Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, México–Está bien Alan, entonces renuncio – Dije enojado – No pienso quedarme a trabajar en un sitio en el que se cometen este tipo de abusos de autoridad. Vámonos Valeria, no tenemos nada que hacer aquí, amor. Estás cometiendo una injusticia Alan, pero ya ni modo.El que iba a salir perdiendo en todo ese iba a ser Alan, porque si Valeria se iba, más atrás me iba yo, y no me importaba si había un contrato de trabajo, eso se podía arreglar de inmediato, él estaba despidiendo injustamente a Valeria, sin tener un motivo, porque el trabajo era trabajo y lo demás salía sobrando.–Dex, ¿Qué haces? – Ella susurró por lo bajo – Yo no puedo perder mi empleo.Nadie lo iba a perder, la balanza se iba a inclinar hacia nosotros, Alan era un empresario y sabía que le convenía y que no, lo tenía agarrado de los de abajo, como bien lo sabe, va a buscar una forma de retenerme, pero solo con una condición me quedaría, de que a ella no la despidiera. –Confía en
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoAhora que todo estaba yendo en orden con Alan, me sentía mejor y más tranquila, pero ahora lo que me inquietaba es que notaba un poco distante y rara conmigo a Charlie, la hermana de Dex. Han pasado ya casi tres semanas desde que ellos han llegado a Puerto Vallarta y les queda una más aquí y lo que menos quiero es que ella se vaya con una mala impresión de mí, de por sí el padre de Dex se mostró muy serio en las video llamadas que hemos hecho con él. Es un señor elegante y distinguido y ahí me doy cuenta de que los polos opuestos se atraen, porque él y la señora Ava son muy distintos en carácter, pero se nota que se aman con locura, son el complemento el uno del otro, como lo somos Dex y yo, de eso no hay duda.–Valeria, mi amor – Dex me abrazó con ternura – Vamos a levantarnos, tenemos que ir a cenar con mi familia.No me quería levantar, así me encontraba muy a gusto en los brazos de Dex, pero no podíamos dejar plantados a los
Dexter DeCostelloNew York Estaba en mi residencia de New York, empacando para largarme para siempre de este lugar, de este país y del yugo de mi padre, con quién acababa de tener un gran disgusto en la empresa y por eso mi decisión de dejar todo aquí y emprender un vuelo de nuevo, en otro lugar, las oportunidades estaban donde las buscabas y no me iba a quedar a que me siguieran tratando como si fuera un niño. No le iba a perdonar, que me regañara delante de todo el mundo en la empresa, era la última vez que me iba a hacer eso y la última vez, que me iba a ver a mí. Mi hermana Charlotte, me alcanzó cuando ya estaba por salir con mis maletas a la calle, no esperaba encontrarme a nadie en la casa.–Dex, ¿A dónde vas? – Mi hermana me miraba, un tanto angustiada – Por Dios, es que, no puedes irte. Yo no quiero que lo hagas.Yo ya no podía echarme para atrás, la decisión ya la había tomado, no me iba a quedar a aguantar nada de nad
Dexter DeCostelloNew York–Ya Dominic, por favor – Le pidió Charlie – No regañes a Dex, él ya se va y nosotros como buenos hermanos que somos, lo iremos a llevar al aeropuerto, no lo podemos dejar a su suerte.Nuestra hermana, sabía que a mí no se me podía obligar a nada y razonar en estos momentos, cuando había tomado la decisión sin importarme nada más, era peor, así que tenía que relajarse, Dominic, era tan papá, en vez de mi gemelo, parecía el de él. Me acomodé bien en la silla del copiloto y miré hacia el frente, que era donde se encontraba mi destino.–Ustedes, se han vuelto locos los dos – Dominic, se llevó las manos a la cabeza – No puedo creer que no vas a enfrentar tus problemas y que vas a huir como un cobarde, Dexter. Además, ¿Qué les diremos Charlie y yo, a nuestros padres, cuando pregunten por ti?La verdad, yo no tenía por qué ocultar mi vida, yo era libre de hacer lo que me diera la gana, estaba feliz de poder irme, además yo no me iba por molestar a nadie, me iba por
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta Jalisco, MéxicoSalí de la academia dónde estudiábamos con mi amiga Larissa y nos fuimos directo al centro comercial, pues me había pedido que la acompañara a comprar un vestido, para un evento de etiqueta que haría su familia esta noche. Me había invitado, pero yo le salí con uno de mis múltiples pretextos para no ir, cuando la realidad, era que no podía ir porque me la pasaba todas las tardes, de esclava en el canal 49, trabajando como diseñadora de vestuario con un sueldo miserable, pues yo, todavía no terminaba de estudiar diseño de modas y no podían pagarme como tal.–Eres el colmo, Val – se quejaba Larissa – Es que siempre que te invito a algo con mi familia, nunca quieres ir. Odio a esos padres tuyos, que no te dejan ir a ningún lado, estás joven y mereces divertirte.Por más que ella me insistiera, yo no iba a poder asistir, no quería que me despidieran del trabajo, entonces no tendría como seguir estudiando y ellos me tenían en gran estim
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta Jalisco, México–Bueno, ya no se puede hacer nada, amiga. Vamos a pedirle a la chica, que nos recomiende un vestido para ti. En tiendas como estás debe haber mucha variedad y, además, ese color uva de todos modos estaba horrible, y no te queda para nada, no va con tu tono tan rojo de piel.Yo era muy ácida en ocasiones, era malvada y hería a la gente con mis comentarios, aunque mi amiga Larissa en lugar de ofenderse ante lo que dije, se lo tomó con humor y parecíamos dos locas, riéndonos en el interior del probador. Fue tanto el escándalo que estábamos haciendo, que la chica, fue a ver lo que pasaba.– ¿Todo bien, chicas? – Nos dijo desde fuera – Avísenme si necesitan algo más por favor. Todos los modelos, se pueden ajustar, solo los tienen que dejar y en una hora estarán listos.Deberían, tener todas las tallas, como era posible que en una tienda distinguida solo tenga tallas normales, un departamento de tallas especiales, como para el cuerpo de
Dex DeCostelloPuerto Vallarta Jalisco, MéxicoTenía menos de una semana en Puerto Vallarta y justamente el día que me tenía que presentar a mi primer día de trabajo en el canal 49, cuando salí al centro comercial en busca de algo que comprarles a los padres de mi amigo Luis como agradecimiento por el hospedaje que me dieron en su casa, encontré a la mujer más hermosa del mundo en el centro comercial y eso no era todo, ella también se había fijado en mí. De eso estaba plenamente seguro. La vi cuando yo iba subiendo en las escaleras eléctricas y ella iba bajando por el lado contrario. Fui un tonto por no perseguirla, pero tenía el tiempo encima y no podía llegar tarde a mi primer día de trabajo. Eso era imperdonable, y la puntualidad era algo importante a donde quiera que vayas. Tenía el tiempo justo para comprar lo que iba a comprar y volver a casa de Luis y así lo tuve que hacer.–Dex, ¿Qué es todo esto? – preguntó Luis – Mis papás se van a ofender. No tenías que comprarles nada.Per
Dex DeCostelloPuerto Vallarta Jalisco, MéxicoEsperaba poder encontrármela de nuevo en el centro comercial, a ver si tenía suerte en volverla a ver. Ese día llevaba prisa, pero me daría un tiempo necesario para ir a buscarla. Yo tenía que regresar a ese lugar.–Dex, tú no cambias amigo – Luis se burlaba – Te has echado una bronca con tu padre por esa razón, porque no dejas de andar de mujer en mujer y aquí no has entrado a trabajar ni nada y ya estás pensando en ligarte a alguien.No tenía que ver una cosa con la otra, el ojo era un ente con vida propia y yo no lo podía evitar era parte de mí el saber admirar la belleza donde la había, y esa mujer me había impresionado sobre manera. Tenía algo sumamente atrayente porque había sido como un flechazo, su mirada era muy penetrante y me encantó que no desvió la mirada hasta que ya no pudimos vernos.–Ya pues, no te voy a contar nada – me indigné – Ella no es como nadie de las que he tenido y es bellísima. Tiene un cabello oscuro, es moren