¿Qué ha sido de mi vida?, hace apenas unos meses era una chica normal, con problemas normales, con un novio normal, que vivía en un mundo aparentemente normal, pero ahora todo es distinto. Soy diferente y mientras más pasa el tiempo, mi fuerza sobrenatural aumenta y mi deseo de sangre también. Sigo alimentándome con comida humana, pero eso no me sacia del todo. No ha habido señales de los vampiros en estos días, pero no me confío del todo, siempre estoy al acecho, esperando el momento en el que él aparezca de nuevo.
—Lara ¡Vámonos! —vociferó Jenni desde la parte baja de la casa. Habíamos regresado a nuestra rutina por petición de Anastasia, aunque nada regresaría a ser como antes.
—Si dejas de presionarme creo que puedo terminar —grité a Jenni desde mi cuarto. Por momentos se puede volver desesperante.
Vuelvo a
—Soy un monstro —dijo Isabela ocultando su rostro traslucido en sus manos y al no sentir sus lágrimas se desesperó un poco más.—Esto no está saliendo como esperaba —dije llevando las manos sobre mi cabeza.—Le dices a una chica que ya no es humana y quieres que salga bien —Jenni resaltó lo obvio y tuve que darle la razón.Después del episodio en la universidad no me aparté ni un solo momento de Isabela, debía concientizarla, debía advertirle sobre los riesgos que corrían todas las personas a su alrededor, ella ya no sería más la chica común y corriente, que andaba de un lado a otro viviendo su vida normal, ahora era un ser oscuro que sólo saciaría su sed con sangre y eso significaba hacer mucho daño.—¿Qué hago ahora? —dijo con la voz ahogada entre sollozos secos, sus lagrimal
Mi cuerpo estaba entumecido y mi cabeza sumida en una oscuridad profunda, sentí que algo golpeaba mis pies, era frío y mojado, como cuando me mojaba los pies en aquellos veranos calurosos con la diferencia que ahora el frío me pelaba la piel. Escuché voces en la distancia y unos pequeños puntos blancos que se aproximaban a toda velocidad a donde me encontraba, entonces oí la voz de Jennifer, seguida por la de Drake y por último la de Anastasia.—Está en shock —dijo mi guardiana. Abrió uno de mis ojos y lo iluminó con una linterna, mi ojo se puso como loco. Quise decirle que no hiciera eso, pero sólo logre carraspear.—No te esfuerzas —dijo Jenni con la voz llorosa—. Ya estamos aquí.Sentí algo resbaladizo en mi mano y recordé por fragmentos lo que había pasado esta noche, sentí una punzada tan fuerte en mi brazo que un gri
La puerta de entrada estaba destrozada, había cristales rotos por todos lados, me adentré en la cabaña y encontré a Emma tirada sobre la alfombra en medio de la sala, corrí hacia ella y me arrrodillé a su lado, coloqué su cabeza sobre mis piernas y vi que algo sobresalía de su hombro derecho, lo miré con asombro, tenía una daga incrustada allí.—Sácalo de ahí rápido, Lara —su voz sonaba desesperada.Comencé a sacar la daga despacio y por cómo se retorcía, sé que estaba doliéndole demasiado. Un líquido goteaba de ella, era de un color plateado con escarlata.—¿Qué es ese líquido? —pregunté. La respiración de Emma era dificultosa y su cara reflejaba dolor y angustia.—Es «platirium» —dijo con cierta dificultad—. Un veneno utilizado
Cuando miré a mi espalda, Emma corría detrás de mí. Verla me hizo sentir aliviada, su habilidad ahora mismo me sería de mucha ayuda. Las dos comenzamos a movernos con rapidez por aquel pasadizo para llamar la atención de los neófitos que cayeron muy rápido en nuestra trampa. Emma propinó un par de patadas a uno, haciéndole caer al suelo, le arrancó la cabeza sin ninguna piedad. Drake se unió a nosotras y usaba sus garras de plata para hacer trizas a todo el que se interpusiera ante él, y yo utilizaba mi hacha y toda la destreza que había adquirido con mis poderes vampíricos.—Lara, sigue adelante. Nosotros nos encargamos aquí —dijo Anastasia uniéndose a los chicos.—¿Y los demás? —pregunté con preocupación.—Cuidando nuestras espaldas. ¡Ahora lárgate, Scott! —me mir&oac
Un año después—Amor, ¿quieres que llame al doctor? Estas más pálida que de costumbre —dijo Joseph mirándome con mucha preocupación.Son las 4:00 am y no he parado de vomitar en toda la noche, ya no tengo fuerzas para nada, siento dolores insoportables en mi abdomen y no quiero ir al hospital. Llevo una semana en este proceso, mintiendo a Joseph, tengo tanto temor de decirle que estoy embarazada. Joseph me ayudó a ponerme de pie. Cuando le dije que ya me sentía un poco mejor, me llevó al lavado para que me enjuagara la boca, luego él me cogió en sus brazos y me dejó sobre la cama, mis ojos estaban pesados y sentía mi cabeza dando muchas vueltas.—¿Qué te pasa, mi hermosa? —dijo haciendo una pausa, yo no dije nada— ¿Por qué no quieres contármelo? Fue lo último que escuch
El nacimiento de Laila y Joshua fue sin temor a equivocarme el momento más hermoso en nuestras vidas. Ver el rostro de nuestros pequeños iluminó cada rincón de nuestro ser con una luz que nunca se apagará. Terminé con mi transformación, al principio fue difícil y más teniendo a los niños cerca, pero Joseph hizo todo más llevadero y se mantuvo a mi lado apoyándome, al igual que Jenni, Anastasia, Will y Nicole.Ya han pasado dos años. Dos años desde mi boda con Joseph y el nacimiento de los mellizos, dos años en los que mi vida ha estado llena de amor y felicidad, dos años en los que Joseph me ha demostrado que la mejor decisión que he tomado en mi vida es la de estar a su lado.Nuestras tardes en el kiosco se han vuelto maravillosas, ver a Joseph jugar con los niños, mientras yo disfruto de sus travesuras no es comparable con nada en el mundo. A
Tendría que lidiar con una vida bastante distinta, llena de personas extrañas, un mundo totalmente diferente. Nunca le pedí a mis padres ir a vivir a Inglaterra. Salir de Green Lake no estaba en mis planes inmediatos, pero con el entusiasmo, muy poco común, con el que había llegado Vicent Scott aquella tarde, no pude decir que no. Sabía que si les decía a mis padres que no deseaba marcharme, quizás lo aceptarían, pero no deseaba arruinar la felicidad de mi padre. Duke era una universidad muy buena, lo único malo es que estaba al otro lado del mar.Miraba pasar rápidamente todo a mi alrededor y deseaba, en algunos momentos, detener el tiempo. No estaba acostumbrada a los cambios, me había caracterizado por vivir en el confort. Estresarme, conociendo personas, no era algo que buscaba. Con Jenni y Michael había tenido más que suficiente, mi novio y mi mejor amiga, eran e
Una semana antes de la graduaciónLos pasillos de Progress eran un verdadero caos, todos los de último año andaban de un lado para otro inmersos en el baile y la graduación. Yo miraba el panorama apoyada sobre mi casillero pensando en el cambio que daría mi vida. En una semana habría terminado la secundaria y mi vida en Green Lake, todo a la vez.—Lara, necesito con urgencia tu ayuda —me asombré y solté un resoplido. Jennifer era realmente la reina del drama.—Está bien, pero primero respira, Jenni y luego me dices para qué me necesitas —dije y esperé a que mi amiga se calmara.—¡Clayton me invito al baile! —gritó con desenfreno y comenzó a dar vueltas en círculo como una desquiciada. No pude evitar reírme ante su acto de circo, pero luego le supliqué que dejara de hace