3: ¿Quién eres?

Habíamos entrado al club, la luces de colores y la música golpeó nuestros cuerpos. Los cuatros nos adentramos más y nos ubicamos en la barra, Emma y Max se apresuraron a ir a bailar mientras yo me encontraba con el chico. El Barman dejó una margarita en la barra lo miré enseguida y este me guiñó el ojo. No contuve la sonrisa y lleve la copa a mis labios pero alguien me la quitó y se la bebió. Mire al amigo de Max quien fulminaba con la mirada al barman.

—¿Que te ocurre?— solté, pero él seguía viendo al chico de la barra quien soltó una risita nerviosa y atendió a la mujer a nuestro lado. Entonces tomé del hombro al chico llamando su atención —. ¿Se puede saber...?

—¿Por qué aceptas bebidas de desconocidos?— atacó con su ceño fruncido. Espera ¿estaba hablando enserio?

—¿Estás hablando en serio?

El chico volvió a ignorarme y bebió de su trago, puse los ojos en blanco frustrada. Mi única oportunidad de ligar se había ido al carajo con el idiota a mi lado, ¿soy un imán para niños estúpidos?

Suelto un suspiro y me apresuro a ir al baño del lugar, estábamos en un club bastante famoso, tanto que ví algunas publicaciones referente al lugar en I*******m. M****a ¿dónde está el baño? Cuando pude encontrarlo me apresuré en entrar y retocar mi maquillaje, saque mi lápiz labial y empecé a pintar mis labios mientras dos chicas a mi lado conversaban.

—¿Escuchaste el rumor?— indagó en un susurro una chica mientras la otra se aplicaba máscara para las pestañas.

—¿Cuál?— indagó la otra.

—Que el mayor de los hijos de la familia Ness se va a casar.

Rodé los ojos.

—¿Segura? Solo es uno de tantos rumores, Imagino que es un truco de Eliot.

Sonreí, la chica tenía la razón.

—¿Será?— la chica acomodó su cabello.

—Eso es lo que creo, además ¿sabes quién llegó hoy al club?— la chica soltó un suspiro ruidoso—Marcos...

—¿Marcos Ness?— chilló la otra y juro que casi me revienta mi oído, hice una mueca y salí del lugar.

Aún dolía mi oído cuando llegue a la pista de baila, alcancé a ver a mi amiga quien me tomó del brazo y me invitó a bailar. Busque con la mirada a su novio y no estaba.

—¿Estás sola?— grité sobre la música, Emma asintió y señaló hacia la barra; Max y su amigo miraban a nuestra dirección por la mirada del segundo juro que me sentí un poco intimidada.

—Creí que te lo ibas a ligar— habló mi amiga llamando mi atención mientras bailaba, ignore mis pensamientos y empecé a bailar con ella.

—No me interesan los menores— Respondí después, mi amiga soltó una carcajada y me atrajo a ella a darme un abrazo.

—Amiga, es mayor que tú.

Abrí mis ojos sorprendida, Emma me tenía abrazada y no podía verlos.

Luego de mucho, Emma, Max y yo seguíamos bailando, había bebido un poco, en realidad más de lo normal cuando me di cuenta que estaba sobre una mesa bailando.

Mis caderas se movían al compás de la música, llevé mis manos a mis pechos y empecé a bajar estás por todo mi cuerpo llamando la atención de todos, quienes soltaban silbidos y algunos comentarios que no alcance a escuchar.

No sé cuánto baile o cuánto bebi hasta que sentí como perdía mis sentidos, no sabía dónde estaba Emma ni Max así que salí afuera del club a buscarlos. Había dejado mi celular en casa así que estaba totalmente perdida.

—¿Esa es la del baile?— Un hombre me tomó de la mano y me atrajo a él, lo empuje enseguida e hice una cara de asco.

—Sí que lo es— se unió otro hombre.

—Tu culo desde arriba se veía muy bien— los dos se acercaron y traté de retroceder pero caí al suelo—. Pero si estás muy ebria como para ir a casa, ¿Que tal y vamos a la mía?

El hombre iba a tomarme del brazo hasta que alguien más se nos unió.

—Señores, ¿Ella aceptó su propuesta?— levanté mi cara para ver de quién era la voz pero no lo alcancé a reconocer—. Pueden dejarme a solas con ella, por favor.

—Sí señor— fue lo que escuché, pero estaba muy borracha como para ponerme de pie.

El hombre se acercó a mi y me tendió su mano, la acepte enseguida y me esforcé por estar de pie.

—Muchas gracias.

Fue lo que dije, levanté la mirada y me encontré con unos bonitos ojos, sus ojos marrones me miraron inexpresivos. Ignore su atractiva apariencia y di un paso al frente para irme pero caí de cara hacia al suelo, solté un quejido de dolor.

—¿Que te dije sobre de aceptar bebidas a desconocidos?

No dije más nada, hasta que sentí como me quedaba dormida.

Desperté al instante, mi cabeza dolía y mis náuseas aumentaban, todo me daba vuelta incluso cuando me levanté para ir al baño.

Bajé el inodoro y limpie mi boca. Mire mi aspecto en el espejo e hice una mueca por lo mal que me veía. Me eché agua en la cara y salí del baño sosteniéndome de las paredes.

Miré a mi alrededor y me percaté que no estaba en mi casa, me alarme enseguida y me apresuré en mirar si me habían hecho algo.

—Nadie te ha tocado— escuché detrás de mi, me quedé estática enseguida —. Veo que has despertado. Buen día.

Pestañe enseguida mientras daba la vuelta para enfrentar a el individuo. Pero me lleve una sorpresa cuando frente a mi estaba él amigo de Max.

Él me sonreí y traía una bandeja con frutas picadas, di un paso atrás ¿Esto era un secuestro?

—No te he secuestrado— habló enseguida y se acercó, ¿Acaso podía leer mentes? El chico sonrió luego dejar la bandeja sobre la mesa de noche —. No te leí la mente, solo que tus expresiones son muy fácil de leer.

—¿No es lo mismo?— ataque enseguida, y estaba a punto de ponerme en modo defensa cuando recordé algo, lo mire enseguida esos ojos...—. ¿Quién eres?

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