"Hasta el más loco lucha con su cordura"SAMANTHATenía delante de mí al asesino de mis padres, su mano me invitaba a ser tomada para levantarme, sin embargo, me dediqué a mirarle. Pude notar la sonrisa ancha y macabra que trataba de ocultar, pero le era imposible, ya hacía parte de él, de su esencia, no podía no ocultarse, era un psicopata desquiciado.Me levanté por mi misma rápidamente, él alzó la ceja al ver que lo rechacé, pero no le dio importancia, me miró directamente a los ojos y luego a sus uñas jugueteando con ellas.Tenía tantas ganas de tan solo verlo sufrir, ver como se retorcía del dolor, quería borrar su sonrisa. Muchos pensamientos de odio divagaban en mi mente.—Y bien, belleza— habló —Vamos a un lugar más privado, como verás— señaló al rededor —Aquí siempre está muy lleno.—¿A dónde?— pregunté entre dientes.Dió una sonrisa ladeada y se volteó caminando hacía dentro. Tragué saliva y le seguí con miedo, rabia e incertidumbre.Sabía que estaba adentrándome en la boca d
\"Cuando ya no exista querrás valorar, cuando exista, ya no te importará\"SAMANTHAEl sonido del disparo retumbó en mis oídos.Por un segundo pensé que había muerto, mi mente me jugó sucio, sin embargo, cuando con valentía abrí los ojos, la muerte tenía sus labios entreabiertos, mirándome directamente, parpadeo muchas veces y entonces me di cuenta de la verdad, el disparo había sido para él.Cayó al suelo y aquellos hombres me soltaron, mis piernas se convirtieron gelatina, y caí junto a él mirando sus ojos llenos de lágrimas, viendo cómo la vida se desprendía de su ser, seguidamente lo tomaron de los brazos sacándolo del lugar. No podía sentir nada, tenía un shock mental, solo podía distinguir los zapatos de los hombres, de un lado a otro, corriendo, tampoco podía oír nada. Fue como si mi mente y movimientos estuviesen inertes.Un pensamiento se cruzó por mi mente devolviéndome casi cuatro años atrás.«—Samantha... — me llamó mamá desde la sala de estar.Bufé, estaba viendo una seri
New York, temporada de invierno. "La noche de las tragedias".TYLERCamino sin rumbo alguno, tambaleando, mi alma grita por dentro mientras siento mis manos húmedas por su sangre. Estoy vacío, desolado, quiero devolver el tiempo a cuando era solo un niño, quiero regresar a los momentos donde erafeliz, inocente y no sabía lo que en realidad significaba estar vivo.Sin embargo me sentía como uno, me sentía como un niño asustado, vulnerable. No tenía a donde ir, no sabía a dónde ir, quería tan solo perderme entre la oscuridad y no volver a salir a la luz, simplemente no volver.Supongo que de eso se trata la condena al crecer. Todos tenemos que enfrentar nuestras propias batallas, aunque sean una jodida mierda. Debo decir que las mías no han sido nada fáciles, lo estoy corroborando ahora, justo en este momento donde toda mi vida se va por la borda.E
Le dicen Lucifer.Otros Diablo, nunca se sabe.¿Has escuchado sobre que el dinero lo puede comprar todo, incluso personas?Para muchos esto sería una idea descabellada, pero para él no es así.Entre tantas a elegir, aquella chica esbelta de buen cuerpo fue la escogida.Arrastrada a un infierno, donde encontrará el amor en medio de tanto caos y en entre tanto conocerá la verdadera oscuridad de una mirada. Descubriendo que no todo lo que vemos es real, y que la mentira está a la vuelta de la esquina.Al mismo tiempo él, aprenderá que el amor, no se compra.
"Tres años después"TYLER—¿Alguien sabe porque está el hijo de perra en el suelo?— pregunté con cinismo mirando de reojo como se quejaba del dolor.Todos en el salón estaban en silencio viendo la escena.—Pido la palabra— petición de Calavera.—Habla— otorgué.Se formó un pequeño silencio avisando que se aproximaba una mala broma.—Por imbécil— respondió, escuché risas que acompañé.—Tienes razón— ladee una sonrisa —¿Te das cuenta por que debes controlar tus ataques de imbécil ante mi persona?— me dirigí al bastardo que trataba de levantarse.¿Ataques de imbécil? No lo había pensado, un nuevo insulto en mi vocabulario extenso llamado "Maldiciones rutinarias".—Si— respondió
SAMANTHA—¿Sobrina?— pregunté incrédula —¿Cómo puede ser? Mis padres jamás me hablaron de usted.—Soy el hermano de tu madre, querida— se levantó acercándose —No sabes cuánto tiempo esperé para conocerte— extendió sus brazos para darme un abrazo el cual rechace.Miré bien sus facciones buscando algún parecido con mi madre, y a decir verdad sus ojos eran idénticos.—Espera— le detuve con mi mano —No te conozco, ni tú a mí— comencé a desesperarme —¡¿Por qué estás aquí?!—¡Siéntate!— exclamó la mujer exaltándome.Bajé el rostro y tomé asiento en la silla de cuero disponible al lado de mi aparente y recién aparecido tío.—Nunca hablamos, ta
SAMANTHASus ojos marrones me veían con malicia, lo primero que noté fue su tatuaje de calavera y rosas en su brazo derecho descubierto por la camiseta que tenía, acompañado de otros tatuajes pequeños que no entendía, su piel era bronceada y su aspecto no era el de un drogadicto de callejón. Aun así me causaba un miedo feroz su sonrisa, quería huir de él pero su mano sujetada a mi hombro débil lo impedía.—¿Qué es lo que quieres?— comenzaba a perder el aliento.—No te asustes belleza— dijo acercando su mano a mi rostro.Sentí asco, un hueco se expandía en mi estómago, las náuseas se aproximaron, tragué grueso sin poder bajar el nudo que se mantenía intacto en mi garganta.—¡No me toques!— grité, le di una bofetada con mi brazo libre.Él me mir&oacut
TYLERRápidamente llegué al hospital, seguía inconsciente, probé veinte veces que siguiese respirando. Pasé por la puerta con Samantha en mis brazos como un loco, sentía que mi corazón iba a salirse.—¡Ayuda!— grité acelerado, a los momentos llegaron enfermeros quiénes la subieron a una camilla alejándola de mí.Quise entrar a emergencias pero no me dejaron pasar, con el puño cerrado golpeé la pared, entré en desesperación.—Chico por favor cálmese—exclamó una enfermera, tocó mi hombro.—No me toques— dije mirándola fijamente.—Es... Está bien... Si— tartamudeó —Pero por favor mantenga la calma, ella estará bien— dijo en voz baja.Temen de mí, no es una novedad, ladeé el rostro y respiré profundo.<