Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, México–No, no es por él, Luisito – Lo abracé – Es por todo, por la infeliz de Silvana que cada que puede se burla de mí, por Ray que no lo aguanto que siempre me esté acosando y en sí por todo. De mis ganas no volvería aquí jamás, pero como sabes, necesito el dinero para seguir estudiando.Era la única forma que tenía de sacar dinero, y si lo dejaba se irían al retrete todos mis sueños por los que había luchado toda la vida ni se imaginaban todo lo que había tenido que hacer para estar aquí, y lo había logrado con mi propio esfuerzo no como Silvana que estaba de arrimada.–Todo se arreglará, en un rato te voy a presentar a un amigo mío que llegó a trabajar al canal, a lo mejor eso te levanta el ánimo.Estaba segura de que era el tal Dexter el amigo que Luis me quería presentar, pues él había regresado recientemente de los Estados Unidos y Dexter tenía cierto acento de ese país o podría ser británico, ya que también tenía ese acento muy
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoMe di cuenta esa primera noche en el departamento, que lo que tenía Valeria de hermosa, también lo tenía de berrinchuda y de intolerante, pero conmigo no se iba a salir con la suya, si lo que quería era estar peleando, pues yo soy la persona más relajada del mundo, con la que nunca va a discutir, ni a pelear, ni a tener problemas. Ya que ella, no me quiso desocupar la cama, lo hice yo mismo y recorrí todas las cosas que ella, tenía regadas, por el que ahora sería mi cuarto en una esquina. Ella, me veía recoger todo, sonriendo coqueta, desde la puerta de mi recámara.– ¿Lo ves? Qué te costaba Dexter – Parecía estarse burlando de mí – Ese es el defecto de todos los hombres, quieren que las mujeres les estemos recogiendo todo y bien que pueden ustedes, por eso Dios les dio sus dos manitas.No tenía por qué venir a dárselas de muy razonable, si ella era la que había provocado todo ese desorden, debería darle vergüenza, tener tanto montonero
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoSabía yo que ella era la que me iba a llamar primero que todos, de mi padre ni me preocupaba si tantos dolores de cabeza le había provocado, debía estar saltando en un solo pie porque me haya ido de su casa.–No te preocupes, Ava – Yo solía tutear a mi madre – Estoy bien, veo que al fin leíste mi carta, pues solo me habías mandado puros mensajes – Te escuchas muy angustiada y te sugiero que te relajes por favor.No quería que a mi madre le pasara algo malo, yo no me salí con la intensión de que ese pusiera mal, yo creo que ya era hora de volar del nido y así lo hice, me estoy independizando por el bien de todos. Además, al señor Eryx le he causado muchos problemas como él lo dijo.–No me puedo relajar, no debiste irte así sin avisar – Me regañó – No sé si has estado comiendo, ni si ya tienes casa. Hijo por favor, dime dónde te encuentro para ir por ti.Ella no quería que sus cachorros se salieran de la madriguera, pero allá le habían que
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoDex se salió del departamento y yo, ignoré a dónde se fue y tampoco era que me importaba, pero ya veía por dónde iba la cosa, al parecer a él le gustaba vivir de las señoras mayores y ahí para nada entraba yo. Porque creo que era menor que él y yo dinero no tenía para estar manteniéndolo. De todos modos, como ya le había dejado claro, él a mí no me interesaba en absoluto y podía irse a dónde quisiera, era libre, así como yo también lo era. Tardé un poco en conciliar el sueño, hasta que finalmente lo logré y al día siguiente un delicioso aroma proveniente de la cocina, me hizo levantarme y abrir muy bien mis ojos, salí de mi recámara para darme cuenta de que lo que pensé era real.Mi compañero de departamento estaba en la cocina en su elemento, el aroma que desprendía lo que había preparado me despertó por completo, no era mentira lo que había dicho que sabía cocinar y eso me convenía, iba a tener a un chef en el departamento. Aun
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, México–Qué buena amiga eres, Val – Me reclamó – Ayer, no solo me dejaste plantada en la fiesta que dieron mis padres, tampoco me llamaste para decirme que no irías.La verdad se me había olvidado por completo, además yo no le dije que iría, se tenía que imaginar que si no le llamé sería por algo, yo no estaba en la obligación de estar diciéndole cada uno de mis movimientos. –Larissa, lo siento mucho – Me disculpé de inmediato – Por el retraso del centro comercial, tuve un problema muy serio con mis padres y por eso ya no pude llamarte, para nada.–No lo sientas, Val. Nunca quise causarte problemas con tus padres. Es más, si quieres vamos ahorita a tu casa y les explico, que nos tardamos ayer por mi culpa.No podía dejar que mi amiga insistiera en eso de ver a mis padres, tenía que irme ya. Todo esto de Larissa y de mis mentiras para con ella, estaba amenazando con salirse de mis manos y era algo, que definitivamente, no podía permitir.
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoMe quedé sorprendido, apenas abrí la puerta del departamento, pues Valeria tenía visita y la reconocí enseguida, era la chica con la que la vi por primera vez, en el centro comercial, pero algo había pasado por lo que me pude dar cuenta. Valeria estaba llorando y la otra chica, la estaba consolado. Hubiera querido llegar antes que ella, para ser yo, el que la tuviera en mis brazos para consolarla.–No te quedes ahí Dex – Me dijo Valeria – Pasa, por favor.Valeria me estaba invitando a que me quedara en el departamento, pero veía que era una situación delicada con esa otra chica, lo mejor sería que resolvieran lo que estuviera pasando y yo regresaría en otro momento, discúlpenme. –Hola – Saludé a las dos – Sí quieres, regreso más tarde. No quiero interrumpir algo importante.–Adelante, no pasa nada – Dijo la otra chica – Yo, ya estoy por irme de todos modos.Ante su insistencia, entré al departamento y cerré la puerta detrás de mí y al h
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, México–Gracias Dex, no me merezco que seas así conmigo, después de cómo fui contigo, desde que nos vimos. Perdóname – Se disculpó – No sé cómo tratar a nadie, por lo mismo. Me afecta mucho ser pobre y me desquito con quién puedo, no soy buena para nadie, por eso me quiero morir.Era una manera muy fea de pensar, nadie se tenía que morir y mucho menos por no tener dinero, pues muchos que lo tenía, se podían llegar a sentir vacíos, el dinero no compraba la felicidad interior que debíamos tener cada uno, debería estar contenta porque tenía un empleo digno que la mantenía. –No vuelvas a decir eso, por favor – Le supliqué – Todo, tiene una solución en esta vida y la vamos a encontrar, si tú quieres, juntos. La vida es hermosa, solo tienes que verla desde otra perspectiva.Ella se negaba a lo que yo le decía y por más que intentaba, no podía evitar, que ella siguiera llorando, eso me estaba destrozando demasiado. Tenía que hacer algo, para que ell
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoDex se retiró a su recámara y por alguna razón, yo no quería que se fuera. Me había quedado picada con los deliciosos besos, que nos habíamos dado. Me habían encantado, tanto que, me recosté nuevamente en el sillón de la sala y pasaba mi lengua por mis labios, cómo si de esa manera yo fuera a poder sentir nuevamente, esos besos exquisitos que nos dimos. Dex, tenía lo suyo y nadie, pero nadie me había besado así. Estuve tentada a ponerme de pie e ir a buscarlo a su recámara, para que termináramos lo que empezamos, pero me detuve y mejor me fui a la mía, para llamar a Larissa, que en cuanto sonó el primer tono, ella respondió.–Val, eres bruja, te iba a llamar ahora mismo, para saber cómo sigues – Me dijo mi amiga – Me vine muy preocupada por ti, pero es que tenía que venir. Mi abuelo sigue enfermo y lo fuimos a ver con mamá.–Siento mucho lo de tu abuelito, amiga – Respondí – Yo, me siento mucho mejor y por eso es que te llamo, no