Clara aún se encuentra frustrada por no haber podido concretar nada con Leonel. La sensación de rechazo y la impotencia la carcomen. Está convencida de que es hora de emplear medidas más drásticas, de usar armamento pesado para conseguir lo que quiere. Con determinación, se dirige a su habitación y abre uno de los cajones de su mesa de luz. Dentro, cuidadosamente envuelto en un pañuelo de seda, encuentra el pendiente que había descubierto entre las cosas de la oficina de su padre una tarde que se había aventurado a fisgonear.Era un pendiente pequeño pero llamativo, con una perla incrustada, claramente costoso y de buen gusto. Clara lo había encontrado hacía unos meses, cuando había tratado de averiguar si su padre había agregado a alguien a su testamento un día que él no había estado en el departamento. En ese momento, no le había dado mayor importancia, pero ahora, con las sospechas sobre la relación de su padre con Camila, el pendiente se convertía en una pieza clave.Ahora, mientr
A Camila le cuesta creer lo que Leonel le cuenta sobre su amante y jefe. Tiene que haber una explicación distinta para eso, ya que Lisandro siempre está ayudando a otras personas. Aun así, mientras se dirige a la casa de su amiga, se da cuenta de que está defendiendo inconscientemente a alguien que no conoce en verdad. Que sea buen abogado no lo exenta de ser mala persona o de engañar en post de su beneficio. Lo hizo con ella esa semana. ¿Por qué no lo haría con otras personas? Hay respuestas en algún lado y debe buscarlas. Irá a la fuente por ellas de ser necesario.Al llegar a la casa de Guadalupe, nota a su amiga un poco alterada. Es extraño ya que ella es una chica que, aunque no sabe controlar mucho sus emociones, siempre que la ve, la saluda con entusiasmo.—Guada… ¿Por qué estabas tan apurada para que viniera? ¿Pasó algo malo? —pregunta Camila mientras la abraza para calmarla, puesto que el cuerpo de su amiga está rígido.Guadalupe le pide que la acompañe a su cuarto y ya en él
Camila termina con Lisandro de manera elegante, pero esto recién comienza. Cuando vuelve a su escritorio, una de sus colegas la llama.—Camila, necesito que me presentes los datos del caso Teófilo urgente —indica, mientras Camila busca en su escritorio y se lo da.—Camila, necesito que revises estos tres casos y me los devuelvas el lunes —ordena otra de ellas, tirando la documentación sobre su escritorio.¿Qué les está pasando a estas mujeres?¿Desde cuándo actúan tan groseras con ella?¿Acaso Lisandro está detrás de todo esto?Camila se pone a teclear y, por un rato, nadie la molesta. Sin embargo, Teresa se acerca de manera arrogante y le pide que entregue el informe del caso al que Camila renuncia por la mañana, durante su ruptura con Lisandro.—Disculpa, Teresa. Ese ya no es mi caso —explica Camila, sin mirarla a los ojos. Ella sigue trabajando como si lo que Teresa le dice no le afectara.—No te estoy preguntando si quieres o no trabajar en el caso. Se te asignó y, por lo tanto, d
Camila sale rápidamente de la oficina del doctor Cuartuco. Nicolás se la encuentra y nota que el labio de la joven está sangrando, por lo que le da su pañuelo y le pide que la acompañe fuera del lugar.—Nunca creí que Lisandro sería capaz de hacer esto —dice Nicolás para sí mismo, mientras bajan por el ascensor. El ambiente se siente pesado, como viciado.Camila no dice nada. Solo sostiene el pañuelo que Nicolás le ha dado sobre su boca. La realidad es que no todo ha sido culpa de Lisandro, ya que ella lo ha mordido primero. Él solo la lastimó cuando se apartó de ella por el dolor infligido, pero Camila no soportó ser besada por él después de enterarse de que había estado con Ámbar y que la había engañado.—¿A dónde quieres que te lleve? —le pregunta Nicolás cuando ya están fuera del edificio. Hay mucha gente caminando a su alrededor, lo que vuelve más incómoda la situación.—Me tomaré un taxi e iré a mi casa —indica Camila con la voz apagada. Recién empieza a sentir el agotamiento que
Camila llama a Guadalupe, pero su amiga está ocupada y no puede ir a verla. No le cuenta por mensaje lo que ha pasado para no preocuparla, ya que no podría conseguir lo mismo si sabe. A su vez, Ismael la llama, ya que ella le ha mandado un mensaje mientras entraba a su departamento.—Necesito asesoría legal —dice Camila con la voz quebrada.—Cami. ¿Dónde estás? —le pregunta él al notar lo mal que ella está.Ella le dice que está en su casa, y él le pide que se quede ahí, ya que está cerca y que lo mejor es que hablen en persona.—Está bien, pero por ahora no le digas a Leonel —le pide ella con preocupación.—Tranquila. Ya estoy llegando —indica, y en menos de diez minutos está en la puerta del departamento.Al ver a Camila, sabe que Lisandro ha sido responsable. Aun así, espera que ella le cuente.—Quiero renunciar a mi trabajo y ya me enviaron estos documentos. Necesito que me digas si están bien —indica ella aún conmocionada.—Yo me ocuparé de todo —le dice Ismael y trata de abrazarl
Camila despierta y encuentra a Guadalupe a su lado, esta tiene los ojos cerrados. Al mirar la hora en su reloj se da cuenta de que ha dormido toda la tarde, son cerca de las diez de la noche. Se levanta tratando de no despertar a su amiga. Toma su teléfono y tiene muchos mensajes. Revisa primero los de Ismael. Este le dice que ya ha hablado con Nicolás y que necesita que lo llame cuando se despierte. También ha ido a buscar a Guadalupe para que la acompañe, ya que no la ha querido dejar sola. Le pide disculpas por hacerlo sin su permiso.Camila se queda unos instantes mirando la pantalla de su teléfono, asimilando la información. La preocupación y el cuidado que Ismael ha mostrado la conmueven profundamente. En medio de lo que está viviendo, no puede evitar sentirse un poco aliviada y agradecida por tener personas como él y Guadalupe a su lado.Se dirige a la cocina para preparar una taza de té. Necesita algo caliente que la calme antes de llamar a Ismael. Mientras el agua hierve, se
Leonel ha descubierto que Lisandro lastimó a Camila y quiere ir a buscarlo, pero ella lo detiene.—Voy a matarlo —espeta Leonel, y se aparta del resto, va a la habitación de Ismael en busca de su abrigo.Ismael ya se ha puesto de pie para tratar de ir hasta él y convencerlo de que piense un poco antes de actuar. Pero antes de que pueda hacerlo, Camila ya está frente a Leonel.—Ya todo está solucionado. No vayas —le ordena ella con un tono severo.—Te pedí que acudieras a mí cuando ese maldito te hiciera algo. Pero decidiste ocultármelo detrás de un poco de maquillaje —reclama Leonel, molesto—. No sé por qué aún tratas de protegerlo.—No es a él a quien quiero proteger —asegura Camila, y le agarra las manos, mientras su rostro se pone rosado—. Quédate conmigo, te necesito aquí.Camila cambia su tono de voz, ahora es más suave. Se siente muy avergonzada por decir esas palabras delante de todos, pero sabe que si deja que Leonel vaya en busca de Lisandro solo conseguirá problemas. Por su
Al día siguiente, Lisandro y Nicolás se encuentran con Camila e Ismael en un famoso hotel de la ciudad. El mismo al que habían ido para una fiesta tiempo atrás.El Hotel superior, combina una fachada moderna con detalles arquitectónicos elegantes que reflejan un lujo sutil. La primera vez que Camila vino se sorprendió por el diseño exterior es una mezcla armoniosa de vidrio y acero, lo que le da un aspecto contemporáneo y sofisticado.Al entrar, Lisandro y Nicolás se encuentran con un vestíbulo amplio y luminoso, adornado con una gran araña modernista de cristal que cuelga desde el techo alto. Las paredes están decoradas con arte contemporáneo, mientras que el suelo de mármol pulido refleja la luz, añadiendo un toque de opulencia al ambiente, resaltando a los dos abogados que vienen de traje oscuro y pulcramente alineados.Nicolás, a pedido de Lisandro, ha reservado una sala de reuniones. Ambos miran la hora cuando por las puertas doble, entran Camila e Ismael. Ella lleva un vestido n