los miembros. Una vez que el iniciado escoge a una mujer que llevará a la cama esa noche la fiesta continua para el resto.El señor Li se acerca a donde Kosovo se encuentra, y cuando este último se levanta, el anciano le pregunta por la salud de su esposa.—Ella está mejorando. —Miente Kosovo, con una gran sonrisa.—Me alegro
Ubicación: RusiaPor la mañana, Mijaíl envía el desayuno para la mujer que se convertirá en su esposa. Después de que su hijo se levanta, salen a comer fuera. No quiere que por accidente ella diga algo y el pequeño Alexander la escuche. Así que pide que después de eso lo lleven a casa de sus abuelos y regresa. Al llegar, nota que sus hombres están alterados; al parecer, la mujer se ha escapado del cuarto y la están buscando.—Maldita sea —espeta e instruye a sus hombres que registren el lugar. Mientras tanto, él va al patio a alimentar a Olga. Si esa estúpida mujer escapa por atrás y su tigresa alvina está hambrienta, seguramente morirá.—Señor Kosovo, la hemos encontrado —indica su mano derecha, Iván.—¿Dónde estaba? —pregunta Mijaíl y su empleado lo mira avergonzado—. Iván, dime por favor, ¿dónde la encontraron?—Estaba durmiendo debajo de la cama —revela, y Mijaíl lo mira confundido—. Al parecer no había querido escapar, sino que no quiso dormir en la cama.—¿No revisaron eso prime
Ubicación: RusiaMijaíl entra al dormitorio y encuentra a la mujer que será su esposa leyendo las notas. El profesor todavía está con ella. Kosovo los mira y les pregunta cómo van las clases; el profesor parece conforme, así que él empieza a hacerle preguntas.—¿Cuál es tu nombre? —Ella lo mira y por un momento duda—. Si eres mi esposa no puedes dudar. Cien mil menos. Continuemos.—Mi nombre es Elena Petrova, esposa del magnate Mijaíl Kosovo, única hija de Alexander Petrov y Tatyana Antonova. Tengo veinticinco años y mi cumpleaños es el veintiocho de febrero. Mi hijo se llama como mi padre, Alexander Kosovo; es el futuro heredero de la corporación Kosovo —responded ella, y lo mira como si quisiera asesinarlo.—Alexander, ya que es tu hijo, ¿qué sabes de él? —pregunta con calma.—Mi hijo nació el dieciocho de julio con solo siete meses de gestación por problemas que tuve mientras estaba embarazada. Tiene un trastorno del desarrollo y está siendo tratado por ello. Debe mantener una ruti
Ubicación: RusiaGracias, Irina —Mijaíl parece satisfecho, mientras se viste.—Sabe que cuenta conmigo para lo que necesite, señor Kosovo, es un placer complacerlo —responde la muchacha antes de irse—. Desearía que me llamara más seguido, aunque no quiero tentar a mi suerte.—Lo tendré en cuenta, ahora dile a Iván que se encargue de ayudarte con lo de la empresa de tu padre —pide Mijaíl, mientras toma la corbata del suelo.—Le agradezco profundamente su ayuda. Buenas noches. —Irina es una muchacha muy obediente, sabe qué lugar es capaz de ocupar en la vida de un hombre como él.Se hacía ofrecido a Kosovo la primera vez que la empresa de su padre estuvo por caer en bancarrota. Tenía apenas dieciséis años y temía que su padre se suicidara, por lo que estaba dispuesta a vender su virtud. Mijaíl le aseguró que ayudaría al empresario, pero solo estaría con ella cuando cumpliera veintiún años. Ella se mantuvo casta por casi cinco años y el día de su cumpleaños llamó a Kosovo para pagar su d
Ubicación: RusiaMijaíl, duerme con su nueva esposa cada noche desde que ella intenta escapar, lo que provoca que maldiga para sí misma. Ha notado que él tiene el sueño muy liviano, lo que dificulta detectar cuándo se queda dormido. Finalmente, después de unos cuantos días, Kosovo decide salir a cenar fuera, dándole una nueva oportunidad para intentar escapar nuevamente. Durante su ausencia, observa qué parte de la casa está menos vigilada, y se da cuenta de que el dormitorio de su hijo no tiene escoltas. Ella piensa que, si toma un par de sábanas, podría bajar por ahí. Si falla, pondrá en peligro la vida de los niños del orfanato en el que creció, por lo que no puede cometer un error.Por otro lado, aunque ya ha memorizado toda la información que Kosovo le había dado y ha leído todos los libros que dejó para ella, ya ha pasado casi una semana. A una persona normal no debería llevarle mucho más tiempo, por lo que en cualquier momento volverá a ponerla a prueba y eso significa que no h
Ubicación: Rusia—¿Creíste que no me había dado cuenta de lo que hiciste? —pregunta Mijaíl furioso.—Si levantas el tono de voz, Alexander despertará —responde Elena sin ningún temor.—¿Ahora te preocupas por él? —Su ira es incontenible.—Le dije que aún me estaba recuperando. Lo acompañé a su cuarto y me quedé con él hasta que se le pasó el dolor de estómago y se durmió. —Trata de explicarle ella.—Mataré a esa estúpida mucama que dejó que Alexander entrara en mi estudio —dice furioso. Todo se ha salido de control.—Estoy lista para fingir ser tu esposa. No debes preocuparte —¿le gusta tomarle el pelo?—Tratabas de escapar. ¿Por qué piensas que sería capaz de darte la oportunidad de andar libremente por la casa? —pregunta mientras carga su pistola. Necesita calmarse o hará un desastre.—Golpéame si eso te ayuda a estar más tranquilo, pero no lastimes a la mucama que cuidaba de Alexander —pide ella, mientras pone sus manos en su arma—. No voy a huir, seré su madre. ¿Es por eso que bus
Ubicación: RusiaMijaíl corre hasta su dormitorio para tomar a esa mujer y hacerle confesar la verdad. Al entrar, se sorprende al ver cómo ella y Alexander desayunan juntos. Él parece muy feliz de darle de comer en la boca a su madre, y ella se muestra amorosa.—¿Qué ocurre? —pregunta Mijaíl tratando de calmarse.—Perdón, papá —dice Alexander asustado. ¿Por qué él es el malo ahora?, se pregunta Mijaíl.—Alexander solo vino a cuidar de mí, ya que lo ayudé a que se le pasara el dolor de estómago anoche —explica ella, como si en verdad fuera su madre—. Gracias por ayudarme, pero mamá está muy cansada. Debes ir abajo a desayunar con papá.—Espérame abajo y no vuelvas a entrar sin mi permiso —le dice, y Alexander lo mira como si estuviera enojado con él.Una vez que una de las mucamas toma la mano de su hijo, Kosovo cierra la puerta del dormitorio. Después de eso, le pregunta a la mujer qué se supone que está haciendo. Ella solo dice que lo que le corresponde.—Estuve buscando a Alexander
Ubicación: RusiaArthur llega y antes de ver a Alexander, evalúa a esta mujer. Necesita saber a qué se enfrenta. Aunque sabe que su madre la abandonó en un hogar de huérfanos, Mijaíl no puede creer que esa sea la única razón que necesita para ayudar a mentirle a su hijo. Los lleva a su oficina para que puedan hablar con comodidad mientras él manda a investigar a su esposa antes de que enfermara.—Los dejaré a solas para que conversen —dice y se va sin siquiera presentarlos. Será una doble prueba para ella ya que los escuchará desde otra habitación sin que Elena lo sepa.—Buenos días, mi nombre es Arthur Makarov, afortunado de conocerla ¿Su nombre es? —pregunta él, volviendo a hacer la broma sobre su apellido, que significa «bendecido o afortunado». Ha usado ese truco muchas veces cuando eran jóvenes para tratar de conquistar mujeres.—Soy Elena, no entiendo por qué me lo preguntas, Arthur —dice ella, sorprendiéndolo.—¿Acaso nos conocemos? —pregunta su amigo, tratando de desconcertarl