—Callum POV—
El lugar había sido muy bien decorado, muchas personas habían asistido a este evento. Las mujeres se me quedaron viendo a medida que pasaba por sus lados. Los hombres se acercaban para tratar de cerrar negocios conmigo y las mujeres para buscar una noche de pasión.
Después de interactuar un rato con esas personas fingiendo una sonrisa e interés, me retiro a un rincón con mi asistente más leal.
—Esto es muy aburrido.
—Lo es, señor. Prepararé el auto cuando usted lo deseé.
Estaba por responderle que podíamos irnos, no había nada interesante que ver y que hacer, hasta que veo a una hermosa mujer vestida de rojo. Se veía Muy atractiva y obtuvo toda mi atención.
—¿Quién es ella?
—No lo sé, señor.
Lo miro de reojo y veo que él y todos los hombres presentes admiraban su belleza como si fuera una reina.
—Quita esa cara, yo la vi primero.
—¿Señor?
—Nada.
¿Qué demonios? Aclaro mi garganta al ver que fui un idiota al decir esas palabras. Veo como él sonríe y trata de disimularlo, pero lo he notado. Se estaba burlando de mí.
—Iré a averiguar quién es ella.
—No será necesario.
Frunzo el ceño al ver que se ha dirigido a donde estaban los O'Connor y su matriarca, Olivia O'Connor.
—Señor, creo...
—Ya lo sé. Es una lástima.
—Una verdadera lástima.
Ambos suspiramos al ver que se relacionaba con los O'Connor. Si no hubiera visto eso, la habría hecho mía en este momento.
No podía quitarle la mirada de encima, era como si se tratará de un imán muy sexy. Fue difícil escuchar a aquellos que se acercaban a mí e incluso no me había dado cuenta de que me estaba acercando de a poco a ella.
—Señor... Señor...
—¿Qué?
Lo miro enojado al ver que me ha impedido avanzar. Él mira a todos lados con disimulo y se acerca para susurrarme algo al oído.
—Esto es malo.
—¿Qué es malo?
—Mire a la tarima.
Hago lo que me dice y veo que hay un hombre en ella hablando con el micrófono. Vuelvo a mirar a la mujer que llamó mi atención, pero volví a ver a ese hombre bruscamente al oír lo que dijo. Mi mente no dejaba de repetir esas últimas palabras de su discurso.
«Por favor, démosle un fuerte a aplauso a la señorita Amelia O'Connor, nuestra nueva líder y matriarca y también a la gran Olivia O'Connor»
—¿Qué ha dicho?
—Han llamado a la nueva matriarca y líder de los O'Connor, señor. Se llama Amelia O'Connor. Parece que..., es esa mujer.
Dejo de ver a mi asistente para mirar hacia donde estaba la mujer de rojo, pero no estaba. Miro a todos lados y la veo subir la tarima con Olivia O'Connor.
—No puede ser.
—Si puede ser, señor.
—¿Es ella Amelia O'Connor?
—Eso parece, señor.
—¡Mierda!
—Sí.
Frunzo el ceño al ver que me había gustado la que menos pensé.
—Me acabo de enamorar de la mujer prohibida. ¡Maldición!
—¡¿Qué?!
—Ni una sola palabra.
—No se preocupe.
—Esto tiene que ser una broma.
Escucho atentamente el discurso que ambas mujeres dan, aunque me parece ridículo eso de los juramentos, no estamos en la edad media como para hacer eso, pero supuse que debía ser una tradición de su familia. La nuestra también tiene sus tradiciones, yo diría que un poco más sangrienta que la de ellos. Mientras que la tradición de los O'Connor eran recitar unas palabras, la nuestra era un corte en la palma de la mano y hacer un juramento de sangre.
—¿Cuándo es nuestro turno de hacer el juramento?
Pregunté al recordar que la fecha estaba próxima, pero no recordaba la hora.
—Mañana a las nueve de la mañana, señor. No asistirán periodistas, será privado para que todos sigan creyendo que ya es nuestro líder.
—Entiendo. Así que, mañana será el día decisivo.
—Será una batalla de poder, señor.
—Yo lo llamaría una guerra sanguinaria.
—También lo creo.
No hablamos más, me sentía desilusionado al ver que esa mujer era una prohibida. Todos pasamos a comer, luego de eso comenzaron con las típicas charlas incómodas. No tenía humor para hablar con nadie, pues no podía dejar de pensar en ella y al verla cerca, no pude con la tentación.
—Señor, ¿A dónde va?... Señor...
—Cállate.
Su mirada era lo que más me atraía de ella. Así que, me arriesgué y me acerqué a ella. Todo el mundo esperaba una guerra en ese momento, querían sangre y yo lo que quería era llevarla a mi cama sin importar que sea una O'Connor y yo un O'Brien. Lo que no me esperaba era que la frialdad que transmite su mirada, sería el doble cuando habla. Eran como cuchillos atravesando mi pecho.
Me quedé en el mismo lugar como si fuera una m*****a estatua. Solamente reacciono cuando mi asistente Sebastián me habla después de dejarme asimilar la situación.
—Señor, creo que ha sido rechazado por primera vez.
—¿Crees que no lo sé?
—Disculpe.
—Vamos a casa, ya no tiene sentido seguir aquí.
Todos murmuraba sobre nuestro encuentro. No dejaban de decir que había perdido contra Amelia O'Connor, algo que es verdaderamente ridículo. No he perdido nada, esto no es una competencia para mí.
Nos preparamos para salir de aquel lugar, pero me detengo y sujeto el brazo de Sebastián para que deje de avanzar. Usé tanta fuerza al jalarlo que he hecho que pierda su estabilidad y termine sujetándolo como a una princesa.
—Se..., señor.
Al ver que se ha sonrojado, lo suelto y dejo que caiga al suelo. Este se golpea su trasero con el suelo, pero se levanta rápido, aunque no deja de sujetarse el trasero con una mano.
—¿Qué pasa, señor?
—Cállate y observa.
Cuando le señalo hacia donde yo estaba viendo, él se calla al entender la situación. La vieja anciana Olivia O'Connor estaba subiendo en el auto junto a otra mujer y con ellas estaba la hermosa y sexy Amelia O'Connor. Parecían discutir sobre algo, pues ella fruncía el ceño a modo de disgusto.
¿Qué podría ser para que ella arrugue su hermosa piel?
Las dos mujeres mayores se van dejándola sola. Cuando ve que el auto se ha ido, ella mira hacia el cielo y lleva sus manos a sus caderas para después suspirar varias veces, luego se pasa su mano por su pelo. Sus acciones eran lo más hermoso que había visto en una mujer.
—La quiero para mí.
No me había dado cuenta de que había estado murmurando en voz alta, pues Sebastián no ha dejado de hacer sonidos extraños. Cuando lo veo, este estaba sin poder gesticular una sola palabra.
—Señor, si la toma para usted me temo que sería peor que una guerra. Todos los O'Brien se opondrían a usted y querrán quitarle el poder. Por favor, recuerde que mañana es su momento de gloria, podrá hacer el juramento, luego de eso podrá hacer lo que quiero, pero, por favor, no hoy.
No hago caso y avanzo hasta ella.
—Señor, por favor, sea consciente de esto.
Él sigue hablando en voz baja para que solo yo lo escuche. Camino hacia ella y finjo mirarla con indiferencia para fingir que hablaba con mi asistente.
—Sebastián, ve por el auto. Tengo un compromiso importante al cual asistir, ya no tenemos que estar aquí.
Mencioné fingiendo que veía mi teléfono y no a ella. Miro a Sebastián de reojo y este me sigue la corriente.
—Sí, señor. Enseguida.
Este se va por el auto y cuando levanté la mirada de mi teléfono, la tenía de frente.
—Jamás pensé que la nueva matriarca de los O'Connor me despediría en persona.
Ver como se enoja me hace sentir feliz, razón por la cual no evité sonreírle.
—Sí que es pretencioso, señor O'Brien.
—¿Lo soy?
—Por supuesto que sí.
—Yo no lo creo.
—Ah, ¿no?
—No.
—Buenas noches, señor O'Brien.
Ella da un paso para irse, pero le bloqueo el paso.
—¿Qué está haciendo?
—Una noche.
¡Mierda! Me arriesgaré a hacerlo, ¡Lo haré!
—Sea más específico, señor O'Brien.
—Le estoy pidiendo una noche, señora O'Connor.
—¿Qué ha dicho?
Veo la confusión en sus ojos, no había entendido lo que quise decir.
—Seré directo..., la deseo en mi cama, señora O'Connor. Ha robado toda mi atención esta noche, no solamente me parece una mujer poderosa y muy sexy, hay algo que hace que me guste aun sabiendo que es una mujer prohibida.
—¿Mujer prohibida?
—Sí. Usted es una O'Connor y yo un O'Brien, somos como Romeo y Julieta. Nuestras familias han sido enemigas por mucho tiempo, algo que con todo respeto me parece estúpido. No tengo intenciones de vivir odiando a los O'Connor cuando jamás me han atacado a mí directamente o ha hecho algo que me haga odiarlos. Mi bisabuelo es el culpable de esto, no supo respetar a su bisabuela y al amor que ella sintió por el hombre que vivió a su lado. Fue él quien intentó hacer que todos sus descendientes odiarán a los O'Connor cuando era algo absurdo. Dejemos ese odio a un lado en el pasado y vivamos el presente. ¿Qué me dices, Amelia?
—Digo que está loco. Comprendo lo que piensa sobre la enemistad de ambas familias y ahora que pienso lo que dice, le doy razón, pero está loco. No tendré una noche con alguien y menos con usted.
—¿Por qué no?
—Porque..., olvídelo.
Ver sus mejillas sonrojadas me ha dejado aturdido, pues había visto una faceta tierna de su parte y no era la frialdad que le transmite a todo aquel que se acerca a ella. Al ver que yo estaba aturdido por eso, ella aprovecha para escapar de mis garras. Sonrío inconscientemente.
—Señor, he traído el auto.
—Este reto será interesante.
—¿Cómo ha dicho?
—Nada.
—Amelia POV— Había salido con mi mamá y mi bisabuela para irnos a casa, pero inesperadamente mi bisabuela me detiene. —¿A dónde vas? —A casa con ustedes. —No. Tienes que quedarte, el banquete aún no termina y hay invitados. Quédate un rato más y despide a todos, luego podrás ir a casa. —Está bien. No quería quedarme más, ya quería irme a casa. No me gustaba estar rodeada de muchas personas. Pero, no tuve más opción que acatar su orden. —Por cierto, cuando llegues a casa hablaremos de tu matrimonio. La miro sorprendida, pues no esperaba a que mencionara ese tema tan rápido. —No importa, lo hablaremos en casa. Termina con tus invitados, te esperaré despierta y lo hablaremos. —¿Segura que esperarás despierta? —Sí. Esto es importante. —De acuerdo, trata
Sabía que las palabras de Andy eran reales, pero su hermano gemelo no era así. Alén era diferente, él más cruel que su hermano, siempre se ha creído más superior que todos. —Andy, no eres más que un inútil. Le serás un estorbo a la nueva matriarca, ella necesita a alguien feroz, no alguien tan blandengue como tú. —Alén, mejor cállate. Puedes ser el mayor de los dos, pero es muy obvio quien es más inteligente entre nosotros. Sonrío disimuladamente al ver que Andy no se ha quedado atrás con su hermano. Observo a ambos hermanos discutir, los dos eran de cabello castaño, su piel blanca, pero no tanto como la mía, diría que es como el color canela, pero un poco más claro. Quién los viera, pensarían que sufren de algo por verse tan amarillos y bronceados al mismo tiempo. Ambos medían un metro con ochenta y sus ojos eran azules. La única manera de diferenciarlos era cuando Alén se pintaba su cabello de diferentes colores, parecía un
—Bueno, con tal de que te posiciones en lo alto, sería un precio a pagar. Puedes divertirte con otro hombre si lo deseas, pero solamente puedes hacerlo si eres discreta y una vez que te cases debes ser leal y fiel a esa persona. Me revolcaré en mi tumba si mi nieta juega con dos o más hombres a la vez.—No soy esa clase de persona, lo sabes.—Ya lo sé, no eres como una de tus primas. Que mujer tan sinvergüenza.—Cálmate, abuela, se te subirá la presión si te enojas así.—Todo lo que me pertenece es ahora tuyo, el resto de mis hijos y nietos tendrán una pequeña porción. El veinte por ciento de mi fortuna será distribuida entre ellos y el ochenta por ciento es tuyo. Me he encargado de que él sesenta por ciento de la compañía sea tuya. Los demás accionistas tienen migajas, así que no tienes que preocuparte mucho. La última palabra la tendrás tú, pero debes ganarte a más de uno para obtener más porcentaje, ¿Me entiendes?—Perfectamente.—Bien. Nadie debe saber eso, todo el mundo cree que
La ira me consume, no podía creer que todos ellos fueran tan descarados para interrumpir el descanso de la abuela Olivia.Doy un paso al frente y coloco mi mano sobre el hombro izquierdo de Andy para susurrarle al oído luego de ver a mi madre a sus ojos. Esta niega disimuladamente con la cabeza y pude entender lo que quiso decir. La abuela Olivia odiaba estos encuentros de guerra entre nosotros, me odiaría si dejaba que siguieran con esto. Le dedicó una sutil sonrisa para que estuviera tranquila.—Andy, despídete de la abuela.—¿Qué?Él me mira aturdido y luego mira a la abuela que estaba acostada en la cama con su piel blanca como la nieve.—¿Amelia, estás segura?Todos nos miran confundidos mientras yo lo miro a él directamente a los ojos sin importarme los demás.—Ve y despídete.Esa frase hace que mi abuela se gire bruscamente a ver su madre quien yacía tira en esa cama dando sus últimos respiros.Andy se acerca con cierto temor y se sienta a su lado para susurrarle al oído. Veo c
—Callum POV—Al volver a casa no pude dejar de pensar en esa mujer. Ella sin duda alguna es una mujer poco usual, nada que ver con las mujeres que he tenido y eso causaba que mi atención cayera en ella.Durante toda la noche no pude dormir por pensar ella y en ese ridículo ritual que debía hacer al día siguiente. El mundo entero cree que el poder de la familia O'Brien ya estaba bajo mi poder, pero lo cierto es que hasta no hacer ese ritual no será así. Debo enseñarles a todos los descendientes de los O'Brien que soy el indicado para liderar esta familia y la empresa.Ya eran las siete de la mañana cuando decidí levantarme de la cama para arreglarme y asistir al ritual.Me estaba acomodando la corbata cuando escuché que tocaron la puerta de mi habitación.—Adelanté.—Buenos días, señor. El auto ya está listo.—Bien, nos iremos después de desayunar.—Sí. Haré que le sirvan el desayuno.—Bien.Sebastián se retira de nuevo para hacer lo que ha dicho mientras yo termino de arreglarme. Una
Me quedo viéndolo a los ojos, porque no sabía qué decir. Supuse que el abuelo diría algunas palabras como lo hizo Olivia O'Connor con su nieta Amelia. Frunzo el ceño al ver que él no me dijo nada de esto, suspiro y decido ser directo.—Juro llevar a nuestra familia a la cima más de la que ya está. Juro encontrar una esposa digna para trabajar conmigo a mi lado y dar sucesores más poderosos que yo con ella cuando sea el momento, al igual que juro no enamorarme de una mujer débil, sino de alguien fuerte. Juro destruir a todo aquel que esté en mi contra y desee mi caída, protegeré a todos los que sean leales a mí, pero no tendré piedad con quien desee mi derrota.Veo como mi abuelo se muerde la lengua cuando le dejé en claro que seré yo quien decida quien será mi futura esposa y madre de mis hijos, pues él quería que le diera ya mismo bisnietos y que me case de inmediato, cosa que no pasará a menos de que sea ella.—Extiende tu mano.Hago lo que dice y extiendo mi mano izquierda, él toma
Al llegar a la oficina me ocupo de algunas cosas antes de almorzar. Durante la tarde asisto a unas reuniones de emergencia con mi equipo y así me la paso todo el día hasta que Sebastián se acerca para susurrarme algo al oído.—Señor, malas noticias.Miro a Sebastián y parecía inquieto, por eso decido ordenar que nos dejarán a solas.—Todo el mundo, esperen afuera hasta nuevo aviso.Todos se levantan de sus asientos y salen, cuando sale la última persona, lo miro para ver qué están urgente como para haberme interrumpido cuando sabe que lo odio.—Habla.—Acaban de anunciar que la señora Olivia O'Connor, ha fallecido, será enterrada el día de mañana a las once.—¿Estás seguro de eso?—Sí señor. La noticia fue publicada desde la página web oficial de O'Connor Entertairment Group.—Ya veo..., cancela mi agenda de mañana, iremos al funeral.—¿Está seguro, señor?—Sí. Ahora el poder de los O'Brien me pertenece, no necesito la aprobación de nadie. Además, le tengo respeto a la gran anciana. F
—Amelia POV—Había regresado a mi habitación tras esa absurda discusión con los integrantes de mi familia. Apenas crucé la puerta, la cerré detrás de mí y apoyé mi espalda en ella para dejarme caer en el suelo. Abracé mis rodillas y me permití llorar en silencio. No sé cuánto tiempo me quedé así, pero cuando me he calmado, volví a caer en el suelo tras intentar levantarme.Apenas consigo levantarme y sostenerme de pie sin problema, comienzo a quitarme la ropa y me meto en la cama.Al día siguiente, apenas abrí los ojos, recordé a la abuela Olivia y aquellos momentos de cuando era tan solo una niña. Cada uno de los recuerdos vienen a mi mente y saber que ya se ha ido me pone triste. Me quedo mirando al techo sin ninguna emoción hasta que ya era hora de levantarme y comenzar a arreglar para ordenar todo lo que es el funeral de despedida.Me pongo el vestido de encaje reservado para conmemorar este momento amargo. Salgo de la habitación y todo el mundo estaba reunido en el comedor. Mi ma