Al despertar, Leonel siente cómo unas cuerdas lastiman sus manos y sus pies, cediendo al dolor, en la penumbra de una habitación desconocida. La oscuridad envuelve cada rincón, apenas rota por la débil luz que se filtra por una ventana tapiada. El aire es denso y cargado, con un ligero olor a humedad. En un rincón, una lámpara colgante oscila levemente, proyectando sombras inquietantes sobre las paredes desconchadas. En el silencio tenso, solo se escuchan los susurros apagados de Camila, también atada junto a él.Camila se mueve y lentamente va abriendo los ojos. Al ver a Leonel sonríe, pero luego se da cuenta de han sido secuestrados y empieza a aterrarse. —¿Dónde estamos? —pregunta ella. —No lo sé. Pero seguramente lejos de todo para que no nos encuentren —indica él, tratando de aflojar las cuerdas—. Lisandro me llamó. Parece que las personas que investigaba fueron las que trataron de matar a tu padre. Él no quiso suicidarse. Camila comienza a llorar, está muy feliz de que su padr
—Lo siento, Cami, quise decírtelo, pero siempre nos interrumpen —indica Leonel.—Está bien, cualquiera de los dos —dice el jefe—, pero apresúrate. No podemos cometer el mismo error —indica apresurado y salen de ahí dejando a Camila sola.Camila se asusta, ya que si le quitan el reloj a Leonel es probable que no puedan encontrarlo. Sin embargo, al mirar al suelo descubre que él se lo ha sacado y lo ha dejado ahí. ¿Por qué ha hecho eso?Lisandro no tarda en encontrarla. Viene acompañado de la policía y de sus guardaespaldas. Rompen el seguro de la puerta y sacan a la joven.—Camila, ¿estás bien? ¿Dónde está Leonel? —pregunta Lisandro.—Ellos se lo llevaron —susurra ella, muy angustiada.No sabe cuánto tiempo ha pasado exactamente. Sin embargo, para ella ha sido una eternidad.—No te preocupes. Nosotros nos haremos cargo —asegura Lisandro y trata de abrazarla, pero ella lo aparta.—Esto es culpa tuya. Si no hicieras siempre lo que quieres… —reclama y rompe en llanto.Lisandro la abraza y
Las palabras de Leonel toman por sorpresa a Clara. No puede ser real, no es posible que haya besado a su primo, tiene que haber una confusión.—No puede ser. Me estás mintiendo —reclama ella histérica y saca un arma.—¿Qué se supone que vas a hacer con esa pistola? Tu madre se llama Lisa, es hermana de mi madre Libet. Son hermanas gemelas, aunque no se parecen mucho. Tu padre le presentó a mi madre cuando estaba estudiando abogacía. Mi padre se enamoró de ella, y meses después se casaron. Después tus padres se casaron, pero cuando mi padre murió mi madre decidió romper el vínculo con tus padres. Tu madre decidió irse a vivir al extranjero y te crio ahí. Tus padres estuvieron un tiempo más juntos, pero como Lisandro nunca dejó de serle infiel, ella lo dejó. ¿Voy bien? —pregunta Leonel.—No puede ser que me guste mi primo. No es posible —reclama Clara, y siente ansiedad.—Ahora si me crees desátame, ya que hay personas que verdaderamente están tratando de hostigar a tu padre, por lo que
Una vez que Lisandro y Camila llegan a la sala donde traerán a Leonel, el doctor Cuartuco toma asiento.—Seguramente te pidió que te alejaras de mí. Te dijo que soy una mala persona y que por mi culpa su padre está muerto —susurra Lisandro mientras mira el suelo.—¿Y que si me dijo eso? ¿Negaras lo que has hecho? —pregunta Camila inquieta.—Es lo mismo que me dijo a mí cuando se fue de mi bufete —espeta Lisandro con una sonrisa sufrida—. Su padre fue mi mentor. Crecí en una familia sin amor, mi madre se fue cuando yo era pequeño, dejó al borracho de mi padre y no la culpo, el maldito vivía golpeándola. El problema fue que ella no me llevó, solo se fue con otro hombre y mi padre me culpó por eso. Siempre que volvía ebrio me golpeaba hasta dejarme casi inconsciente. La última vez que vino enojado y pasado de copas, lo descubrieron. Tan solo tenía diez años cuando fui a parar a la casa de unos parientes lejanos. Ahí conocí a mi esposa y a su hermana, eran amigas de una de mis primas.—¿P
Después de que Lisandro le contara su verdad y de pedirle a Camila que descanse, sale del cuarto. Camila recién se da cuenta de que Leonel está en una habitación privada en el hospital. La historia de Lisandro parece real, aunque ella no entiende por qué se la cuenta ahora.También está el hecho de que Clara ha secuestrado personas. ¿Qué clase de ideas tiene esa chica?, se pregunta Camila. Tal vez esa es la razón por la cual Lisandro se muestra tan vulnerable frente a ella.Camila se acerca a Leonel, el cual está conectado a varios cables. Aunque le han dicho que no es grave su condición, entiende que él la antepuso por sobre su propio bienestar. Algo que la sorprende y la angustia, ni siquiera son novios de manera formal y él es capaz de darlo todo por ella.Pese a todos sus esfuerzos por permanecer despierta, Camila ha pasado demasiados días sin poder descansar, por lo que no puede resistir más y se queda dormida. Al despertar ve que la habitación está a oscuras y no siente las pier
Camila entra a la habitación de Leonel y este sonríe al verla. Ella va directo a abrazarlo. No es momento de pensar en bebés, solo quiere asegurarse de que Leonel está bien de salud.—¿Dónde estabas? —pregunta Ismael—. Guada me dijo que estuviste toda la noche aquí.—¿Te quedaste conmigo? —pregunta Leonel, sorprendido.—Claro que me quedé. ¿Qué clase de novia piensas que soy? —le pregunta ella sin darse cuenta de que ha dicho que es su novia.—Voy a buscar a Clara para que me secuestre a ver si tu amiga acepta de una vez por toda ser mi novia —reclama Ismael entre risas.—Pensé que ya estabas castrado —bromea Leonel para molestarlo.—Sí, pero no sé por qué aún no quiere que formalicemos. Solo ustedes saben que salimos. ¿Sabes algo de eso? —pregunta Ismael a Camila.—No tengo idea. Trataré de averiguar —dice ella con una sonrisa parcial.Leonel le hace señas a Ismael para que los deje solos. Este saluda a Camila y se va. Después de todo, Guadalupe lo espera fuera, ya que han venido jun
—Soy una tonta. Es que son muchas cosas juntas y me aterra pensar en que pase algo y decidas alejarte ahora que estos sentimientos se despertaron en mi interior —indica Camila preocupada por lo del bebé. Leonel, sin saber a qué se refiere realmente, la besa una vez más.—¿Qué te parece si ordeno que te traigan un té de hierbas para mejorar tu digestión y descansas un rato mientras yo veo unas cosas del trabajo? —pregunta él, mientras le vuelve a prender los botones de la camisa.—Está bien —responde ella con una mueca—. Creo que llamaré a mi madre para saber cómo están ella y papá.—Dile que me gustaría comentarles mi idea, si le parece, y pásame el teléfono cuando termines con ella —pide Leonel y sale del cuarto.Camila se siente mal por engañar a Leonel. Aunque ni siquiera sabe lo que va a hacer con ese embarazo. Además, no puede estar con él si hay mentiras de por medio.Antes de que pueda llamar a su madre, su teléfono suena. Es Guadalupe, que no para de llorar. Camila no logra en
Una vez que Ismael sale de la habitación de Camila, ella se recuesta, sin deseos de dormir, ya que no quiere volver a tener pesadillas. Un rato después, Leonel entra y nota que está despierta, mirando en dirección a un cuadro que hay colgado en el dormitorio.—¿Estás bien? —le pregunta preocupado.—Tengo miedo —confiesa ella, y lo abraza.—¿A qué le tienes miedo? —le pregunta él, tratando de apoyarla.—A perderte, nunca pensé que podría sentirme así. Pienso en el futuro y me siento aterrada —revela Camila, sabiendo que aún no puede decirle cuál es la razón—. ¿Cómo haces tú para no tener miedo?—No lo sé. Supongo que me basta con que tú seas feliz, aunque por momentos dolía verte al lado de Lisandro —confiesa Leonel con una sonrisa—. Pero ahora estás aquí, y lo demás quedó en el pasado. ¿Eso es lo que te tiene mal?—No lo sé, tengo mucho sueño —indica ella y él se ofrece a irse para dejarla descansar, pero ella se altera—. No, por favor. No me dejes sola en este momento.—Me quedaré aq