Thesion: Enith solía llamarme o mandarme mensaje cada cierto tiempo, a veces una, dos o media hora, no me molestaba, entendía su sentir, se había quedado dormida después de llorar, Giulietta me había explicado lo que había pasado, el accidente había destrozado los nervios de Enith y no la culpaba, justo ahora me encontraba en Londres, había tenido que estar sedada al momento en que subí al avión, había insistido en quedarme justo por eso, pero ella me había tranquilizado diciendo que debería ir, insistió tanto que acabe accediendo. Durante esa semana William había estado al pendiente con el asunto de la maleta, las cámaras habían captado a un hombre con una gorra y cuello alto, no se le había logrado ver la cara, así que todo era un misterio, y si bien había estado molesto al inicio, ahora me sentía muy agradecido de aquello, había salvado mi vida y evitado que Enith se volviese loca. Mientras observaba una ponencia, me había dado cuenta de algo importante: la amaba y me amaba, así
Enith: Habíamos hecho una comida para celebrar esta importante noticia, todos estaban felices e incluso, circulaba por la red la declaración, el anillo, que por cierto vi tras unos minutos que bajo la emoción inicial; era un anillo sencillo de oro blanco, en el centro tenía mi gema favorita, un zafiro azul en forma de lágrima rodada de pequeños diamantes, era muy parecido al anillo de la sultana Hürrem de la serie el Sultán, no era tan grande eso sí, era hermoso y lo amaba. - Es muy bonito, ¿yo algún día tendré uno también? –me mira atenta mi pequeña Rach. - Claro que sí mi amor, el más bello –beso su cabeza, ella asiente y va donde Thesion, la levanta. Ellos habían hablado, él le había dicho que no tenía problema en ser llamado amigo T, Thesion o cualquier nombre que le fuera cómodo, ella había preguntado si estaba bien llamarlo papá Thesion, incluso había hablado con Adley para preguntarle, pude ver la emoción en los ojos de Thesion, él le había dicho que sería un honor ser padre
Thesion: Había intentando por todos los medios ponerme en contacto con ella, no respondía mis llamadas, mensajes ni me recibía cuando iba, sabía que no sería sencillo, pero no habría creído que fuese así de difícil. - No deberías aferrarte a eso, ella ya tomó una decisión, deberías hacer lo mismo –Leian aprieta suave mi mano, la aparto molesto. - ¿De verdad? –digo con brusquedad–, no te correspondía decirle aquello y hacerlo ver como lo peor no ir, ¿crees que eso me hará quererte o que por arte de magia los planes que has hecho con mi madre se harán realidad? Pues no Leian, porque no te amo, no te veo de esa manera, y aunque ella no quisiera verme jamás, eso no va a cambiar que la amo, así que déjame en paz, por una vez haz algo bueno y deja de joderme –digo frío, me alejo de ella, estaba tan harto de escucharlas, porque mi madre era otra que no entendía lo mucho que me dolía esta situación. Mi único consuelo era que no me había devuelto el anillo, bien podría enviármelo con alguie
Al final, se había llevado a cabo una pequeña boda, nada más que la familia, Thesion había ido un año a la especialidad, Enith solía ir de vez en cuando o viceversa. Tras ese año, Thesion había vuelto al hospital como jefe del área de pediatría, y tras mucha dedicación, había conseguido lo que tanto quería, ser reconocido en el área, las personas solían llevar a sus hijos ahí desde muy lejos. - Adelante con lo de África –le sonríe su esposa, amaba esa palabra–, no es necesario que el hospital financie eso, lo haré yo –chilla cuando la abraza, llena su rostro de besos–, me gusta ayudar –susurra contra sus labios, tanto había ocurrido en un año, Eni estaba por cumplir dos años, Rach ya tenía once y Zack diez. - Es la mejor señora Solon –ambos sonríen cual idiotas, Enith se sentía flotar cuando la llamaban así. La relación con su nueva suegra iba mejorando de a poco, aunque estaba segura que se le pasaría al tener a su primer nieto. - Me gusta ser la mejor, señor Solon –le pega más a
Si pudiera definir mi vida en una palabra, creo que usaría la palabra catastrófica, aunque quizás era un poco dramático, en un futuro lejano podría encontrar la palabra adecuada para mi caso. Bueno, volviendo a lo que quería decir en un inicio, porque a veces suelo olvidar lo que estoy diciendo; es que mi vida siempre distó de ser perfecta, no era miserable pero si triste. Jamás pude ser la hija amada de mis padres, jamás pude ser la primera de nadie, no importaba cuánto me esforzara, cuan perfecta intentara ser, nada de eso era suficiente, y creo que todo fue peor una vez que ella llegó, mi pequeña y malévola hermana pequeña, aunque en realidad éramos medias hermanas, producto de una infidelidad de mi padre a mi madre, una que ella había perdonado quien sabe por qué, sólo sabía que tras su llegada, todo se había tornado peor, algo que no creí posible.Para empezar, vino a quitarme la poquitísima atención que me daban mis padres, era asombroso como mi madre la prefería por sobre mí, ta
Creo haberles mencionado lo triste que fue todo el asunto con mi familia y con el ciego de mi ex, creo que ahora podría hablarles de la noche que lo cambió todo, y sé que quizás suene un poco dramático, pero era verdad, aquella noche lo cambió todo, me cambió a mí, a él y a nuestro futuro. Me había despertado con los gritos de Fiorella, quejas que consistían, en su mayoría; de vituperios e insultos hacia mi persona, había escuchado con claridad cómo se quejaba de una noticia que había salido en el periódico, si algo odiaba Fiorella más que a mí, era no ser el centro de atención, odiaba que algunas personas creyeran que Adley Cranston se veía mejor conmigo y no con ella, su grupo de fans era grande, pero también de detractores, personas que habían tenido la mala fortuna de hacerla enojar y obtener venganza, pero claro, no había pruebas que corroboraran sus historias, así que quedaban como envidiosos y malintencionados. - Por favor Fiorella, es demasiado temprano –digo cubriéndome la c
Ocho años después... Me remuevo en la cama intentando alejar el sueño que viene a mi mente, era muy consciente de esa situación, un suave movimiento me hace abrir los ojos, parpadeo un par de veces intentando procesar dónde estoy, y entonces lo veo, suspiro con alivio. - ¿Cara, todo bien? –dice un poco preocupado, me tomo un momento para calmarme, le sonrío acariciando su mejilla. - Sí, lamento haberte asustado, es ese sueño –sonrío de lado, él asiente serio–, supongo que tiene que ver con el hecho de que en unos días volveremos, estoy algo nerviosa –confieso abatida, no me gustaba sentirme así, hacía años había dejado de lado esa forma de ser. - Sólo recuerda cara, que no eres la misma chica de hace ocho años, ahora eres una mujer fuerte, independiente e importante en el medio –aparta con suavidad los mechones de cabello que caen sobre mis mejillas–, además, me tienes a mí para respaldarte, así que tranquila –me sonríe con calidez, suspiro y sonrío, sin duda alguna, él era el comp
El día del viaje al fin había llegado, nos despedimos de todos y abordamos el avión privado, Rachele estaba muy emocionada, no dejaba de hacer preguntas, Amirov me preguntaba cada tanto como estaba, seguía sintiendo náuseas y había estado cerca de vomitar, por esa razón no había probado bocado. - Ve a descansar querida –dice Amirov mientras juega con nuestra hija, asiento porque no me creía capaz de soportar el viaje de esta manera. Me había despertado mi pequeña para avisarme que pronto aterrizaríamos, debía decir que me sentía mejor, con ese pequeño descanso podría enfrentar todo de una mejor manera. - Gracias mi amor –ella me había besado antes de salir corriendo de la pequeña cabina, tras arreglarme un poco, había salido. Mi hija jugaba con su nana, mi esposo hacía un par de llamadas, quizás afinando los últimos detalles, si algo le molestaba a Amirov Bianchi, era la gente incompetente, así que se aseguraba que todo saliera como él quería, y esto no sería la excepción. Tomo asi