Al día siguiente, Lisandro y Nicolás se encuentran con Camila e Ismael en un famoso hotel de la ciudad. El mismo al que habían ido para una fiesta tiempo atrás.El Hotel superior, combina una fachada moderna con detalles arquitectónicos elegantes que reflejan un lujo sutil. La primera vez que Camila vino se sorprendió por el diseño exterior es una mezcla armoniosa de vidrio y acero, lo que le da un aspecto contemporáneo y sofisticado.Al entrar, Lisandro y Nicolás se encuentran con un vestíbulo amplio y luminoso, adornado con una gran araña modernista de cristal que cuelga desde el techo alto. Las paredes están decoradas con arte contemporáneo, mientras que el suelo de mármol pulido refleja la luz, añadiendo un toque de opulencia al ambiente, resaltando a los dos abogados que vienen de traje oscuro y pulcramente alineados.Nicolás, a pedido de Lisandro, ha reservado una sala de reuniones. Ambos miran la hora cuando por las puertas doble, entran Camila e Ismael. Ella lleva un vestido n
Camila está en unas cabañas con sus amigos, para descansar después de muchos sucesos recientes. Sin embargo, al sitio donde están, llega una visita inesperada. Leonel se encuentra con una amiga suya, la cual se muestra muy cariñosa con él.—Venimos con unas amigas a pasar el fin de semana largo. ¿Ustedes? —le pregunta la muchacha a Leonel, sin siquiera haber saludado a Camila aún.—También, deja que te los presente —dice Leonel al darse cuenta de que hizo a un lado a sus amigos, tras la emoción de reencontrarse con norma. —Un gusto —dice Camila tratando de no mostrarse negativa, a tanta euforia que mostraron Leonel y su amiga.—El gusto es mío. ¿Acaso todos son abogados? —pregunta Norma amablemente.—No. Yo soy actriz —dice Guadalupe que viene acercándose a ellos.—No lo creo, qué coincidencia. También soy actriz.—Tal vez nos hemos visto en algún casting, me pareces conocida —dice Guadalupe entusiasmada.Camila está muy incómoda, y se pregunta si esa chica debería estar ahí con ell
Esa noche, después de la cena, Camila se acerca a la cabaña de Norma. Quiere decirle que no necesita estar mal y que, si quiere, le puede ofrecer su departamento por un tiempo hasta que se instale en la ciudad. Desea que su hijo pueda convivir con Leonel.—Hola, Cami, me encanta que vinieras. ¿Quieres pasar? —pregunta Norma.—No, está bien. ¿Te molesta si hablamos fuera? —pregunta Camila, nerviosa.—Claro que no. A decir verdad, también quería hablar contigo desde hoy —dice Norma y sale de la cabaña. Ambas se sientan en la entrada, parecían nerviosas las dos.—Cuando llegué vi que te pusiste un poco celosa por cómo Leo y yo nos tratamos. La verdad es que nada pasa entre nosotros, quiero que lo sepas.—Entre Leo y yo tampoco pasa nada —asegura Camila, avergonzada.—¿De verdad? Pensé que te gustaba —comenta indiscretamente Norma, algo sorprendida.—Él y yo solo somos buenos amigos. Además, yo entiendo tus sentimientos —indica Camila.—¿Si? ¿Y qué piensas de eso? —pregunta Norma.—Creo q
Camila ha sentido un deseo incontrolable de besar a Leonel. Si él no se hubiera apartado, ella habría sucumbido ante estos. Algo que no sabe si está bien o mal.Después de caminar un rato más en silencio, vuelven a la cabaña. Los ruidos en la de al lado siguen. Por lo que a Camila se le ocurre prender el hidromasaje. Ambos están de acuerdo. Camila se pone su bañador de dos piezas y Leonel se queda en bóxer. Con el hidromasaje prendido no se escuchan los ruidos que sus amigos hacen. Pero tampoco se escuchan ellos mientras hablan.—Mejor ven más cerca. Entre el ruido del equipo y de la música, casi no te oigo —indica Leonel y la acerca a él.La coloca entre sus piernas y la abraza de la cintura. Camila se da cuenta de lo cerca que está de sus partes íntimas y empieza a sentirse un poco avergonzada por pensar en la posibilidad de que Leonel reaccione a su contacto. ¿Qué le pasa?, la verdad es que le molesta que él esté tan relajado, mientras que ella no sabe qué hacer cuando están así de
Leonel se levanta temprano, mientras Camila aún duerme. Se da cuenta de que su amigo ha estado despierto toda la noche tras sentir el aroma de la mujer que ama. Si sigue así, se lo van a terminar amputando debido al tiempo que lleva lleno de sangre. Por lo que va a la ducha y vuelve a bañarse con agua fría.Toma su teléfono celular y llama a Ismael, quien también ya se ha levantado. A diferencia de las chicas que aún descansan, ellos no son de dormir mucho. Ismael dice que es por los años; entre más pasan, menos el cuerpo quiere descansar. Se encuentran fuera de las cabañas. Ismael lleva dos cafés.—El tuyo sin azúcar, como siempre —afirma Ismael.—¿Qué pasó anoche dentro de esa cabaña? —pregunta Leonel con una sonrisa.—No lo sé. Aún estoy pensando en eso. Esa chica es un volcán —asegura Ismael fatigado—. No sé si podré con esto. En serio te digo.—Vamos, siempre te habías quejado de que nunca llegaban a satisfacer tu deseo —le recuerda Leonel entre risas.—Creo que encontré a alguie
Al día siguiente, Camila se presenta en las oficinas de la empresa de Ismael, y este la lleva a un escritorio. Le muestra los casos que necesitan ser investigados y le comenta que en unos días debe hacerse el pre-ocupacional para poder tener todo en regla. Camila está feliz. Aun así, le parece extraño no ver a Leonel en el trabajo. El viernes, le manda un mensaje preguntándole si está bien, y este solo le responde que sí.—¿Todo bien, Cami? —le pregunta Ismael a eso de las ocho de la noche.—Me asustaste —dice ella, algo inquieta.—Lo siento, pero hay una regla aquí: si pasas más de doce horas trabajando, hay que tomar un receso para comer —indica él, y ella recién ahí se da cuenta de la hora que es.—Se me hizo tarde. Lo siento, estaba viendo este caso de homicidio —comenta ella y le muestra el legajo a Ismael.—Ya te dije, si sigues insistiendo con el trabajo, comprarás tú la cena —asegura él en broma—. Sí, ese es uno de nuestros casos más fuertes. Aun así, vamos a tener que mandarlo
El sábado, Leonel no le escribe ni la llama. Camila está desconcertada. Ya le ha dicho que está dispuesta a intentarlo. Sin embargo, parece que él no lo entiende o no le interesa. Algo que deja confundida a joven, ya que Lisandro habría entrado a su departamento y habría hecho todo tipo de cosas con ella esa noche si hubiera sido así con él.En ese momento se da cuenta de que aún no está tan bien como creía. Comparar a Lisandro con Leonel ni siquiera es lógico. Son hombres muy distintos, con maneras de pensar completamente opuestas. ¿Por qué no puede dejar de compararlos?Mientras ordena un poco todos los expedientes que tiene en casa, la llama Guadalupe al teléfono celular. Ella se preocupa, ya que se supone que va a pasar la noche con Ismael. ¿A caso ha pasado algo?—Hola, amiga. Estamos abajo —indica Guadalupe con la felicidad que la caracteriza.—¿Abajo? —pregunta Camila y se da cuenta de que lleva un pijama de corazones.—Sí, solo te aviso que subimos con mi llave. Imaginamos que
Camila y Leonel al fin están juntos, de una manera que ninguno de los dos espera, tan agradable como romántica. Tan única que ambos están completamente encantados. Leonel nota que a Camila le cuesta respirar, por lo que se aparta después de salir de su interior, cuidando no apoyarse en ella, y se acuesta a su lado bocarriba, tratando de recuperarse. Ha sido la mejor noche de su vida y espera que no termine aún.Camila, en cambio, está tratando de acomodar su respiración con él encima; no quiere que salga de su interior ni que se detenga pese a haber llegado. Sin embargo, cuando Leonel se aparta de ella, se siente mal. No quiere que se aleje de ella o se torne frío. Espera a que Leonel se levante para ir al baño o ponerse algo de ropa, pero no lo hace. Una vez que la respiración de Camila se acomoda, él se da vuelta y la abraza, colocando uno de sus brazos como apoyo y acariciando el rostro de la joven. Ella tiene los ojos cerrados, y él se queda admirando su tierna expresión.Camila l