SAMANTHAUn doctor salió de emergencias y se acercó hasta donde estaba, me puse de pie dispuesta a escuchar su diagnóstico.—¿Familiar de Matthew Grey?— preguntó.—Soy el padre— escuché una voz masculina a mis espaldas, voltee.Un hombre de traje, de unos cuarenta años, alto, canoso,con barba, y de ojos verdes se detuvo a mi lado sin mirarme, con toda su atención al doctor. Parecía estar preocupado, lo noté al ver que luchaba por mantener su mirada seria aunque tragaba saliva y apretaba los labios.—El joven sufrió un desmayo causado por estrés emocional, esto puede ocurrir cuando le asusta algo, o tiene algún tipo de dolor; creemos que es lo más seguro. También pudo ocurrir por ansiedad, pero descartamos esa opción. Pasó más de cinco minutos sin conocimiento así que lo mantuvimos en observación un buen rato como notó. Ya se encuentra estable y justo ahora volverán a llevarlo a su respectiva habitación, permanecerá ahí hasta mañana, sus heridas son manejables, lo importante es que alg
SAMANTHACaminaba hasta el baño con furia mezclada con decepción, me sentía tan mal conmigo misma que me detuve un segundo a un lado del baño, mirando mis manos, las cuáles se veían más pálidas de lo normal. Esto ocurría siempre que tenía algún cambio emocional, por ello bajaba la mirada a mis manos en estas ocasiones. También sentía mis mejillas calientes, ¿Porqué Ellie me escondía cosas?—¿Hablaste con él?—escuché una voz familiar, fruncí el ceño.Caminé un poco llegando a la pared que le seguía al baño, misma que daba a él cuarto de conserjes. Ahí estaba el padre de Matthew, hablando por teléfono, me di la vuelta, no era prudente, además, no me incumbían sus llamadas. Pero su siguiente frase me dejó inmóvil...—Espero que la muerte me pague suficiente...La muerte...—Cazador es un bastardo, pensó que querría hacer un convenio con él.Sentí que mi tensión se bajó, me sostuve de la una pared, mi pecho subía y bajaba rápidamente, gritaba por dentro.Todo a mí al rededor se esfumó uno
TYLEREn el lugar una tensión espesa se formó, mi interior ardía, tenía sed de destruirlo. Tenía sed de verlo suplicar compasión, me sorprendí, ¿Cómo es posible sentir tanto odio hacía alguien?—Lucifer— habló Nando en voz baja.No podía quitar la vista de Monstruo, y él tampoco, parecía retarme. ¿Quién demonios se creía para invadir mi trabajo? ¿Para creerse superior a mí?—Él era el socio de quien te hablamos— finalizó —Por ello aquel día tratamos hablarlo.Mordí mi labio con fuerza, sentía como todo mi cuerpo temblaba de furia.—¿Pueden dejarnos solos un momento?— preguntó Monstruo aún sin dejar de verme.Miré a su izquierda notando a Leon, algo me decía que había algo malo en él, y si, era socio de Monstruo antes, y no lo sabía.Tengo la cabeza llena de tantas cosas que no he tenido tiempo de nada. De nada literalmente.Todos salieron del lugar.Al cerrarse la puerta fui el primero en hablar.—¿Qué es lo que quieres de mí? ¿No te dejé bien en claro que no quería volver a verte?Di
TYLERLlegue al negocio, una furia recorría todo mi cuerpo. Entre recibiendo la mirada de todos, quienes seguidamente se acercaron a mi.—Señor.—Quiero que me digan quién demonios es James Grey, y que tiene que ver conmigo.—Tiene que ver algo con Monstruo— habló uno de ellos.Ladee el rostro.—¿También es el padre de ese infeliz?— me referí a Matthew, lo pregunté aunque ya lo sabía.—Si, parece que Monstruo trabajo para él antes de estar donde se encuentra ahora, se dice que quedaron en malos términos, por lo mismo tienen un tipo de rivalidad...—Cazador está en este momento aquí en Londres— continuó otro, fruncí el ceño —Fue visto a unos kilómetros del hospital donde se encuentra Calavera justo ahora.¿Cómo es que está aquí y no me avisó?Las palabras de Monstruo resonaban en mi mente, si Cazador estaba del otro lado, yo estaría preparado.—Resguarden el hospital— mandé.Un sentimiento de desconfianza recorrió mi mente.—Desde ahora ocho de ustedes me seguirán, cuatro en cada auto,
TYLER«No hables de realidad cuando todo fue una mentira, cuando fuiste una mentira»—Esto no es una maldita mentira— susurré— no lo es.Mis manos temblaban, podía oír sus pasos mientras se alejaba.Sentía como lágrimas bajaban por mi rostro, mi pecho se contraía, como el nudo en mi garganta se interponía pidiendo a gritos que soltara mi dolor.Sin embargo la esperanza seguía ahí, ese beso lo confirmó, ella podía mentir con palabras duras, pero su cuerpo, sus labios, sus ojos no lo hacían, nunca podrían hacerlo. Y no me daría por vencido.Comencé a pensar que nunca lo haría, ella es un jodido imán. Un imán del cuál no puedo alejarme así quiera, no puedo hacerlo, una parte de mí me dice que la dejé de una vez por todas, pero la otra me grita que no lo haga, creo que esa parte es mayor que yo.Me di la vuelta hacía ella viendo como se alejaba rápidamente, entonces me decidí, no volvería a revivir lo mismo, no dejaría que se fuera, no volvería a perderla. No lo haría.Despegue mis pies d
SAMANTHAUn frío intenso se colaba por mis huesos, sentía todo mi cuerpo temblar, pero no era solo por ello, si no por él, quien me veía de reojo antes de abrir la puerta.Me quedaría en este lugar, sin saber que pasaría.Y no lo digo solamente por estar a solas, si no por el echo de que él huía de alguien, de esa persona que había escuchado de la boca de el padre de Matthew.Cazador.No sabía que ocurría en la mafia, pero estaba segura que tenía que ver con todo esto. A Matthew lo conocí en circunstancias difíciles, peculiares, de la nada, en mitad de la noche.No podía evitar pensar que es una mentira después de conocer a su padre.O quizá es un mafioso más, tal vez ¿Un plan de Tyler?Habían tantas dudas sin respuesta, lo único que tenía completamente claro en mi mente, es el presente, y el echo de que ahora estaba atrapada, con él. Ellos habían vuelto, la muerte, todos, y de seguro yo sería el cebo para conseguir lo que quieren con Tyler, algo que no sé qué es.—¿Samantha?— dijo, a
TYLERDesperté, ella estaba a mi lado, boca abajo, con las sábanas hasta la cabeza, tenía los labios entreabiertos y un hilo de saliva recorría la mitad de su mejilla. Reí al instante al verla así.Anoche, luego de besarnos me recosté a su lado y nos miramos un largo rato, sin decir nada, no debíamos. Sabíamos que esto había vuelto a comenzar y solo podía sentir una felicidad intensa recorriendo mi cuerpo. Luego de unos minutos nos dormimos, sin darnos cuenta.Besé su frente y me senté en la cama.¿Yo me merecía tanto? Ella era más de lo que podía pedirle al mundo, y estaba a mi lado, nuevamente, con una promesa que no romperíamos. Sabía que no lo haríamos.Quiero tanto estar siempre a su lado, verla de esta forma, sonriendo, enojada, triste y que vuelva a estar feliz, verla, solo eso.Luego de unos minutos contemplándola sentí hambre, recordé que aquel hombre dijo que traería comida ayer, de seguro vino, pero estábamos muy ocupados.Reí poniéndome de pie.Fui hasta el baño y tomé una
SAMANTHA«Una semana después»El vino en mi copa esperaba a ser tomado mientras veía como las olas chocaban contra otras, el mar se encontraba agresivo, grotesco, parecía enojado, triste, justo así me sentía yo. Una combinación de azules y tonos morados decoraban el amanecer, junto a una luna lejana que aún se negaba a irse.El viento fresco se colaba por las aberturas mínimas de la ventana que me impedía poder sentir la brisa correctamente. Los olores eran los mismos desde hace días, mar, arena, café que aguardaba en la cocina cada mañana y un ligero olor a césped, muy lejano, casi imposible de sentir.Así le daba la bienvenida a mi día siete en estas cuatro paredes.Estaba en Toronto, pude verlo en algunos letreros, los cuales decían nuestro paradero mientras viajaba con aquellos hombres en el auto. El viaje de horas finalizó al entrar a esta casa, donde creí que lo encontraría, muy amplia, equipada, pero estaba sola, sin él. Ellos cerraron con llave y no permitieron que saliese, ni