Dexter DeCostello
New York
–Ya Dominic, por favor – Le pidió Charlie – No regañes a Dex, él ya se va y nosotros como buenos hermanos que somos, lo iremos a llevar al aeropuerto, no lo podemos dejar a su suerte.
Nuestra hermana, sabía que a mí no se me podía obligar a nada y razonar en estos momentos, cuando había tomado la decisión sin importarme nada más, era peor, así que tenía que relajarse, Dominic, era tan papá, en vez de mi gemelo, parecía el de él. Me acomodé bien en la silla del copiloto y miré hacia el frente, que era donde se encontraba mi destino.
–Ustedes, se han vuelto locos los dos – Dominic, se llevó las manos a la cabeza – No puedo creer que no vas a enfrentar tus problemas y que vas a huir como un cobarde, Dexter. Además, ¿Qué les diremos Charlie y yo, a nuestros padres, cuando pregunten por ti?
La verdad, yo no tenía por qué ocultar mi vida, yo era libre de hacer lo que me diera la gana, estaba feliz de poder irme, además yo no me iba por molestar a nadie, me iba porque así lo deseaba, debían relajarse un poco y tener por lo menos un poco de confianza en mí, por lo menos darme el beneficio de la duda.
–Ya, relájate Dominic, por favor, puedes hacerte pasar por mí y hacerla de ambos – Me reí – Por eso, es bueno tener un gemelo. No ya en serio, quiero hacer esto por mí, por favor tengan un poco de confianza, en que podré salir adelante solo ¿Acaso no somos los tres mosqueteros?
Éramos muy unidos, siempre nos estábamos apoyando, ahora no era el momento de empezar a tenernos desconfianza, a mí no me iba a pasar nada, de eso estaba seguro, y les podía asegurar que, si tenía un fracaso, no iba a regresar con el rabo entre las patas, me levantaría y seguiría intentándolo. No me importaba cuantas veces lo tuviera que hacer, por eso era un DeCostello Janssen, lo traía en la sangre.
–Sí, lo somos – Dijo Charlie – Y aunque temo por tu vida, al menos yo, voy a confiar en ti.
Siempre podía contar con mi hermana mayor, la favorita del señor Eryx DeCostello, y aunque sabía yo que ella podía hablar con nuestro terco padre, ahora no debía preocuparse por eso, que las cosas me iban a salir bien, yo tenía mucha fe en mí mismo, nuestra madre así nos había educado, que nadie te hiciera menos y te dijera que tú no podías.
–También yo, Dex – Terminó accediendo Dominic – Espero que, aunque esto parezca una locura, termine saliéndote bien, porque en buen problema que nos dejarás a Charlie y a mí.
Ellos les podían decir lo que gustaran, no me estaba escondiendo de nadie, sabían con quién me iría y aunque Luis, se iba de vacaciones, yo ya había oído hablar tanto de Puerto Vallarta, que ya era como si lo conociera en vivo y además Luis, tenía muchos contactos allá, así que no me iba a ojos cerrados, no me iba nada más porque sí.
–Gracias, por eso los amo – Les dije a ambos.
Mis hermanos bajaron conmigo en el aeropuerto y me ayudaron con mi equipaje. Ellos y mi madre, eran lo único que me dolía dejar, pero ya no había marcha atrás, ya tenía todo conmigo para irme a México y mi amigo Luis, ya me estaba esperando en el aeropuerto, con boletos y todo. Se quedó un poco impactado, de ver a mis hermanos conmigo, ya que se suponía, que nadie iba a saber que yo iba a irme con él a México, pues mi amigo no quería problemas con mis padres, quienes lo tenían en alta estima.
–Luis, lo siento por el retraso – Me disculpé con mi amigo – Espero que no te moleste, que mis hermanos vinieran a decirme adiós.
Yo no pude negarme, en primera porque ya no tenía transporte y Charlie, me estaba haciendo el favor y en segunda, porque me los había encontrado justo saliendo de la casa de nuestros padres, así que aquí estaban para despedirse de mí, y por lo consiguiente, también de él, pero había sido cosa de la suerte que ellos estuvieran ahí.
–No, para nada Dex – Respondió Luis – Hola Charlie y Dominic, ¿Cómo están?
Esperaba no meter en problemas a Luis ahora que volviera de sus vacaciones, pues nada tenía él que ver con mis decisiones, que había tomado para darme un respiro y dárselo también a mis padres, que estaba seguro se iban a sentir más tranquilos, o eso es lo que pienso yo, pues de parte de mamá, se iba a quedar muy preocupada.
–Hola, Luis – Respondió mi hermana – Bien gracias, por favor cuida a Dex. Te lo encargo mucho y si necesitan algo, siempre pueden llamarme.
Mi hermana no me iba a querer perder de vista, estaba seguro de que nos íbamos a estar comunicando muy seguido, yo llevaba mi equipo de comunicación, teléfono, laptop, con todos los accesorios necesarios, así que la comunicación no se iba a perder.
–Hola, Luis – Dijo Dominic – Espero que cuando Dex conozca México, y no consiga todas las comodidades, sea capaz de valorar lo que tiene aquí, cuídense mucho y tengan buen viaje.
Dominic, vivía en la época de las cavernas, como si yo me fuera a ir a un pueblito, lejos de la mano de Dios, me iba a un lugar con toda la tecnología y las comodidades, debería interesarse más como está la cosa en otros países.
–Gracias, chicos – Dijo mi amigo – Todo estará bien, ya Dex hasta tendrá trabajo allá, mi tío, nos va a contratar a ambos, yo ya hablé con él. No se preocupen, de verdad.
De eso se trataba todo esto, Luis tenía todos los contactos, y si ya teníamos trabajo para el tiempo que él se iba a quedar allá, por lo menos iba a hacer todo lo posible por permanecer mucho más tiempo allá, eso me daría toda la experiencia que necesitaba, y de los estudios, había muchas maneras de terminar mi carrera, no me iba a detener por eso.
–De acuerdo, no nos vamos a preocupar – Dijeron mis hermanos – Pero, manténganse en contacto y que tengan buen viaje.
–Gracias, les daré unos momentos, para que se despidan – Dijo mi amigo dándonos espacio – Acá te espero Dex.
No quería que se fueran a poner a llorar, aunque Dom, se hiciera el fuerte, sabía que se iba a quebrar, nunca nos habíamos separado, éramos los tres muy unidos y nos gustaba estar siempre juntos, pero ahora yo iba a hacer que los tres mosqueteros se separaran, pero eso no iba a ser para siempre, yo no dejaría de venir a visitar a nuestra madre.
–Gracias, amigo.
Me despedí con un abrazo de oso con mis dos hermanos, Charlie, soltó unas lágrimas y Dominic, se quedó triste también. Agradecía que ambos, me apoyaran en todo, aun sabiendo que yo hacía mal en salir huyendo como siempre, de todos los problemas que causaba. Estaba agradecido con la vida, por los hermanos que tenía y también por mamá, que era la mejor del mundo. Saqué de mi bolsa de la chamarra, una carta para que mis hermanos se la dieran a mamá.
–Los amo, le dan esto de mi parte a mamá, por favor – Les pedí – Nos mantendremos en contacto y hablaremos diario, se los prometo, podemos comunicarnos en cuanto tenga un horario establecido.
–Más te vale – Me dijo Dominic – No quiero, que te quedes para siempre allá en México.
–Cuídate Dex, por favor – Dijo Charlie – Nosotros le damos la carta a mamá.
Me alejé de mis hermanos y caminé a dónde estaba Luis, hice todo el procedimiento de entregar mis maletas y después, en breve, pasamos a abordar un avión que nos llevaría a Ciudad de México y de ahí, nos iríamos a Puerto Vallarta. Yo estaba emocionado, quería conocer nuevas cosas y vivir nuevas experiencias, fuera de la burbuja, en la que había vivido siempre y ahora, gracias al problema que tuve con papá, me sentía libre por primera vez en mi vida, sentía que, al fin, podía ser quién soy.
–Dex, ¿Estás seguro de esto? – Preguntó mi amigo – Claro que, si no te gusta, siempre puedes volver.
Eso era lo lógico, yo no iba a dejar de venir a visitar mi país, la ciudad que me vio nacer, pero si me iba a vivir lejos, para eso me iba a quedar a Puerto Vallarta, donde esperaba encontrar mi nuevo hogar.
–Eso lo sé y claro que volveré, pero solo de visita – Sentencié – Es definitivo, que me estoy yendo, para siempre de New York. Quiero vivir mi vida a mi manera, no más trajes ridículos e ir a la empresa familiar, no más imposiciones de mi padre. Soy libre amigo.
–Espero que sepas manejar eso y que te adaptes al trabajo que mi tío Alan, nos dé allá.
Yo me iba a adaptar a lo que fuera, nos aferrábamos a nuestros ideales y el trabajo siempre iba a ser digno, fuera el que fuera.
–Aceptaré lo que sea, con tal de mantener mi independencia. Es todo lo que quiero.
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta Jalisco, MéxicoSalí de la academia dónde estudiábamos con mi amiga Larissa y nos fuimos directo al centro comercial, pues me había pedido que la acompañara a comprar un vestido, para un evento de etiqueta que haría su familia esta noche. Me había invitado, pero yo le salí con uno de mis múltiples pretextos para no ir, cuando la realidad, era que no podía ir porque me la pasaba todas las tardes, de esclava en el canal 49, trabajando como diseñadora de vestuario con un sueldo miserable, pues yo, todavía no terminaba de estudiar diseño de modas y no podían pagarme como tal.–Eres el colmo, Val – se quejaba Larissa – Es que siempre que te invito a algo con mi familia, nunca quieres ir. Odio a esos padres tuyos, que no te dejan ir a ningún lado, estás joven y mereces divertirte.Por más que ella me insistiera, yo no iba a poder asistir, no quería que me despidieran del trabajo, entonces no tendría como seguir estudiando y ellos me tenían en gran estim
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta Jalisco, México–Bueno, ya no se puede hacer nada, amiga. Vamos a pedirle a la chica, que nos recomiende un vestido para ti. En tiendas como estás debe haber mucha variedad y, además, ese color uva de todos modos estaba horrible, y no te queda para nada, no va con tu tono tan rojo de piel.Yo era muy ácida en ocasiones, era malvada y hería a la gente con mis comentarios, aunque mi amiga Larissa en lugar de ofenderse ante lo que dije, se lo tomó con humor y parecíamos dos locas, riéndonos en el interior del probador. Fue tanto el escándalo que estábamos haciendo, que la chica, fue a ver lo que pasaba.– ¿Todo bien, chicas? – Nos dijo desde fuera – Avísenme si necesitan algo más por favor. Todos los modelos, se pueden ajustar, solo los tienen que dejar y en una hora estarán listos.Deberían, tener todas las tallas, como era posible que en una tienda distinguida solo tenga tallas normales, un departamento de tallas especiales, como para el cuerpo de
Dex DeCostelloPuerto Vallarta Jalisco, MéxicoTenía menos de una semana en Puerto Vallarta y justamente el día que me tenía que presentar a mi primer día de trabajo en el canal 49, cuando salí al centro comercial en busca de algo que comprarles a los padres de mi amigo Luis como agradecimiento por el hospedaje que me dieron en su casa, encontré a la mujer más hermosa del mundo en el centro comercial y eso no era todo, ella también se había fijado en mí. De eso estaba plenamente seguro. La vi cuando yo iba subiendo en las escaleras eléctricas y ella iba bajando por el lado contrario. Fui un tonto por no perseguirla, pero tenía el tiempo encima y no podía llegar tarde a mi primer día de trabajo. Eso era imperdonable, y la puntualidad era algo importante a donde quiera que vayas. Tenía el tiempo justo para comprar lo que iba a comprar y volver a casa de Luis y así lo tuve que hacer.–Dex, ¿Qué es todo esto? – preguntó Luis – Mis papás se van a ofender. No tenías que comprarles nada.Per
Dex DeCostelloPuerto Vallarta Jalisco, MéxicoEsperaba poder encontrármela de nuevo en el centro comercial, a ver si tenía suerte en volverla a ver. Ese día llevaba prisa, pero me daría un tiempo necesario para ir a buscarla. Yo tenía que regresar a ese lugar.–Dex, tú no cambias amigo – Luis se burlaba – Te has echado una bronca con tu padre por esa razón, porque no dejas de andar de mujer en mujer y aquí no has entrado a trabajar ni nada y ya estás pensando en ligarte a alguien.No tenía que ver una cosa con la otra, el ojo era un ente con vida propia y yo no lo podía evitar era parte de mí el saber admirar la belleza donde la había, y esa mujer me había impresionado sobre manera. Tenía algo sumamente atrayente porque había sido como un flechazo, su mirada era muy penetrante y me encantó que no desvió la mirada hasta que ya no pudimos vernos.–Ya pues, no te voy a contar nada – me indigné – Ella no es como nadie de las que he tenido y es bellísima. Tiene un cabello oscuro, es moren
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoNo podía creer, cómo era el destino. Ahí estaba de pie frente a ese chico que me había encantado en el centro comercial y por supuesto que yo le había encantado también a él. Sus ojos eran tan hermosos como el color del cielo y todo su aspecto era digno de admirarse. Lástima que no podría, aunque quisiera tener nada con él, por lo que veía sería un triste empleado del canal como yo. Alan se me quedó viendo muy molesto.Lo primero que te digo y lo primero que haces Valeria, parece que te comieron la lengua los ratones – Me reprendió Alan – No puede ser que no puedas decir, ni mucho gusto.Me había perdido en el azul de sus ojos, era como si pudiera ver a través de mí, pero él tampoco despegaba sus ojos de los míos. Estábamos los dos anclados en el piso sin movernos.–Mucho gusto, señorita – Se me adelantó él – Dexter DeCostello, encantado de conocer a una chica tan bella.Él extendió la mano y yo no tuve más que tomársela, no me ag
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, México–No, no es por él, Luisito – Lo abracé – Es por todo, por la infeliz de Silvana que cada que puede se burla de mí, por Ray que no lo aguanto que siempre me esté acosando y en sí por todo. De mis ganas no volvería aquí jamás, pero como sabes, necesito el dinero para seguir estudiando.Era la única forma que tenía de sacar dinero, y si lo dejaba se irían al retrete todos mis sueños por los que había luchado toda la vida ni se imaginaban todo lo que había tenido que hacer para estar aquí, y lo había logrado con mi propio esfuerzo no como Silvana que estaba de arrimada.–Todo se arreglará, en un rato te voy a presentar a un amigo mío que llegó a trabajar al canal, a lo mejor eso te levanta el ánimo.Estaba segura de que era el tal Dexter el amigo que Luis me quería presentar, pues él había regresado recientemente de los Estados Unidos y Dexter tenía cierto acento de ese país o podría ser británico, ya que también tenía ese acento muy
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoMe di cuenta esa primera noche en el departamento, que lo que tenía Valeria de hermosa, también lo tenía de berrinchuda y de intolerante, pero conmigo no se iba a salir con la suya, si lo que quería era estar peleando, pues yo soy la persona más relajada del mundo, con la que nunca va a discutir, ni a pelear, ni a tener problemas. Ya que ella, no me quiso desocupar la cama, lo hice yo mismo y recorrí todas las cosas que ella, tenía regadas, por el que ahora sería mi cuarto en una esquina. Ella, me veía recoger todo, sonriendo coqueta, desde la puerta de mi recámara.– ¿Lo ves? Qué te costaba Dexter – Parecía estarse burlando de mí – Ese es el defecto de todos los hombres, quieren que las mujeres les estemos recogiendo todo y bien que pueden ustedes, por eso Dios les dio sus dos manitas.No tenía por qué venir a dárselas de muy razonable, si ella era la que había provocado todo ese desorden, debería darle vergüenza, tener tanto montonero
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoSabía yo que ella era la que me iba a llamar primero que todos, de mi padre ni me preocupaba si tantos dolores de cabeza le había provocado, debía estar saltando en un solo pie porque me haya ido de su casa.–No te preocupes, Ava – Yo solía tutear a mi madre – Estoy bien, veo que al fin leíste mi carta, pues solo me habías mandado puros mensajes – Te escuchas muy angustiada y te sugiero que te relajes por favor.No quería que a mi madre le pasara algo malo, yo no me salí con la intensión de que ese pusiera mal, yo creo que ya era hora de volar del nido y así lo hice, me estoy independizando por el bien de todos. Además, al señor Eryx le he causado muchos problemas como él lo dijo.–No me puedo relajar, no debiste irte así sin avisar – Me regañó – No sé si has estado comiendo, ni si ya tienes casa. Hijo por favor, dime dónde te encuentro para ir por ti.Ella no quería que sus cachorros se salieran de la madriguera, pero allá le habían que