Ubicación: Rusia
Por la mañana, Mijaíl envía el desayuno para la mujer que se convertirá en su esposa. Después de que su hijo se levanta, salen a comer fuera. No quiere que por accidente ella diga algo y el pequeño Alexander la escuche. Así que pide que después de eso lo lleven a casa de sus abuelos y regresa. Al llegar, nota que sus hombres están alterados; al parecer, la mujer se ha escapado del cuarto y la están buscando.
—Maldita sea —espeta e instruye a sus hombres que registren el lugar. Mientras tanto, él va al patio a alimentar a Olga. Si esa estúpida mujer escapa por atrás y su tigresa alvina está hambrienta, seguramente morirá.
—Señor Kosovo, la hemos encontrado —indica su mano derecha, Iván.
—¿Dónde estaba? —pregunta Mijaíl y su empleado lo mira avergonzado—. Iván, dime por favor, ¿dónde la encontraron?
—Estaba durmiendo debajo de la cama —revela, y Mijaíl lo mira confundido—. Al parecer no había querido escapar, sino que no quiso dormir en la cama.
—¿No revisaron eso primero? —pregunta Mijaíl molesto.
—Lo siento, señor Kosovo, haré que los hombres se entrenen mejor —dice Iván y baja la cabeza.
—Llama al profesor que nos debía un favor, quiero que ella esté todo el día aprendiendo cuáles serán sus funciones —indica, mientras acomoda su ropa antes de ir a verla.
Una vez que entra en la habitación, dos de sus hombres la sujetan. Puede darse cuenta de que no luce como una mujer que acaba de despertar.
En realidad, ha tratado de escapar y al no poder, ha regresado al dormitorio, es inteligente.
—Déjenos a solas —dice, y toma una silla para sentarse frente a la mujer.
Ella trata de controlar su respiración, pero se nota el esfuerzo que hace para que Kosovo no se dé cuenta de cuál fue su plan. Pasan unos minutos hasta que la mujer que se parece a su esposa puede respirar bien y, aunque Mijaíl la sigue mirando, nunca dice nada. Ella empieza a entender que Kosovo es quien da las órdenes ahí.
—¿A dónde querías ir? —pregunta él, y sin tapujos la joven responde que pretendía escapar tras un descuido de su personal—. ¿Y por qué no lo hiciste?
—Eso no te incumbe —espeta ella y se cruza de brazos.
Él se pone de pie y va hasta donde ella está, descruza sus brazos y, tras tomarla del cuello sin hacer presión, observa su reacción. La mujer traga saliva, por lo que intuye que su actitud ha cambiado. Sin embargo, debe darle un mensaje.
—Si escapas, asesinaré a los niños del orfanato donde estuviste cuando tu madre te abandonó —indica, y el miedo aparece en su rostro. Mijaíl ha encontrado su vulnerabilidad y piensa explotarla—. Ahora serás una buena esposa y estudiarás duro. Te haré un examen esta noche; si no lo apruebas, te quitaré cien mil de tu recompensa anual, y si en dos semanas llego al millón, traeré a todos esos niños y haré que seas tú quien elija a cuál debo asesinar.
—Ellos no tienen nada que ver con esto —reclama enojada. Mijaíl nota que con su rostro contraído le agrada más, será cuestión de enfadarla cuando desee admirarla. Algo que no resulta difícil, al parecer—. ¿Crees que no puedo suicidarme para acabar con esto de una vez por todas? No seré eternamente tu rehén.
La joven lo está amenazando, algo que le quita una sonrisa imperceptible al rubio de ojos claros.
—Si te suicidas, también los asesinaré. Llevaré tu cadáver al orfanato y se los mostraré. Cada día tomaré a uno de esos niños y lo mataré; uno por uno hasta que el último de ellos vea tu cuerpo putrefacto y se orine encima o vomite del asco —le explica Kosovo, y los ojos de la joven al fin reflejan el terror. Él no le haría daño a un niño, pero ella no lo sabe. Tiene que mentirle si quiere conseguir que obedezca sus órdenes—. ¿Serás una buena esposa?
Ella empieza a odiarlo, eso lo hace feliz. La suelta y llama al instructor para que entre. Le da todas las indicaciones y le recuerda que, si falla, él pagará las consecuencias. De inmediato empiezan con las lecciones.
Ese día, Kosovo se dirige un rato a la oficina a firmar documentos y tomar algunas decisiones aburridas. Ahora que todo está encaminado, va a aprovechar para tener un par de reuniones que ha postergado. Bianchi quiere que se vean en un hotel para discutir algunos asuntos de la organización que Mijaíl dirige. Al llegar, se encuentra con una de las fiestas características de su colega.
—Bienvenido, señor Kosovo —saluda Bianchi cuando lo ve; dos mujeres que no son su esposa lo acompañan—. Espero que puedas tomarte un descanso, te ves agotado. Sé que tu esposa sigue enferma.
—Está mejorando, si todo sale bien en una semana estará recuperada —asegura Kosovo, y se sienta a escuchar las propuestas que tienen para la organización.
—¿Puedo acompañarlo, señor Kosovo? —pregunta una de las muchachas, y Mijaíl dice que sí.
Ella le sirve un whisky, y después de beberlo suspira. Necesitaba un trago; todos estos días ha estado muy tenso.
Al parecer, Manuel Sánchez, su representante latinoamericano, quiere empezar a distribuir una nueva droga en las calles. Es un nuevo afrodisíaco que causa que la persona que lo tome desee instintivamente tener relaciones y hasta no hacerlo, el calor del cuerpo no desaparecerá. A Mijaíl no le gusta la idea; podrían tener problemas con la prensa y los grupos feministas, ya que sería usado para abusar de mujeres.
—Me parece que debemos enfocarnos en lo que ya tenemos establecido —comenta Bianchi, rechazando la oferta sin negarse.
—Puedo organizar un grupo de prueba para que veamos cómo responde el mercado —responde Sánchez.
—No se trata de eso, si quieres venderlo, solo hazlo, pero no nos hagas partícipes. Sabes lo que pensamos y cuáles son las reglas; no podremos ayudarte —concluye Kosovo, y Sánchez lo mira como si le molestara que no desee distribuir su droga en su país.
—Entiendo, de todas maneras, los mantendré informados por si les interesa —insiste Sánchez, y Bianchi le muestra una lista de todos los distribuidores de afrodisíacos del mundo.
—Es un campo demasiado explotado y con pocas ganancias. Las personas que los utilizan pueden terminar en prisión, y eso hace que empiecen las investigaciones, por lo que se acercarían a nosotros, y es algo que no queremos —asegura Kosovo.
—Podemos contra quien se nos oponga —reclama Sánchez.
—Eso no quiere decir que tengamos que hacer el esfuerzo innecesario de enfrentarlos —Miller parece apoyar a Kosovo.
Miller es el representante de la organización en Norteamérica; él se encarga de Estados Unidos y Canadá. No se lleva bien con Sánchez, por lo que secunda la decisión de Kosovo decisión.
—Hablando de eso, tengo un par de candidatos para unírsenos —dice Miller, y muestra la lista. El sobrino del señor Li está en ella. Al parecer, Miller y él piensan lo mismo: Lisandro Cuartuco tiene el potencial de volverse uno de los grandes. ¿Será la manera de Miller de decirle a Sánchez que quiere que se retire?
Autora: Osaku
Ubicación: RusiaMijaíl entra al dormitorio y encuentra a la mujer que será su esposa leyendo las notas. El profesor todavía está con ella. Kosovo los mira y les pregunta cómo van las clases; el profesor parece conforme, así que él empieza a hacerle preguntas.—¿Cuál es tu nombre? —Ella lo mira y por un momento duda—. Si eres mi esposa no puedes dudar. Cien mil menos. Continuemos.—Mi nombre es Elena Petrova, esposa del magnate Mijaíl Kosovo, única hija de Alexander Petrov y Tatyana Antonova. Tengo veinticinco años y mi cumpleaños es el veintiocho de febrero. Mi hijo se llama como mi padre, Alexander Kosovo; es el futuro heredero de la corporación Kosovo —responded ella, y lo mira como si quisiera asesinarlo.—Alexander, ya que es tu hijo, ¿qué sabes de él? —pregunta con calma.—Mi hijo nació el dieciocho de julio con solo siete meses de gestación por problemas que tuve mientras estaba embarazada. Tiene un trastorno del desarrollo y está siendo tratado por ello. Debe mantener una ruti
Ubicación: RusiaGracias, Irina —Mijaíl parece satisfecho, mientras se viste.—Sabe que cuenta conmigo para lo que necesite, señor Kosovo, es un placer complacerlo —responde la muchacha antes de irse—. Desearía que me llamara más seguido, aunque no quiero tentar a mi suerte.—Lo tendré en cuenta, ahora dile a Iván que se encargue de ayudarte con lo de la empresa de tu padre —pide Mijaíl, mientras toma la corbata del suelo.—Le agradezco profundamente su ayuda. Buenas noches. —Irina es una muchacha muy obediente, sabe qué lugar es capaz de ocupar en la vida de un hombre como él.Se hacía ofrecido a Kosovo la primera vez que la empresa de su padre estuvo por caer en bancarrota. Tenía apenas dieciséis años y temía que su padre se suicidara, por lo que estaba dispuesta a vender su virtud. Mijaíl le aseguró que ayudaría al empresario, pero solo estaría con ella cuando cumpliera veintiún años. Ella se mantuvo casta por casi cinco años y el día de su cumpleaños llamó a Kosovo para pagar su d
Ubicación: RusiaMijaíl, duerme con su nueva esposa cada noche desde que ella intenta escapar, lo que provoca que maldiga para sí misma. Ha notado que él tiene el sueño muy liviano, lo que dificulta detectar cuándo se queda dormido. Finalmente, después de unos cuantos días, Kosovo decide salir a cenar fuera, dándole una nueva oportunidad para intentar escapar nuevamente. Durante su ausencia, observa qué parte de la casa está menos vigilada, y se da cuenta de que el dormitorio de su hijo no tiene escoltas. Ella piensa que, si toma un par de sábanas, podría bajar por ahí. Si falla, pondrá en peligro la vida de los niños del orfanato en el que creció, por lo que no puede cometer un error.Por otro lado, aunque ya ha memorizado toda la información que Kosovo le había dado y ha leído todos los libros que dejó para ella, ya ha pasado casi una semana. A una persona normal no debería llevarle mucho más tiempo, por lo que en cualquier momento volverá a ponerla a prueba y eso significa que no h
Ubicación: Rusia—¿Creíste que no me había dado cuenta de lo que hiciste? —pregunta Mijaíl furioso.—Si levantas el tono de voz, Alexander despertará —responde Elena sin ningún temor.—¿Ahora te preocupas por él? —Su ira es incontenible.—Le dije que aún me estaba recuperando. Lo acompañé a su cuarto y me quedé con él hasta que se le pasó el dolor de estómago y se durmió. —Trata de explicarle ella.—Mataré a esa estúpida mucama que dejó que Alexander entrara en mi estudio —dice furioso. Todo se ha salido de control.—Estoy lista para fingir ser tu esposa. No debes preocuparte —¿le gusta tomarle el pelo?—Tratabas de escapar. ¿Por qué piensas que sería capaz de darte la oportunidad de andar libremente por la casa? —pregunta mientras carga su pistola. Necesita calmarse o hará un desastre.—Golpéame si eso te ayuda a estar más tranquilo, pero no lastimes a la mucama que cuidaba de Alexander —pide ella, mientras pone sus manos en su arma—. No voy a huir, seré su madre. ¿Es por eso que bus
Ubicación: RusiaMijaíl corre hasta su dormitorio para tomar a esa mujer y hacerle confesar la verdad. Al entrar, se sorprende al ver cómo ella y Alexander desayunan juntos. Él parece muy feliz de darle de comer en la boca a su madre, y ella se muestra amorosa.—¿Qué ocurre? —pregunta Mijaíl tratando de calmarse.—Perdón, papá —dice Alexander asustado. ¿Por qué él es el malo ahora?, se pregunta Mijaíl.—Alexander solo vino a cuidar de mí, ya que lo ayudé a que se le pasara el dolor de estómago anoche —explica ella, como si en verdad fuera su madre—. Gracias por ayudarme, pero mamá está muy cansada. Debes ir abajo a desayunar con papá.—Espérame abajo y no vuelvas a entrar sin mi permiso —le dice, y Alexander lo mira como si estuviera enojado con él.Una vez que una de las mucamas toma la mano de su hijo, Kosovo cierra la puerta del dormitorio. Después de eso, le pregunta a la mujer qué se supone que está haciendo. Ella solo dice que lo que le corresponde.—Estuve buscando a Alexander
Ubicación: RusiaArthur llega y antes de ver a Alexander, evalúa a esta mujer. Necesita saber a qué se enfrenta. Aunque sabe que su madre la abandonó en un hogar de huérfanos, Mijaíl no puede creer que esa sea la única razón que necesita para ayudar a mentirle a su hijo. Los lleva a su oficina para que puedan hablar con comodidad mientras él manda a investigar a su esposa antes de que enfermara.—Los dejaré a solas para que conversen —dice y se va sin siquiera presentarlos. Será una doble prueba para ella ya que los escuchará desde otra habitación sin que Elena lo sepa.—Buenos días, mi nombre es Arthur Makarov, afortunado de conocerla ¿Su nombre es? —pregunta él, volviendo a hacer la broma sobre su apellido, que significa «bendecido o afortunado». Ha usado ese truco muchas veces cuando eran jóvenes para tratar de conquistar mujeres.—Soy Elena, no entiendo por qué me lo preguntas, Arthur —dice ella, sorprendiéndolo.—¿Acaso nos conocemos? —pregunta su amigo, tratando de desconcertarl
Ubicación: Rusia—Mijaíl, quiero hablar con ella a solas. ¿Puedo ir a la biblioteca? —pregunta Arthur a su amigo.—¿Para qué necesitas estar solo con ella?El paranoico de Mijaíl, no quiere hacerlo.—Sabes que eres mi mejor amigo, ¿verdad?Parece una conversación de pareja, piensa Elena.—Sí, pero ella es engañosa —Mijaíl no duda en decir lo que opina de Elena, pese a que ella está presente.—Solo intentó probarte que podías confiar en ella. No dijo en ningún momento que no era Elena. Tal vez deberíamos darle espacio. Apenas terminemos de hablar, te invitaré a pasar para que los tres conversemos juntos, pero si me llamaste es porque confías en mí —plantea Arthur, tratando de darle tranquilidad a Kosovo.—Compórtate con Arthur si no quieres que te corte la lengua —la amenaza Mijaíl, y antes de que ella pueda responder, sale del estudio.—Es un maldito paranoico —reclama Elena, cruzándome de brazos.—Lo sabías y, aún así, tentaste tu suerte. Eres muy valiente o muy estúpida —dice Arthur
Ubicación: RusiaAunque no es lo que desea, Mijaíl tiene que confiar en la evaluación de Arthur y dejar a esa mujer a cargo de Alexander. Ya que, como lo había predicho, Lisandro Cuartuco se mete en problemas. El padre de uno de sus integrantes es socio en una organización que trata de imitarlos: Lascialandare, dueño de una fábrica de armas en Argentina. Sin embargo, solo son unos principiantes. Han estado trabajando unas décadas y uno de sus negocios es estafar personas.Su política implica no meterse en los negocios personales de sus miembros y no lastimar directamente a sus seres cercanos. Esto pone en una encrucijada las acciones de «Los Superiores», ya que Lisandro aún no es miembro. Si bien su potencial ha sido evaluado por el padre de Mijaíl hace años; el hombre es un genio en su campo. Sin embargo, Mijaíl teme que no esté dispuesto a ensuciarse las manos. Por lo tanto, Lisandro es invitado a una reunión donde decidirán entre los cinco Superiores su ingreso. Si él se vuelve miem