Ziola no podía contener la emoción. Le parecía estar viviendo en un sueño, y no era para menos. Ese día, después de tantos años de separación, horas de sufrimiento y de dolor, de extrañarlos, incluso de haberse querido morir por no tenerlos a su lado, los tenía allí, frente a ella a sus tres hijos, grandes, hermosos, después de seis largos años sin verlos. Se cubrió la boca con la mano, como si así pudiera contener la euforia y el caudal de emoción que la embargaba. Luego sin importarle nada más, se lanzó en el suelo, se arrodilló con los ojos clavados en sus tres hijos, el mayor ya tenía catorce años, el del medio diez y el más pequeño, siete. Sintió que un nudo se formaba en su garganta impidiéndole hablar. Sus niños eran ya mayores, cuando quedaron con su tía, eran tan pequeños indefensos, y siempre creyó que estuvieron con ella, hasta hacía poco que recibió información que cuando esta se enfermó, se los llevó a su abuela paterna y había sido esta quien los cuidó hasta su muerte
La celebración entre ellos dos duró varias horas de la noche, después de celebrar en la intimidad, salieron a hacerlo con los demás, la fiesta no paraba de crecer, y los dos amantes seguían disfrutando de la música, los bailes, y la compañía de los demás. La luz de la luna brillaba y caía sobre sus rostros, derramando sobre ellos una luz eterna. Ellos se miraban entre risas y besos, celebrando su amor y su felicidad.Ziola también estaba feliz, no se había despegado de sus hijos en toda la noche, es que aún tenía miedo de que solo se tratara de un sueño o una equivocación, tenía tanto tiempo que la vida no le daba cosas buenas, que ahora cuando las veía dudaba.A pesar de estar feliz, tenía una tensión en su espalda y una sensación de temor, Nicol la vio, le tomó la mano y se la llevó a otra parte para hablar con ella.—¿Por qué tienes que buscarle peros a la felicidad? Ziola iba a responder, sin embargo, Nicol le colocó una mano en el brazo, al mismo tiempo que negaba con la cabeza.
Enzo miró a su mujer, orgulloso, y corrió para sostenerla, mientras ella miraba preocupada.—¿Y ahora qué haremos? —interrogó ella sin poder ocultar sus nervios.—Tranquila mi amor, todo estará bien. ¡Ziola! ¡Loretta! ¡Nicol rompió fuente! Viene mi niña —gritó sin poder contener la emoción.—Tengo miedo —pronunció ella en un susurro.—No mi amor, no estarás sola, estaré a tu lado y juntos recibiremos a nuestra pequeña, no debes tener miedo —le dijo besando su frente.Enseguida llegaron las dos mujeres, cuando Ziola escuchó que había roto fuentes salió a buscar las cosas necesarias para llevar al hospital. —Ziola por favor, cuida de Piero y Johan —expresó con preocupación.—Por supuesto que los cuidaré, no te preocupes, debes estar tranquila.Enseguida Enzo, la alzó y la llevó cargada hasta el carro, la madre de Nicol se montó con ella atrás, mientras le decía cómo iba a respirar.Llegaron al centro médico en tiempo récord, como Loretta había llamado, ya había alguien esperando, la pa
Universo Ferrari.1. Tu cruel amor 2. No sabía que eras tú 3. Empezar de nuevo 4. Venganza equivocada 5. Amor inesperado (está dentro de Venganza equivocada). 6. Una mujer excepcional 7. Rinascere 8. Tras tus huellas 9. Mujer prohibida 10. Reconquistando a mi ex 11. El precio de un error. 12. Esposa bajo contrato 13. Carrera por el amor (dentro de Esposa bajo contrato) 14. Matrimonio pactado (dentro de esposa bajo contrato) 15. El hijo de mi esposo 16. Matrimonio obligado 17. Enamorado de lo prohibido (dentro de Matrimonio obligado)18. Venganza Inmerecida 19. Casados por nuestro hijo(Las historias están escritas para que pueden leerse de manera independiente)Serie hombres dominantes.1. Mi otro Yo 2. Chantaje por amor 3. Una razón para vivir Serie nuevos amores.1. Después de la traición 2. Reto de amor 3. A pesar del tiempo (Aquí una mujer excepcional del universo Ferrari se relaciona con esta)Serie Los Mendoza1. Me declaro culpable. 2. Te declaro Ino
Prefacio Gema Ferrer, lucía un hermoso vestido blanco inmaculado, ese era el mejor día de su vida, estaba a punto de casarse con el amor de su vida Juliano Parisi… aunque se había ido de casa, porque su hermano no aceptaba a su futuro esposo, decía que era un hombre interesado, que solo quería casarse con ella por su dinero y que ahora que sabía que no le iba a dar ni un centavo, la dejaría porque solo estaba jugando con ella, sin embargo, Gema no le creía a su hermano, amaba con locura a ese hombre y estaba segura de que era recíproco, además, estaba esperando un hijo suyo. No pudo evitar recordar la discusión con él de unos días atrás. “―Ese hombre no te ama Gema, solo quiere tu dinero… si fueras cualquier chica y no una Ferrer, hermana del hombre más poderoso y temido de este país, ni siquiera te miraría ―expresó el hombre sin poder contener, su enojo―. Ese hombre no es de confianza, tiene un pasado oscuro, no eres la primera mujer en caer en sus redes… digas lo que digas Gema, t
Dos semanas después La bella Nicol, se miraba al espejo emocionada, engalanada con un delicado y elegante vestido de novia blanco inmaculado, digno de una princesa, una tiara de platino con espinelas rosas y brillantes diamantes elaborada con el motivo de una mariposa, de cuarenta quilates, zapatillas transparentes con incrustaciones de diamantes, asemejando a las de cristales de cenicienta y es que ella era una soñadora, enamorada, que amaba los cuentos de hadas y en ese momento, creía firmemente que estaba siendo la protagonista de uno.Su madre la abrazó, sin embargo, no podía dejar de sentir esa opresión en el pecho, no pudo evitar un par de lágrimas salir.―Madre, no llores que se te correrá el maquillaje… no tienes nada de que preocuparte, Enzo me hará la mujer más feliz del mundo… ya lo viste, no escatimó esfuerzos en complacerme en todo lo que le pedí, la ropa, la decoración de la iglesia, la sala de fiestas… y la luna de miel grandiosa, hasta me llevará a su propia isla de l
Nicol no dejaba de llorar, las lágrimas corrían como cascadas por su rostro. Eso enfureció a Enzo, quien se giró hacia ella y tomó con violencia su mentón apretándola con fuerza, mientras la joven lo miraba con una expresión de miedo.―¡Cállate de una vez! No soporto verte llorar, me irritas y me pones de mal humor.—¿Por qué me haces esto? Yo… te amaba… soñaba contigo, con ser tu esposa, y ser… feliz a tu lado —dijo ella con voz entrecortada.—Eso es para que veas que los sueños se convierten en pesadillas… y te voy a dar un consejo, espero que nunca te olvides, el amor te hace vulnerable y te destruye… no debiste haberte enamorado… siempre a quien terminas amando acaba convirtiéndose en tu verdugo, como lo fue tu padre de mi hermana cuando se burló de ella y la dejó embarazada, llevándola a la muerte y ahora yo seré el tuyo —dijo con crueldad.—Mi papá, no pudo haberse burlado de tu hermana… él no es capaz de hacer eso… mi papá es un buen padre y esposo… muy familiar, jamás ha sido
—¿Quién demonios te crees para hablarme así? ¿Qué me estás diciendo? —gritó él casi en un ataque de furia incontrolable.—Que me dejes en paz, que no me toques, que no me trates como si fuera una mujer que vende su cuerpo. Anda, ¡Ve a tu cuarto a cogerte a tus mujeres y déjame a mí en paz! Porque si en algún momento llegué a creerte un príncipe azul, ahora me doy cuenta, que solo eres una porquería de hombre —dijo con vehemencia mientras lo miraba con esos ojos azules tan agitados como las olas del mar.Lo que no esperó Nicol, fue recibir la bofetada del hombre golpeándola en la boca, dejando por un momento a la chica aturdida y con el sabor metálico de la sangre, mientras expresaba con odio.—¡A mí no me hables así! Porque esa bofetada es nada comparada con lo que te haré si vuelves a hacerlo.Aún no había terminado de hablar, cuando de vuelta recibió una bofetada de la joven, quien extendió el brazo y lo golpeó por el rostro.—¡Y tú no vuelvas a golpearme en tu vida! —exclamó con un