SAMANTHA—Adiós— susurré en su abrazo con voz rota.—Te prometo que todo estará bien— dijo Ellie tomando mis mejillas al separarnos —Saldrás en dos meses, juro que no estarás en ese lugar un día más, me aseguraré de que comas bien y estés sana— trataba de contener las lágrimas.—Suba al auto— mandó el guardia del orfanato.—Eres mi mejor amiga— le miré fijamente despidiéndome.—Te estaré esperando, tendré todo listo para nuestra vida juntas— subí al auto —Te lo prometo.El conductor arrancó y voltee viéndola llorar hasta que ya no pude.Alguien había reportado la desaparición de ese sujeto, de mi supuesto tío, pero por suerte nadie sabía que estaba muerto, al menos no aún. El orfanato no duró en encontrarme, cerraron mi casa la cuál no visité desde ese día, literalmente hace menos de un mes.Hablando de personas que no visitan sus casas ocurrió con Héctor, el padre de Ellie que desde la última vez que le ví no volvió a casa, y parece que no volverá pronto.Después de saber la verdad s
«Cinco meses después»TYLER—Ya está todo listo señor— avisó uno de mis hombres.—¿Cuántos camiones hay?— pregunté dejando el cigarrillo que fumaba en el cenicero.Miró al suelo antes de contestar.—Catorce— susurró.Levanté la mirada, alce una ceja.—¿Cuántos?—Uno de los camiones se quedó sin combustible, señor— trató de excusar.Me levanté de mi asiento, una furia recorrió mi cuerpo.—¡Será mejor que hagas que aparezca el quinto o de lo contrario haré un agujero en tu maldita cara!— grité.Se exaltó.—Si— tragó saliva —Como ordene señor.Salió del lugar rápidamente, tomé otro cigarrillo dispuesto a encenderlo, cada vez me encontraba más estresado. Nada era fácil.—¿Podrías calmarte?— preguntó Liam interrumpiendo mi acto, entrando a mi oficina.—¿Podrías callarte?— le miré de reojo dejando el cigarrillo sin encender.—El camión no estará aquí en unas horas, es un echo.Voltee encarándolo.—No es mi problema, ahí debe estar en media hora o mataré al responsable.—Si así lo dices— ext
ELLIETomé asiento dispuesta a pedir un batido, pero mi corazón resonó al ver a ese chico detrás de el vidrio mirando hacía dentro.Los nervios recorrieron mi cuerpo, no solo por que me viese, sino por que Samantha estaba por llegar.Segundos después volteó recibiendo una llamada, me levanté rápidamente evadiendo al mesero y caminé hasta el vidrio arriesgándome, pero necesitaba saber solo una cosa, si venia con él.—Si...— logré escuchar que decía —Hoy en la noche nos vemos en la discoteca, si, ¡Por dios! Ya te lo había dicho... Se llama Kisses. Si, en la calle veinte con avenida doce— comenzó a alejarse, quise perseguirlo pero no podía ir, tal vez no me había visto aún.De lo contrario no estaría tan tranquilo como parecía estar.Ví que subió en un auto y se marchó.Me quedé unos momentos pensando, ¿Con quién se reuniría? ¿Lucifer estaría ahí?Si era así tenía que saberlo, no podía dejar que Samantha volviese a vivir lo mismo, no quería que sufriera más, y menos que volviese a verlo,
SAMANTHAMuchas veces pensé en cómo sería el volver a verlo, las últimas noches en el orfanato eran igual, pensando sin dormir. Pero nunca imaginé lo que sentiría, tal vez para cualquier persona esto suene estúpido...¿Cómo puedes enamorarte de alguien tan pronto?La respuesta es una; nos necesitábamos, él sufría, yo también, éramos esa escasa esperanza de felicidad, pasábamos por momentos difíciles los cuales lograron que nos aferráramos a lo único que podía ser de ayuda, a lo único con lo que podíamos mantenernos estables.Pero él no supo cómo lograr que fuese su ayuda, ya que él no quería ser ayudado.Él fue mi primera vez, en todo, la primera persona que logró que mi corazón latiera, el primero en tocar mis labios, mi cuerpo. Mi primer amor, y justo en ese momento, mientras le veía, mientras veía como tocaba otro cuerpo como si nada, y yo tan solo trataba de recuperarme desde hace meses, dolía.Pero no era una novedad, todo, pero todo, si se trataba de él, dolía. El simple hecho d
TYLERMi garganta seca junto a un dolor de cabeza hizo que me retorciera, me estiré quedandome estático un momento dándome cuenta de que lo último que recordaba de la noche anterior, era el rostro enfurecido de Ellie, alejándose de mi.Abrí los ojos con dificultad recibiendo un rayo de sol directo, tapé mis ojos no completamente y miré a mi derecha notando que me encontraba en mi habitación, suspiré aliviado pero una mano tocó mi pecho logrando alertarme, me senté exaltado.—Maldición— solté al ver una chica desnuda a mi lado, me veía confundida.No la conocía.—¿Qué pasa?— preguntó sentándose, trató de tocar mi rostro pero se lo impedí.Me fijé en mí, notando que también estaba sin ropa, me tapé con las sábanas.Aunque supongo que ya no tenía que ocultar nada.—Largo— le miré con el ceño fruncido.—Pero ayer decías que me amabas— con tono de burla alzó una ceja.—Dije que te largues— insistí, tomé mi cabeza entre mis manos, dolía.—Imbécil— tomó su ropa, volteé para no mirarla.Seguí
SAMANTHA Después de un abrazo largo nos separamos, limpié los restos de lágrimas que quedaban en mis mejillas, tomé una bocanada de aire y dirigí la mirada a Ellie. —Sam, quería hablar contigo— dijo ella con rostro preocupado. Asentí. —Justo ahora estaba por salir con Matt pero... —Tranquila, puede ser ahora mismo, no tardaré nada— interrumpió. Miré a Matt quien asintió, subió al auto dándonos espacio. —Lo siento por lo... —Olvidémoslo— tomó mis manos —Escucha— me soltó y respiró profundo— Imagino que sabes que tus padres te ocultaron la existencia de tu tío por que era un drogadicto, ¿No? Ladee el rostro, no quería hablar de eso. —Ellos no querían que te relacionaras con ese tipo de personas, pero aún así él era tu tío legalmente. Créeme que desde que partiste lo investigué todo... —¿A dónde quieres llegar?— pregunté interrumpiendo. —Él tenía tú custodia desde el día que ellos murieron, pero no apareció sino hasta tres años después, que fue donde pudo llevarte con él... —
SAMANTHAVoltee notando que ya no podía ver a Matt, seguía mirando fijamente al frente hasta que a lo lejos logré ver un letrero dándole fin a mi trayecto.No había ni un auto, pero si una grúa disponible, un hombre de la tercera edad quien se encontraba de servicio, salió.Le comenté la situación y con mucho gusto se ofreció a ayudarnos, subí en la grúa junto a él y partimos hasta donde se suponía que estaría Matt.La cosa era que él, ya no estaba.Bajé de la grúa con la esperanza de que estuviese dentro del coche, pero no era así, pensé qué tal vez estaba buscando otra estación.—¿Hay otra gasolinera cerca?— pregunté.Él negó.Tragué saliva.—¿Podemos esperar un poco?Miró su reloj y no muy convencido, aceptó.Veía para ambos lados buscándolo pero parecía que se había esfumado, pensé qué tal vez había vuelto al lugar donde tendríamos el picnic, así que rápidamente fui hasta ahí notando que no estaba.Volví y seguí esperándolo, ya había pasado media hora, ¿A dónde había ido?—Tengo q
LIAMLlevaba más de tres horas esperando que llegase a su departamento, tenía que pedirle disculpas, tomé asiento en el sillón negro de su sala mientras tomaba un ron amargo.Cerré mis ojos recordando la última vez que me sentí así.«Ella ha muerto»Mordí mi labio.—Maldición.El dolor no era para nada parecido a esa vez, pero cada vez que pensaba en algún mal momento, ese era el primero en rondar por mi mente.Bebí otro trago sintiendo mi garganta hervir, quizá era mi interior.Recordé esa noche, sus ojos verdes fijos en los míos, una herida profunda en su estómago y solo minutos para irse de mi lado."Te amo... Aunque nunca me lo hayas dicho"No pude decírselo, ni aún cuando moría en mis brazos, no pude hacerlo.Tomé aire, mis ojos se humedecieron, no, no lloraría, no más.Cerré mis ojos fuerte, el alcohol hacía efecto, ya había bebido una cantidad considerable, vendrían las consecuencias.Recordé su sonrisa, su rostro, sus ojos brillantes reflejados en los míos.Todo lo que le ocur