Mi cuerpo estaba entumecido y mi cabeza sumida en una oscuridad profunda, sentí que algo golpeaba mis pies, era frío y mojado, como cuando me mojaba los pies en aquellos veranos calurosos con la diferencia que ahora el frío me pelaba la piel. Escuché voces en la distancia y unos pequeños puntos blancos que se aproximaban a toda velocidad a donde me encontraba, entonces oí la voz de Jennifer, seguida por la de Drake y por último la de Anastasia.
—Está en shock —dijo mi guardiana. Abrió uno de mis ojos y lo iluminó con una linterna, mi ojo se puso como loco. Quise decirle que no hiciera eso, pero sólo logre carraspear.
—No te esfuerzas —dijo Jenni con la voz llorosa—. Ya estamos aquí.
Sentí algo resbaladizo en mi mano y recordé por fragmentos lo que había pasado esta noche, sentí una punzada tan fuerte en mi brazo que un gri
La puerta de entrada estaba destrozada, había cristales rotos por todos lados, me adentré en la cabaña y encontré a Emma tirada sobre la alfombra en medio de la sala, corrí hacia ella y me arrrodillé a su lado, coloqué su cabeza sobre mis piernas y vi que algo sobresalía de su hombro derecho, lo miré con asombro, tenía una daga incrustada allí.—Sácalo de ahí rápido, Lara —su voz sonaba desesperada.Comencé a sacar la daga despacio y por cómo se retorcía, sé que estaba doliéndole demasiado. Un líquido goteaba de ella, era de un color plateado con escarlata.—¿Qué es ese líquido? —pregunté. La respiración de Emma era dificultosa y su cara reflejaba dolor y angustia.—Es «platirium» —dijo con cierta dificultad—. Un veneno utilizado
Cuando miré a mi espalda, Emma corría detrás de mí. Verla me hizo sentir aliviada, su habilidad ahora mismo me sería de mucha ayuda. Las dos comenzamos a movernos con rapidez por aquel pasadizo para llamar la atención de los neófitos que cayeron muy rápido en nuestra trampa. Emma propinó un par de patadas a uno, haciéndole caer al suelo, le arrancó la cabeza sin ninguna piedad. Drake se unió a nosotras y usaba sus garras de plata para hacer trizas a todo el que se interpusiera ante él, y yo utilizaba mi hacha y toda la destreza que había adquirido con mis poderes vampíricos.—Lara, sigue adelante. Nosotros nos encargamos aquí —dijo Anastasia uniéndose a los chicos.—¿Y los demás? —pregunté con preocupación.—Cuidando nuestras espaldas. ¡Ahora lárgate, Scott! —me mir&oac
Un año después—Amor, ¿quieres que llame al doctor? Estas más pálida que de costumbre —dijo Joseph mirándome con mucha preocupación.Son las 4:00 am y no he parado de vomitar en toda la noche, ya no tengo fuerzas para nada, siento dolores insoportables en mi abdomen y no quiero ir al hospital. Llevo una semana en este proceso, mintiendo a Joseph, tengo tanto temor de decirle que estoy embarazada. Joseph me ayudó a ponerme de pie. Cuando le dije que ya me sentía un poco mejor, me llevó al lavado para que me enjuagara la boca, luego él me cogió en sus brazos y me dejó sobre la cama, mis ojos estaban pesados y sentía mi cabeza dando muchas vueltas.—¿Qué te pasa, mi hermosa? —dijo haciendo una pausa, yo no dije nada— ¿Por qué no quieres contármelo? Fue lo último que escuch
El nacimiento de Laila y Joshua fue sin temor a equivocarme el momento más hermoso en nuestras vidas. Ver el rostro de nuestros pequeños iluminó cada rincón de nuestro ser con una luz que nunca se apagará. Terminé con mi transformación, al principio fue difícil y más teniendo a los niños cerca, pero Joseph hizo todo más llevadero y se mantuvo a mi lado apoyándome, al igual que Jenni, Anastasia, Will y Nicole.Ya han pasado dos años. Dos años desde mi boda con Joseph y el nacimiento de los mellizos, dos años en los que mi vida ha estado llena de amor y felicidad, dos años en los que Joseph me ha demostrado que la mejor decisión que he tomado en mi vida es la de estar a su lado.Nuestras tardes en el kiosco se han vuelto maravillosas, ver a Joseph jugar con los niños, mientras yo disfruto de sus travesuras no es comparable con nada en el mundo. A
Tendría que lidiar con una vida bastante distinta, llena de personas extrañas, un mundo totalmente diferente. Nunca le pedí a mis padres ir a vivir a Inglaterra. Salir de Green Lake no estaba en mis planes inmediatos, pero con el entusiasmo, muy poco común, con el que había llegado Vicent Scott aquella tarde, no pude decir que no. Sabía que si les decía a mis padres que no deseaba marcharme, quizás lo aceptarían, pero no deseaba arruinar la felicidad de mi padre. Duke era una universidad muy buena, lo único malo es que estaba al otro lado del mar.Miraba pasar rápidamente todo a mi alrededor y deseaba, en algunos momentos, detener el tiempo. No estaba acostumbrada a los cambios, me había caracterizado por vivir en el confort. Estresarme, conociendo personas, no era algo que buscaba. Con Jenni y Michael había tenido más que suficiente, mi novio y mi mejor amiga, eran e
Una semana antes de la graduaciónLos pasillos de Progress eran un verdadero caos, todos los de último año andaban de un lado para otro inmersos en el baile y la graduación. Yo miraba el panorama apoyada sobre mi casillero pensando en el cambio que daría mi vida. En una semana habría terminado la secundaria y mi vida en Green Lake, todo a la vez.—Lara, necesito con urgencia tu ayuda —me asombré y solté un resoplido. Jennifer era realmente la reina del drama.—Está bien, pero primero respira, Jenni y luego me dices para qué me necesitas —dije y esperé a que mi amiga se calmara.—¡Clayton me invito al baile! —gritó con desenfreno y comenzó a dar vueltas en círculo como una desquiciada. No pude evitar reírme ante su acto de circo, pero luego le supliqué que dejara de hace
Odiaba las despedidas, así que entre Michael, Jennifer y yo no se produjeron. Michael y yo sabíamos que una relación a distancia no funcionaría y quedamos en que cada cual haría su vida, aunque nos queríamos, no podíamos ser egoístas el uno con el otro. Retenerlo a mi lado no era una opción porque yo sabía, igual que él, que la distancia tarde o temprano acabaría con nuestra relación.El camino al aeropuerto fue frío y silencioso. Mi madre cada dos por tres levantaba sus gafas para limpiarse las mejillas y mi padre tenía los nudillos blancos de apretar con fuerza el volante. Los entendía, siempre habían querido lo mejor para mí y separarnos también era difícil para ellos, pero sabía que detrás de lo relacionado con mi viaje estaba lo que yo les había pedido hace mucho y era independencia. Siempre le había
Me desperté sobresaltada, me había quedado dormida a eso de las cinco y eran alrededor de las ocho de la noche. No había nadie en la habitación, al parecer mi nueva e irritante compañera salió a mostrarse por el campus. Me puse de pie y encaminé mis pasos al cuarto de baño. Me miré en el espejo y como estaba un poco desaliñada recogí mi pelo. De regreso me encontré de frente con aquellos intimidantes ojos.—Un mal sueño —dijo con una sonrisa de medio lado, señalando mi alborotado pelo.—Muy graciosa —dije curvando mis labios con disgusto.—Como sea —dijo haciendo alarde del poco interés que me había prestado— ¿No irás a la fiesta de bienvenida de los nuevos? —la miré con aburrimiento—. Bueno, lo digo por si quieres comenzar a hacer amigos, aunque con ese carácter…