Ubicación: Rusia
Gracias, Irina —Mijaíl parece satisfecho, mientras se viste.
—Sabe que cuenta conmigo para lo que necesite, señor Kosovo, es un placer complacerlo —responde la muchacha antes de irse—. Desearía que me llamara más seguido, aunque no quiero tentar a mi suerte.
—Lo tendré en cuenta, ahora dile a Iván que se encargue de ayudarte con lo de la empresa de tu padre —pide Mijaíl, mientras toma la corbata del suelo.
—Le agradezco profundamente su ayuda. Buenas noches. —Irina es una muchacha muy obediente, sabe qué lugar es capaz de ocupar en la vida de un hombre como él.
Se hacía ofrecido a Kosovo la primera vez que la empresa de su padre estuvo por caer en bancarrota. Tenía apenas dieciséis años y temía que su padre se suicidara, por lo que estaba dispuesta a vender su virtud. Mijaíl le aseguró que ayudaría al empresario, pero solo estaría con ella cuando cumpliera veintiún años. Ella se mantuvo casta por casi cinco años y el día de su cumpleaños llamó a Kosovo para pagar su deuda.
Mijaíl no pensaba cobrarle, ya que gracias a la sociedad con la empresa de su padre ha ganado millones, pero ella insistió. Desde entonces, cada vez que la llama, no duda en acudir a él.
Una vez que se marcha la joven, él va a su dormitorio, deseando ducharse antes de ir por Alexander. Además, debe controlar como van los estudios de su nueva esposa. Ella sigue leyendo y memorizando la información que le ha provisto.
—¿Las mujeres siempre hacen tanto ruido contigo? —le pregunta la nueva Elena, y él tiene que girarse para mirarla.
—No lo sé, no me concentro en sus gemidos —indica, mientras saca una camisa limpia para ponerse—. ¿Te molesta para estudiar?
—No es bueno que un niño escuche ese tipo de cosas. —Sus palabras lo confunden. ¿Ella cree que Alexander está en casa?
—Es algo normal, los seres humanos somos animales después de todo, no debería avergonzarte. Sin embargo, estoy de acuerdo contigo, Alexander está en casa de sus abuelos —comenta Mijaíl, y se mete en el baño.
Es extraño. Mientras se baña, comienza a preguntarse por qué ha dicho eso. ¿Acaso pretende escapar de nuevo? Aun así, nota que ya ha quemado dos de los cinco apuntes que le ha dado. Hay dos posibilidades: no lo toma en serio o tiene una buena memoria. Mañana intentará averiguar la verdadera razón.
Una vez que termina la ducha y se viste, va a cenar con sus suegros. Alexander parece feliz de verlo. Ellos siguen preguntando cuándo podrán ver a su hija.
—Aún no lo sé, supongo que será pronto. De todas maneras, el médico me explicó que algunas partes de su cerebro han tenido un daño permanente, por lo que notaremos que algunas de sus conductas son distintas. Si llegan a notar algo, háganmelo saber —pide Mijaíl, y su suegra se muestra reacia.
—Debimos llevarla a Estados Unidos —reclama la mujer, y Alexander Petrov la reprende.
—Disculpe, señor Kosovo, mi esposa sabe que usted ha hecho todo lo posible por nuestra hija. Solo está algo consternada —Petrov trata de disculparse en nombre de su esposa.
—Todos nos sentimos igual. La enfermedad de Elena fue muy repentina —asegura mientras toma un bocado de pescado—. Aun así, me parece de mal gusto que le mencionara ciertas cosas a Alexander. Creo que somos los padres los que debemos tratar ciertos asuntos, y me gustaría que a partir de ahora lo consultara conmigo antes de meterle ideas a mi hijo.
—En mi opinión, debes dejar de pensar que ella mejorará. Nos generas falsas esperanzas a todos —reclama la mujer, poniendo a prueba su paciencia.
—Primero no hago suficiente y después no me doy por vencido. ¿Tomará siempre el lugar que le sea cómodo? —pregunta Kosovo, mientras se pone de pie—. No olvido que son los padres de mi esposa, pero usted parece no recordar quién soy yo.
—Solo digo que mi hija estaba sana antes de casarse con usted, y ahora me dice que no podrá recordar cosas —insiste la mujer, casi llorando.
—Y yo recuerdo que ustedes no tuvieron escrúpulos al ofrecer a su hija como mi futura esposa a mi padre, cuando su negocio no iba como esperaban —asegura Mijaíl, y aleja el plato. Ha perdido el apetito.
—Papá, tengo sueño —susurra Alexander, y recuerda que debe guardar la compostura frente a él.
—Volvamos a casa —indica Mijaíl, y toma su mano.
—Señor Kosovo, espere, por favor —dice su suegro mientras los sigue en dirección a la puerta.
—Es la última vez que acepto una ofensa por parte de su esposa. Se lo advierto, Petrov, mi paciencia tiene un límite —advierte Kosovo, y abre la puerta para irse con su hijo.
—Adiós, abuelo —dice Alexander y sube al coche sin hacer berrinches.
Al volver a casa, entra a su dormitorio después de dejar a Alexander con la niñera. La mujer que será su esposa aún lee.
—Ve a descansar, mañana puedes seguir —dice mientras se quita la camisa.
—Quiero seguir, no tengo sueño —no entiende por qué es tan difícil para las personas entender sus palabras. Toma el apunte y lo cierra.
—Cuando hablo no pido concesiones. Solo transmito mis deseos, y deben ser tomados como órdenes —exclama Mijaíl, perdiendo la paciencia.
—Si fuese tu esposa, respetarías un poco más mi voluntad. ¿Acaso así me tratarás delante de otros? —pregunta, y le causa gracia. Se hace llamar su esposa.
—Pretendes que te trate como a mi esposa. Está bien —dice Mijaíl molesto, y la arroja a la cama. Se quita el pantalón y se sube sobre ella.
—Por favor, no me toques. —Parece asustada.
—Dijiste que te debo tratar como a mi esposa. Ella todas las noches abría las piernas para mí —reclama Kosovo, y besa sus labios por la fuerza.
—Entiendo mi error, no volveré a decir eso —susurra ella con lágrimas en los ojos, después de que él suelta sus labios. Se hace a un costado y la deja respirar.
—Entonces piensa antes de hablar. La próxima vez no seré tan paciente —asegura Mijaíl enojado.
—¿Dormirás aquí? —pregunta avergonzada, y él la mira. Le recuerda que había dicho que ella estaba más cómoda en el piso—. No importa.
Se levanta de la cama y toma una almohada para luego recostarse en el suelo de la habitación. No debió descargar su enojo con ella, pero está demasiado molesto con la madre de Elena.
Autora: Osaku
Ubicación: RusiaMijaíl, duerme con su nueva esposa cada noche desde que ella intenta escapar, lo que provoca que maldiga para sí misma. Ha notado que él tiene el sueño muy liviano, lo que dificulta detectar cuándo se queda dormido. Finalmente, después de unos cuantos días, Kosovo decide salir a cenar fuera, dándole una nueva oportunidad para intentar escapar nuevamente. Durante su ausencia, observa qué parte de la casa está menos vigilada, y se da cuenta de que el dormitorio de su hijo no tiene escoltas. Ella piensa que, si toma un par de sábanas, podría bajar por ahí. Si falla, pondrá en peligro la vida de los niños del orfanato en el que creció, por lo que no puede cometer un error.Por otro lado, aunque ya ha memorizado toda la información que Kosovo le había dado y ha leído todos los libros que dejó para ella, ya ha pasado casi una semana. A una persona normal no debería llevarle mucho más tiempo, por lo que en cualquier momento volverá a ponerla a prueba y eso significa que no h
Ubicación: Rusia—¿Creíste que no me había dado cuenta de lo que hiciste? —pregunta Mijaíl furioso.—Si levantas el tono de voz, Alexander despertará —responde Elena sin ningún temor.—¿Ahora te preocupas por él? —Su ira es incontenible.—Le dije que aún me estaba recuperando. Lo acompañé a su cuarto y me quedé con él hasta que se le pasó el dolor de estómago y se durmió. —Trata de explicarle ella.—Mataré a esa estúpida mucama que dejó que Alexander entrara en mi estudio —dice furioso. Todo se ha salido de control.—Estoy lista para fingir ser tu esposa. No debes preocuparte —¿le gusta tomarle el pelo?—Tratabas de escapar. ¿Por qué piensas que sería capaz de darte la oportunidad de andar libremente por la casa? —pregunta mientras carga su pistola. Necesita calmarse o hará un desastre.—Golpéame si eso te ayuda a estar más tranquilo, pero no lastimes a la mucama que cuidaba de Alexander —pide ella, mientras pone sus manos en su arma—. No voy a huir, seré su madre. ¿Es por eso que bus
Ubicación: RusiaMijaíl corre hasta su dormitorio para tomar a esa mujer y hacerle confesar la verdad. Al entrar, se sorprende al ver cómo ella y Alexander desayunan juntos. Él parece muy feliz de darle de comer en la boca a su madre, y ella se muestra amorosa.—¿Qué ocurre? —pregunta Mijaíl tratando de calmarse.—Perdón, papá —dice Alexander asustado. ¿Por qué él es el malo ahora?, se pregunta Mijaíl.—Alexander solo vino a cuidar de mí, ya que lo ayudé a que se le pasara el dolor de estómago anoche —explica ella, como si en verdad fuera su madre—. Gracias por ayudarme, pero mamá está muy cansada. Debes ir abajo a desayunar con papá.—Espérame abajo y no vuelvas a entrar sin mi permiso —le dice, y Alexander lo mira como si estuviera enojado con él.Una vez que una de las mucamas toma la mano de su hijo, Kosovo cierra la puerta del dormitorio. Después de eso, le pregunta a la mujer qué se supone que está haciendo. Ella solo dice que lo que le corresponde.—Estuve buscando a Alexander
Ubicación: RusiaArthur llega y antes de ver a Alexander, evalúa a esta mujer. Necesita saber a qué se enfrenta. Aunque sabe que su madre la abandonó en un hogar de huérfanos, Mijaíl no puede creer que esa sea la única razón que necesita para ayudar a mentirle a su hijo. Los lleva a su oficina para que puedan hablar con comodidad mientras él manda a investigar a su esposa antes de que enfermara.—Los dejaré a solas para que conversen —dice y se va sin siquiera presentarlos. Será una doble prueba para ella ya que los escuchará desde otra habitación sin que Elena lo sepa.—Buenos días, mi nombre es Arthur Makarov, afortunado de conocerla ¿Su nombre es? —pregunta él, volviendo a hacer la broma sobre su apellido, que significa «bendecido o afortunado». Ha usado ese truco muchas veces cuando eran jóvenes para tratar de conquistar mujeres.—Soy Elena, no entiendo por qué me lo preguntas, Arthur —dice ella, sorprendiéndolo.—¿Acaso nos conocemos? —pregunta su amigo, tratando de desconcertarl
Ubicación: Rusia—Mijaíl, quiero hablar con ella a solas. ¿Puedo ir a la biblioteca? —pregunta Arthur a su amigo.—¿Para qué necesitas estar solo con ella?El paranoico de Mijaíl, no quiere hacerlo.—Sabes que eres mi mejor amigo, ¿verdad?Parece una conversación de pareja, piensa Elena.—Sí, pero ella es engañosa —Mijaíl no duda en decir lo que opina de Elena, pese a que ella está presente.—Solo intentó probarte que podías confiar en ella. No dijo en ningún momento que no era Elena. Tal vez deberíamos darle espacio. Apenas terminemos de hablar, te invitaré a pasar para que los tres conversemos juntos, pero si me llamaste es porque confías en mí —plantea Arthur, tratando de darle tranquilidad a Kosovo.—Compórtate con Arthur si no quieres que te corte la lengua —la amenaza Mijaíl, y antes de que ella pueda responder, sale del estudio.—Es un maldito paranoico —reclama Elena, cruzándome de brazos.—Lo sabías y, aún así, tentaste tu suerte. Eres muy valiente o muy estúpida —dice Arthur
Ubicación: RusiaAunque no es lo que desea, Mijaíl tiene que confiar en la evaluación de Arthur y dejar a esa mujer a cargo de Alexander. Ya que, como lo había predicho, Lisandro Cuartuco se mete en problemas. El padre de uno de sus integrantes es socio en una organización que trata de imitarlos: Lascialandare, dueño de una fábrica de armas en Argentina. Sin embargo, solo son unos principiantes. Han estado trabajando unas décadas y uno de sus negocios es estafar personas.Su política implica no meterse en los negocios personales de sus miembros y no lastimar directamente a sus seres cercanos. Esto pone en una encrucijada las acciones de «Los Superiores», ya que Lisandro aún no es miembro. Si bien su potencial ha sido evaluado por el padre de Mijaíl hace años; el hombre es un genio en su campo. Sin embargo, Mijaíl teme que no esté dispuesto a ensuciarse las manos. Por lo tanto, Lisandro es invitado a una reunión donde decidirán entre los cinco Superiores su ingreso. Si él se vuelve miem
Ubicación: La islaDespués de que Kosovo se marcha de la isla y los demás integrantes se despiden del señor Li, este entra en la enorme mansión y suspira. Sus empleados están aterrados, aunque su tío era amable con ellos, siempre que había problemas actuaba con precisión y sin emociones. Es lo que todos esperan de Lisandro ahora.—¿Dónde está tu hermano? —le pregunta Lisandro a Nino.—Lo envié para que lo curen como usted pidió. Gracias, señor Li —dice niño sin siquiera verlo a los ojos.—Quiero que lo saques de la villa. Sánchez no se conformará con eso y si regresa, es probable que busque la manera de lastimarlo —explica Lisandro y sin más, Nino se marcha.—Lo hiciste muy bien —indica su tío, que acaba de entrar a la sala después de despedir a todos.—Casi matan a un chico en mi primera fiesta. No creo que esto esté bien —responde el hombre, mientras una mucama, temerosa de él, le acerca una bandeja de plata con un estuche.El tío de Lisandro le pide que se marche y cuando queda a s
Ubicación: RusiaMijaíl no puede quejarse de Elena, desde que volvió se la pasa con Alexander y estudiando los videos de su difunta esposa. Parece tomarse en serio el trabajo de ser la madre de su hijo, ya que está pendiente de los terapeutas, la dieta y las actividades físicas que Alexander tiene para hacer.—No quiero ir —se queja el pequeño, mientras se acerca a la mesa al ver a Mijaíl desayunando—. ¿Dónde está mamá?—Tu madre está descansando, ¿por qué no te has ido aún? —le pregunta Kosovo, dejando el tenedor sobre la mesa.—Quiero que mamá me acompañe —Alexander parece un poco más caprichoso que de costumbre, pero ha estado casi cuatro meses lejos de su madre—. No iré si mamá no viene.—Tu madre sigue enferma, necesita descansar. Sé un buen hijo y ve a realizar tus actividades —le pide, pero Alexander no le hace caso y corre hacia la escalera. Ella aparece y su pequeño hijo la abraza de las piernas.—Mami, ven conmigo. Quiero que mis amigos te conozcan —suplica Alexander con una