Cuando Zia levanto la cabeza se encontró con un hombre realmente hermoso, tenía una sonrisa apacible en el rostro, su presencia empequeñecía aquel lugar, media algo más de un metro noventa, tenía el cabello oscuro peinado hacia atrás, de ojos color gris claro, llevaba vaqueros desgastados, y no tenia camisa, dejando al descubierto su torso con sus bien definidos músculos, tenía muchos tatuajes en los brazos, en su pecho, y algunos en el cuello, en su oreja derecha le brillaba un pequeño pendiente, dándole un aspecto intimidante y misterioso a la vez. Zia se encontró con la mirada de aquel hombre tan descaradamente atractivo, su sonrisa solo la irritaba mas, se puso de pie y tomo algunos libros de la estantería y comenzó a arrojárselos.
_ ¡No se me acerque! _ dijo ella mientras utilizaba los libros como proyectiles.
_ Tú misma tendrás que ordenarlos _ dijo el hombre, esquivando cada libro fácilmente y con diversión en su voz. Se acerco a ella rápidamente y la arrincono en la pared, sosteniéndole las manos en cada lado por encima de la cabeza.
_ ¿Qué m****a te pasa? – le grito ella pateándolo. Pero el cansancio y la debilidad que sentía en su cuerpo, hizo que pronto dejara de luchar, y comenzó a respirar con dificultad, estaba teniendo un ataque de pánico.
_ ¿Dónde rayos estoy? _ dijo ella hiperventilando.
_ Si prometes calmarte, te soltare _ dijo el mirándola seriamente. Ella asintió con la cabeza, y el retiro las manos.
Cuando él se alejo de ella, Zia le golpeo las partes nobles con la rodilla y salió corriendo escaleras abajo, cuando abrió la puerta para huir, afuera la esperaban quince hombres. Zia cayó de rodillas mareada y cansada.
_ ¿Qué le pasaba? ¿Por qué le costaba tanto moverse? Pensó. Tapándose la cara con las manos.
_ Disculpe señor, me tomo desprevenido_ dijo el hombre que había encerrado en la habitación donde la tenían.
_ Le triplicas el peso, y le doblas la estatura, y aun así logra burlar tu seguridad _ dijo la voz profunda detrás de ella _ Retírense. Yo me hago cargo.
_ ¿Tú? _ dijo Zia levantándose y girándose hacia el hombre a su espalda _ Era la voz en el intercomunicador en el aserradero. ¿Eres el jefe? Tu eres el que me tiene secuestrada ¿Dime dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué piensas hacer conmigo? Y ¿Por qué me siento tan débil?
_ Muchas preguntas _ bromeo el _ Te sientes así por la droga que usamos para dormirte.
_ ¿Me dopaste como a un caballo? _ grito ella.
_ Algo así _ dijo el arrugando la nariz divertido.
_ Te parece esta situación graciosa imbécil _ le grito ella _ ¿Te resulta entretenido matar a una persona y secuestrar a otra?
_ Deberías ser más amable conmigo, fui yo quien te salvo la vida en primer lugar, mi hombre te iba a volar la tapa de los sesos, y con justificación porque tu le disparaste primero. Esto es culpa tupa, si te hubieras montado en tu maldito coche, ahorita estuvieras en Estado Unidos y no aquí en Italia.
_ ¿QUE? ¿Italia? ¡Oh m****a! ¿Vas a venderme como prostituta? ¿Cierto?, o ¿Me mataras? Porque soy testigo, ya te vi la cara. Si me dejas ir. Te juro que no diré nada. ¡Por favor! Hare lo que me pidas, pero no me hagas daño. Aun tengo cosas que quiero hacer antes de morir, lugares a los que planeaba visitar _ dijo Zia precipitadamente.
_ ¡Oye cálmate! _ dijo el agarrándole una mano y guiándola hasta una silla _ Si hubiera querido matarte, no te hubiera traído hasta mi casa, y no; tampoco pienso venderte como prostituta. Tengo mejores planes para ti.
_ ¡Planes para mí? _ pregunto ella sin comprender.
_ Serás mi amante Zia _ dijo el tranquilamente.
Zia se levanto de la silla y se alejo de él.
_ ¿Qué m****a te pasa? _ le grito.
_ Eres una mujer hermosa Zia, quiero que te metas conmigo cada noche en mi cama _ dijo él con ojos brillantes.
_ ¿Cómo sabes mi nombre? _ dijo ella sorprendida _ Claro… Mi coche_ respondía ella al ver la expresión divertida en el rostro de el _ Entonces sabrás que también estoy casada, con un hombre al que amo con toda mi alma, y no necesita secuestrarme para tenerme en su cama, un hombre que estará buscándome.
_ Tranquila, mis hombres se ocuparon de eso _ dijo el restándole importancia con un gesto de la mano.
Zia se llevo una mano al estomago.
_ ¿Acaso lo… lo… mataste? _ Las lagrimas corrieron por su rostro.
_ No, claro que no. Crees que soy un asesino desarmado Zia _ dijo con una sonrisa sarcástica _ Tú te despediste de él, le enviaste un mensaje desde tu teléfono móvil, y le dijiste que ya no querías seguir viviendo con él, aburrida y sin sexo.
_ ¿Cómo es que sabes todo eso? _ dijo ella confundida.
_ Tu amiga te dejo un mensaje preguntándote si habías pensado mejor las cosas y tu le dijiste que ya habías tomado la decisión y no había marcha atrás _ dijo el hombre en tono inocente.
_ ¡Eres un cerdo! Un egoísta imbécil, como te atreves a jugar así con la vida de las personas _ dijo ella furiosa, levanto una mano y lo abofeteo, él le sostuvo la mano y la atrajo contra su cuerpo.
_ Estas muy nerviosa, necesitas comer y descansar _ dijo el cerca de su boca y ella pudo sentir su cálido aliento en sus labios entreabiertos por la sorpresa de la cercanía.
_ Quitas tus asquerosas manos de mi _ dijo ella con voz temblorosa _ Tendrás que meterme a tu cama a la fuerza o matarme antes. Pero por mi propia voluntad no entrare en tu cama. Así que puedes pensar en irme vendiendo como prostituta.
_ Soy un hombre de treinta y dos años Zia, y hasta ahora no he tenido que forzar a ninguna mujer para que vaya a la cama conmigo, ellas me suplican para que les de atención y placer _ dijo él con tono seductor.
_ Y dinero. ¿Cierto? Solo eso puede importarles a esas mujeres, para estar como un hombre como tú, eres un asesino, así tengas las manos limpias detrás de tus libros. Eres quien da las órdenes y eso no te hace menos culpable _ dijo ella con odio.
_ Eres una mujer con una lengua muy afilada, es algo que tendré que corregir _ la amenazo el _ Siéntete libre en esta casa, eres mi invitada, no mi prisionera. Igual hay cámaras de seguridad en cada rincón, así que no piénsese en salir de ella, mis hombres te traerían de vuelta en pocos minutos.
_ No puedes tenerme encerrada aquí para siempre _ dijo ella desesperada _ Prometo que no volverás a saber de mi, solo dime como salir de aquí y me iré.
_ ¡Sabes nadar? _ le pregunto él con una media sonrisa en los labios.
_ ¿Nadar? _ dijo ella confundida.
_ Si, nadar _ dijo él con voz calmada _ Veras; estamos en un isla privada, a kilómetros de cualquier rastro de civilización, la única forma de salir de aquí es por aire, y es obvio que no tienes alas, aunque tengas cara de ángel, y tampoco tienes aletas o cola de sirena _ se burlo él.
_ ¿Acaso te burlas de mi?, imbécil, no me conoces, y te aseguro que encontrare una forma de salir de aquí _ le dijo Zia con resolución.
_ Te aseguro que me divertiré mucho viendo como lo intentas _ dijo el hombre sin inmutarse _ Gino llamo a uno de sus guardaespaldas apostado en la puerta _ acompaña a mi invitada a su habitación. Pronto cenaremos y necesita asearse.
El hombre llamado Gino era un sujeto que parecía un personaje sacado de alguna película de gánster, tenía el cabello largo recogido en un moño atrás de la nuca, se le veía una cicatriz en la cara, y también llevaba muchos tatuajes en sus brazos, era un hombre intimidante, y al cual no quisieras llevarle la contraria, porque seguramente lo terminarías lamentando. Ella lo siguió en silencio y cuando Zia entro en la habitación este cerró la puerta, ella espero a que sonara el pestillo pero no sonó, no la había encerrado.
“Hay cámaras en cada rincón de la casa”. Recordó lo que le había dicho el sujeto odioso.
No encontró nadie en los largos pasillos de la mansión en la que se encontraba, se dirigió entonces hacia una puerta que daban a un balcón trasero de la casa, el cual tenía escaleras de ambos lados que daban hacia un jardín con grama, y plantas en macetas, también habían guirnaldas de flores de muchos colores, el lugar era impresionante, con estatuas al estilo romano, una fuente iluminada en el medio le daban un toque romántico al lugar, más allá de la cima del risco, se podía escuchar el sonido de las olas cuando rompían en el malecón.Zia se giro y vio hacia la casa, una estructura moderna, el color predominante en ella era el blanco, había dos torres en cada lado de la mansión, una en el lado este y otra en el oeste, donde la habían puesto a ella era en la torre este, esa daba hacia el océano, justo encima del risco, la otra tenia la vista hacia la entrada de la casa, verlas desde ese punto de donde ella se encontraba la hizo imaginas los castillos medievales. Y por supuesto había
Cristiano volvió a tomarla de la mano y la llevo hasta la biblioteca, el lugar comenzó a iluminarse cuando ellos iban avanzando a su interior, Cristiano la levanto y la deposito encima del escritorio, quedando la cabeza de Zia a la altura de su pecho._ Déjame limpiarte la herida que tienes en el labio _ le pidió él. Zia estaba cansada de seguir discutiendo, asi que solo asintió, y lo vio moverse alrededor de la mesa, y sacar una caja de primeros auxilios de una de las gavetas del escritorio. Cristiano le paso una toallita antibacterial para limpiar la sangre seca, y luego le puso ungüento en la herida con delicadeza._ Esto evitara que se forme una costra, y permitirá que sane más rápido _ dijo él mirándola a los ojos, estaban tan cerca que Zia podía sentir el calor de su aliento en su rostro, si él bajaba sus labios se encontraría con los suyos._ Gracias a ti Zia, esta noche perdí a uno de mis mejores hombres _ continuo Cristiano._ ¿A que te refieres? _ le preguntó ella confundida
Los guardaespaldas de Cristiano la vigilaban y la alimentaban, a pesar de su ausencia ella seguía siendo el centro de atención para ellos en aquella fortaleza en el medio de alguna parte del mar mediterráneo.Zia no había visto la presencia de ninguna otra mujer en la mansión, todos eran hombres, lo que le pareció algo extraño viniendo de un hombre tan egocéntrico como Cristiano. Estaba terminando de cenar cuando escucho a Gino el guardia de más confianza de Cristiano decir que su jefe había llegado, esto hizo que el corazón de Zia comenzará a dar saltos de alegría, tenía ganas de verlo, quería disculparse con él, agradecerle por irónicamente ser un buen captor. Sin ella darse cuenta había comenzado a sentir cosas por él, había luchado por no reconocerlas, por alejar esos sentimientos de su pecho, pero estaba cansada de pensar en los demás antes que en ella, estaba decidida a aceptar lo que Cristiano le ofrecía. Así que se levantó de la mesa del amplio comedor y se dirigió a la habita
_Venezzia… tienes un bello nombre, no entiendo porque el diminuto a “Zia”, de verdad que ustedes los Norteamericanos son perezosos _ dijo el hombre regordete y panzón que se encontraba frente a ella y a quien Cristiano había llamado por el nombre de Vasco Rossi. Zia se encontraba inmovilizada y amordazada, dos tipos que parecían unos orangutanes la escoltaban, posicionados uno en cada lado, sus ojos vagaban de un lado a otro tratando con desesperación de buscar alguna salida que la librará de esos tipos tan desagradables._ Tengo la sensación de que le importas más a Cristiano Raffacani de lo que quiso aparentar, y eso hará más divertido este juego _ continuó él hombre _ Sabes; si fuera por mí; ya lo hubiera matado desde hace mucho tiempo, Cristiano es como un grano en el culo, pero el hijo de puta tiene muchos aliados poderosos, por ahora, porque estoy trabajando para cambiar eso _ sonrió _ Por eso solo lo mantenía vigilado, estudiando cada uno de sus malditos movimientos, esperando,
De pronto la puerta de la habitación donde se encontraba Zia se abrió abruptamente dando paso a una mujer de unos cincuenta y poco años aproximadamente, está era delgada y alta, y tenía un cuerpo llamativo, su cabello era rubio, y en la mirada reflejaba desdén y maldad. _ Supongo que fuiste tú la que armó todo ese revuelo allá afuera_ dijo la mujer iracunda._ Madame Zafiro, Alexei intentaba abusar de ella en el medio del pasillo_ intentó aclarar Perla, pero la mujer la hizo callar con una mirada fría._ Ven, acércate a mí; según por lo que me dijo Vasco Rossi eres la princesa de Cristiano Raffacani. ¿Cuál es tu nombre? _ dijo la señora, mientras apagaba un cigarrillo en el suelo con la suela de sus altísimos tacones rojos. Zia levantó la barbilla con enfado._ Mi nombre no es asunto tuyo, déjame salir de este maldito lugar _ respondió ella.Pero antes de que Zia pudiera decir algo más, madame Zafiro le propinó dos fuertes bofetadas, lo que provocó que las piernas de la joven fallaran deb
_ Angelus! ¿Qué haces aquí? _ preguntó Zia sorprendida._ Que más voy a estar haciendo aquí Zia. Disfrutar de la mercancía de madame Zafiro, y debo reconocer que siempre supera mis expectativas. Yo solo elegí lo mejor que había en su catálogo. Y vete aquí ante mi_ dijo Ángelus señalándola._ ¿Estás de broma? ¿Un catálogo? Viste mi maldita foto en un catálogo, y no se te ocurrió otra cosa, que no fuera encargarme como si yo fuera un artículo deportivo, te voy a patear el culo Ángelus_ dijo Zia iracunda._ ¿Qué otra cosa podía hacer?_ dijo él con fingida inocencia_ Huiste del estúpido de mi hermano Mat, para terminar en venta en una casa de prostitutas, tenía que aprovechar la oportunidad que me puso la vida_ dijo él caminando hacia ella _ Y vaya que la pienso utilizar, ese conjunto que tienes puesto te queda realmente ardiente. No logro concentrarme._ Eres un adulto, así que contrólate _ le espeto Zia_ Y Ángelus, antes que nada, yo no hui de Mat, fui secuestrada _ le dijo Zia sin querer a
Angelus dejo a Zia y a Perla frente a la casa de su amiga Sthephany, ya iban a hacer las dos de la tarde cuando detuvo el coche frente a la modesta vivienda. Tuvieron que pasar parte de la madrugada en el aeropuerto debido al mal tiempo, Perla se había quedado dormida, y aunque Zia tenía los ojos cerrados no pudo lograr descansar, en su cabeza le daban vueltas muchas imágenes como en un caleldoscopio, y no quería abrir los ojos, pues sabía que si lo hacia se encontraría con la inquisitiva mirada azul de Angelus, quien la tenía muy confundida desde su ardiente encuentro. Quizás había sido solo producto de su imaginación o solo la desesperación del momento, pero era obvio que entre ambos había una especie de absurda conexión.“Sabes; no te hubiera dejado en ese lugar por nada del mundo Zia, así me hubiera costado mi propia vida, iba a sacarte y llevarte conmigo”. Le había dicho Angelus mas tarde en el avión a una Zia de ojos cerrados.Cuando lo escucho se vio a si misma sosteniendo la r
Prólogo._ ¡Estoy felizmente casada!¿En serio?¿Estoy felizmente casada?_ Llevo cinco años casada con Mathias Phillips Newort Remirtong; un hombre amoroso, increíblemente guapo, dueño de unos ojos azules tan apacibles, que parecieran que fueran capaces de mirarte el alma, penetrar en ti como la daga mas filosa, Mathias es un gran amante, un buen esposo, es un excelente amigo, es sencillamente el hombre perfecto. Aquel que cuando eras apenas una niña deseabas poder encontrar. Con el que esperas casarte, comprar una casa, sembrar plantas en el jardín, adoptar un perro con mirada triste, y finalmente formar una familia, agregar algunas ramas a tu árbol genealógico. Te imaginas con él los domingos asando una barbacoa en el patio trasero, en compañía de amigos que bromearan de cualquier cosa y riéndote de sus malos chistes, en los bautizos de tus sobrinos, prendada de su brazo en las bodas de tus hermanos, juntos en todas las fotos familiares. Te imaginas aquellas largas tardes frente a