Hanna El restaurante es uno de los más lujosos de la ciudad, y yo solo puedo ver mi atuendo ejecutivo de pantalón negro entallado, blusa de seda palo de rosa y blazer igualmente negro, pensando en lo fuera de lugar que voy a verme. —Disculpe señorita, pero solo puede ingresar con una reserva. —Dice una mujer enfrente mio detallandome de pies a cabeza.. —Lo sé, mi nombre es Hanna Harrison, me está esperando el señor Mikail Thompson. Ella al escucharme abre mucho sus ojos y se apresura a buscar en el portátil frente a ella y al darse cuenta de que no miento, su rostro se pone pálido. —Por supuesto, señorita, sígame. Veo embobada el restaurante y no puedo evitar pensar que de no ser por este contrato que tengo con Jason, nunca habría podido pisar un lugar como este. Dios mío, si con lo que gano escribiendo mi columna a duras penas puedo pagar el alquiler. Llegamos a la sala más privada del restaurante y es ahí cuando veo al abuelo, se ve tan elegante e impoluto como la primera ve
Jason Mis ojos no han podido separarse de las marcas lilas que tiene en los brazos. Mi enojo y frustración están llegando a grados que ni siquiera pensé que fueran posibles. Y es que, en el momento en que ella gritó, cuando ese sonido de dolor llegó hasta mis oídos, fue como si alguien me hubiese roto cada uno de mis huesos y lo sospeché, como el infierno que pensé que algo malo pasaba, pero luego, ver las marcas en su piel, el miedo en sus ojos, eso ha sido suficiente para conseguir que el fuego saliera de mi cuerpo en raudales incontrolables. Nadie toca lo que es mío. Cuando mi mirada llega a la de ella y veo lo aterrada que se ve, ahí, en ese mismo instante, siento como mi pecho se oprime y las ganas de matar a quien sea que la haya tocado se apoderan de mi. —Hanna, vas a decirme ya mismo quien fue el desgraciado. Ella al escucharme niega repetidas veces con la cabeza y eso no ayuda en nada a mi enojo, porque el hecho de que ella lo quiera ocultar me hace pensar que puede s
HannaTengo un mal presentimiento. Lo he tenido desde hace dos días cuando salí del restaurante dejando atrás a Jason hecho una furia y lo he seguido teniendo cada día de sospechosa calma que ha venido después. Los últimos dos días el acoso por parte del cerdo de mi jefe se ha detenido y eso me hace tener un poco de esperanza en que las cosas mejorarán, aunque no me permito bajar la guardia, la vida me ha enseñado a no hacerlo nunca.Llego al edificio en que vivo con el tiempo justo para pensar qué ponerme para la gala benéfica de la familia de Jason que había olvidado, es hoy. Estoy a punto de seguir de largo hasta el ascensor cuando el vigilante me detiene.—Señorita Hanna, ha llegado esto para usted— mis ojos se abren con sorpresa cuando veo la enorme caja blanca en las manos del hombre.—¿Para mí? ¿Esta seguro que no es para alguien más?— pregunto extrañada porque lo cierto es que aparte de Steph no hay nadie más que me envíe nada, a menos que….—Si, si, han dicho Hanna Harrison.
Jason Mis ojos no han podido separarse de Hanna desde que el abuelo se la llevó y ser interrumpido cada dos minutos por alguien que quiere saludar o hablar de negocios me ha hecho imposible llegar hasta ella, solo espero que la gatita no diga nada que nos deje en evidencia. Cuando finalmente creo que tengo el camino libre, empiezo a caminar directo hacia donde ella se encuentra y estoy muy cerca de llegar hasta que siento como una mano se enrosca en mi antebrazo impidiendo que continúe y cuando mis ojos buscan al responsable, me encuentro viendo la mirada coquette de Lorena. Aquí vamos… —Hola, guapo. No hemos tenido tiempo de hablar— me dice y me regala una sonrisa que supongo pone a sus pies a cientos de hombres, pero que ahora mismo a mi solo me fastidia. No voy a ser un hipócrita y decir que Lorena no es atractiva, porque Joder, claro que lo es, pero por alguna razón su insistencia, su coqueteo e insinuaciones me molestan. —Es una suerte entonces que nos viéramos hace poco en
Hanna La noche ha sido una completa locura. Desde el papá de Jason diciéndome nuevamente palabras hirientes, hasta el tipo que apareció de la nada y se molió a golpes con él. No sé en qué momento mi vida en Los ángeles se volvió tan complicada. Y lo peor no es eso, lo peor es que siento que no quiero salir de la locura. Miro con el rabillo del ojo a Jason que me lleva de la mano hacia lo que parece ser un ascensor lujoso en su edificio, ese que la primera vez ni detallé, y Dios, a pesar de los golpes, él sigue viéndose como la fantasía de cualquier mujer. Cuando su rostro se gira hacia el mío y me pilla viendo, siento que me sonrojo como colegiala haciendo que él esboce una de esas sonrisas matadoras. —¿Entretenida con la vista gatita? Santo padre, este hombre quiere matarme. —Tienes el rostro hinchado, ¿Hay botiquín en tu apartamento? Él deja salir un suspiro en el mismo instante en que las puertas del ascensor se abren directamente dentro del apartamento y esta vez sí que me
JasonNo entiendo de donde sale la necesidad que tengo de saber todo sobre Hanna, pero es algo que no puedo controlar y, como si el destino quisiera ponerse de mi lado, cuando voy a buscar el botiquín a la habitación me llega un mensaje de Alex donde me dice que ya la investigación de la rubia está en mi correo eléctronico.Tuve que poner todo mi autocontrol para no ir corriendo a revisarlo de inmediato.Sin embargo, teniéndola aquí y escuchando como habla de heridas con tanta familiaridad no puedo evitar que mis alarmas y sospechas se enciendan, porque tengo el presentimiento que su vida en Londres no fue tan buena como quiere hacerlo ver.El solo pensar que le han hecho daño, que pudieron haberla lastimado más de lo que me imagino, hace que un malestar se apodere de mi.Veo como toda ella parece estar debatiéndose entre hablar o no hacerlo, su cuerpo está demasiado rígido y eso solo me anticipa que la respuesta no va a gustarme, sin embargo no estoy preparado para sus palabras cuand
HannaDespertar en la misma cama con Jason parece que se está convirtiendo en una costumbre. Sin embargo, esta vez hay una gran diferencia. Esta vez estamos frente a frente, yo estoy prácticamente acurrucada en su pecho, su mano está en mi cintura dejando caricias y él tiene esos hermosos ojos azules fijos en mí.Por un instante siento que me quedo sin respiración, en especial cuando él me da esa media sonrisa que hace que cosas raras se formen en mi panza, pero entonces toda la magia desaparece cuando los recuerdos de la noche anterior llegan a mi.Lo sabe… Él lo sabe.De inmediato alejo mis ojos de los suyos e intento ponerme en pie, pero su mano en mi cintura me lo impide.—Ey, ¿a dónde vas, gatita?Las palabras se niegan a salir de mi boca, al igual que mis ojos rehuyen totalmente los suyos, sin embargo cuando siento como su rostro se inclina hacia mí y al segundo siguiente su boca está en mi cuello expuesto dejando un beso en el lugar justo donde mi pulso late desaforado, en ese
Jason—Déjame ver si entiendo, luego de años de soltería decides tener algo con alguien, pero solo puede durar hasta que el contrato termine ¿y me dices que ella estuvo de acuerdo con esa estupidez?Pongo los ojos en blanco al escuchar a Alex joderme por lo mismo, desde hace dos días que hablamos sobre la amenaza del imbécil del ex jefe de Hanna, Alex no ha dejado de molestar diciendo que estoy actuando como un novio real, lo que me llevó a contarle de mi acuerdo con la rubia.Eso es lo peor que he podido hacer.—Si, joder, así tal cuál, ¿ahora puedes hacer el favor de enfocarte en lo que te pedí?Él me mira como si no pudiera creer lo que estoy diciendo y entonces, haciendo que esté muy cerca de perder la paciencia suelta una carcajada que hace que mis ganas de ahorcarlo incrementen.—No lo puedo creer— dice, sin dejar de reír—Has caído por la rubia,hermano.—No he caído por nadie, simplemente no me gusta compartir — le digo, pero las palabras me saben amargas— ¿Me gusta? si, no voy