Hola, aquí el nuevo capítulo. Como siempre espero su apoyo calificando la historia, comentando si así lo desean, siguiendome y compartiendo la historia con sus seres queridos o en sus redes sociales. Nos vemos en un par de días, chao!
April González Despierto por el ardor que tengo en mis pulmones y garganta, toso varias veces. Escucho una voz a lo lejos, pero siento un vaso el cual tomo agua para volver a toser. La voz llama a una enfermera, esta le explica unas cosas. Espera… ¿una enfermera? Abro mis ojos y veo que estoy inyectada. —Carajo, no tengo plan medico para estar aquí. — comento pensando en todo lo que tengo pagar. Miro a la enfermera. —Permiso, debo hablar con su doctor, no tengo plan medico para quedarme más tiempo aquí. —Deja esa excusa lo pagaré yo. — me regaña un hombre apuesto, pero se me va ese pensamiento al ver que es Domenech a lo que trago. Es verdad él estuvo en el incendio y no me dejo por nada del mundo. Siento como se me calienta el rostro, lleno mis cachetes de aire para fijar mi mirada en mis manos. La maquina empieza a sonar cuando mi pulso sube, lo cual hace que me abochorne más. —El doctor llegará en la tarde, ahí se dec
Nathan Domenech: —No, vendrá conmigo y punto. — respondo cortante, seguro y con seriedad. April se pone tensa ante mi tono de voz. El bombero solo mira sus manos las cuales mueve con nervios. No me atrevo a decir que es mi esposa, porque ha tenido el tiempo necesario para aclararles a todos que es mentira. —No podré comprar el apartamento rápido Adrián. — comenta April tocando las manos nerviosas del bombero, aprieto mi mandíbula al ver tal acto. —Tengo que buscar todos los papeles los cuales perdí en el incendio. — la misma le sonríe con calidez logrando que el hombre fije su mirada azul en los ojos verdes olivo de ella. —Sabes que tienes las puertas abiertas. — responde Adrián donde April asiente alejando su mano. —Necesito hablar con usted señor Domenech. — pide el bombero, no me muevo esperando a que hable. —A solas. Ambos nos levantamos, miro por ultima vez a April que solo se tira hacia atrás para suspirar.
Nathan Domenech: Miro el carrito de compras preguntándome que cosas son esenciales para una mujer. Ya he tomado la mayoría creo. Después de todo la experiencia que tuvé con mi esposa difunta ha brindado frutos. Paso por el lado de electrónica para dar hacia atrás, veo a un empleado. —Estoy buscando una consola de juego. — le digo pensando en el nombre de la consola. —Creo que era un… — hago una mueca con mis manos. —Se que ella mencionó un juego que se llama Splatoon. — explico. —Oh claro entonces quiere un switch. — responde el empleado llegando a la vitrina. —¿Cuál desea? — cuestiona mientras miro las diferentes consolas que hay. —El mejor. — respondo lo cual toma el blanco. —También deme el juego que mencioné y otro que haya salido nuevo. —Claro que sí, salió Splatton 3 y el último nuevo es este. Se que a su hija le va a encantar. — siento como entra el bochorno en mi ser, pero no lo corrijo. Pago todo, si
April González: Nathan no ha estado desde la mañana, anoche dormimos en silencio. Aunque estuve jugando más. Tal vez como lo le di lo que quería busco una enfermera como le dije. —Ignora April. — me digo a mi misma mientras juego. —¡Estas de alta! — exclama Deborah entrando totalmente fresca. Tal parece que tuvo una noche impecable. Lloro para mis adentros al pensar que yo no. Dejo el switch sobre mis piernas decidida. —No necesito una noche impecable para estar bien. — comento dejando confundida a mi compañera. —¿Estas bien? — pregunta preocupada la cual respondo asistiendo. —Claro, de maravilla. Volveré a mi vida habitual de trabajar y ser funcional ante la sociedad. — respondo saliendo de la cama para recoger todo. Solo falta que llegue el doctor para avisarme que todo esta bien e irme. Lo malo… es que tengo que irme con Domenech que apuesto que estará de maravilla porque tuvo se
Nathan Domenech: Bajo mis pantalones junto a mi ropa interior mientras alejo todas las almohadas de la fortaleza de April. Fortaleza que ella misma derrumbo tras acercarse a mí. Fijo mi mirada en la de April me mira asombrada mi miembro, haciendo que me sienta orgulloso. Trata de alejarse la cual detengo tomando sus piernas arrastrándola un poco. —No te preocupes, no lo voy a insertar. Estas tan mojada que será pan comido. — comento al ver sus ojos con algo de miedo. No soy tan tonto de entrar a ella sin que firme un contrato y menos sin condón. Hago que me da la espalda dejándome admirar sus glúteos no tan grandes, pero sus muslos son exquisitos. Se porta como una buena niña, espera con paciencia a que haga un acto. Bajo a sus muslos y los lamo, haciendo que April se ponga rígida y cierra sus piernas, subo hasta sus nalgas probando su esencia. Si pudiera lamerla completa, pero mi miembro no aguanta mas al no ser atendido. Estiro la conexión de s
April González: Estuvimos en silencio desde el auto, ahora solo estoy esperando que Nathan encuentre a la persona pertinente para sacar mis documentos. Es raro… no ha intentado nada. Ni me mira, me alegra saber que sabe que no podemos hacer nada, pero… mi celular suena. —¿Hola? — cuestiono al contestar, escucho como alguien nervioso aclara su garganta. —Hola April, soy Adrián. — saluda el bombero por la otra línea, mi corazón late rápidamente. —Hola Adrián, ¿Cómo estás? — trato de ser educada y amable. —Bien, recién levantado. Sigue habiendo muchos incendios, así que llegue en la madrugada. — responde mientras hace unas cosas, ya que escucho como mueve platos al otro lado. —Es raro, aunque donde vivo hay muchas casas viejas. — trato de aportar al tema. —Pero estoy segura de que haces tu máximo en el trabajo, voy a ti. — digo sin pensarlo mucho, escucho como se ríe. —¿Tú crees? — cuestiona diverti
April González: Al estar cerca del negocio se ven hombres sentados haciendo guardias. Busco el brazo de Nathan para llamar su atención y decirle que se detenga. Pero solo consigue su abdomen fuerte, pero lo logro que se detenga. —Linda camioneta. — describen al yo bajar el cristal. —Hola Negri. — saludo al hombre flaco que tiene varios hematomas por las inyecciones que se da de heroína. —¡Dra. González! — saluda emocionado acercándose. —No la he vuelto a ver con los voluntarios. Sabe muy bien que es la única que me puede tocar es usted. —Ya no estudio. — respondo con simplicidad. —Dra. González hace falta, los muchachos preguntan por usted. — me reconoce otro. —No he tenido tiempo por el trabajo, además me quemaron el apartamento. — contesto como si nada. —¿Es de las voluntarias que viene a limpiar a los muchachos? — pregunta el que describió la guagua a lo que asiento.
April González: Sus dedos y la presión del agua… no puedo seguir ocultando los gemidos. Me está volviendo loca. Otra vez viene algo… pego mi espalda al fuerte pecho de Nathan y me dejo llevar. Mis ojos se cristalizan y mi legua sale por un lado mientras me mente está en blanco. Siento muy caliente mi área intima… —Te gusta esto ¿no? — cuestiona Nathan lamiendo mi oreja, no puedo soportar esto. —No… — trato de contestar al recuperar un poco las fuerzas. —Para, está muy caliente. —April… — no digas mi nombre, me estoy dejando llevar fácilmente. Siento como acerca su dedo índice a mi boca, el olor y calor de Nathan se siente bien. No me quedan fuerzas. No creo que pueda seguir resistiéndome… Abre mi boca con su dedo logrando sentir su lengua juguetona, sabe muy bien. Me giro para enfrentarme al deseo, siendo la primera vez que lo acepto. Aunque sigue su mano en mi cuello junto a mi mandíbula no muy confiado, tal vez piensa