SAMANTHA Después de un abrazo largo nos separamos, limpié los restos de lágrimas que quedaban en mis mejillas, tomé una bocanada de aire y dirigí la mirada a Ellie. —Sam, quería hablar contigo— dijo ella con rostro preocupado. Asentí. —Justo ahora estaba por salir con Matt pero... —Tranquila, puede ser ahora mismo, no tardaré nada— interrumpió. Miré a Matt quien asintió, subió al auto dándonos espacio. —Lo siento por lo... —Olvidémoslo— tomó mis manos —Escucha— me soltó y respiró profundo— Imagino que sabes que tus padres te ocultaron la existencia de tu tío por que era un drogadicto, ¿No? Ladee el rostro, no quería hablar de eso. —Ellos no querían que te relacionaras con ese tipo de personas, pero aún así él era tu tío legalmente. Créeme que desde que partiste lo investigué todo... —¿A dónde quieres llegar?— pregunté interrumpiendo. —Él tenía tú custodia desde el día que ellos murieron, pero no apareció sino hasta tres años después, que fue donde pudo llevarte con él... —
SAMANTHAVoltee notando que ya no podía ver a Matt, seguía mirando fijamente al frente hasta que a lo lejos logré ver un letrero dándole fin a mi trayecto.No había ni un auto, pero si una grúa disponible, un hombre de la tercera edad quien se encontraba de servicio, salió.Le comenté la situación y con mucho gusto se ofreció a ayudarnos, subí en la grúa junto a él y partimos hasta donde se suponía que estaría Matt.La cosa era que él, ya no estaba.Bajé de la grúa con la esperanza de que estuviese dentro del coche, pero no era así, pensé qué tal vez estaba buscando otra estación.—¿Hay otra gasolinera cerca?— pregunté.Él negó.Tragué saliva.—¿Podemos esperar un poco?Miró su reloj y no muy convencido, aceptó.Veía para ambos lados buscándolo pero parecía que se había esfumado, pensé qué tal vez había vuelto al lugar donde tendríamos el picnic, así que rápidamente fui hasta ahí notando que no estaba.Volví y seguí esperándolo, ya había pasado media hora, ¿A dónde había ido?—Tengo q
LIAMLlevaba más de tres horas esperando que llegase a su departamento, tenía que pedirle disculpas, tomé asiento en el sillón negro de su sala mientras tomaba un ron amargo.Cerré mis ojos recordando la última vez que me sentí así.«Ella ha muerto»Mordí mi labio.—Maldición.El dolor no era para nada parecido a esa vez, pero cada vez que pensaba en algún mal momento, ese era el primero en rondar por mi mente.Bebí otro trago sintiendo mi garganta hervir, quizá era mi interior.Recordé esa noche, sus ojos verdes fijos en los míos, una herida profunda en su estómago y solo minutos para irse de mi lado."Te amo... Aunque nunca me lo hayas dicho"No pude decírselo, ni aún cuando moría en mis brazos, no pude hacerlo.Tomé aire, mis ojos se humedecieron, no, no lloraría, no más.Cerré mis ojos fuerte, el alcohol hacía efecto, ya había bebido una cantidad considerable, vendrían las consecuencias.Recordé su sonrisa, su rostro, sus ojos brillantes reflejados en los míos.Todo lo que le ocur
LIAMDesperté con la garganta seca, notando que me encontraba en el suelo frío de su apartamento. Me senté y el mundo me dió vueltas.En un esfuerzo me puse de pie sujetándome de la pared.«Eres igual a tu padre»Un dolor de cabeza me invadió al recordar.—Joder... —Solté.Apreté mis ojos.«Debiste haberme dicho lo que pensabas de mi antes de haberte considerado como mi hermano. Cómo parte de mi jodida vida»Tragué saliva dándome cuenta de lo que había dicho.Camine rápidamente casi corriendo hasta su habitación esperando encontrarlo para hablar, pero ya no estaba, su cama estaba tendida y no había rastro de él por todo el lugar.—Maldición— solté.Fui hasta el baño y abrí el grifo tomando agua con mis manos, remojé mi rostro.Salí del apartamento, revisé mis bolsillos buscando la llave de mi auto, entré al ascensor y me vi en el espejo, tenía el traje desordenado, el cabello rebelde y ojeras bajo mis ojos.Trate de calmar un poco mi ansiedad arreglando mi imagen; ya que iría al negoc
TYLERSubí en el coche y arranqué a una velocidad considerable.Tenía la mandíbula apretada y mis manos no dejaban de temblar, mi pecho subía y bajaba, sabía a dónde iba, sabía que estaba a punto de verla.¿Porqué?Tener su número y ubicación ya había sobrepasado mis límites.Simplemente necesitaba relajarme un segundo, ella era mi calma, quería calma.En minutos llegué al hospital donde daba su ubicación gracias a su teléfono, estacioné. Sentía una ira interna por el echo de saber quien la acompañaba, ella vino a este lugar con él, con él maldito que impedía mi tranquilidad.Solo que esta vez no podía eliminar ese obstáculo, no ahora.Estaba ahí, al frente del lugar apretando el volante.¿Porqué no puedo estar lejos de ella?Me miré en el retrovisor.«Cuándo te miras al espejo, dime, ¿No lo ves?»Tragué saliva.Negué.Bajé la mirada.—No eres igual a él, Tyler— me dije a mí mismo —Estás aquí por amor, ni siquiera tienes su apellido, eres Blake, Tyler Blake.«No te preocupes, Samantha
SAMANTHALlevaba un rato sentada en la sala de espera, Matthew estaba en emergencias. Aún no recibía respuesta de él, Ellie me llamó más de mil veces por lo cual tuve que decirle mi paradero.Le vi llegar, me puse de pie abrazándola.—Estaba muy preocupada, ¿Qué fue lo que ocurrió?— preguntó.—Ayer unos hombres intentaron robarlo— abrió la boca —Descuida, no estaba presente.—Por dios, pobre chico. ¿Qué le ocurrió?— preguntó preocupada.—Lo golpearon muchas veces y robaron su teléfono. Hace un rato perdió el conocimiento así que fue llevado a emergencias, espero que todo salga bien— miré mis manos, no podía evitar sentirme culpable.—Tranquila— me abrazó nuevamente —Él estará bien, no te preocupes.Asentí. —Eso espero.—¿Cómo estás? Digo, ayer estabas extraña.Ladee el rostro.—No quiero hablar de eso, ¿Ok?— sonreí falsamente.Ella se dio cuenta, me conoce tanto.—No sonrías así, por favor— miró hacia otro lado.—Lo siento— tomé su mano —No es
SAMANTHA—¿Debías trabajar hoy?— preguntó Ellie tomando un poco de su café.Había olvidado mi trabajo con todo esto, nunca había faltado en todos estos meses, solo espero que no me despidan por la falta.—Se supone— respondí dejando el café a un lado.Amo el café, pero en ese momento no quería probarlo.—Todo estaría mejor si viviéramos juntas en New York, como lo habíamos planeado— ladeó el rostro —Pero veo que te gusta mucho sufrir.Suspiré.—Ellie, creo que ya te he dado una respuesta. Me gustaría que me apoyaras, sería bueno— murmuré.Ella rodeó los ojos. Dejó su café.—Matthew puede visitarnos cuando deseee— insistió —También vivir con nosotras, si así lo desea...—No es por Matthew— interrumpí.Ella frunció el ceño.—¿Porqué otra razón?No lo sé, no lo sé.Negué.—Tú...—¿Qué?— tragué saliva.Me miró analizando algo, juntando piezas. Yo también lo hacía.Negó.De la nada un recuerdo oscuro llegó a mi mente. Ese día, el momento en el que volví a caer de nuevo en esta tristeza, de
SAMANTHAUn doctor salió de emergencias y se acercó hasta donde estaba, me puse de pie dispuesta a escuchar su diagnóstico.—¿Familiar de Matthew Grey?— preguntó.—Soy el padre— escuché una voz masculina a mis espaldas, voltee.Un hombre de traje, de unos cuarenta años, alto, canoso,con barba, y de ojos verdes se detuvo a mi lado sin mirarme, con toda su atención al doctor. Parecía estar preocupado, lo noté al ver que luchaba por mantener su mirada seria aunque tragaba saliva y apretaba los labios.—El joven sufrió un desmayo causado por estrés emocional, esto puede ocurrir cuando le asusta algo, o tiene algún tipo de dolor; creemos que es lo más seguro. También pudo ocurrir por ansiedad, pero descartamos esa opción. Pasó más de cinco minutos sin conocimiento así que lo mantuvimos en observación un buen rato como notó. Ya se encuentra estable y justo ahora volverán a llevarlo a su respectiva habitación, permanecerá ahí hasta mañana, sus heridas son manejables, lo importante es que alg