4: Los hermanos Ness

El chico me seguía viendo con esa sonrisa cálida pero sus ojos seguían tan inexpresivos cómo cuando me ignoró la noche anterior cuando trate de reclamarle por la bebida.

—¡Mierda!— solté enseguida —. ¿Cómo terminé aquí?

El chico frunció el ceño, no había respondido mis preguntas. Hasta que abrió la boca pero las puertas se abrieron de golpe, Eliot Ness estaba de pie frente a nosotros, buscó a todas las direcciones hasta que sus ojos oscuros se toparon con los míos, estaba furioso podía notarlo porque la vena en su frente estaba a punto de reventarse.

Esperen, ¿Que hacía Eliot aquí?

—¿Qué haces aquí?— me apresuré a preguntar, pero soltó una risa seca y se acercó a mi.

—¿Que qué hago aquí?— repitió, iba a volver a hablar cuando el levantó la mano pidiendo silencio, y eso hice —. Déjame te respondo, ¿Que puedo hacer en mi casa?

¿Su casa? ¿Había escuchado bien? mire al amigo de Max buscando una explicación pero el veía a Eliot con el ceño fruncido, ¿Que estaba pasando?

—¿Te cogiste a mi hermano?— la voz de Eliot llamó mi atención ¿Qué había dicho?—. ¿Te lo cogiste luego de firmar nuestro compromiso?

Abrí mi boca sorprendida, no sabía que decir mire hacia el chico quien ahora me veía a mi con los ojos muy abiertos, ¿Eran hermanos? Entonces la conversación de las chicas en el baño llegó a mi enseguida, ¿El amigo de Max era Marcos Ness?

—¿Vas a responder?— Eliot se veía exasperado, entonces alguien más intervino.

—¿Que tonterías dices?— su hermano, el amigo de Max se puso en medio de Eliot y yo—. ¿Cómo puedes decir eso? ¿No tienes educación?

—¿Puedes callarte, Marcos?— la mirada de enojo de Eliot paso a su hermano pero este no se inmutó, seguía viéndolo tranquilo.

—¿Por qué dejaría que trates mal a mi invitada?

—¿Invitada?— soltó Eliot seco —. Si es mi futura esposa.

—Podrá ser la madre de tus diez hijos— empezó Marcos —. Pero, ahora es mi invitada. Así que sal de mi habitación Por favor.

Eliot iba a abrir la boca, cuando otro hombre intervino, miró con temor a todos y bajo la mirada cuando se dirigió a Eliot.

—Señor, los accionistas esperan por usted.

Eliot soltó un ruidoso suspiro, asintió pero antes de salir se apresuró a llegar a mi, se acercó lo suficiente a mi oído y susurró:

—Hablaremos después sobre esto— y plantó un beso en mi mejilla para después irse.

Solté todo el aire retenido y me deje caer en el suelo.

—¿Estás bien?— Marcos se acercó a mi, bajó y se puso a mi altura—. ¿Estás comprometida con él?— asentí —. Los rumores eran cierto, pero ¿cómo tú...?

—¿Cómo alguien tan ordinario terminó siendo la prometida de un poderoso CEO? ¿Es eso?

Marcos negó.

—En realidad, ¿cómo te enamoraste de ese idiota?

Sonreí por sus palabras, y le conté todo. Desde como había entrado a su compañía, como había interrumpido a su hermano mientras cogía y como pase de ser su secretaria a futura esposa. Marcos me escuchó atento, no me interrumpió en toda la historia hasta que termine.

—¿Eso no es chantaje?— fruncí mi ceño —. Te obligó a casarte con él por el trabajo de tus padres, ¿No es chantaje?

Asentí, lo había Sido pero ya era tarde no podía hacer nada, si no cumplía con el contrato debía pagar trescientos mil millones de dólares, cifra inalcanzable para mí.

—Ya lo he firmado.

—¿El compromiso?

—El contrato.

Marcos asintió y me ayudó a levantarme, dejó el desayuno a mi lado y pidió que comiera. El chico había salido de la habitación, creí que era un idiota pero parecía ser un buen chico.

Pasaron dos horas hasta que Marcos volvió a la habitación, su rostro seguía sin expresar nada.

—Le he pedido a mi chófer que te lleve— asentí y le di las gracias.

Los dos salimos de la habitación luego de yo recoger todas mis cosas, la mansión era bellísima, tenía candelabros, pinturas, y algunas fotografías de la familia Ness.

—Avery— Marcos me llamó antes de subir al auto—. Puedo ayudar— pero no entendía a qué se refería —. Puedo ayudarte con mi hermano, si no quieres casarte con él.

—Oh— fue mi único que dije, ¿cómo pensaba ayudarme? solo lo había conocido ayer, no podía simplemente pedirte eso—. Gracias, pero creo que es algo que debo resolverlo sola.

Él asintió y cerró la puerta trasera del auto, este se puso en marcha. Tenía tantas cosas en la cabeza ¿Cómo había terminado con los hermanos Ness?

Eliot y Marcos eran los herederos de Liconess, eran los dueños de casi toda la ciudad.

—¿Que voy hacer?— susurré mientras restregaba mi cara, me sentía exhausta. Mañana debía ir a trabajar.

Me pregunte si en el contrato decía que mi puesto como secretaria seguiría siendo mío o me lo habían quitado. Cuando llegue a mi casa, saludé a mis padres y fui directo a mi habitación, estaba hecha una desastre por el desorden de ayer. Tumbé mi adolorido cuerpo. Trate de dormir pero pensar en los hermanos Ness me mantuvo despierta por mucho tiempo. Hasta que oscureció y me quedé dormida.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo