Ubicación: La Isla
Mijaíl hace acto de presencia como siempre en la fiesta de la organización, aunque es bastante aburrida para él. Como siempre, todos los integrantes se presentan en la isla que les pertenece a Los elegidos.
Los cinco líderes de la organización hacen acto de presencia cuando Mijaíl llega, ya que él es por herencia, el único que está más arriba que los otros cuatro. Ya que, a diferencia de los cuatro líderes pertenecientes a otras regiones, Mijaíl Kosovo es descendiente del primer miembro de esa enorme organización.
Los cinco se sientan frente al resto, en sus elegantes sillas sobre un escenario, mientras el celebrado elige entre las esposas de los miembros. Una vez que el iniciado escoge a una mujer que llevará a la cama esa noche la fiesta continua para el resto.
El señor Li se acerca a donde Kosovo se encuentra, y cuando este último se levanta, el anciano le pregunta por la salud de su esposa.
—Ella está mejorando. —Miente Kosovo, con una gran sonrisa.
—Me alegro, mi esposa también estuvo enferma un tiempo, y después de varios sustos se recuperó, pero la verdad es que no sé qué haría sin ella —indica el señor Li; es un hombre mayor al cual su padre respetaba mucho, pero ya casi no contribuye.
—Dígame, señor Li, escuché que su sobrino es abogado. Nos vendría bien otro en la organización —comenta Kosovo cambiando un poco el tema—. Además, supe qué piensa retirarse.
—Usted siempre está un paso delante de todos. —Ríe algo nervioso, al parecer él no puede controlar a su propia familia, al menos eso es lo que Mijaíl ha escuchado—. Mi sobrino no es un hombre como nosotros. Tiene sus propias ambiciones.
—Siempre las personas quieren algo de nosotros y estoy seguro, por lo que he escuchado, que él pronto nos pedirá ayuda. Así que, si es tan amable, le pediré que le ofrezca ocupar su lugar. Necesitamos sangre nueva en esta organización —le dice y lo despide luego de que toman un trago juntos, como indica la tradición.
Uno de sus hombres se acerca, al parecer debe volver a casa. Alexander no está pudiendo dormir en casa por tener algunas pesadillas. Mijaíl, toma un avión y llega por la tarde.
***
Ubicación: La Isla
Kosovo escucha desde la puerta cómo su pequeño hijo llora y pide por su madre. Va hasta su dormitorio y después de verlo, el niño corre hasta donde él está y lo abraza. Sus ojos están hinchados de tanto llorar.
—Disculpe, señor, no queríamos tener que llamarlo, pero anoche no durmió nada —dice su niñera y él le pide que salga del cuarto.
—¿Por qué haces que papá se preocupe por ti? —le pregunta a Alexander, y el pequeño le asegura que esa no es su intención—. Mamá está en el hospital, no se siente bien. Debemos ayudarla haciendo bien las cosas si quieres que se recupere.
—No quiero que mamá vaya al cielo. La abuela dice que desde ahí me verá mejor, pero si ya no puedo hablar con ella, no quiero —reclama su hijo con lágrimas en los ojos.
—Te aseguro que mamá estará pronto en casa, pero debes comportarte.
Mijaíl reflexiona sobre la conversación que debe tener con su suegra, quien volvía a hacer algo que no le había pedido. Tendrá que hablar con ella; sin embargo, primero debe asegurarse de que su nueva esposa esté lista para ocupar su lugar, ya que está seguro de que querrán verla pronto.
Ella ahora lo espera en su dormitorio; no iba a dejarla en el calabozo con los cadáveres de esos monstruos, por lo que les pidió a sus hombres que la trajeran y la encerraran ahí. Después de dejar a su hijo dormido en su cama, va a su oficina donde le entregan el nuevo informe y al verlo duda. No está seguro de si podría aceptar a esta mujer como sustituta para madre de su hijo. Está cansado, por lo que trata de ir al grano con ella. Al entrar en su dormitorio, los hombres que la cuidaban salen de ahí.
—Estamos en mi casa, así que si gritas o haces algún truco no dudaré en dispararte en la cabeza —le advierte antes de quitarle la cinta de su boca.
—¿Qué quiere? —pregunta ella aún con los ojos tapados.
—Quiero que finjas ser mi esposa por un tiempo —responde Mijaíl, y le quita la venda.
—¿Puedo negarme? —pregunta, parece más accesible que la vez anterior.
—Si te niegas, te asesinaré —le asegura, mientras busca uno de los platos que la cocinera ha traído—. ¿Prefieres dulce o salado?
—Salado —responde ella al sentir el olor de la comida, y él le da de comer en la boca una porción de huevo.
—Tengo reglas que si las rompes deberás pagar con tu vida. No son muchas y son sencillas —dice y le da otro bocado—. No puedes contradecirme delante de nadie. No puedes drogarte, beber alcohol o tener sexo sin mi permiso.
—¿Si me autorizas, puedo? —pregunta con ironía, y él la mira con malestar.
—No puedes interrumpirme. Hay mucho en juego, por lo que no deben descubrirte o mataré a esa persona; en caso de que sea más importante que el rol que tú cumples, te mataré a ti —le recuerda y sigue alimentándola—. Vestirás como te indique, aprenderás modales y toda la información que pida que sepas para desempeñarte correctamente. Te daré una tarjeta para que gastes en lo que te apetezca, y una vez al año te daré un millón en efectivo. Si haces algo mal, te descontaré cien mil cada vez; por cada mes sin errores, depositaré un millón para ti en una cuenta y cuando el año termine, se te entregará con tu pago anual. ¿Has entendido?
—¿Quién me garantiza que alguna vez dejarás que me marche? —pregunta con serenidad.
—Mi hijo tiene cuatro años, no entiende el concepto de la muerte. Tal vez en un par de años ya pueda asimilarlo y solo entonces podrás irte —le asegura—. Esto lo hago por él.
Una vez que ella termina de comer, Mijaíl desata sus muñecas y sus piernas para permitirle que vaya a ducharse y se cambie la ropa. Se ve igual a su esposa, incluso su mirada es similar, pero en esta mujer parece haber mucho dolor. Algo peligroso si no encuentra una razón para hacer que desee vivir.
El problema con las personas no es lo fuerte que se crean, sino a cuántas personas aman. Entre más personas tienes en esa lista, más vulnerable te vuelves. Y en su caso, eso ayuda a que hagan lo que él quiere, pero si no se aman ni a sí mismos, debe ir por otro camino, uno que no disfruta. Torturar a las personas es algo que prefiere no hacer, pero casi siempre obtiene buenos resultados.
Su padre decía con orgullo que Mijaíl se había convertido en el jefe sin corazón que todos en la organización anhelaban. Incluso tras la muerte de su esposa, el señor Kosovo casi no siente dolor, lamentable; pero preciso para ser uno de los más grandes jefes de la mafia rusa.
—Ya terminé de bañarme. ¿Volverás a atarme? —pregunta la mujer, quien viene con el pijama de su esposa puesto. Se ve hermosa.
—No, duerme y descansa. Mañana empezaré a entrenarte —le dice y sale del dormitorio cerrando la puerta.
Autora: Osaku
Ubicación: RusiaPor la mañana, Mijaíl envía el desayuno para la mujer que se convertirá en su esposa. Después de que su hijo se levanta, salen a comer fuera. No quiere que por accidente ella diga algo y el pequeño Alexander la escuche. Así que pide que después de eso lo lleven a casa de sus abuelos y regresa. Al llegar, nota que sus hombres están alterados; al parecer, la mujer se ha escapado del cuarto y la están buscando.—Maldita sea —espeta e instruye a sus hombres que registren el lugar. Mientras tanto, él va al patio a alimentar a Olga. Si esa estúpida mujer escapa por atrás y su tigresa alvina está hambrienta, seguramente morirá.—Señor Kosovo, la hemos encontrado —indica su mano derecha, Iván.—¿Dónde estaba? —pregunta Mijaíl y su empleado lo mira avergonzado—. Iván, dime por favor, ¿dónde la encontraron?—Estaba durmiendo debajo de la cama —revela, y Mijaíl lo mira confundido—. Al parecer no había querido escapar, sino que no quiso dormir en la cama.—¿No revisaron eso prime
Ubicación: RusiaMijaíl entra al dormitorio y encuentra a la mujer que será su esposa leyendo las notas. El profesor todavía está con ella. Kosovo los mira y les pregunta cómo van las clases; el profesor parece conforme, así que él empieza a hacerle preguntas.—¿Cuál es tu nombre? —Ella lo mira y por un momento duda—. Si eres mi esposa no puedes dudar. Cien mil menos. Continuemos.—Mi nombre es Elena Petrova, esposa del magnate Mijaíl Kosovo, única hija de Alexander Petrov y Tatyana Antonova. Tengo veinticinco años y mi cumpleaños es el veintiocho de febrero. Mi hijo se llama como mi padre, Alexander Kosovo; es el futuro heredero de la corporación Kosovo —responded ella, y lo mira como si quisiera asesinarlo.—Alexander, ya que es tu hijo, ¿qué sabes de él? —pregunta con calma.—Mi hijo nació el dieciocho de julio con solo siete meses de gestación por problemas que tuve mientras estaba embarazada. Tiene un trastorno del desarrollo y está siendo tratado por ello. Debe mantener una ruti
Ubicación: RusiaGracias, Irina —Mijaíl parece satisfecho, mientras se viste.—Sabe que cuenta conmigo para lo que necesite, señor Kosovo, es un placer complacerlo —responde la muchacha antes de irse—. Desearía que me llamara más seguido, aunque no quiero tentar a mi suerte.—Lo tendré en cuenta, ahora dile a Iván que se encargue de ayudarte con lo de la empresa de tu padre —pide Mijaíl, mientras toma la corbata del suelo.—Le agradezco profundamente su ayuda. Buenas noches. —Irina es una muchacha muy obediente, sabe qué lugar es capaz de ocupar en la vida de un hombre como él.Se hacía ofrecido a Kosovo la primera vez que la empresa de su padre estuvo por caer en bancarrota. Tenía apenas dieciséis años y temía que su padre se suicidara, por lo que estaba dispuesta a vender su virtud. Mijaíl le aseguró que ayudaría al empresario, pero solo estaría con ella cuando cumpliera veintiún años. Ella se mantuvo casta por casi cinco años y el día de su cumpleaños llamó a Kosovo para pagar su d
Ubicación: RusiaMijaíl, duerme con su nueva esposa cada noche desde que ella intenta escapar, lo que provoca que maldiga para sí misma. Ha notado que él tiene el sueño muy liviano, lo que dificulta detectar cuándo se queda dormido. Finalmente, después de unos cuantos días, Kosovo decide salir a cenar fuera, dándole una nueva oportunidad para intentar escapar nuevamente. Durante su ausencia, observa qué parte de la casa está menos vigilada, y se da cuenta de que el dormitorio de su hijo no tiene escoltas. Ella piensa que, si toma un par de sábanas, podría bajar por ahí. Si falla, pondrá en peligro la vida de los niños del orfanato en el que creció, por lo que no puede cometer un error.Por otro lado, aunque ya ha memorizado toda la información que Kosovo le había dado y ha leído todos los libros que dejó para ella, ya ha pasado casi una semana. A una persona normal no debería llevarle mucho más tiempo, por lo que en cualquier momento volverá a ponerla a prueba y eso significa que no h
Ubicación: Rusia—¿Creíste que no me había dado cuenta de lo que hiciste? —pregunta Mijaíl furioso.—Si levantas el tono de voz, Alexander despertará —responde Elena sin ningún temor.—¿Ahora te preocupas por él? —Su ira es incontenible.—Le dije que aún me estaba recuperando. Lo acompañé a su cuarto y me quedé con él hasta que se le pasó el dolor de estómago y se durmió. —Trata de explicarle ella.—Mataré a esa estúpida mucama que dejó que Alexander entrara en mi estudio —dice furioso. Todo se ha salido de control.—Estoy lista para fingir ser tu esposa. No debes preocuparte —¿le gusta tomarle el pelo?—Tratabas de escapar. ¿Por qué piensas que sería capaz de darte la oportunidad de andar libremente por la casa? —pregunta mientras carga su pistola. Necesita calmarse o hará un desastre.—Golpéame si eso te ayuda a estar más tranquilo, pero no lastimes a la mucama que cuidaba de Alexander —pide ella, mientras pone sus manos en su arma—. No voy a huir, seré su madre. ¿Es por eso que bus
Ubicación: RusiaMijaíl corre hasta su dormitorio para tomar a esa mujer y hacerle confesar la verdad. Al entrar, se sorprende al ver cómo ella y Alexander desayunan juntos. Él parece muy feliz de darle de comer en la boca a su madre, y ella se muestra amorosa.—¿Qué ocurre? —pregunta Mijaíl tratando de calmarse.—Perdón, papá —dice Alexander asustado. ¿Por qué él es el malo ahora?, se pregunta Mijaíl.—Alexander solo vino a cuidar de mí, ya que lo ayudé a que se le pasara el dolor de estómago anoche —explica ella, como si en verdad fuera su madre—. Gracias por ayudarme, pero mamá está muy cansada. Debes ir abajo a desayunar con papá.—Espérame abajo y no vuelvas a entrar sin mi permiso —le dice, y Alexander lo mira como si estuviera enojado con él.Una vez que una de las mucamas toma la mano de su hijo, Kosovo cierra la puerta del dormitorio. Después de eso, le pregunta a la mujer qué se supone que está haciendo. Ella solo dice que lo que le corresponde.—Estuve buscando a Alexander
Ubicación: RusiaArthur llega y antes de ver a Alexander, evalúa a esta mujer. Necesita saber a qué se enfrenta. Aunque sabe que su madre la abandonó en un hogar de huérfanos, Mijaíl no puede creer que esa sea la única razón que necesita para ayudar a mentirle a su hijo. Los lleva a su oficina para que puedan hablar con comodidad mientras él manda a investigar a su esposa antes de que enfermara.—Los dejaré a solas para que conversen —dice y se va sin siquiera presentarlos. Será una doble prueba para ella ya que los escuchará desde otra habitación sin que Elena lo sepa.—Buenos días, mi nombre es Arthur Makarov, afortunado de conocerla ¿Su nombre es? —pregunta él, volviendo a hacer la broma sobre su apellido, que significa «bendecido o afortunado». Ha usado ese truco muchas veces cuando eran jóvenes para tratar de conquistar mujeres.—Soy Elena, no entiendo por qué me lo preguntas, Arthur —dice ella, sorprendiéndolo.—¿Acaso nos conocemos? —pregunta su amigo, tratando de desconcertarl
Ubicación: Rusia—Mijaíl, quiero hablar con ella a solas. ¿Puedo ir a la biblioteca? —pregunta Arthur a su amigo.—¿Para qué necesitas estar solo con ella?El paranoico de Mijaíl, no quiere hacerlo.—Sabes que eres mi mejor amigo, ¿verdad?Parece una conversación de pareja, piensa Elena.—Sí, pero ella es engañosa —Mijaíl no duda en decir lo que opina de Elena, pese a que ella está presente.—Solo intentó probarte que podías confiar en ella. No dijo en ningún momento que no era Elena. Tal vez deberíamos darle espacio. Apenas terminemos de hablar, te invitaré a pasar para que los tres conversemos juntos, pero si me llamaste es porque confías en mí —plantea Arthur, tratando de darle tranquilidad a Kosovo.—Compórtate con Arthur si no quieres que te corte la lengua —la amenaza Mijaíl, y antes de que ella pueda responder, sale del estudio.—Es un maldito paranoico —reclama Elena, cruzándome de brazos.—Lo sabías y, aún así, tentaste tu suerte. Eres muy valiente o muy estúpida —dice Arthur