Cariñitos nuestra pareja está en problemas ¿Creen que Jason debió contarle? O piensan que Hanna a exagerado?? Dejenme saber sus opiniones, amo leerlas. BESOOOOOS
Hanna Nunca, desde que conocí a Jason había habido un silencio tan incómodo entre nosotros como el que hay ahora. Vamos sentados lado a lado en el auto rumbo al hotel en el que nos estamos quedando, mañana es nuestro último día en Londres y me enoja que un viaje que había ido tan bien se haya arruinado. Y quiero, realmente quiero, que lo que ha pasado no me afecte, pero no puedo. Ver como todo lo que me hicieron estaba de boca en boca, la mirada condescendiente del detective y las promesas inalcanzables que piensan hacer ahora para revivir algo que simplemente quería superar me están abrumando. Cuando llegamos soy la primera en bajar del auto, no corro pero tampoco lo espero cuando me encamino hacia el interior del hotel directo al ascensor. Puedo escuchar la maldición que Jason deja salir a mis espaldas y como se apresura para alcanzarme. Y Dios, a pesar de todo, de mi enojo y el dolor, sé que él hizo todo con la mejor intención, Claro que lo sé, simplemente no fueron las formas.
Jason Finalmente después de una semana ya estoy de regreso en Los Ángeles. Se suponía que debía regresar dos días después, pues todo con el detective quedó solucionado, pero mi sorpresa fue enorme cuando recibí una llamada del médico de Chris, el hermano de Hanna, para decirme que había salido compatible para la donación. Fui consciente de lo devastada que la gatita estuvo cuando me dijo que los resultados fueron negativos para ella y por eso me tomé la tarea de buscar al médico y pedirle que, manteniendo todo en secreto, me hiciera los exámenes a mí. Eso requirió que me quedara 5 días más para poder recuperarme, sin embargo valió totalmente la pena, pues escuchar la alegría de la rubia al decirme que había aparecido un donador no tiene precio. Sin embargo, no quise decirle que se trataba de mí, las cosas entre nosotros están tensas y no quiero que ella sienta que hago esto solo para arreglarlo. Y es que no entiendo cómo fue que todo empezó a torcerse tanto, siento que desde el mom
Hanna Las lágrimas no han dejado de salir un solo segundo de mis ojos y el dolor que siento en el pecho es tan grande que temo no poder respirar. Se supone que llegué un poco más temprano para sorprenderlo, para tratar de arreglar las cosas que se enfriaron entre nosotros en Londres y si soy sincera, porque tenía muchísimas ganas de verlo. Lo extrañaba. Sin embargo la sorprendida fui yo. El taxista me lanza miradas preocupadas por el espejo retrovisor cada tanto, pero Dios, es que solo puedo pensar en lo tonta que fui al pensar que podía haber algo real entre Jason y yo. El auto se detiene afuera del edificio del pelinegro y yo, luego de pagar, me bajo como un rayo dispuesta a recoger todas mis cosas antes de que él llegue. El vigilante al ver mi estado me da una mirada curiosa y parece que está a punto de decirme algo pero lo ignoro y voy directo hacia el ascensor, mientras marco el número de Steph. Ella contesta justo cuando las puertas metálicas se abren dentro del apartamen
Jason El dolor de cabeza y el genio del demonio que traigo no me los ha ocasionado nadie más que yo mismo y mis malditas decisiones. Ayer, luego de que Hanna saliera del apartamento tuve que aguantar el peor sermón de la historia por parte de mi abuelo. El que me dijera que estaba arruinando la mejor relación que había tenido me sentó de la m****a, porque aunque me aterre aceptarlo en voz alta, lo que he vivido con la rubia es por mucho lo mejor que me ha pasado en años. Ahora a ese desastre debemos sumarle que estoy a segundos de encontrarme con mi padre y tener que enfrentarlo por el robo, bueno, entonces podemos decir que estoy que me lleva el infierno. Cuando llego a la sala de juntas veo a Alex esperándome afuera, su rostro está serio y en el momento en que me ve, veo como deja salir un suspiro cansado, supongo que al darse cuenta el ánimo en que he llegado. —Cuando ví que no me contestabas las llamadas me imaginé que estabas teniendo una épica reconciliación— me dice y yo so
Hanna Trabajar es ahora mismo mi única distracción, es la forma más sana que he encontrado para pensar en algo que no sea el pelinegro. Ni siquiera salí a almorzar como cada día con tal de no tener la mente desocupada. Doy otro mordisco a mi emparedado de jamón que he traído de casa de Steph, mientras sigo tecleando sin descanso en el computador. Resulta que desde que empecé a salir con el idiota de Jason mis escritos sobre amor y romance mejoraron, supongo que tener algo de experiencia en el tema ayuda, y es por eso que ahora estoy entregada a un articulo sobre los desamores y las mentiras en las relaciones. Estoy tan metida en ello que cuando el intercomunicador de mi cubículo suena por poco pego un grito asustada, sin embargo me pongo en pie de un salto al ver que viene de la oficina de Mila, mi jefa que ha vuelto hace unos días. —Señorita, Mila ¿En qué puedo ayudarla? —Hanna, cariño, ¿Puedes venir a mi oficina un momento? Los nervios se disparan al instante en mi sistema, pe
Jason El hecho de que Hanna no me haya mandado a volar a la primera me ha dado más esperanza de lo que creía, pero no pienso confiarme. Los últimos dos días, luego de vernos fuera de su oficina, hemos estado hablando por mensajes, es como si fuéramos dos críos de quince años que están conociéndose por primera vez y debo admitir que la experiencia es totalmente nueva para mi. Ni siquiera con Megan, que creía había sido el amor de mi vida, puse tanto empeño, lo que me hace saber que la gatita me tiene más jodido de lo que pensaba, la diferencia es que ya no me asusta. Por el contrario he creado una lista de pasos que pienso cumplir uno a uno para conseguir reconquistar a Hanna. Porque si hay algo de lo que ahora estoy seguro es que estoy harto de fingir. Quiero todo con ella y quiero que sea real. Tomando un respiro profundo sostengo la pequeña caja de terciopelo con el regalo que he buscado para ella y lo guardo en mi saco antes de tomar el ascensor y bajar directo hacia el sótan
Hanna Los últimos días Jason y yo hemos estado disfrutando como si fuéramos dos adolescentes que están cortejando. Las cosas no han ido a mayores entre nosotros y aunque me muero por volver a estar con él y sentirlo, creo que necesitábamos este tiempo. Sin embargo, él no ha sido él mismo, y es que aunque no tengo ningún tipo de queja sobre la atención y los detalles que Jason ha tenido conmigo, porque todo ha sido más que perfecto, no puedo sacarme de la cabeza la sensación de que él pelinegro por momentos actúa extraño. Casi pareciera como si estuviera en tensión y paranoico todo el tiempo, por eso ahora mientras él me entrega mi copa de vino en la sala de su apartamento, luego de lo que ha sido una velada increíble, no puedo contenerme más y simplemente dejo salir la pregunta. —Jay ¿Ocurre algo? Tal como ha venido ocurriendo desde hace días, veo cómo todo su cuerpo se tensa antes de volver a relajarse y que en su rostro se forme una sonrisa, que no se ve tan honesta como las de
Jason Desde que dejé a Hanna en su casa he estado buscando el mejor lugar para irnos, un sitió que esté lo suficientemente camuflado para que el infeliz no nos encuentre con facilidad. Además tengo a Alex contratando nueva seguridad para evitar que algo como el panfleto vuelva a pasar. De hecho estoy a punto de llamarlo cuando el celular suena en mis manos, mostrando un número desconocido y estoy a punto de rechazarlo cuando se me ocurre que puede tratarse del pedazo de m****a esa, así que me apresuro a contestar, pero me quedo de piedra cuando la voz del otro lado es de mujer. —¡JASON! Oh Dios, Jason…—Steph, la mejor amiga de Hanna, está llorando desconsolada desde el otro lado de la línea y eso solo hace que mi cuerpo entero entre en tensión. —Stephany, ¿Qué ha pasado? ¿Está Hanna bien? La chica llora con más fuerza al escucharme y yo ya me estoy poniendo en pie y buscando desesperado las llaves de mi auto, porque el hecho de que sea ella la que me llame y no Hanna solo puede si