—Amelia POV—
Amelia O'Connor, así me llamo. Tengo veintisiete años y soy la primera bisnieta de una de las familias multimillonarias que existen en toda Inglaterra. No tengo hijos, ni esposo, ni nada por el estilo. Los hombres son una pérdida de tiempo para mí.
Desde hace dos años que he estado a cargo de la empresa familiar. Al ser la mayor de la familia principal, fui asignada a hacerme cargo hasta que la gran Olivia O'Connor, mi bisabuela de más de cien años, decida por fin quién será su próximo o próxima heredera. Entre sus bisnietos somos alrededor de ocho y tuvo seis hijos, siendo mi abuela su primogénita, pero desafortunadamente ninguno de sus hijos fue apto para liderar a nuestra familia. Así que, mi bisabuela se encargó hasta que enfermó y asignó temporalmente a mi mamá para encargarse en su ausencia. Sin embargo, nunca fue nombrada como la heredera y líder de los O'Connor por dos motivos. El primero, mi madre no quería el poder, aunque ha hecho un gran trabajo y segundo, ella no deseaba que sus hermanos la odiaran por ser la elegida. Mi madre es demasiado noble y es de las que no le gusta odiar, ni cargar con resentimiento hacia alguien que ama.
Hoy el clima parecía triste. El cielo estaba gris y las gotas caían para cubrir todo a su paso. Estaba observando todo el panorama de la ciudad desde mi oficina que quedaba en el piso setenta hasta que entra mi asistente personal y de máxima confianza.
—Señorita O'Connor, lamento la interrupción. Quería informarle que he realizado una reservación en el restaurante gran imperio, como lo ha pedido la señora O'Connor. La reservación ha sido efectiva para las siete de la noche, también he dado el aviso correspondiente a toda la familia O'Connor como ha solicitado su bisabuela.
—Gracias, Talía. ¿Tienes idea de qué es lo que desea la señora O'Connor para tener que reservar todo el restaurante y llamar a toda la familia?
—Lo lamento, no me informaron a qué se debía. Nada más me pidieron hacer la reservación e informar sobre la cena a todos los O'Connor. Lo siento mucho.
—Descuida, no es tu culpa. Ya nos daremos cuenta de que desea mi bisabuela esta noche. Gracias por avisarme, puedes retirarte.
—Sí, señorita. Con permiso.
Ella se retira en silencio, dejándome sola nuevamente. Mi mirada regresa a aquel panorama que me brindaba la ciudad. Siempre he sido de las que ama los días lluviosos y fríos, pero quién odia los días calurosos, precisamente porque son calurosos.
Después de admirar un buen rato la belleza que la naturaleza nos brindaba, continúe con mi trabajo.
Asistí a diferentes reuniones que estaban programadas. Al igual, que conseguí que esas personas importantes firmaran con nosotros.
La empresa que poseemos fue creada por mi bisabuela, Olivia O'Connor. La construyó desde cero cuando tenía tan solo veinte años. Se sacrificó demasiado por llevarla hasta donde está. Nadie tenía fe en ella, todos pensaban que iba a fracasar por el hecho de ser mujer. Fue tachada como una mujer impura por desear llegar a la cima del poder. Todos solían decirle una y otra vez que nada más debía casarse y hacerse cargo de los hijos como toda una esposa obediente, pero lo que nadie quiso darse cuenta era de que ella, la gran Olivia O'Connor, estaba destinada a grandes cosas.
Con el tiempo, fue callando a más de uno que la tachó por creer en ella y en su fuerza de voluntad. Fue ganando reconocimiento y fue la primera mujer para ese entonces en convertirse en líder y llevar con la frente en alto el matriarcado. Su belleza fue inigualable, fue envidiada y odiada por muchas mujeres de su época, pero también fue temida. Aunque, su belleza fuera indescriptible, su esencia y su inteligencia lo fue aún más. Eso es lo que siempre he admirado de ella, siempre desee convertirme alguien similar a ella. Por eso, me han tachado de ser una mujer inhumana y ambiciosa, pero he ignorado todo lo que dicen de mí. Después de todo, creo en mí y mis capacidades, tal como me enseñó mi madre y, sobre todo, mi bisabuela.
Una hora antes de la gran celebración, a la que asistirá toda la familia O'Connor, me cambio de ropa en la oficina por algo más adecuado para el lugar al cual será efectuada dicha celebración. En cuánto terminé de arreglarme, Talía entra a mi oficina para avisarme que es hora de irnos si queremos llegar a tiempo.
—El auto se encuentra listo, señorita.
—Ya es hora de irnos.
Tomo mi cartera y mi abrigo para salir de la oficina. Ella y unos guardaespaldas me siguen como mis más leales súbditos. No importaba con quién me cruzará en el camino, siempre solían tomar la actitud de sumisos. A veces odiaba eso, pero me recordaba a mí misma que de esa manera nadie se metería conmigo y me jugaría una mala pasada.
Cuando estaba por salir del ascensor, todos los empleados que estaban en la recepción forman dos filas y hacen una reverencia por mi presencia. No dirijo ni una sola palabra y demuestro mi fuerte aura para que obtener respeto y también un poco de temor.
En el trayecto al restaurante. Talía venía conmigo a mi lado en la parte trasera y me informaba todo lo que estaba pendiente para el día siguiente, mientras dos guardaespaldas iban en la parte delantera del auto.
—Hemos llegado, señorita.
—Bien. Encargarte de avisarle a administración que quiero el informe en mi escritorio para mañana a primera hora. También quiero que el área de seguridad se encargue de instalar el nuevo sistema de protección en la oficina presidencial.
—¿Desea que contrate a alguien para que se haga a cargo de la programación del sistema?
—No. Lo haré yo misma.
—Entendido.
—Raúl, has que todos los hombres vigilen el restaurante. La señora O'Connor estará presente, deben protegerla a ella y a mi madre cueste lo cueste. No bajen la guardia.
—Sí, señora.
Tras dar las órdenes, bajamos del auto y como siempre, encabezo el grupo. Eran alrededor de diez hombres los que siempre iban conmigo a todas partes. Están totalmente entrenados en varias ramas de las artes. Unos pertenecían al grupo especial de las fuerzas armadas, eran los mejores y conseguí que trabajarán para mí. El poder puede con todo, pero uno es quien coloca sus limitaciones con el poder.
—Ya estás aquí, hija mía.
—Hola, mamá.
—Tu bisabuela pregunta por ti. Todos ya han llegado, el ambiente está tenso con la presencia de todos. Ten cuidado.
—No te preocupes, lo tendré.
Su mirada reflejaba preocupación, no sé qué había pasado en mi ausencia, pero lo descubriré sin duda alguna. Entro en el gran salón y camino hasta donde estaba ella para dar mis saludos sin molestarme en saludar a nadie más en el camino.
—Abuela.
—Amelia POV—Hago la respectiva reverencia para demostrarle mis respetos.—Siéntate. Todos tomen asiento, traigan la comida.—¡Sí, señora!Mi abuela, Linda O'Connor, estaba por sentarse al lado derecho de su madre, pero esta la detiene.—¿Qué crees qué haces?—Madre, ¿Qué sucede?—Megan, siéntate a mi lado izquierdo y tú, Amelia, a mi lado derecho.—Abuela, Linda es tu hija mayor. ¿Cuál es el problema en que se siente a tu lado?—Lo dices porque es tu madre. Obedezcan y tomen sus asientos.Mi madre, Megan O'Connor y yo, nos sentamos tras recibir la orden de mi bisabuela. Los demás no tuvieron más opción que sentarse dónde fuera a excepción de aquellos dos asientos.El ambiente era más que tenso, mi madre no ha fallado en darme ese dato, pero no importaba. Los camareros del restaurante, el gran imperio, comienzan a servir la comida. Todos comen en silencio, pues era costumbre no decir nada durante la comida a menos que la gran Olivia hablará o diera órdenes sobre algo.—Amelia, ¿Cómo e
—Amelia POV—Al ver que se estaba agitando mucho, sirvo un vaso de agua y se lo entrego para que lo beba.—Por favor, cálmate un poco o tu presión volverá a subir. Bebe agua, te sentirás mejor tras beberla.Ella no niega mi ayuda y se la bebe.—Mamá, estás pensando mal de tus hijos. Ninguno de nosotros desea tu muerte, es todo lo opuesto. Deseamos que veas a tus nietos casarse y que conozcas a tu primer tataranieto. ¿No te gustaría conocerlos?, Ya conoces a tus nietos y bisnietos, conocer a tus tataranietos es lo que te hace falta.—Olvídalo, ya soy vieja y moriré en cualquier momento. Así que, entre más rápido asigne a mi sucesora, será suficiente.Todos se miran al escuchar la palabra sucesora, con tan solo haber dicho esa palabra, se sabía que ninguno de los hombres que pertenecían a nuestra familia sería el elegido. Sus rostros reflejaban la decepción, pero no entiendo por qué se decepcionan si la abuela Olivia ha sido clara en todos los años de su vida, ha dejado en claro en múlt
—Callum POV——Exijo que te cases.—Abuelo, no lo haré. Ninguna de las mujeres que propones cumplen con los requisitos para ser mi esposa.—¡Callum O'Brien! Debes casarte pronto, tienes treinta y dos años y ya es hora de que me des un bisnieto. Tu bisabuelo estaría removiéndose de la ira por tu irresponsabilidad.—No soy irresponsable, soy inteligente. Te lo diré de nuevo, ninguna de esas mujeres que escogiste cumplen con los requisitos básicos para ser mi esposa y lo más importante, sus familias, no nos beneficiará en nada.—Eso que importa, debes casarte y tener herederos. ¿Cómo van a respetarte los demás de nuestra familia si eres el único que no se ha casado y tenido hijos? Si continúas así, podrán intentar arrebatarte el poder que te corresponde ahora. Tu padre fue un excelente líder en el tiempo que estuvo vivo, es tu turno de hacerte cargo. Ya estoy viejo para continuar en el puesto, cásate ahora y ten hijos o perderás todo.—No lo haré.—¡Maldito ingrato!—Puedes maldecirme tod
—Amelia POV—Todo el mundo estaba corriendo para conseguir que el banquete sea un éxito. Un diseñador privado se había encargado de mi vestido, fue asignado por mi bisabuelo. El diseño era sencillo, pero muy elegante. Consistía en totalmente en encaje, tenía mangas largas y un gran escote en el pecho con una apertura al lado derecho. Es totalmente ceñido al cuerpo en la parte superior, pero totalmente suelto en la parte inferior. Los tacones que llevaba eran plateados con diamantes incrustados. También llevaba una gargantilla muy fina de diamantes junto con unos aretes en forma de lágrima. Mi maquillaje era fuerte en la mirada, pero sutil en los labios, mientras que en mi cabello llevaba un ondulado elegante y totalmente suelto.Ese día la bisabuela me había pedido que me fuera después de que todos se fueran, quería que hiciera una gran entrada como la nueva matriarca de esta familia, así que, obedecí. Una enorme limusina me esperaba, subí y dejé que el chófer me llevará hasta donde s
—Callum POV—El lugar había sido muy bien decorado, muchas personas habían asistido a este evento. Las mujeres se me quedaron viendo a medida que pasaba por sus lados. Los hombres se acercaban para tratar de cerrar negocios conmigo y las mujeres para buscar una noche de pasión.Después de interactuar un rato con esas personas fingiendo una sonrisa e interés, me retiro a un rincón con mi asistente más leal.—Esto es muy aburrido.—Lo es, señor. Prepararé el auto cuando usted lo deseé.Estaba por responderle que podíamos irnos, no había nada interesante que ver y que hacer, hasta que veo a una hermosa mujer vestida de rojo. Se veía Muy atractiva y obtuvo toda mi atención.—¿Quién es ella?—No lo sé, señor.Lo miro de reojo y veo que él y todos los hombres presentes admiraban su belleza como si fuera una reina.—Quita esa cara, yo la vi primero.—¿Señor?—Nada.¿Qué demonios? Aclaro mi garganta al ver que fui un idiota al decir esas palabras. Veo como él sonríe y trata de disimularlo, pe
—Amelia POV— Había salido con mi mamá y mi bisabuela para irnos a casa, pero inesperadamente mi bisabuela me detiene. —¿A dónde vas? —A casa con ustedes. —No. Tienes que quedarte, el banquete aún no termina y hay invitados. Quédate un rato más y despide a todos, luego podrás ir a casa. —Está bien. No quería quedarme más, ya quería irme a casa. No me gustaba estar rodeada de muchas personas. Pero, no tuve más opción que acatar su orden. —Por cierto, cuando llegues a casa hablaremos de tu matrimonio. La miro sorprendida, pues no esperaba a que mencionara ese tema tan rápido. —No importa, lo hablaremos en casa. Termina con tus invitados, te esperaré despierta y lo hablaremos. —¿Segura que esperarás despierta? —Sí. Esto es importante. —De acuerdo, trata
Sabía que las palabras de Andy eran reales, pero su hermano gemelo no era así. Alén era diferente, él más cruel que su hermano, siempre se ha creído más superior que todos. —Andy, no eres más que un inútil. Le serás un estorbo a la nueva matriarca, ella necesita a alguien feroz, no alguien tan blandengue como tú. —Alén, mejor cállate. Puedes ser el mayor de los dos, pero es muy obvio quien es más inteligente entre nosotros. Sonrío disimuladamente al ver que Andy no se ha quedado atrás con su hermano. Observo a ambos hermanos discutir, los dos eran de cabello castaño, su piel blanca, pero no tanto como la mía, diría que es como el color canela, pero un poco más claro. Quién los viera, pensarían que sufren de algo por verse tan amarillos y bronceados al mismo tiempo. Ambos medían un metro con ochenta y sus ojos eran azules. La única manera de diferenciarlos era cuando Alén se pintaba su cabello de diferentes colores, parecía un
—Bueno, con tal de que te posiciones en lo alto, sería un precio a pagar. Puedes divertirte con otro hombre si lo deseas, pero solamente puedes hacerlo si eres discreta y una vez que te cases debes ser leal y fiel a esa persona. Me revolcaré en mi tumba si mi nieta juega con dos o más hombres a la vez.—No soy esa clase de persona, lo sabes.—Ya lo sé, no eres como una de tus primas. Que mujer tan sinvergüenza.—Cálmate, abuela, se te subirá la presión si te enojas así.—Todo lo que me pertenece es ahora tuyo, el resto de mis hijos y nietos tendrán una pequeña porción. El veinte por ciento de mi fortuna será distribuida entre ellos y el ochenta por ciento es tuyo. Me he encargado de que él sesenta por ciento de la compañía sea tuya. Los demás accionistas tienen migajas, así que no tienes que preocuparte mucho. La última palabra la tendrás tú, pero debes ganarte a más de uno para obtener más porcentaje, ¿Me entiendes?—Perfectamente.—Bien. Nadie debe saber eso, todo el mundo cree que